LEUCEMIA

La leucemia es un cáncer que comienza en las células madre de la sangre situadas en la médula ósea. Las células madre son células totipotenciales que se desarrollan en diferentes tipos de células con diferentes funciones.A partir de la célula madre hematopoyética se originan células madre linfoides y células madre mieloides. A su vez, estas células linfoides y mieloides darán origen a todas las células sanguíneas maduras pasando por distintas etapas de diferenciación.

Las células madre linfoides se convierten en linfocitos, un tipo de glóbulo blanco. Los linfocitos ayudan a combatir las infecciones y enfermedades como el cáncer y destruyen las células anormales. Los tres tipos de linfocitos son las células B, las células T y las células asesinas naturales (NK).

Las células madre mieloides se convierten en glóbulos rojos, granulocitos, monocitos o plaquetas. Los glóbulos rojos transportan oxígeno a todos los tejidos del cuerpo. Los granulocitos y los monocitos son tipos de glóbulos blancos que destruyen las bacterias y ayudan a combatir las infecciones. Las plaquetas forman coágulos en los vasos sanguíneos dañados para detener el sangrado.

A medida que las células madres se diferencian desarrollan progenitores en etapas precoces denominados blastos. En la leucemia aguda, se produce una producción de blastos los cuales se desarrollan de manera anormal y no son capaces de diferenciarse de las células sanguíneas maduras. En el transcurso de la enfermedad, los blastos desplazan a las células sanguíneas normales para que no puedan hacer su trabajo. Los blastos tienen la características de ser clonales, es decir, son células similares provenientes de un mismo origen patológico.Proliferan a una gran velocidad, se vuelven inmortales y evaden la respuesta inmune de nuestro cuerpo. Son distintas a su contraparte normal y presentan marcadores anomalos que permiten identificarlas y distinguirlas de las células sanguíneas normales. Esta rápida expansión dentro de la médula ósea, la sangre y los tejidos determinan la presencia de los síntomas que caracterizan a la leucemia aguda.

Para el caso de las leucemias crónicas, el origen clonal de las células ocurre en etapas de diferenciación mas tardía, identificándose clones maduros lo que determina una velocidad de instalación , aparición y progresión de los síntomas mas lenta.

Hay tipos diferentes de leucemia. Se agrupan según el tipo de célula madre sanguínea a partir de la cual se desarrollaron y en función de la rapidez de crecimiento. Las leucemias agudas comienzan repentinamente y se desarrollan en días o semanas. Las leucemias crónicas crecen lentamente durante meses o años.

Los cuatro tipos principales de leucemia son:

  • La leucemia linfocítica aguda (LLA)

  • Leucemia mieloide aguda (LMA)

  • Leucemia linfocítica crónica (LLC)

  • Leucemia mieloide crónica (LMC).

En adultos, LLC y LMA son las leucemias más comunes.

Prevención de recurrencia, vida saludable y autocuidado

Los hombres son más propensos que las mujeres a desarrollar leucemia. El riesgo de desarrollar la mayoría de los tipos de leucemia aumenta con la edad.

Los diferentes tipos de leucemia tienen diferentes factores de riesgo. Es posible que un factor de riesgo no aumente el riesgo de todos los tipos de leucemia. No todos los factores de riesgo para los diferentes tipos de leucemia se enumeran a continuación. Los factores de riesgo generalmente se enumeran en orden de mayor a menor importancia. Pero en la mayoría de los casos, es imposible clasificarlos con absoluta certeza.

Factores de riesgo

Existe evidencia convincente de que los siguientes factores aumentan el riesgo de leucemia:

  • Altos niveles de radiación: entrar en contacto con altos niveles de radiación, por ejemplo, la radiación de accidentes de reactores nucleares, es un factor de riesgo para la leucemia.


  • Radioterapia y quimioterapia previas: la radioterapia administrada en el pasado para tratar el cáncer u otras afecciones de salud aumenta el riesgo de leucemia. La quimioterapia administrada en el pasado para tratar el cáncer también aumenta el riesgo. Haber recibido tanto radioterapia como quimioterapia para tratar el cáncer aumenta el riesgo más que haber recibido solo los tratamientos individuales.


  • Fumar tabaco: aumenta el riesgo de algunos tipos de leucemia y puede aumentar el riesgo de otros tipos de cáncer.


  • Inhalar benceno: se encuentra en la gasolina sin plomo y es utilizado por la industria química. Las personas pueden inhalar benceno en el trabajo o en el ambiente general o al usar ciertos productos.


  • Inhalar formaldehído: algunos estudios han demostrado que respirar formaldehído aumenta el riesgo de leucemia. Los trabajadores de fábricas, trabajadores químicos, embalsamadores y otras personas pueden entrar en contacto con el formaldehído en el trabajo. Los embalsamadores tienen un mayor riesgo de leucemia porque tienden a tener contacto durante más tiempo y usan más formaldehído en su trabajo.


  • Síndromes de cáncer familiar. Algunas afecciones están relacionadas con un mayor riesgo de cáncer, incluida la leucemia, debido a una mutación genética heredada. Estas condiciones se denominan síndromes de cáncer familiar o síndromes de cáncer heredados. Los síndromes de cáncer familiar, si bien son raros, pueden provocar leucemia tanto en niños como en adultos:

    • Síndrome de Down.

    • Anemia de Fanconi.

    • Ataxia-telangiectasia.

    • Síndrome de Bloom.

Tips para una vida saludable

Puede reducir su riesgo de desarrollar leucemia haciendo lo siguiente:

  • No fumar: si fuma, busque ayuda para dejar de hacerlo, porque dejar de fumar reduce el riesgo de leucemia.


  • Mantenga un peso corporal saludable: algunos estudios han demostrado que el sobrepeso y la obesidad pueden aumentar el riesgo de leucemia. Comer bien y hacer actividad física ayudan a tener un peso corporal saludable.


  • Evitar respirar benceno y formaldehído: evite o reduzca su contacto a largo plazo con el benceno y el formaldehído para reducir el riesgo de leucemia.

Diagnóstico

El diagnóstico de leucemia generalmente comienza con una visita a su médico de familia o cuando una prueba de rutina sugiere un problema con la sangre. Su médico le preguntará acerca de cualquier síntoma que tenga y es posible que le realice un examen físico. Con base en esta información, puede derivarlo a un especialista u ordenar pruebas para detectar leucemia u otros problemas de salud.

El proceso de diagnóstico puede parecer largo y frustrante. Es normal preocuparse, pero trate de recordar que hay otras condiciones de salud que pueden causar síntomas similares a los de la leucemia. Es importante que el equipo médico descarte otras razones de un problema de salud antes de hacer un diagnóstico de leucemia.

Cuando los síntomas son graves, el diagnóstico de leucemia aguda puede proceder rápidamente, con la persona ingresada en el hospital para comenzar rápidamente los tratamientos.

Las siguientes pruebas se usan comúnmente para descartar o diagnosticar la leucemia. Muchas de las mismas pruebas se usan para determinar la etapa, que es cuánto ha progresado el cáncer. Su médico también puede ordenar otras pruebas para verificar su salud general y ayudar a planificar su tratamiento.

Historial de salud y examen físico

Su historial de salud es un registro de sus síntomas, factores de riesgo y todos los eventos y problemas médicos que ha tenido en el pasado. Al tomar un historial de salud, su médico le hará preguntas sobre un historial personal de:

  • Síntomas que sugieren leucemia.

  • Exposición a altas dosis de radiación

  • Síndromes genéticos, como el síndrome de Down, la anemia de Fanconi, la ataxia-telangiectasia o el síndrome de Bloom

  • Exposición al benceno

  • Quimioterapia o radioterapia previa

  • Trastornos de la sangre

  • Infecciones virales

Su médico también puede preguntarle sobre antecedentes familiares de leucemia.

Un examen físico permite buscar cualquier signo de leucemia. Durante un examen físico, su médico puede:

  • Controlar sus signos vitales para ver si tiene fiebre, dificultad para respirar y latidos cardíacos rápidos

  • Revisar su piel en busca de hematomas y palidez

  • Palpar las áreas del cuello, la axila y la ingle en busca de ganglios linfáticos inflamados o agrandados.

  • Revisar su boca para detectar infecciones, sangrado o encías hinchadas.

  • Sentir su abdomen en busca de órganos agrandados.

  • Examinar su esqueleto en busca de sensibilidad o dolor.

Hemograma

Mide el número y la calidad de los glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. La leucemia y otras condiciones pueden causar recuentos sanguíneos anormales.

Los pacientes con Leucemia pueden presentar disminución de los recuentos globulares ( citopenias) o aumento de los glóbulos blancos ( leucocitosis) pueden detectarse o no la presencia de blastos. La ausencia de blastos en sangre no descarta la leucemia.

Pruebas de química sanguínea

Las pruebas de química sanguínea miden ciertas sustancias químicas en la sangre. Muestran qué tan bien están funcionando ciertos órganos y pueden ayudar a encontrar anomalías. Ayudan a los médicos a encontrar problemas en el hígado o los riñones causados ​​por la propagación de células leucémicas. También pueden ayudar a los médicos a estadificar la leucemia.

Los niveles de las siguientes sustancias químicas pueden ser más altos de lo normal con la leucemia:

  • Nitrógeno ureico en sangre (BUN).

  • Creatinina.

  • Fosfato.

  • Lactato deshidrogenasa (LDH).

  • Alanina aminotransferasa (ALT).

  • Aspartato aminotransferasa (AST).

  • Ácido úrico.

Factores hemorrágicos y de coagulación

Las pruebas miden los factores de coagulación de la sangre para ver qué tan bien el cuerpo puede coagular la sangre. Los niveles anormales de factores de coagulación de la sangre pueden ocurrir con la leucemia. Se miden mediante las siguientes pruebas:

  • Nivel de fibrinógeno.

  • Tiempo de protrombina (TP).

  • Tiempo de tromboplastina parcial (PTT).

  • Razón internacional normalizada (INR).

Aspiración y biopsia de médula ósea

Durante una aspiración y biopsia de médula ósea, se extraen células de la médula ósea para que puedan analizarse en un laboratorio. El informe del laboratorio confirmará si hay o no células de leucemia en la muestra y, de ser así, el tipo de leucemia que se tiene.

El aspirado medular es la prueba fundamental para confirmar el diagnóstico de leucemia aguda.

Inmunofenotipificación

La inmunofenotipificación es el estudio de las proteínas expresadas por las células. Se utiliza para determinar el tipo o subtipo de leucemia.

La inmunofenotipificación utiliza una reacción antígeno-anticuerpo muy específica para identificar proteínas en tejidos o células. Utiliza anticuerpos monoclonales marcados con una etiqueta fluorescente o una etiqueta enzimática específica que se une solo a antígenos específicos (proteínas). La etiqueta fluorescente o enzimática permite a los médicos ver las células leucémicas (también llamadas blastos).

La citometría de flujo es el método más utilizado para identificar la leucemia y su tipo específico . Es una técnica que se utiliza para ordenar y clasificar células utilizando etiquetas fluorescentes en su superficie. Las células se exponen a un láser, que las hace emitir una luz. La luz es medida y analizada por una computadora. La citometría de flujo permite a los médicos ver muchos anticuerpos al mismo tiempo y recopilar datos rápidamente de miles de células en una sola muestra. La citometría de flujo ayuda a definir las características únicas de las células leucémicas o blastos. Estas características pueden ayudar a los médicos a formar un pronóstico y medir la respuesta al tratamiento mediante la enfermedad residual mínima (MRD). MRD significa que hay blastos en la médula ósea que no se pueden encontrar mediante pruebas de laboratorio estándar (como la microscopía), pero se detectan mediante pruebas más sensibles (como la citometría de flujo o la reacción en cadena de la polimerasa).

