LAS PERSONAS Y EL PLANETA POR ENCIMA DEL BENEFICIO Y EL CRECIMIENTO

Priorizar la soberanía alimentaria

Un sistema alimentario que respete los límites ecológicos y que tenga como objetivo social la justicia alimentaria. Las personas productoras, distribuidoras y consumidoras de alimentos controlan los mecanismos y las políticas de producción alimentaria y su distribución. Las personas tienen derecho a alimentos saludables y culturalmente apropiados producidos a través de métodos sostenibles y tienen derecho a definir sus propios sistemas alimentarios y agrarios.

Propuestas para un cambio estructural (conjunto de políticas, prácticas e inversiones)

  • Hacer de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos una realidad, elaborando políticas y programas alimentarios y agrícolas a nivel nacional y subnacional, incluyendo la regulación y reconocimiento de los alimentos como un bien común esencial y no como un artículo de consumo.

  • Completar la redistribución de las tierras de cultivo mediante un programa de reforma agraria radical que apoye a la agricultura familiar y a las microempresas rurales y las reconozca como el eje central del desarrollo agrícola y como modelo para la producción sostenible a pequeña escala.

  • Promover la integración de las prácticas agrícolas ecológicas (también conocidas como “agroecología”) que estén adaptadas a las características de los ecosistemas locales, a las realidades sociales locales y a la diversidad cultural.

  • Apoyar a las pequeñas explotaciones agrícolas, proporcionándoles los medios para prosperar y ampliar sus propios conocimientos del campo, así como la solidaridad, apoyo y aprendizaje entre iguales.

  • Priorizar la producción y el consumo de alimentos de proximidad dentro de los límites ecológicos, permitiendo que las personas consumidoras responsabilicen a las productoras por sus métodos de producción (tanto en términos de protección laboral como en métodos de cultivo ecológico). Las políticas de comercio deben respaldar esta priorización y no deben obstaculizar jamás la consecución de estos objetivos. Esto incluye las políticas relativas a las subvenciones (que no han de destinarse para la producción alimentaria orientada a las exportaciones), políticas sobre medidas sanitarias y fitosanitarias (principio de precaución y regulaciones para altos estándares de salud y medio ambiente), y políticas para garantizar el derecho a plantar y desarrollar cultivos sostenibles de alimentos que sean apropiados y necesarios para la región (eliminar la propiedad intelectual de las semillas, por ejemplo)

  • Anteponer la producción de alimentos para el consumo humano en lugar del consumo animal.

  • Proporcionar acceso directo entre personas productoras y consumidoras, prescindir del papel del intermediario y subvencionar a las personas agricultoras con subsidios y créditos.

  • Garantizar que las regulaciones, los tratados y las consultas admiten que la soberanía alimentaria no puede definirse de forma vertical (de arriba a abajo), sino que solo puede configurarse a través de un proceso continuo y colectivo de diálogo; y que la legitimidad se la otorgan las asociaciones de campesinos desde su propia base.

  • Proporcionar acceso prioritario a los recursos de pesquerías a los pequeños pescadores, mujeres y procesadores. Promover una transición de la producción de pesquería, dominada por métodos destructivos a gran escala y que requieren mucho capital a pesquerías comunitarias basadas en mano de obra que usan métodos ecológicamente responsables, tecnología de pesca selectiva y prácticas medioambientales seguras. Apoyar el comercio local y regional de productos pesqueros.


*Note: Peasants includes farmers, landless people, rural women and youth, indigenous people, migrants and agricultural workers, in farming, fisheries and forests

Construir economías que respeten los límites de la Tierra

Necesitamos fomentar y priorizar las cualidades inherentes humanas del altruismo y la empatía en contraposición a la obsesión actual con el individualismo, la competitividad y el interés propio. La humanidad ha evolucionado gracias a su habilidad de colaborar e imaginar un futuro mejor. Somos parte de la naturaleza. Nuestro papel es cuidar y proteger al planeta para las presentes y futuras generaciones. Proteger a la naturaleza es protegernos a nosotros mismos.

Propuestas para un cambio estructural (conjunto de políticas, prácticas e inversiones)

  • Reconocer (ya sea en tratados, constituciones y regulaciones, y en cortes) los derechos de la naturaleza y la Madre Tierra y respetar el valor intrínseco y no monetario de la naturaleza, así como los derechos básicos de las personas (al aire limpio, agua, alimentos, refugio, sanidad, educación, etc.)

  • Establecer unos límites claros (medioambientales) para la actividad económica sobre la comercialización de la naturaleza mediante:

    • La abolición de la propiedad privada y el acceso privativo a los recursos naturales y a la tierra más allá del ámbito de la vivienda o la agricultura familiar.

    • La regulación de la industria financiera para reducir drásticamente su magnitud y conseguir un impacto en la economía a través de la abolición de prácticas perjudiciales y productos financieros (véase también 2.0)

    • La regulación del régimen de libre comercio neoliberal y la prohibición de tribunales corporativos privados para crear un sistema de comercio justo orientado al bienestar social, la mejora de las condiciones medioambientales y sociales en todo el mundo y estricta vigilancia local de cualquier explotación industrial de la naturaleza.

