La Jornada comenzó a las 10 h. con el desfile de las Casas y un discurso del mismísimo Gandalf.
Cada Casa eligió a un alumno representante que, micrófono en mano, explicó el por qué del nombre, de los colores y de su escudo.
DISCURSO DE GANDALF:
Un mago nunca llega tarde. Ni pronto. Llega exactamente cuando se lo propone.
Queridos Istari de los Pueblos Libres, pido que vuestros representantes en este Concilio Mágico presenten sus respetos y nos den razón de vuestro nombre, escudo y lema [...].
Me llaman Mithrandir entre los elfos, soy Tharkún para los enanos; Olórin era en mi juventud en el Oeste que nadie recuerda, Incánus en el Sur, Gandalf en el Norte; al Este nunca voy [pausa dramática, sonrisa sardónica]. Soy Siervo del Fuego Secreto, Administrador de la Llama de Anor y, en esta Séptima Edad del Sol, vuelvo a vosotros en los albores de la tempestad.
Estáis aquí reunidos para que los secretos de la Magia os sean revelados. Hoy jugaréis con palabras y con números, con luces y sombras, con agua y fuego. Aprenderéis que la magia es la ausencia del raciocinio, pero también, que la magia es imaginación, y que esa es un arma muy poderosa, un arma que os hará libres. El Señor Oscuro lo sabe y su mal acecha: es el Ojo que todo lo ve, que en mis tiempos se llamaba Sauron y ahora se llama Tik Tok o Tok App, o algo así.
Hoy ponemos fin a meses de trabajo.
Aprovecha al máximo esta jornada irrepetible. Recuerda que “solo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado”.
Al final del día conoceremos qué Casa se ha hecho merecedora del Trofeo y el nombre del nuevo profesor de Defensa de las Artes Oscuras. ¡Uy, perdón, que me he equivocado de personaje y de libro! Pero lo de la Casa ganadora es cierto, estad atentos. No diré que no lloréis, pues no todas las lágrimas son amargas.
Yo, que he vencido al fuego y a la muerte, sé muchas cosas que solo los sabios saben. Sé que no toda la gente errante anda perdida, sé que la verdad, el conocimiento, vuestra imaginación, son vuestro mejor patrimonio, sé que el más pequeño entre vosotros tiene la capacidad para vencer las más grandes dificultades. Sé, en definitiva, que el Bien siempre vence.
Queda inaugurado este Concilio Mágico. ¡Corred, insensatos!