Estudios citogenéticos y moleculares

La citogenética es el análisis de los cromosomas de una célula, incluido el número, el tamaño, la forma y cómo están organizados:

  • Los estudios de cariotipo citogenético muestran anomalías cromosómicas, lo que se confirma en casi la mitad de los casos de leucemia. La principal utilidad radica en el pronostico y el riesgo de la leucemia determinado por la probabilidad de respuesta al tratamiento. Permiten planificar el tratamiento y predecir qué tan bien funcionará el tratamiento. Algunas anomalías cromosómicas importantes se pueden encontrar observando las células bajo un microscopio. Pero la mayoría de los cambios en el ADN necesitan un análisis más detallado con otros estudios moleculares, incluida la hibridación in situ con fluorescencia (FISH) y la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).


  • La hibridación fluorescente in situ (FISH) es una prueba genética molecular que se utiliza para identificar anomalías cromosómicas y otros cambios genéticos en las células leucémicas o blastos. Utiliza sondas de ADN especiales marcadas con tintes fluorescentes. FISH se usa para diferenciar las leucemias que tienen el mismo aspecto pero que tienen anomalías genéticas diferentes y es posible que deban tratarse de manera diferente.


  • La reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) es un método que se usa para hacer muchas copias de un segmento de gen en particular para que pueda analizarse en el laboratorio. La PCR se usa para encontrar mutaciones en el material genético que están relacionadas con ciertos tipos de leucemia. Es útil para diagnosticar y determinar el pronóstico de un tipo específico de leucemia.

Punción lumbar

Una punción lumbar, o punción lumbar, extrae una pequeña cantidad de líquido cefalorraquídeo (LCR) del espacio alrededor de la columna para observarlo bajo un microscopio. El LCR es el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal.

Se realiza una punción lumbar para ver si el cáncer se ha propagado al sistema nervioso central.

Resonancia magnética

La resonancia magnética nuclear (RMN) utiliza poderosas fuerzas magnéticas y ondas de radiofrecuencia para generar imágenes transversales de órganos, tejidos, huesos y vasos sanguíneos. Una computadora convierte las imágenes en imágenes tridimensionales.

La resonancia magnética se usa con mayor frecuencia cuando los médicos creen que la leucemia se ha propagado al cerebro.

Tomografía computarizada

Una tomografía computarizada (TC) utiliza un equipo especial de rayos X para generar imágenes tridimensionales y transversales de órganos, tejidos, huesos y vasos sanguíneos dentro del cuerpo. Una computadora convierte las imágenes en imágenes detalladas.

Se puede usar una tomografía computarizada para observar el bazo y el hígado para ver si son más grandes de lo normal o están agrandados. También se puede usar para verificar si los ganglios linfáticos alrededor del corazón, cerca de la tráquea (tráquea) o en la parte posterior del abdomen están agrandados.

En el caso de las leucemias se utilizan ante la sospecha de crecimiento anormal de algún órgano que comprometa el estado de salud del paciente.

Tratamiento

Si tiene leucemia, su equipo médico creará un plan de tratamiento solo para usted. Se basará en sus necesidades y puede incluir una combinación de diferentes tratamientos. Al decidir qué tratamientos ofrecer para la leucemia, su médico considerará:

  • El tipo de leucemia

  • La edad

  • Anomalías cromosómicas (Genéticas)

  • Anomalías Moleculares (Mutaciones)

  • Su estado de salud en general

Las siguientes son opciones de tratamiento para la leucemia:

  • La quimioterapia es el principal tratamiento para muchos tipos de leucemia.

  • El trasplante de células madre puede ser una opción para algunas personas menores de 60 años.

  • La radioterapia se usa con más frecuencia para prevenir que la leucemia se propague o para tratar la leucemia que se ha propagado al sistema nervioso central (SNC). También se usa para preparar la médula ósea para el trasplante de células madre.

  • Se ofrece terapia dirigida para algunos tipos de leucemia.

  • La conducta expectante es una opción de tratamiento para algunas personas con leucemia linfocítica crónica (LLC).

Se administra terapia de apoyo para controlar las complicaciones esperadas de la leucemia y sus tratamientos.

Tratamiento de inducción para la leucemia linfocítica aguda

El tratamiento de inducción también se llama terapia de inducción a la remisión. El objetivo del tratamiento de inducción para la leucemia linfocítica aguda (LLA) es limpiar la sangre y la médula ósea de glóbulos blancos inmaduros (blastos) y lograr una remisión completa. La fase de inducción del tratamiento suele durar alrededor de 40 días.

Algunas personas con LLA tienen una gran cantidad de blastos en el cuerpo (alta carga tumoral). Estos pacientes tienen un recuento alto de glóbulos blancos o un hígado o bazo muy agrandados. Se les puede administrar una terapia de preinducción o prefase para reducir la carga de células leucémicas. Esta terapia generalmente incluye un ciclo leve de quimioterapia y también puede incluir leucoféresis (remoción de globulos blancos anormales a través de un procedimiento denominado aféresis).

  • Quimioterapia: la quimioterapia es el tratamiento de inducción primario para la LLA. Los medicamentos de quimioterapia utilizados pueden variar según el subtipo de LLA y los factores pronósticos. Según sus factores de pronóstico, es posible que le ofrezcan otros medicamentos como parte de la fase de inducción.

  • Inmunoterapia: se utilizan anticuerpos monoclonales dirigidos contra marcadores que presentan las células tumorales. Estos marcadores pueden estar presentes en células normales, pero se presentan en una mayor proporción en las células cancerígenas

  • Terapia dirigida: la terapia dirigida es un tratamiento que usa medicamentos u otras sustancias para atacar moléculas específicas (generalmente proteínas) involucradas en el crecimiento de células cancerosas mientras limita el daño a las células normales.

Se puede agregar un medicamento de terapia dirigida llamado inhibidor de la tirosina cinasa al régimen de quimioterapia para personas con células leucémicas que tienen el cromosoma Filadelfia (llamado Ph+ LLA).

  • Profilaxis o tratamiento del sistema nervioso central: el sistema nervioso central (SNC) es el cerebro y la médula espinal. El tratamiento que se administra para evitar que las células leucémicas se propaguen o recaigan en el SNC se llama profilaxis del SNC. Los tratamientos para evitar que las células leucémicas se propaguen al SNC o para eliminarlas a menudo se administran al mismo tiempo que el tratamiento de inducción o después de este.

  • Radioterapia: se puede administrar radioterapia para tratar la LLA que se ha propagado al sistema nervioso central (SNC).

  • Terapia de apoyo: la terapia de apoyo es importante durante cada fase del tratamiento de la LLA. Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos para la LLA y la enfermedad misma. Pueden incluir:

    • Antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones.

    • Factores de crecimiento para ayudar a que la médula ósea se recupere de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección)

    • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario.

    • Medicamentos para reducir los niveles altos de algunas sustancias químicas en la sangre que aumentan cuando mueren muchas células cancerosas al comienzo del tratamiento (llamado síndrome de lisis tumoral)

    • Leucoféresis para eliminar grandes cantidades de glóbulos blancos de la sangre.

Tratamientos de consolidación para la leucemia linfocítica aguda

El tratamiento de consolidación o intensificación para la leucemia linfocítica aguda (LLA) se administra para evitar que las células leucémicas regresen. La fase de tratamiento de consolidación comienza cuando la persona entra en remisión después del tratamiento de inducción. El tratamiento es necesario porque muchas personas tienen enfermedad residual mínima (MRD) después de la terapia de inducción. El tratamiento de consolidación suele durar varios meses.

  • Quimioterapia: es el tratamiento de consolidación primario para la LLA, es bastante intensa porque los medicamentos generalmente se administran en dosis más altas. Los mismos medicamentos que se usaron para la inducción a menudo se administran para el tratamiento de consolidación. Se pueden agregar otros medicamentos al régimen de quimioterapia.


  • Terapia dirigida: es un tratamiento que usa medicamentos u otras sustancias para atacar moléculas específicas (generalmente proteínas) involucradas en el crecimiento de células cancerosas mientras limita el daño a las células normales.

Se puede agregar un medicamento de terapia dirigida llamado inhibidor de la tirosina cinasa al régimen de quimioterapia para las personas con células leucémicas que tienen el cromosoma Filadelfia (llamado Ph+ LLA).


  • Profilaxis del sistema nervioso central: el sistema nervioso central (SNC) es el cerebro y la médula espinal. El tratamiento que se administra para evitar que las células leucémicas se propaguen o recaigan en el SNC se llama profilaxis del SNC. La profilaxis del SNC se inicia con el tratamiento de inducción y puede continuar durante el tratamiento de consolidación.


  • Trasplante de células madre: se puede ofrecer un trasplante de células madre a las personas cuya ALL entra en remisión, pero aún existe un alto riesgo de que recaiga. Existe un alto riesgo de recaída con ciertos subtipos de ALL u otros factores de mal pronóstico.

El tipo preferido de trasplante de células madre es un alotrasplante si hay disponible un donante compatible.


  • Radioterapia: se puede administrar como parte del tratamiento de acondicionamiento antes del trasplante de células madre. También para tratar la ALL que se ha propagado al sistema nervioso central (SNC).


  • Terapia de apoyo: es importante durante cada fase del tratamiento de la LLA. Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos y la enfermedad misma.

Las terapias de apoyo administradas durante el tratamiento de consolidación pueden incluir:

  • Antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones.

  • Factores de crecimiento para ayudar a que la médula ósea se recupere de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección).

  • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario.

Tratamiento de mantenimiento para la leucemia linfocítica aguda

El tratamiento de mantenimiento para la leucemia linfocítica aguda (LLA) se administra para mantener la remisión. Por lo general, se administra durante un largo período de tiempo y, a menudo, dura de dos a tres años. Los tratamientos de mantenimiento pueden ser más breves si se administraron regímenes más intensos en las primeras fases del tratamiento.

Es posible que algunos subtipos de LLA, como la LLA de células T y la leucemia de tipo Burkitt (LLA de células B maduras), no necesiten tratamiento de mantenimiento.


  • Quimioterapia: es el principal tratamiento de mantenimiento para la LLA. Los medicamentos generalmente se administran en dosis más bajas y, por lo tanto, causan menos efectos secundarios.


  • Terapia dirigida: es un tratamiento que usa medicamentos u otras sustancias para atacar moléculas específicas (generalmente proteínas) involucradas en el crecimiento de células cancerosas mientras limita el daño a las células normales.

Se puede agregar un medicamento de terapia dirigida llamado inhibidor de la tirosina cinasa al régimen de quimioterapia para las personas con células leucémicas que tienen el cromosoma Filadelfia (llamado Ph+ LLA).


  • Profilaxis del sistema nervioso central: el sistema nervioso central (SNC) es el cerebro y la médula espinal. El tratamiento que se administra para evitar que las células leucémicas se propaguen o recaigan en el SNC se llama profilaxis del SNC. La profilaxis del SNC se inicia con el tratamiento de inducción y puede continuar durante el tratamiento de consolidación y mantenimiento.


  • Terapia de apoyo: es importante durante cada fase del tratamiento de la LLA. Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos para la LLA y la enfermedad misma.

La terapia de apoyo durante el tratamiento de mantenimiento puede incluir:

  • Antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones

  • Factores de crecimiento para ayudar a que la médula ósea se recupere de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección)

  • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario.

Tratamiento para la leucemia linfocítica aguda en recaída o refractaria

La leucemia linfocítica aguda (LLA) recidivante o recurrente significa que la leucemia ha regresado después del tratamiento y ha alcanzado la remisión. El tratamiento para la LLA en recaída generalmente se administra durante dos a tres años.

Enfermedad refractaria significa que la leucemia no respondió al tratamiento. No se ha alcanzado la remisión completa porque los medicamentos de quimioterapia no mataron suficientes células leucémicas o blastos.

Tanto la LLA en recaída como la refractaria necesitan más tratamiento para alcanzar una remisión. Las siguientes son opciones de tratamiento para la ALL en recaída o refractaria.