    • La eliminación y denegación de nuevos incentivos y apoyos a medidas para actividades económicas que contribuyan a sobrepasar los límites planetarios (definidos por el Centro de Resiliencia de Estocolmo) y en contraposición, incentivar actividades que contribuyan activamente a regenerar la salud de aquellos ecosistemas cuyos límites se hayan sobrepasado.

    • Frenar y revertir la invasión de los ecosistemas naturales. Debemos liberar una gran parte de la inmensa extensión de tierra que se usa actualmente para pastos y ganado y devolverla a la producción primaria de alimentos y a la restauración de los ecosistemas.

Reorientar y reasignar los presupuestos gubernamentales y el gasto público

La prioridad del gobierno ha de ser la distribución justa de los bienes, una mayor igualdad entre naciones y personas y cuidar mejor del planeta. La integración reemplaza al crecimiento como prioridad principal y nuestro bienestar común predomina sobre los beneficios privados. Los Gobiernos promueven economías que fomentan la vida, ponen la propiedad en manos humanas y están al servicio de las misiones sociales, a través de financiación basada en acciones y redes éticas.

Propuestas para un cambio estructural (conjunto de políticas, prácticas e inversiones)

  • Alejarse de los programas orientados al crecimiento económico, los combustibles fósiles, los proyectos de megaestructuras y el ejército para acercarse a la protección social y medioambiental.

  • Invertir en energía renovable en producción, distribución, y usos domésticos y comunitarios.

  • Desarrollar y apoyar políticas industriales verdes y justas, prácticas e inversiones públicas para cubrir las necesidades de las personas en cuanto a alimentación, salud, educación, vivienda, agua, energía, transporte, residuos y comunicación.

  • No conceder ningún incentivo financiero, subvención o rescate para perpetuar la expansión de la exploración y extracción de combustible fósil, pesquerías y agricultura industrial, grandes empresas agrícolas, minería, explotación forestal, o industrias químicas tóxicas.

  • Una transición justa hacia una economía de bajas emisiones de carbono que garantice un acuerdo justo para los trabajadores de industrias en declive y proporcione trabajos decentes y seguros.

  • Respecto a los rescates financieros:

    • Transparencia en los rescates: las agencias gubernamentales pertinentes son las que deberían administrar las bases de datos de empresas insolventes, así como analizar los datos relevantes sobre los impactos sociales, laborales y medioambientales de dicha insolvencia.

    • Los rescates deberían fomentar la resiliencia de cara a futuras crisis, deberían mejorar el acceso público a las necesidades básicas y fomentar la resiliencia hacia las crisis climáticas.

    • Denegar el rescate a sectores cuya existencia contradice nuestra urgencia climática y nuestros propósitos de biodiversidad (empresas de exploración y producción de petróleo o gas, empresas petroleras integradas, el subsector de la minería de carbón, subsectores de alimentos industriales como las grandes empresas cárnicas, la agricultura industrializada, las pesquerías destructivas y servicios de alta intensidad de combustible fósil).

    • En su lugar, los planes de recuperación deberían favorecer una transición justa para las personas agricultoras y trabajadoras del sector alimentario, facilitándoles el tránsito a un sistema alimentario más sostenible.

Priorizar a las personas y al planeta en lugar del pago de la deuda de un país

Mientras mantengamos un sistema monetario de crédito, el imperativo de crecimiento seguirá incrustado en el sistema. La cancelación de la deuda es un prerrequisito para situar a las personas y al planeta por encima de los beneficios y el crecimiento. El volumen de inequidad, desigualdad y pobreza derivadas del crecimiento económico se reduciría considerablemente.

Propuestas para un cambio estructural (conjunto de políticas, prácticas e inversiones)

  • Condonación y/o cancelación inmediata de la deuda externa, y una reforma radical del sistema global financiero. Véase el documento interno (véase Cancelación de la deuda de Argentina y todos los países del Sur global por Greenpeace, 15 de Mayo del 2020).

  • Rechazar las leyes de apropiación de la deuda.

  • Todo apoyo extranjero debe ser en forma de donaciones incondicionales, y no préstamos.

  • Abolir la práctica de otorgar garantías soberanas para deudas privadas.

  • Todas las nuevas deudas públicas deben cumplir los estándares de impactos sociales y medioambientales y distribución equitativa.

  • Extender créditos desde las economías avanzadas a las economías emergentes con incentivos para incrementar masivamente la asimilación de la energía renovable y otras prácticas responsables.

  • El perdón de la deuda ha de depender de la reinversión de la cantidad total de la deuda en la descentralización de la producción energética, la creación de nuevas tierras indígenas y nuevas áreas para la protección de la biodiversidad, así como el fortalecimiento de las que ya existen, y el desarrollo del saneamiento e infraestructuras limpias.