  • Quimioterapia: es el tratamiento primario para la LLA recidivante y refractaria. Cuando se administra para la LLA recidivante y resistente al tratamiento, se denomina quimioterapia de reinducción.

Si la LLA recae después de una remisión prolongada, es posible que responda a los medicamentos utilizados en el tratamiento original. Si la LLA recae después de una breve remisión, los médicos usarán otros medicamentos.

La LLA refractaria se puede tratar con diferentes medicamentos o con dosis más intensas de medicamentos que ya se hayan administrado.


  • Terapia dirigida: es un tratamiento que usa medicamentos u otras sustancias para atacar moléculas específicas (generalmente proteínas) involucradas en el crecimiento de células cancerosas mientras limita el daño a las células normales.


  • Radioterapia: se puede administrar radioterapia de haz externo en dosis bajas para ayudar a aliviar los síntomas causados ​​por la propagación de la LLA al hueso o al cerebro y la médula espinal (llamado sistema nervioso central o SNC).


  • Profilaxis o tratamiento del sistema nervioso central: el sistema nervioso central (SNC) es el cerebro y la médula espinal. El tratamiento que se administra para evitar que las células leucémicas se propaguen al SNC se llama profilaxis del SNC. También se administran tratamientos si la LLA se ha propagado al SNC.


  • Trasplante de células madre: por lo general, se recomienda un trasplante de células madre si la ALL regresa después de alcanzar una segunda remisión. A veces, se ofrece un trasplante de células madre si solo se alcanza una remisión parcial.


  • Inmunoterapia: ayuda a fortalecer o restaurar la capacidad del sistema inmunitario para combatir el cáncer. La terapia de células T con CAR es un tipo de inmunoterapia que toma millones de células T de una persona con cáncer. En el laboratorio, se modifican para que tengan receptores de antígenos quiméricos (CAR) en su superficie. Estos receptores reconocen un antígeno específico (proteína) que se encuentra en las células leucémicas. Luego, las células T se devuelven a la persona donde se multiplican, atacan y destruyen las células de leucemia.


  • Terapia de apoyo: es importante durante cada fase del tratamiento de la LLA. Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos para la LLA y la enfermedad misma. Las terapias de apoyo administradas durante el tratamiento de la LLA en recaída o refractaria pueden incluir:

  • Antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones.

  • Factores de crecimiento para ayudar a que la médula ósea se recupere de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección).

  • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario

  • Medicamentos para reducir los niveles altos de algunas sustancias químicas en la sangre que aumentan cuando mueren muchas células cancerosas al comienzo del tratamiento (llamado síndrome de lisis tumoral) .

  • Leucoféresis para eliminar grandes cantidades de glóbulos blancos de la sangre.

Tratamiento de inducción para la leucemia mieloide aguda

La inducción es la primera fase del tratamiento administrado para la leucemia mieloide aguda (LMA) recién diagnosticada. El tratamiento de inducción también se llama terapia de inducción a la remisión. El objetivo del tratamiento de inducción para la LMA es limpiar la sangre y la médula ósea de las células leucémicas (blastos) y lograr una remisión completa.

Este tratamiento generalmente se administra durante una semana, pero usted puede estar en el hospital hasta por cinco semanas esperando que los efectos secundarios disminuyan o desaparezcan y que la médula ósea vuelva a funcionar normalmente.

Se toman muestras de médula ósea cuatro semanas después de comenzar la quimioterapia de inducción para ver qué tan bien está funcionando el tratamiento. Una vez que los recuentos sanguíneos sean normales, se repetirán las mismas pruebas de médula y el médico verificará si la leucemia está en remisión. Muchas personas obtienen una remisión completa después de una ronda de inducción. Si todavía hay células leucémicas en la médula ósea, se administrará más terapia de inducción (llamada reinducción).

Su equipo de atención médica sugerirá tratamientos de inducción según sus necesidades y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento. El tratamiento de inducción generalmente implica quimioterapia y terapia dirigida.


  • Quimioterapia, utiliza medicamentos contra el cáncer para destruir las células cancerosas. La quimioterapia es el principal tratamiento utilizado durante la fase de inducción del tratamiento de la LMA. También recibirá terapia dirigida si hay ciertas mutaciones genéticas.

El tratamiento de inducción se puede dividir en categorías. La inducción intensiva generalmente se usa para personas menores de 65 años. El tratamiento de inducción menos intensivo se usa para personas mayores de 65 años y a menudo, implica quimioterapia de dosis baja o terapia dirigida o ambas.

Si necesita un segundo ciclo de tratamiento de inducción para obtener una remisión completa, los médicos pueden usar los mismos o similares medicamentos administrados en el primer ciclo si hay menos células leucémicas en la médula ósea que antes de que comenzara el tratamiento. Los médicos pueden usar una combinación de quimioterapia diferente si todavía hay una gran cantidad de células leucémicas en la médula ósea después del primer ciclo de quimioterapia.


  • Terapia dirigida: se usan medicamentos para atacar moléculas específicas (como proteínas) en las células cancerosas o dentro de ellas para detener el crecimiento y la propagación del cáncer.


  • Tratamiento del sistema nervioso central: el sistema nervioso central (SNC) es el cerebro y la médula espinal. Si la leucemia se ha propagado al SNC, el tratamiento puede incluir quimioterapia administrada directamente en el líquido cefalorraquídeo (llamada quimioterapia intratecal). Por lo general, se administra durante una punción lumbar

La radioterapia utiliza rayos o partículas de alta energía para destruir las células cancerosas. A veces se administra en el cerebro y la médula espinal junto con quimioterapia intratecal.


  • Terapia de apoyo: es importante durante cada fase del tratamiento para la LMA. Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos y la enfermedad misma.

Las terapias de apoyo pueden incluir:

  • Antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones.

  • Factores de crecimiento para ayudar a la médula ósea a recuperarse de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección).

  • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza a los factores de coagulación).

  • Medicamentos para reducir los niveles altos de algunas sustancias químicas en la sangre que aumentan cuando mueren muchas células cancerosas al comienzo del tratamiento (llamado síndrome de lisis tumoral).

  • Leucoféresis para eliminar grandes cantidades de glóbulos blancos de la sangre.

Tratamientos de consolidación para la leucemia mieloide aguda

La consolidación es la segunda fase del tratamiento administrado para la leucemia mieloide aguda (LMA). El tratamiento de consolidación se administra una vez que se logra la remisión. El tratamiento de consolidación también se denomina terapia posterior a la remisión. El objetivo del tratamiento de consolidación para la LMA es matar las células leucémicas restantes en el cuerpo y evitar que la leucemia regrese. Se realiza para mantener la remisión completa y prevenir la recaída.

Su médico le sugerirá tratamientos de consolidación según sus necesidades y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento. Algunos factores considerados para su tratamiento incluyen:

  • Cuántos ciclos de quimioterapia se necesitaron para lograr la remisión.

  • Si tiene una compatibilidad para un trasplante de células madre (esto significa que su donante es una compatibilidad genética cercana, pero no idéntica, generalmente un pariente de primer grado).

  • Factores pronósticos como edad y salud en general.

Las dos opciones básicas de tratamiento para la consolidación son la quimioterapia intensiva o un trasplante de células madre.

Si tiene LMA de riesgo intermedio o desfavorable, sus médicos pueden considerar un trasplante de células madre después de la quimioterapia de inducción.

Si tiene una LMA de riesgo favorable, es probable que no necesite un trasplante de células madre. En su lugar, tendrá un tratamiento de consolidación con quimioterapia y tal vez una terapia dirigida.

Si es una persona mayor y no puede recibir quimioterapia intensiva o un trasplante de células madre, es posible que se le administre un tratamiento de consolidación menos intensivo durante más tiempo.

Los factores de riesgo en LMA están determinados por marcadores moleculares, citogeneticos y la respuesta al tratamiento después de la inducción.

  • Quimioterapia: utiliza medicamentos contra el cáncer para destruir las células cancerosas. La quimioterapia es el principal tratamiento de consolidación para la LMA. La quimioterapia se administra poco después de alcanzar la remisión (dos a tres semanas después de que los recuentos de células sanguíneas vuelvan a la normalidad).

El tratamiento consiste en repetir ciclos de los mismos o similares medicamentos utilizados para lograr la remisión. Se pueden usar dosis similares o mayores de los fármacos.

La consolidación menos intensiva se puede usar para tratar a personas mayores o personas que no pueden recibir quimioterapia intensiva debido a otras afecciones médicas.


  • Terapia dirigida: se usan medicamentos para atacar moléculas específicas (como proteínas) en las células cancerosas o dentro de ellas para detener el crecimiento y la propagación del cáncer.

Si recibió un medicamento de terapia dirigida durante la inducción, es probable que continúe tomándolo durante la consolidación.


  • Tratamiento del sistema nervioso central: el sistema nervioso central (SNC) es el cerebro y la médula espinal. Si la leucemia se ha propagado al SNC, el tratamiento puede incluir quimioterapia administrada directamente en el líquido cefalorraquídeo (llamada quimioterapia intratecal). Por lo general, se administra durante una punción lumbar.

La radioterapia utiliza rayos o partículas de alta energía para destruir las células cancerosas. A veces se administra en el cerebro y la médula espinal junto con quimioterapia intratecal.


  • Trasplante de células madre: un trasplante de células madre reemplaza las células madre. Si tiene LMA de riesgo intermedio o alto, se le puede ofrecer un trasplante de células madre para la terapia de consolidación para la LMA. El tipo preferido de trasplante es un alotrasplante si hay disponible un donante compatible. Si no hay disponible un donante compatible, existen otros tipos de trasplante de células madre que se pueden usar como el trasplante Haploidéntico (al menos un 50 % de compatibilidad HLA de donante familiar) o donante no relacionado idéntico.


  • Radioterapia: se utilizan rayos o partículas de alta energía para destruir las células cancerosas. La radioterapia se puede administrar como parte del tratamiento de acondicionamiento antes de un trasplante de células madre. También se puede usar para tratar la LMA que se diseminó al sistema nervioso central.


  • Terapia de apoyo: es importante durante cada fase del tratamiento de la LMA. Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos para la LMA y la enfermedad misma. Las terapias de apoyo administradas durante el tratamiento de consolidación pueden incluir:

  • Antibióticos y antifúngicos para tratar infecciones.

  • Factores de crecimiento para ayudar a la médula ósea a recuperarse de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección).

  • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario.

Tratamientos para la leucemia mieloide aguda en recaída o refractaria

La leucemia mieloide aguda (LMA) recidivante o recurrente significa que la leucemia ha vuelto después del tratamiento y la remisión.

La LMA refractaria significa que la leucemia no respondió al tratamiento. No se ha alcanzado la remisión completa porque los medicamentos de quimioterapia no mataron suficientes células leucémicas.

Tanto la LMA recidivante como la refractaria necesitan más tratamiento para alcanzar la remisión completa.

El médico sugerirá tratamientos según sus necesidades. Algunos factores considerados para su tratamiento incluyen:

  • Su edad.

  • Su salud.

  • Cuánto tiempo estuvo la leucemia en remisión.

  • Tratamientos anteriores.

  • Dónde vuelve la leucemia

Las opciones de tratamiento generalmente incluyen quimioterapia y, si es posible, un trasplante de células madre. También se puede utilizar la terapia dirigida.


  • Quimioterapia: utiliza medicamentos contra el cáncer para destruir las células cancerosas. Es el tratamiento principal para la LMA recidivante o refractaria. Puede incluir ciclos repetidos de los mismos o similares medicamentos que se usaron en el tratamiento de inducción si la remisión completa duró más de 2 años. Se pueden usar dosis similares o mayores de los fármacos.

Se puede repetir el mismo ciclo de inducción si la recaída es tardía > 2 años .

Algunas personas con LMA recidivante o refractaria no son lo suficientemente fuertes para recibir quimioterapia intensiva. Si este es el caso, es posible que le ofrezcan un régimen de quimioterapia menos intensivo.


  • Terapia dirigida: usa medicamentos para atacar moléculas específicas (como proteínas) en las células cancerosas o dentro de ellas para detener el crecimiento y la propagación del cáncer. Algunas personas con LMA recidivante o refractaria no son lo suficientemente fuertes para recibir quimioterapia intensiva. Si este es el caso, se le puede ofrecer una terapia dirigida.


  • Tratamiento del sistema nervioso central: el sistema nervioso central (SNC) es el cerebro y la médula espinal. Si la leucemia se ha propagado al SNC, el tratamiento puede incluir quimioterapia administrada directamente en el líquido cefalorraquídeo (llamada quimioterapia intratecal). Por lo general, se administra durante una punción lumbar. La radioterapia utiliza rayos o partículas de alta energía para destruir las células cancerosas. A veces se administra radioterapia al cerebro y la médula espinal junto con quimioterapia intratecal.


  • Trasplante de células madre: un trasplante de células madre reemplaza las células madre. En algunos casos, se puede ofrecer un trasplante de células madre para la LMA recidivante o refractaria. Un alotrasplante es el tipo preferido de trasplante de células madre. Si no hay un donante compatible disponible, un trasplante autólogo de células madre puede ser una opción.

Se puede ofrecer un trasplante de células madre a las personas que recaen poco después de alcanzar una primera remisión completa o una segunda remisión. A las personas que recaen después de un trasplante de células madre se les pueden ofrecer otros tratamientos, incluida una infusión de linfocitos de su donante de células madre (llamada infusión de linfocitos de donante, o DLI).


  • Radioterapia: utiliza rayos o partículas de alta energía para destruir las células cancerosas. La radioterapia se puede administrar como parte del tratamiento de acondicionamiento antes de un trasplante de células madre. También se puede usar para tratar la LMA que se diseminó al sistema nervioso central.


  • Terapia de apoyo: es importante durante cada fase del tratamiento para la LMA. Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos para la LMA y la enfermedad misma.

Las terapias de apoyo administradas durante el tratamiento de la LMA recidivante o refractaria pueden incluir:

  • Antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones

  • Factores de crecimiento para ayudar a la médula ósea a recuperarse de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección)

  • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza a los factores de coagulación)

  • Medicamentos para reducir los niveles altos de algunas sustancias químicas en la sangre que aumentan cuando mueren muchas células cancerosas al comienzo del tratamiento (llamado síndrome de lisis tumoral)

  • Leucoféresis para eliminar grandes cantidades de glóbulos blancos

Tratamiento para la leucemia promielocítica aguda

La leucemia promielocítica aguda (LPA) es un subtipo de leucemia mieloide aguda (LMA). Se trata de forma ligeramente diferente a otros subtipos de LMA, pero aún tendrá fases de tratamiento de inducción, consolidación y mantenimiento.

La inducción es la primera fase del tratamiento. El objetivo de la inducción es destruir todas las células leucémicas (blastos) en la sangre y disminuir la cantidad de células leucémicas en la médula ósea a niveles normales. La terapia dirigida también se puede usar si las células cancerosas tienen ciertas mutaciones genéticas.

La consolidación es la segunda fase del tratamiento. El propósito es continuar eliminando del cuerpo las células leucémicas que todavía existen pero que no se pueden ver. La quimioterapia se administra en ciclos con períodos de descanso. La terapia dirigida también se puede usar para ciertas mutaciones genéticas.

El mantenimiento es una tercera fase del tratamiento, implica quimioterapia en dosis bajas durante un período de tiempo más prolongado.

Los medicamentos y tratamientos específicos utilizados en las diferentes fases del tratamiento de APL dependen de si tiene un riesgo bajo o alto o si tiene algún problema cardíaco.

  • El riesgo bajo se determina si se tiene un recuento de glóbulos blancos (WBC) menor o igual a 10,000/mm³.

  • Alto riesgo equivale a un recuento de leucocitos superior a 10.000/mm³.


  • Tratamiento de inducción: la inducción es la primera fase del tratamiento que se administra para la LPA recién diagnosticada. También se llama terapia de inducción a la remisión. El objetivo des tratar todas las células leucémicas en la sangre y la médula ósea y lograr una remisión completa o una respuesta completa.

Su médico sugerirá tratamientos de inducción según sus necesidades y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento. Debe ser seguido por otros medicamentos de quimioterapia o administrarse con otros medicamentos de quimioterapia para lograr la remisión, lo que puede demorar alrededor de dos meses.

La quimioterapia utiliza medicamentos contra el cáncer para destruir las células cancerosas. Los medicamentos de quimioterapia usados ​​en combinación dependerán de si el cáncer es de bajo o alto riesgo. También se puede usar un medicamento de terapia dirigida.

Un aspirado de médula osea generalmente se realiza aproximadamente uno o dos meses después de que comienza el tratamiento. Una vez que la APL está en remisión, puede comenzar la terapia de consolidación.


  • Tratamiento de consolidación: la consolidación es la segunda fase del tratamiento dado para LPA. Comienza una vez que la LPA está en remisión. También se denomina terapia posterior a la remisión. El objetivo del tratamiento de consolidación para la LPA es tratar cualquier célula de leucemia que aún se encuentre en la sangre o la médula ósea una vez que se alcance la remisión. Se realiza para mantener la remisión completa y prevenir la recaída.

Su médico le sugerirá tratamientos de consolidación según sus necesidades y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento. La consolidación suele implicar los mismos fármacos que la inducción. Por lo general, dura varios meses, según los medicamentos que se usen.

La quimioterapia utiliza medicamentos contra el cáncer para destruir las células cancerosas. Los medicamentos de quimioterapia usados ​​en combinación dependerán de si el cáncer es de bajo o alto riesgo. También se puede usar el medicamento de terapia dirigida.


  • Tratamiento de mantenimiento: es una tercera fase del tratamiento dado para LPA. El objetivo es evitar que las células leucémicas regresen (lo que se denomina recaída). No todos los planes de tratamiento para la LPA deben incluir terapia de mantenimiento.

El tratamiento de mantenimiento generalmente se administra durante uno a dos años.


  • Tratamientos para la LPA recidivante o refractaria: la LPA recidivante o recurrente significa que la leucemia ha regresado después del tratamiento y la remisión.

LPA refractario significa que la leucemia no respondió al tratamiento. No se ha alcanzado la remisión completa porque la quimioterapia no eliminó suficientes células leucémicas.

Tanto la LPA recidivante como la refractaria necesitan más tratamiento para alcanzar la remisión completa.

Su médico sugerirá tratamientos según sus necesidades y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento. Algunos factores considerados para su tratamiento incluyen:

  • Su edad.

  • Su salud.

  • Cuánto tiempo estuvo la leucemia en remisión.

  • Tratamientos anteriores.

También se puede considerar el trasplante de células madre para la LPA si se alcanza una segunda remisión.


  • Terapia de apoyo: es importante durante cada fase del tratamiento de LPA. Se usa para las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos y la enfermedad misma.

Las terapias de apoyo administradas durante el tratamiento de la LPA recidivante o refractaria pueden incluir:

  • Antibióticos y antifúngicos para tratar infecciones.

  • Factores de crecimiento para ayudar a la médula ósea a recuperarse de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección).

  • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza a los factores de coagulación).


  • Tratamientos para el síndrome de diferenciación: el síndrome de diferenciación es una complicación causada por la quimioterapia. Se observa con mayor frecuencia durante el primer ciclo de tratamiento de medicamentos específicos

Los síntomas del síndrome de diferenciación incluyen:

  • Fiebre.

  • Aumento de peso.

  • Hinchazón causada por una acumulación de líquido en el cuerpo (llamado edema).

  • Acumulación de líquido alrededor de los pulmones (llamado derrame pleural).

  • Acumulación de líquido alrededor del corazón (llamado derrame pericárdico).

  • Problemas respiratorios.

  • Presión arterial baja.

Según la gravedad es si se suspenden o no la quimioterapia con estos medicamentos y si se administran corticoides .

Tratamientos para la leucemia linfocítica crónica de bajo riesgo

Las siguientes son opciones de tratamiento para la leucemia linfocítica crónica (LLC) de bajo riesgo (etapa 0 de Rai o etapa A de Binet).


  • Vigilancia activa: también se llama vigilancia activa. Es el tratamiento principal porque la LLC de bajo riesgo se desarrolla lentamente y no necesita tratamiento inmediato.

Es un tratamiento que consiste en observar atentamente las señales de que la LLC está progresando. El tratamiento se inicia cuando se desarrollan los síntomas o cuando hay signos de que la enfermedad está progresando rápidamente. Algunas personas no desarrollan síntomas durante muchos años y no necesitarán ningún tratamiento.


  • Terapia de apoyo: es una parte importante del tratamiento de la LLC. Se usa para las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos y la enfermedad misma. Las terapias de apoyo pueden incluir:

  • Antibióticos para tratar infecciones.

  • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario.


  • Estudios clínicos: es posible que se le pregunte si desea participar en un ensayo clínico para la LLC.

Tratamiento para la leucemia linfocítica crónica de riesgo medio alto

Su equipo de atención médica sugerirá tratamientos y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento basado en el nivel de riesgo de su leucemia linfocítica crónica (LLC) y sus necesidades. La LLC de riesgo intermedio es la etapa 1 y 2 de Rai o la etapa B de Binet. La LLC de riesgo alto es la etapa 3 y 4 de Rai o la etapa C de Binet. Las siguientes son opciones de tratamiento para la LLC de riesgo intermedio o alto .


  • Quimioterapia: es posible que le ofrezcan quimioterapia para la LLC de riesgo intermedio y alto.


  • Inmunoterapia: se utilizan anticuerpos monoclonales dirigidos contra marcadores que presentan las células tumorales. Estos marcadores pueden estar presentes en células normales, pero se presentan en una mayor proporción en las células cancerígenas.


  • Terapia dirigida: es posible que le ofrezcan una terapia dirigida para la LLC de riesgo intermedio y alto. La terapia dirigida es un tratamiento que usa medicamentos u otras sustancias para atacar moléculas específicas (generalmente proteínas) involucradas en el crecimiento de células cancerosas mientras limita el daño a las células normales. Se puede usar en combinación con medicamentos de quimioterapia.


  • Radioterapia: es posible que le ofrezcan radioterapia de haz externo de dosis baja para la LLC de riesgo intermedio y alto. Se utiliza para reducir el tamaño de los ganglios linfáticos inflamados en un área del cuerpo.


  • Terapia de apoyo: es una parte importante del tratamiento para la LLC de riesgo intermedio o alto. Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos para la LLC y la enfermedad misma.

Las terapias de apoyo pueden incluir:

  • Antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones.

  • Infusión de inmunoglobulinas (IVIG) para prevenir infecciones recurrentes.

  • Factores de crecimiento para ayudar a que la médula ósea se recupere de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección).

  • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario.

  • Medicamentos para reducir los niveles altos de algunas sustancias químicas en la sangre que aumentan cuando mueren muchas células cancerosas al comienzo del tratamiento (llamado síndrome de lisis tumoral).

  • Leucoféresis para eliminar grandes cantidades de glóbulos blancos de la sangre.


  • Estudios clínicos: es posible que se le pregunte si desea participar en un ensayo clínico para la LLC.

Tratamientos para la leucemia linfocítica crónica en recaída o refractaria

La leucemia linfocítica crónica (LLC) en recaída o recurrente significa que el cáncer ha regresado después del tratamiento y ha alcanzado la remisión.

Enfermedad refractaria significa que la leucemia no respondió al tratamiento.

Las siguientes son opciones de tratamiento para la LLC en recaída y refractaria:


  • Quimioterapia: es posible que le ofrezcan quimioterapia para la LLC en recaída o refractaria. Si la LLC recae, es posible que le administren los mismos medicamentos de quimioterapia nuevamente si la leucemia respondió bien a ellos la primera vez. Si la enfermedad se vuelve resistente a la quimioterapia, se pueden administrar otros medicamentos.


  • Inmunoterapia: se utilizan anticuerpos monoclonales dirigidos contra marcadores que presentan las células tumorales. Estos marcadores pueden estar presentes en células normales, pero se presentan en una mayor proporción en las células cancerígenas.


  • Terapia dirigida: es posible que le ofrezcan una terapia dirigida para la LLC en recaída o refractaria. La terapia dirigida se puede usar en combinación con medicamentos de quimioterapia.


  • Radioterapia: es posible que le ofrezcan radioterapia de haz externo de dosis baja para la LLC en recaída o refractaria. Se utiliza para reducir el tamaño de los ganglios linfáticos inflamados en un área del cuerpo.


  • Terapia de apoyo: es una parte importante del tratamiento de la LLC en recaída o refractaria. Se utiliza para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con el tratamiento y la enfermedad misma.

Las terapias de apoyo pueden incluir:

  • Antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones

  • Infusión de inmunoglobulinas (IVIG) para prevenir infecciones recurrentes en casos específicos con recuentos bajos de inmunoglobulina G e infecciones recurrentes.

  • Factores de crecimiento para ayudar a que la médula ósea se recupere de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección)

  • Transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario

  • Medicamentos para reducir los niveles altos de algunas sustancias químicas en la sangre que aumentan cuando mueren muchas células cancerosas al comienzo del tratamiento (llamado síndrome de lisis tumoral)

  • Leucoféresis para eliminar grandes cantidades de glóbulos blancos de la sangre


  • Estudios clínicos: es posible que se le pregunte si desea participar en un ensayo clínico para la LLC.

Tratamiento para la leucemia mieloide crónica en fase crónica

Su equipo de atención médica sugerirá tratamientos según sus necesidades y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento.

La mayoría de las personas son diagnosticadas en la fase crónica de LMC. El objetivo del tratamiento durante la fase crónica es devolver los recuentos de células sanguíneas a la normalidad y mantenerlos en niveles normales o cerca de ellos durante largos períodos de tiempo (lo que se denomina remisión).

Su equipo de atención médica revisará su sangre y su médula ósea para monitorear de cerca la respuesta al tratamiento.

Terapia dirigida: La terapia dirigida es el tratamiento principal para la mayoría de las personas con leucemia mieloide crónica en la fase crónica. Es un tratamiento que usa medicamentos u otras sustancias para atacar moléculas específicas (generalmente proteínas) involucradas en el crecimiento de células cancerosas mientras limita el daño a las células normales.

Trasplante de células madre:

        • Alogénico. Se puede usar como tratamiento principal para personas más jóvenes que tienen un donante compatible con HLA. También es una opción de tratamiento para algunas personas que no alcanzan una respuesta completa, desarrollan resistencia o recaen después de la terapia dirigida o la terapia biológica.

        • Un trasplante de intensidad reducida puede ser una opción para las personas mayores o para las personas que no están lo suficientemente sanas como para sobrellevar los efectos secundarios que ocurren con un trasplante estándar. Un trasplante de intensidad reducida usa quimioterapia o radioterapia menos intensa para prepararse para el trasplante de células madre.

Terapia biológica: Se puede ofrecer a las personas que no pueden hacer frente a los efectos secundarios de la terapia dirigida, o si la LMC es resistente a ella. La terapia biológica puede usarse sola o en combinación con quimioterapia.

Quimioterapia: Si alguien no puede hacer frente a los efectos secundarios de la terapia dirigida o si la LMC es resistente a la terapia dirigida. La quimioterapia también se usa en preparación para un trasplante de células madre.

Terapia de apoyo: Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos para la leucemia mieloide crónica y la enfermedad misma. Las terapias de apoyo administradas durante la fase crónica pueden incluir:

        • antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones

        • factores de crecimiento para ayudar a que la médula ósea se recupere de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección)

        • transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario

        • medicamentos para reducir los niveles altos de algunas sustancias químicas en la sangre que aumentan cuando mueren muchas células cancerosas al comienzo del tratamiento (llamado síndrome de lisis tumoral)

        • leucoféresis, para eliminar grandes cantidades de glóbulos blancos de la sangre

Ensayos clínicos: Es posible que se le pregunte si desea participar en un ensayo clínico para la leucemia mieloide crónica. Obtenga más información sobre los ensayos clínicos.

Tratamientos para la leucemia mieloide crónica en fase acelerada

Su equipo de atención médica sugerirá tratamientos según sus necesidades y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento.

En la fase acelerada, las células leucémicas comienzan a acumularse más rápidamente y aparecen los síntomas. El objetivo del tratamiento durante la fase acelerada es devolver la LMC a la fase crónica.

Su equipo de atención médica revisará su sangre y su médula ósea para monitorear de cerca la respuesta al tratamiento.

Terapia dirigida: Se puede ofrecer una terapia dirigida con un inhibidor de la tirosina cinasa durante la fase acelerada de la LMC. Si ya está tomando terapia dirigida, sus médicos pueden aumentar la dosis del medicamento o probar con un medicamento diferente.

Trasplante de células madre: Por lo general, los médicos intentarán que la LMC vuelva a la fase crónica o mejoren los recuentos de células sanguíneas antes del trasplante.

    • Alogénico: A veces puede provocar la remisión, lo que significa que los recuentos de células sanguíneas han vuelto a la normalidad y se mantienen en niveles normales o cerca de ellos durante un largo período de tiempo. Pero este tipo de trasplante solo se puede realizar si hay un donante compatible disponible.

    • Autólogo: Se puede realizar para intentar que la LMC vuelva a la fase crónica, pero esto es muy poco común en la actualidad.

    • Un trasplante de intensidad reducida puede ser una opción para las personas mayores o para las personas que no están lo suficientemente sanas como para sobrellevar los efectos secundarios que ocurren con un trasplante estándar. Un trasplante de intensidad reducida usa quimioterapia o radioterapia menos intensa para prepararse para el trasplante de células madre.

Terapia biológica: Se puede ofrecer a las personas que no pueden hacer frente a los efectos secundarios de la terapia dirigida, o si la LMC es resistente a ella. La terapia biológica puede usarse sola o en combinación con quimioterapia.

Quimioterapia: Si alguien no puede hacer frente a los efectos secundarios de la terapia dirigida o si la LMC es resistente a la terapia dirigida. La quimioterapia también se usa en preparación para un trasplante de células madre.

Terapia de apoyo: Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos para la leucemia mieloide crónica y la enfermedad misma. Las terapias de apoyo administradas durante la fase acelerada pueden incluir:

      • antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones

      • factores de crecimiento para ayudar a que la médula ósea se recupere de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección)

      • transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario

      • medicamentos para reducir los niveles altos de algunas sustancias químicas en la sangre que aumentan cuando mueren muchas células cancerosas al comienzo del tratamiento (llamado síndrome de lisis tumoral)

      • leucoféresis, para eliminar grandes cantidades de glóbulos blancos de la sangre

Ensayos clínicos; Es posible que se le pregunte si desea participar en un ensayo clínico para la leucemia mieloide crónica. Obtenga más información sobre los ensayos clínicos .

Tratamiento para la leucemia mieloide crónica en fase blástica

Su equipo de atención médica sugerirá tratamientos según sus necesidades y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento.

En la fase blástica, aumenta el número de células leucémicas en la médula ósea y en la sangre. Los recuentos de glóbulos blancos y plaquetas se vuelven muy anormales. Se desarrollan síntomas y es posible que tenga complicaciones, como sangrado e infecciones.

Los signos y síntomas de la crisis blástica incluyen fiebre, cansancio, agrandamiento del bazo y más del 30% de las células en la sangre o la médula ósea son blastos.

La mayoría de las veces, las células leucémicas cambian durante la etapa blástica y la enfermedad actúa como la leucemia mielógena aguda (LMA). Cuando esto sucede, se trata de manera similar a la LMA. Con menos frecuencia, las células leucémicas cambian y la enfermedad actúa como la leucemia linfocítica aguda (LLA). Cuando esto sucede, se trata de manera similar.

El objetivo del tratamiento durante la fase blástica es devolver la LMC a la fase crónica. Su equipo de atención médica revisará su sangre y su médula ósea para monitorear de cerca la respuesta al tratamiento.

Terapia dirigida: Se puede ofrecer una terapia dirigida con un inhibidor de la tirosina cinasa durante la fase blástica de la LMC. Si ya está tomando terapia dirigida, sus médicos pueden aumentar la dosis o probar con un medicamento diferente.


Quimioterapia: Se puede ofrecer quimioterapia para la LMC en la fase blástica. Los medicamentos usados ​​dependen de si las células leucémicas se ven como LMA o LLA.

Durante la fase blástica, existe un mayor riesgo de que las células leucémicas se propaguen al cerebro y la médula espinal (sistema nervioso central o SNC).


Trasplante de células madre:

  • Alogénico: Esta terapia suele ser más eficaz en las primeras fases. Es más probable que el trasplante de células madre tenga éxito si la LMC puede regresar a la fase crónica antes del trasplante.


Radioterapia: Haz externo que se puede ofrecer para la LMC en la fase blástica para:

  • encoger el bazo, si es más grande de lo normal

  • aliviar el dolor de huesos

  • Se puede administrar radioterapia al cerebro cuando la leucemia se transforma en LLA.


Cirugía: a veces se usa cirugía para extirpar el bazo (llamada esplenectomía). Esto se hace cuando un bazo agrandado causa molestias.


Terapia de apoyo: es importante durante el tratamiento para cada fase de la LMC. Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos para la leucemia mieloide crónica y la enfermedad misma.

Las terapias de apoyo administradas durante la fase blástica pueden incluir:

  • antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones

  • factores de crecimiento para ayudar a que la médula ósea se recupere de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección)

  • transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario

  • medicamentos para reducir los niveles altos de algunas sustancias químicas en la sangre que aumentan cuando mueren muchas células cancerosas al comienzo del tratamiento (llamado síndrome de lisis tumoral)

  • leucoféresis, para eliminar grandes cantidades de glóbulos blancos de la sangre

Ensayos clínicos: es posible que se le pregunte si desea participar en un ensayo clínico para la leucemia mieloide crónica. Obtenga más información sobre los ensayos clínicos .

Tratamientos para la leucemia mieloide crónica en recaída o refractaria

Su equipo de atención médica sugerirá tratamientos según sus necesidades y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento.

La LMC recidivante o recurrente significa que la cantidad de células leucémicas aumentó después del tratamiento y alcanzó la remisión. La remisión significa que los recuentos de células sanguíneas han vuelto a la normalidad y permanecen en niveles normales o cerca de ellos durante largos períodos de tiempo.

La LMC refractaria significa que la leucemia no responde al tratamiento.

El objetivo del tratamiento de la LMC recidivante o refractaria es regresar a la fase crónica. Su equipo de atención médica revisará su sangre y su médula ósea para monitorear de cerca la respuesta al tratamiento.

Terapia dirigida: Se puede ofrecer una terapia dirigida con un inhibidor de la tirosina cinasa para la LMC recidivante o refractaria. Si ya está tomando terapia dirigida, sus médicos pueden aumentar la dosis o probar con un medicamento diferente.


Trasplante de células madre:

  • Alogénico: Por lo general, los médicos intentarán que la LMC vuelva a la fase crónica o mejoren los recuentos sanguíneos antes del trasplante.

  • Un trasplante de intensidad reducida puede ser una opción para las personas mayores que no están lo suficientemente sanas para hacer frente a los efectos secundarios que ocurren con un trasplante estándar. Un trasplante de intensidad reducida usa quimioterapia o radioterapia menos intensa para prepararse para el trasplante de células madre.

Antes de un trasplante de células madre, los linfocitos se extraen de la sangre del donante y se congelan para almacenarlos. Si ocurre una recaída después de un trasplante de células madre, los linfocitos se descongelan y se administran a la persona a través de una o más infusiones. Esto se llama infusión de linfocitos de donante (DLI). Puede estimular el sistema inmunitario y provocar una reacción inmunitaria más fuerte contra las células de leucemia mieloide crónica.


Terapia biológica: Se puede ofrecer a las personas que no pueden hacer frente a los efectos secundarios de la terapia dirigida, o si la CML es resistente a ella. La terapia biológica puede usarse sola o en combinación con quimioterapia.


Quimioterapia: Se usa si alguien no puede hacer frente a los efectos secundarios de la terapia dirigida o si la LMC es resistente a la terapia dirigida. La quimioterapia también se usa en preparación para un trasplante de células madre.


Terapia de apoyo: es importante durante el tratamiento para cada fase de la LMC. Se usa para tratar las complicaciones que suelen ocurrir con los tratamientos para la leucemia mieloide crónica y la enfermedad misma.

Las terapias de apoyo administradas durante el tratamiento de la leucemia mieloide crónica en recaída o refractaria incluyen:

  • antibióticos, antivirales o antifúngicos para prevenir o combatir infecciones

  • factores de crecimiento para ayudar a que la médula ósea se recupere de la quimioterapia (la quimioterapia puede afectar la médula ósea, por lo que no produce suficientes células sanguíneas sanas, lo que puede aumentar el riesgo de infección)

  • transfusiones de glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitado (un producto que reemplaza los factores de coagulación) según sea necesario

  • medicamentos para reducir los niveles altos de algunas sustancias químicas en la sangre que aumentan cuando mueren muchas células cancerosas al comienzo del tratamiento (llamado síndrome de lisis tumoral)

  • leucoféresis, para eliminar grandes cantidades de glóbulos blancos de la sangre

Ensayos clínicos: Es posible que se le pregunte si desea participar en un ensayo clínico para la leucemia mieloide crónica. Obtenga más información sobre los ensayos clínicos .

Pronóstico y supervivencia

Las personas con leucemia pueden tener preguntas sobre su pronóstico y supervivencia, que dependen de muchos factores. Solo un médico familiarizado con el historial médico de una persona, el tipo de cáncer, el estadio, las características del cáncer, los tratamientos elegidos y la respuesta al tratamiento puede combinar toda esta información con las estadísticas de supervivencia para llegar a un pronóstico.

Un pronóstico es la mejor estimación del médico de cómo el cáncer afectará a una persona y cómo responderá al tratamiento. Un factor pronóstico es un aspecto del cáncer o una característica de la persona que el médico considerará al hacer un pronóstico. Un factor predictivo influye en cómo responderá un cáncer a un determinado tratamiento. Los factores pronósticos y predictivos a menudo se analizan juntos y ambos juegan un papel en la decisión sobre un plan de tratamiento.

  1. Los siguientes son factores pronósticos y predictivos de leucemia linfoblástica aguda (LLA):

  • Años: los adultos más jóvenes, generalmente los menores de 50 años, tienen un pronóstico más favorable que los adultos mayores. Esto puede deberse a que las anomalías cromosómicas pueden ocurrir a medida que una persona envejece. Las personas mayores también pueden tener otras afecciones de salud que les dificulten hacer frente a los efectos secundarios de los tratamientos para la LLA.


  • Recuento de glóbulos blancos: el recuento de glóbulos blancos (WBC) en el momento del diagnóstico es un factor pronóstico para la LLA. Las personas con un WBC inferior a 30 000 para la LLA de células B y menos de 100 000 para la LLA de células T tienden a tener un pronóstico más favorable.


  • Clasificaciones: la B-LLA hiperdiploide tiene un pronóstico más favorable que otros tipos de LLA, pero el resultado mejora continuamente con el uso de terapia dirigida, terapia de mantenimiento y trasplante de células madre.


  • Cambios cromosómicos: los cambios en ciertos cromosomas son un factor pronóstico para la LLA.

    • El cromosoma Filadelfia. La anomalía más común en las células leucémicas de las personas con ALL es el cromosoma Filadelfia (Ph). El cromosoma Ph es una translocación o reordenamiento de los cromosomas 9 y 22. Esta translocación crea el gen de fusión BCR-ABL, que conduce al desarrollo de la LLA.

    • En el pasado, tener células leucémicas con el cromosoma Ph (conocido como LLA Ph-positivo o LLA Ph+) solía significar un pronóstico menos favorable. Hoy en día se utilizan fármacos de terapia dirigida para tratar la LLA Ph+, por lo que el pronóstico de este cáncer es más favorable.

    • Otros cambios cromosómicos. Las siguientes anomalías cromosómicas suelen significar un pronóstico menos favorable:

      • Una translocación entre los cromosomas 4 y 11.

      • Tener un cromosoma 8 extra.

      • Falta el cromosoma 7.

      • Hipodiploidía (con menos del número normal de 46 cromosomas).

Las siguientes anomalías cromosómicas suelen significar un pronóstico más favorable:

  • Hiperdiploidía (generalmente con más de 50 y menos de 66 cromosomas).


  • Respuesta a la quimioterapia: se mide como el tiempo que lleva alcanzar una remisión completa o una respuesta completa. Cuando se alcanza una remisión completa dentro de las cuatro semanas posteriores al inicio de la quimioterapia, el pronóstico es más favorable. El pronóstico es menos favorable cuando lleva más tiempo alcanzar la remisión completa. El pronóstico es peor en las personas que no alcanzan una remisión completa después de la quimioterapia.

La enfermedad residual mínima (MRD) significa que hay células blásticas en la médula ósea, pero solo se pueden ver mediante pruebas muy sensibles, como la citometría de flujo o la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Las células cancerosas no se pueden ver con pruebas estándar, como mirar las células bajo un microscopio. En general, las personas con LLA que tienen MRD en cualquier momento después del inicio de la terapia de consolidación (el tratamiento continuo administrado para evitar que la leucemia regrese) tienen un mayor riesgo de recaída y un peor pronóstico.


  • Recaída temprana: significa que la leucemia regresa poco después del tratamiento. Es un factor de mal pronóstico.


  • Células de leucemia en el sistema nervioso central: la propagación de la LLA al cerebro y la médula espinal (llamado sistema nervioso central o SNC) es un factor de mal pronóstico.


  • Grupos de riesgo pronóstico: las personas con LLA se dividen en los siguientes grupos de riesgo pronóstico:

    • Buen riesgo significa que la persona con LLA tiene un pronóstico más favorable. Personas en el grupo de buen riesgo:

      • No tener anomalías cromosómicas desfavorables.

      • Son menores de 30 años de edad.

      • Tener un recuento de glóbulos blancos de menos de 30 000 para la LLA de células B y de menos de 100 000 para la LLA de células T.

      • Alcanzar la remisión completa en cuatro semanas.

    • Riesgo intermedio significa que la persona con LLA tiene un pronóstico menos favorable que un riesgo bueno, pero un pronóstico más favorable que un riesgo bajo.

    • Riesgo bajo significa que la persona con LLA tiene un pronóstico menos favorable. Personas en el grupo de riesgo desfavorable:

      • Tienen anomalías cromosómicas desfavorables: t(9;22), t(4;11).

      • Son mayores de 60 años.

      • Tienen todo con un recuento de leucocitos superior a 100.000.

      • No alcanzan una remisión completa en cuatro semanas.


  1. Los siguientes son factores pronósticos y predictivos de la leucemia mieloide aguda (LMA).

  • Subtipos de leucemia mieloide aguda: la AML se puede clasificar en muchos subtipos diferentes. El subtipo puede ser importante para ayudar a determinar su pronóstico y planificar su tratamiento. Ciertos subtipos, como la leucemia promielocítica aguda (LPA), tienen estadísticas de supervivencia más altas que otros. Otros subtipos pueden tener ciertas características, como cambios genéticos y cromosómicos, que también pueden afectar su pronóstico.


  • Cambios genéticos cromosómicos o moleculares: muchos cambios cromosómicos o cambios genéticos moleculares están relacionados con la LMA y algunos de ellos se usan como factores de pronóstico. Estos cambios pueden ayudar a determinar cómo responderá la LMA al tratamiento y si tiene o no un alto riesgo de reaparecer después del tratamiento. Los cambios favorables o de buen riesgo incluyen:

    • Translocación entre los cromosomas 8 y 21, RUNX1-RUNX1T1.

    • Translocación o inversión del cromosoma 16, CBFB-MYH11.

    • NPM1 mutado sin FLT3-ITD o con proporción alélica baja de FLT3-ITD (<0,5).

    • CEBPA bialélica mutada.

Los cambios de riesgo intermedio incluyen:

  • NPM1 mutado y FLT3-ITD alto.

  • NPM1 de tipo salvaje sin FLT3-ITD o con FLT3-ITD bajo.

  • Translocación entre los cromosomas 9 y 11 que da como resultado MLLT3-KMT2A.

Los cambios desfavorables o de alto riesgo incluyen:

  • Translocación entre los cromosomas 6 y 9 que da como resultado DEK-NUP214.

  • Translocación en la banda 11q23/3 que da como resultado KMT2A reorganizado.

  • Translocación entre los cromosomas 9 y 22 que da como resultado BCR-ABL1.

  • Translocación o inversión del cromosoma 3 que da como resultado GATA2,MECOME(EVI1).

  • Deleción de parte del cromosoma 5, 7 o 17.

  • Cariotipo complejo, cariotipo monosomal.

  • NPM1 de tipo salvaje y FLT3-ITD alto.

  • RUNX1 mutado.

  • ASXL1 mutado.

  • TP53 mutado.


  • Tratamiento previo para el cáncer: la LMA que se desarrolla después del tratamiento de otro cáncer generalmente tiene un pronóstico menos favorable.


  • Trastornos sanguíneos previos: las personas que ya han tenido un trastorno de la sangre, como un síndrome mielodisplásico (SMD), generalmente tienen un pronóstico menos favorable.


  • Respuesta al tratamiento: la respuesta de la leucemia al tratamiento es un factor pronóstico importante. La respuesta a la quimioterapia se mide como el tiempo que se tarda en alcanzar una remisión completa o una respuesta completa. El objetivo del tratamiento es alcanzar una remisión completa. Las personas con LMA que responde rápidamente al tratamiento (entra en remisión completa después de una ronda de quimioterapia de inducción) tienen un mejor pronóstico que las personas con LMA que no responde rápidamente o necesita más de un ciclo de quimioterapia para entrar en remisión.

La enfermedad que todavía está presente después del tratamiento pero que solo se puede encontrar usando pruebas más sensibles se llama enfermedad residual medible (MRD). Las personas con MRD al final de la quimioterapia de inducción tienen un mayor riesgo de recaída y un peor pronóstico que las personas sin MRD después de la quimioterapia de inducción. Una recaída temprana también está relacionada con un pronóstico menos favorable.


  • Años: los adultos más jóvenes, generalmente los menores de 60 años, tienen un pronóstico más favorable que los adultos mayores. Las personas mayores tienden a tener cambios genéticos más desfavorables que las personas más jóvenes. Las personas mayores también pueden tener problemas de salud que les dificulten hacer frente a los intensos tratamientos para la LMA.


  • Recuento de glóbulos blancos: un recuento de glóbulos blancos (WBC) de más de 100 000 células/mm³ en el momento del diagnóstico está relacionado con un pronóstico menos favorable.


  • Infección: una infección grave no controlada en el momento del diagnóstico es un factor pronóstico menos favorable.


  1. Los siguientes son factores pronósticos y predictivos de la leucemia linfocítica crónica (LLC):

  • Estadio: un estadio más bajo en el momento del diagnóstico es un factor pronóstico más favorable.


  • Células de leucemia en la médula ósea: las células sanguíneas anormales (llamadas células leucémicas) pueden formar diferentes patrones en la médula ósea. Cuando las células leucémicas están más dispersas (lo que se denomina patrón difuso), es un factor de pronóstico menos favorable. Las células leucémicas que se encuentran en pequeños grupos (llamado patrón nodular) o las células leucémicas entre células normales (llamado patrón intersticial) son factores pronósticos más favorables.


  • Años: las personas mayores tienen un pronóstico menos favorable.


  • Sexo: los hombres tienen un pronóstico menos favorable que las mujeres.


  • Cambios cromosómicos: la deleción de parte del cromosoma 13, sin otras anomalías cromosómicas, es un factor pronóstico más favorable. La eliminación de partes del cromosoma 11 o 17 es un factor de pronóstico menos favorable.


  • Transformación prolinfocítica: un prolinfocito es una forma temprana de un linfocito. Un mayor número de prolinfocitos en la sangre se denomina transformación prolinfocítica. Tiene un pronóstico menos favorable.


  • Tiempo de duplicación de linfocitos: el tiempo de duplicación de linfocitos es el tiempo que tarda en duplicarse el recuento de linfocitos. Un tiempo de duplicación de linfocitos de más de seis meses es un factor pronóstico más favorable.


  • Áreas de tejido linfático afectadas: las áreas de tejido linfático son el bazo, el hígado y los ganglios linfáticos del cuello, la axila y la ingle. Tener menos áreas de tejido linfático afectadas por LLC es un factor de pronóstico más favorable.


  • Niveles de proteína: los siguientes niveles de proteína significan un pronóstico más favorable:

    • Un nivel sanguíneo bajo de beta-2-microglobulina.

    • Un bajo número de células de LLC tiene las proteínas CD38 (grupo de diferenciación 38) o ZAP-70 (proteína asociada a zeta 70).

    • Mutación del gen IGHV. Las células de LLC con un gen cambiado o mutado para IGHV (región variable de cadena pesada de inmunoglobulina) tienen un pronóstico más favorable.


  • Síndrome de Richter: el síndrome de Richter o una transformación de Richter, ocurre cuando la LLC se convierte en un linfoma no Hodgkin agresivo, generalmente un linfoma difuso de células B grandes (DLBCL) . El síndrome de Richter es un factor pronóstico menos favorable.


  • Estado de rendimiento: las personas con un buen estado de rendimiento en el momento del diagnóstico tienen un pronóstico más favorable.


  1. Los siguientes son factores pronósticos y predictivos de la leucemia mieloide aguda (LMA).

  • Subtipos de leucemia mieloide aguda: la LMA se puede clasificar en muchos subtipos diferentes. El subtipo puede ser importante para ayudar a determinar su pronóstico y planificar su tratamiento. Ciertos subtipos, como la leucemia promielocítica aguda (LPA), tienen estadísticas de supervivencia más altas que otros. Otros subtipos pueden tener ciertas características, como cambios genéticos y cromosómicos, que también pueden afectar su pronóstico.


  • Cambios genéticos cromosómicos o moleculares: muchos cambios cromosómicos o cambios genéticos moleculares están relacionados con la LMA y algunos de ellos se usan como factores de pronóstico. Estos cambios pueden ayudar a determinar cómo responderá la LMA al tratamiento y si tiene o no un alto riesgo de reaparecer después del tratamiento.

Los cambios favorables o de buen riesgo incluyen:

  • Translocación entre los cromosomas 8 y 21, RUNX1-RUNX1T1.

  • Translocación o inversión del cromosoma 16, CBFB-MYH11.

  • NPM1 mutado sin FLT3-ITD o con proporción alélica baja de FLT3-ITD (<0,5)CEBPA bialélica mutada.

Los cambios de riesgo intermedio incluyen:

  • NPM1 mutado y FLT3-ITD alto.

  • NPM1 de tipo salvaje sin FLT3-ITD o con FLT3-ITD bajo.

  • Translocación entre los cromosomas 9 y 11 que da como resultado MLLT3-KMT2A.

Los cambios desfavorables o de alto riesgo incluyen:

  • Translocación entre los cromosomas 6 y 9 que da como resultado DEK-NUP214.

  • Translocación en la banda 11q23/3 que da como resultado KMT2A reorganizado.

  • Translocación entre los cromosomas 9 y 22 que da como resultado BCR-ABL1.

  • Translocación o inversión del cromosoma 3 que da como resultado GATA2,MECOME(EVI1).

  • Deleción de parte del cromosoma 5, 7 o 17.

  • Cariotipo complejo, cariotipo monosomal.

  • NPM1 de tipo salvaje y FLT3-ITD alto.

  • RUNX1 mutado.

  • ASXL1 mutado.

  • TP53 mutado.


  • Tratamiento previo para el cáncer: la LMA que se desarrolla después del tratamiento de otro cáncer generalmente tiene un pronóstico menos favorable.


  • Trastornos sanguíneos previos: las personas que ya han tenido un trastorno de la sangre, como un síndrome mielodisplásico (SMD), generalmente tienen un pronóstico menos favorable.


  • Respuesta al tratamiento: la respuesta de la leucemia al tratamiento es un factor pronóstico importante. La respuesta a la quimioterapia se mide como el tiempo que se tarda en alcanzar una remisión completa o una respuesta completa. El objetivo del tratamiento es alcanzar una remisión completa. Las personas con LMA que responde rápidamente al tratamiento (entra en remisión completa después de una ronda de quimioterapia de inducción) tienen un mejor pronóstico que las personas con LMA que no responde rápidamente o necesita más de un ciclo de quimioterapia para entrar en remisión. La enfermedad que todavía está presente después del tratamiento pero que solo se puede encontrar usando pruebas más sensibles se llama enfermedad residual medible (MRD). Las personas con MRD al final de la quimioterapia de inducción tienen un mayor riesgo de recaída y un peor pronóstico que las personas sin MRD después de la quimioterapia de inducción. Una recaída temprana también está relacionada con un pronóstico menos favorable.


  • Años: los adultos más jóvenes, generalmente los menores de 60 años, tienen un pronóstico más favorable que los adultos mayores. Las personas mayores tienden a tener cambios genéticos más desfavorables que las personas más jóvenes. Las personas mayores también pueden tener problemas de salud que les dificulten hacer frente a los intensos tratamientos para la LMA.


  • Recuento de glóbulos blancos: un recuento de glóbulos blancos (WBC) de más de 100 000 células/mm³ en el momento del diagnóstico está relacionado con un pronóstico menos favorable.


  • Infección: una infección grave no controlada en el momento del diagnóstico es un factor pronóstico menos favorable.


  1. Los siguientes son factores pronósticos y predictivos de leucemia mielógena crónica (LMC):

  • Años: las personas de 60 años o más tienen un pronóstico menos favorable.


  • Fase: la LMC que se encuentra en la fase acelerada o blástica en el momento del diagnóstico tiene un pronóstico menos favorable.


  • Blastos en sangre: Un mayor número de blastos en sangre periférica determina un peor pronóstico,


  • Bazo aumentado de tamaño: si el bazo es más grande de lo normal en el momento del diagnóstico, el pronóstico es menos favorable.


  • Recuento de plaquetas: un recuento de plaquetas muy bajo o muy alto en el momento del diagnóstico es un factor pronóstico menos favorable.


  • Número de eosinófilos y basófilos: los eosinófilos y los basófilos son tipos de granulocitos (glóbulos blancos) que liberan sustancias químicas para combatir algunos tipos de infecciones y durante las reacciones alérgicas. Una mayor cantidad de eosinófilos y basófilos en la sangre significa un pronóstico menos favorable.


  • Cambios cromosómicos: los cambios cromosómicos, o anormalidades, son un factor pronóstico para la LMC.

El cromosoma Filadelfia. la anomalía cromosómica más común en las personas con leucemia mieloide crónica es el cromosoma Filadelfia (Ph). El cromosoma Ph es una translocación o reordenamiento de los cromosomas 9 y 22. Esta translocación crea el gen de fusión BCR-ABL, que conduce al desarrollo de LMC. Alrededor del 95 % de los adultos con leucemia mieloide crónica tienen células leucémicas con el cromosoma Ph. Cuando el cromosoma Ph está presente, la LMC se describe como LMC Ph positiva o Ph+. Cuando el cromosoma Ph no está presente, se describe como LMC Ph negativa o Ph–. Las personas con LMC Ph+ tienen un pronóstico más favorable que aquellas con LMC Ph–.


  • Otros cambios cromosómicos: si hay otros cambios cromosómicos o varios cambios cromosómicos, la LMC suele tener una fase crónica más corta y un pronóstico menos favorable.


  • Anemia: la anemia (recuento bajo de glóbulos rojos) en el momento del diagnóstico es un factor de pronóstico menos favorable.


  • Células de leucemia en la médula ósea: el pronóstico es menos favorable si hay una gran cantidad de células leucémicas en la médula ósea. Tener áreas de daño óseo por el crecimiento de células leucémicas en el momento del diagnóstico también es un factor de pronóstico menos favorable.


  • Estado funcional: el estado funcional es la medida de qué tan bien puede hacer las tareas ordinarias y llevar a cabo las actividades diarias. Las personas con un estado funcional bajo en el momento del diagnóstico tienen un pronóstico menos favorable. Esto puede deberse a que tienen otros problemas de salud que los hacen menos tolerantes al tratamiento.


  • Nivel de lactato deshidrogenasa sérica en la sangre: un alto nivel de lactato deshidrogenasa sérica (LDH) en la sangre es un factor de pronóstico menos favorable. Los niveles más altos de LDH pueden significar que hay daño en los tejidos o que hay células leucémicas o blastos en la sangre.


  • Respuesta al tratamiento: los médicos miden la eficacia del tratamiento con análisis de PCR BCR – ABL cuantitativo. El marcador predictor mas importante de la respuesta a terapia en LMC es lograr una respuesta a menos del 10% de la mutación presente en sangre después del tercer mes de terapia.


  • Sistemas de puntuación de pronóstico para la LMC: los médicos usan diferentes sistemas de puntuación de pronóstico para la LMC, incluidos los sistemas de puntuación Sokal, Hasford y European (o puntuación Euro). Estos sistemas tienen en cuenta muchos de los factores de pronóstico para generar una puntuación que se utiliza para ayudar a los médicos a predecir un pronóstico y determinar el tipo de terapia a utilizar.


Seguimiento después del tratamiento

El seguimiento después del tratamiento es una parte importante de la atención del cáncer.

1. El seguimiento de la leucemia linfocítica aguda (LLA):

No espere hasta su próxima cita programada para informar cualquier síntoma nuevo y síntomas que no desaparezcan. Informe a su equipo de atención médica si tiene:

  • Fatiga

  • Una sensación general de incomodidad o enfermedad (llamada malestar general)

  • Pérdida de apetito

  • Pérdida de peso

  • Sangrado o moretones

  • Infecciones frecuentes

La posibilidad de que la LLA recurra es mayor dentro de los 5 años posteriores a la finalización del tratamiento, por lo que se necesita un seguimiento minucioso durante este tiempo. Si ocurre una recaída, generalmente es durante el tratamiento o poco después de que se completa el tratamiento. Es inusual que la LLA regrese si no hay signos de la enfermedad 5 años después del tratamiento.

Calendario de visitas de seguimiento

El seguimiento después de LLA se basa en sus necesidades personales. Generalmente dura muchos años. Las visitas de seguimiento para LLA generalmente se programan:

  • Cada pocos meses durante cinco años después de finalizar el tratamiento (incluso si no hay signos de enfermedad).

  • Con más frecuencia, probablemente una o dos veces por semana, durante los primeros tres meses después de un trasplante de células madre.

  • Con menos frecuencia a medida que pasa el tiempo (el tiempo entre exámenes será más largo pero continuará indefinidamente).

Durante las visitas de seguimiento

Su médico le hará preguntas sobre los efectos secundarios del tratamiento y cómo los está enfrentando. Le pueden realizar un examen físico, que puede incluir:

  • Medir los signos vitales para detectar fiebre, dificultad para respirar y latidos cardíacos rápidos.

  • Revisar la piel en busca de hematomas y palidez.

  • Palpar áreas del cuello, la axila y la ingle en busca de ganglios linfáticos inflamados o agrandados.

  • Buscar en la boca signos de infección y sangrado o encías hinchadas.

  • Palpar el abdomen en busca de órganos agrandados.

  • Revisar el esqueleto en busca de sensibilidad o dolor.

Las pruebas a menudo son parte de la atención de seguimiento. Le pueden solicitar:

  • Hemograma para comprobar si hay recuentos sanguíneos anormales.

  • Análisis de química sanguínea para mostrar qué tan bien están funcionando ciertos órganos y buscar problemas causados ​​por la propagación de células leucémicas

  • Aspiración de médula ósea para hacer un seguimiento de acuerdo a la ruta clínica o si se desarrollan nuevos síntomas

Si se encuentra una recurrencia, su equipo de atención médica lo evaluará para determinar las mejores opciones de tratamiento.


2. Seguimiento de la leucemia mieloide aguda (LMA) es una parte importante de la atención del cáncer y, a menudo, se comparte entre los especialistas en cáncer (oncólogos o hematólogos) y su médico de familia. La atención de seguimiento puede no parecerle tan importante, especialmente si su tratamiento fue largo o muy duro. Hable con su médico sobre cómo se siente y por qué es importante el seguimiento.

Calendario de visitas de seguimiento

No espere hasta su próxima cita programada para informar cualquier síntoma nuevo y síntomas que no desaparezcan. Informe a su equipo de atención médica si tiene:

  • Fatiga

  • Una sensación general de incomodidad o enfermedad (llamada malestar general)

  • Pérdida de apetito

  • Pérdida de peso

  • Sangrado o moretones

  • Infecciones frecuentes

La posibilidad de que la LMA regrese (recurra) es mayor durante el tratamiento o poco tiempo después de finalizar el tratamiento. Es inusual que la LMA recurra si no hay signos de LMA dentro de unos años de haber terminado el tratamiento.

Las visitas de seguimiento o las pruebas para la LMA generalmente se programan:

  • Con frecuencia, probablemente cada uno o dos meses, durante los dos años posteriores al tratamiento (incluso si no hay signos de enfermedad)

  • Con más frecuencia, probablemente una o dos veces por semana, durante los primeros tres meses después de un trasplante de células madre.

  • Con menos frecuencia, probablemente cada tres a seis meses, hasta por cinco años.

Durante las visitas de seguimiento

Durante una visita de seguimiento, su médico le hará preguntas sobre los efectos secundarios del tratamiento y cómo los está enfrentando. Pueden realizarle un examen físico, que incluye:

  • Medir los signos vitales para detectar fiebre, dificultad para respirar y latidos cardíacos rápidos.

  • Revisar la piel en busca de hematomas y palidez

  • Palpar áreas del cuello, la axila y la ingle en busca de ganglios linfáticos inflamados o agrandados

  • Buscar en la boca infección, sangrado o encías hinchadas

  • Palpar el abdomen en busca de órganos agrandados

  • Revisar el esqueleto en busca de sensibilidad o dolor

Las pruebas a menudo son parte de la atención de seguimiento. Usted puede tener:

  • Un hemograma para comprobar si hay recuentos sanguíneos anormales

  • Análisis de química sanguínea para mostrar qué tan bien están funcionando ciertos órganos y encontrar problemas causados ​​por la propagación de las células leucémicas

  • Una aspiración de médula ósea para hacer un seguimiento de acuerdo a la ruta clínica o si se desarrollan nuevos síntomas.

Si el cáncer ha regresado, usted y su equipo de atención médica analizarán su tratamiento y atención.

3. El seguimiento de la leucemia linfocítica crónica (LLC) y leucemia mieloide crónica LMC son muy similares y la desarrollan exclusivamente los hematólogos. Su equipo de atención médica trabajará con usted para decidir sobre la atención de seguimiento que satisfaga sus necesidades.

No espere hasta su próxima cita programada para informar cualquier síntoma nuevo y síntomas que no desaparezcan. Informe a su equipo de atención médica si tiene:

  • Fatiga

  • Una sensación general de incomodidad o enfermedad (llamada malestar general)

  • Pérdida de apetito

  • Pérdida de peso

  • Sangrado o moretones

  • Infecciones frecuentes

Calendario de visitas de seguimiento

Las visitas de seguimiento para la LLC generalmente se programan para muchos años después del tratamiento, incluso si no hay signos de la enfermedad. Las citas serán menos frecuentes a medida que pase el tiempo, pero necesitará ver a su médico con regularidad durante un largo período de tiempo.

Durante las visitas de seguimiento

Durante una visita de seguimiento, su equipo de atención médica generalmente le hará preguntas sobre los efectos secundarios del tratamiento y cómo los está enfrentando.

Su médico puede realizar un examen físico, que puede incluir:

  • Medir los signos vitales para detectar fiebre, dificultad para respirar y latidos cardíacos rápidos

  • Revisar la piel en busca de hematomas y palidez

  • Palpar áreas del cuello, la axila y la ingle en busca de ganglios linfáticos inflamados o agrandados

  • Buscar en la boca signos de infección, sangrado o encías hinchadas

  • Palpar el abdomen en busca de órganos agrandados

  • Revisar el esqueleto en busca de sensibilidad o dolor

Las pruebas a menudo son parte de la atención de seguimiento. Usted puede tener:

  • Hemograma para comprobar si hay recuentos sanguíneos anormales

  • Análisis de química sanguínea para mostrar qué tan bien están funcionando ciertos órganos y encontrar problemas causados ​​por la propagación de células.

Si se encuentra una recurrencia, su equipo de atención médica lo evaluará para determinar las mejores opciones de tratamiento.

Efectos secundarios

La atención de apoyo ayuda a las personas a enfrentar los desafíos físicos, prácticos, emocionales y espirituales de la leucemia. Es una parte importante de la atención del cáncer. Hay muchos programas y servicios disponibles para ayudar a satisfacer las necesidades y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con cáncer y sus seres queridos, especialmente después de que finaliza el tratamiento. Pregunte a su médico por la unidad de Psico Oncología y Terapias Complementarias.

Recuperarse de la leucemia y adaptarse a la vida después del tratamiento es diferente para cada persona. La recuperación depende del tipo de leucemia, el tipo de tratamientos y muchos otros factores. El final del tratamiento del cáncer puede traer emociones encontradas. Aunque el tratamiento haya terminado, puede haber otros problemas que tratar, como hacer frente a los efectos secundarios a largo plazo.

Si ha recibido tratamiento para la leucemia, es posible que tenga inquietudes sobre lo siguiente.

Autoestima e imagen corporal

La forma en que una persona se siente o se ve a sí misma se llama autoestima. La imagen corporal es la percepción que tiene una persona de su propio cuerpo. La leucemia y sus tratamientos pueden afectar la autoestima y la imagen corporal . A menudo, esto se debe a que el cáncer o los tratamientos contra el cáncer pueden provocar cambios en el cuerpo, como:

  • Pérdida de cabello.

  • Problemas de la piel.

  • Cambios en el peso corporal.

Algunos de estos cambios pueden ser temporales. Otros durarán mucho tiempo y algunos se volverán permanentes.

Fatiga

Habitualmente es producto de la enfermedad y el tratamiento con quimioterapia. Muchas veces obedece a la anemia.

Una vez finalizado el tratamiento es normal que la sensación de fatiga perdure por algunos meses. El paciente debiese comenzar a notar una recuperación paulatina de su energía.

Es importante comentarle a su médico tratante su sensación de energía corporal durante cada consulta en el período de seguimiento

Infección

Se puede desarrollar una infección si tiene un recuento bajo de glóbulos blancos (llamado neutropenia). Los recuentos de glóbulos blancos pueden ser bajos cuando la leucemia o sus tratamientos afectan la médula ósea.

La prevención de infecciones es importante para las personas con leucemia. Tener una buena higiene, proteger su piel y mantener una buena salud general son algunas formas de ayudar a prevenir infecciones. Su médico puede darle medicamentos para prevenir infecciones si tiene un recuento bajo de glóbulos blancos. Es posible que le administren medicamentos para tratar infecciones, como antibióticos, antivirales y antifúngicos.

Sangrado anormal

El sangrado anormal puede ocurrir cuando tiene un recuento bajo de plaquetas (llamado trombocitopenia). Esto sucede cuando la leucemia o sus tratamientos afectan la médula ósea.

Llame a su médico si tiene problemas de sangrado que empeoran o no se pueden controlar.

Es posible que le den transfusiones de plaquetas si su recuento de plaquetas es bajo y está sangrando o tiene muchos hematomas.

Salud Mental

Las emociones pueden ser abrumadoras durante el tratamiento y una vez que finaliza el tratamiento. Muchas personas con leucemia sienten ansiedad y depresión.

El enfoque es completar el tratamiento y como este lleva mucho tiempo puede ser difícil mantener una actitud positiva. Las finanzas, el trabajo y las relaciones pueden ser una preocupación.

Cuando termine el tratamiento, es posible que tenga otros pensamientos y sentimientos inesperados, que incluyen:

  • Preocupación de que la leucemia regrese.

  • Pensar en los efectos de la leucemia en su familia, amigos y carrera.

  • Cuestionar su autoestima e identidad.

  • Preocuparse por los cambios en su apariencia.

  • Adaptarse a los cambios de estilo de vida.

  • Sentirse ansioso porque tiene menos contacto con el equipo de atención médica.

Las personas hacen frente a la leucemia de diferentes maneras, entre ellas:

  • Actividades físicas apropiadas.

  • Buena nutrición.

  • Equilibrar la actividad con el descanso.

  • Comunicarse abierta y honestamente sobre sus miedos y preocupaciones.

El tratamiento para la angustia emocional puede incluir asesoramiento y medicamentos.

Cuidados paliativos

Los cuidados paliativos son para apoyar a los pacientes que están enfrentando esta enfermedad El objetivo de esta atención es ayudarlo a sentirse mejor al prevenir o tratar los síntomas y efectos secundarios de la enfermedad y el tratamiento para que puedan tener la mejor calidad de vida posible.

Puede hablar con su médico sobre sus deseos, valores y creencias. Comenzar estas conversaciones temprano ayuda a garantizar que la atención que reciba se base en sus deseos y necesidades. Es posible además que estas cambien durante su experiencia con el cáncer. Asegúrese de informar esos cambios para que puedan brindarle la mejor atención.

Con los cuidados paliativos, también se tratan problemas emocionales, sociales, prácticos y espirituales que la enfermedad plantea. Cuando las personas se sienten mejor en estas áreas, tienen una mejor calidad de vida.

Los cuidados paliativos pueden brindarse al mismo tiempo que los tratamientos destinados para curar o tratar la enfermedad. Los cuidados paliativos se pueden dar cuando se diagnostica la enfermedad, durante todo el tratamiento, durante el seguimiento y al final de la vida.

Su médico lo derivará a la Unidad de Cuidados Paliativos cuando lo requiera, pero si necesita información sobre esta unidad puede solicitarla.a su médico tratante.

Atención al final de la vida

Cada persona tiene una experiencia diferente durante sus últimos meses y días de vida. Sus síntomas pueden cambiar a medida que continúa su enfermedad, y sus necesidades de información y apoyo serán únicas. Los miembros de la familia también tendrán sus propias preguntas, inquietudes y necesidades.

Si está ayudando a un miembro de la familia en sus últimos meses de vida, hable con su equipo de atención médica sobre sus preguntas e inquietudes a medida que surjan. Pueden brindarle información y recursos para apoyarlo a usted y a su familia, y ayudarlo a tomar decisiones y planificar la atención al final de la vida.