CÁNCER DE TIROIDES




El cáncer de tiroides comienza en las células de la tiroides. Un tumor canceroso (maligno) es un grupo de células cancerosas que pueden crecer en el tejido cercano y destruirlo. El tumor también puede diseminarse (hacer metástasis) a otras partes del cuerpo.

La tiroides es parte del sistema endocrino. Se trata de una pequeña glándula en la parte delantera del cuello debajo de la laringe (caja de la voz) y cerca de la tráquea. Tiene un lóbulo derecho y uno izquierdo, ubicados a cada lado de la tráquea. Los lóbulos están unidos por una fina pieza de tejido llamada istmo.

Las células de la tiroides a veces cambian y ya no crecen ni se comportan normalmente. Estos cambios pueden conducir a condiciones no cancerosas (benignas) como hipotiroidismo, hipertiroidismo, nódulos tiroideos o bocio.

A veces, los cambios en las células tiroideas pueden causar cáncer. El tipo más común de cáncer de tiroides es el cáncer de tiroides papilar. El cáncer de tiroides folicular (que incluye el cáncer de tiroides de células de Hurthle) es el segundo tipo más común, pero se desarrolla con mucha menos frecuencia. También se pueden generar cánceres de tiroides medular y anaplásico, pero son menos comunes.

Otros tipos muy raros de cáncer pueden comenzar en la glándula tiroides, incluidos el linfoma no Hodgkin y el sarcoma de tejidos blandos.

Prevención de recurrencia, vida saludable y autocuidado

Un factor de riesgo es algo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer. Puede ser un comportamiento, sustancia o condición. La mayoría de los cánceres son el resultado de muchos factores. Pero a veces el cáncer de tiroides se desarrolla en personas que no tienen ninguno de los factores de riesgo que se describen a continuación.

El cáncer de tiroides puede desarrollarse a cualquier edad, pero la mayoría de los casos ocurren en personas de 20 a 55 años y en más mujeres que hombres.

Los factores de riesgo generalmente se enumeran en orden de mayor a menor importancia. Pero es imposible clasificarlos con absoluta certeza.

Factores de riesgo

  • Exposición a radiaciones ionizantes: la exposición a la radiación ionizante es el mayor factor de riesgo el cáncer de tiroides. Cuanto más joven se expone a la radiación, mayor es el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides.

  • Radioterapia: las personas, especialmente los niños, que reciben radioterapia en la cabeza y el cuello tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de tiroides. Cuando se desarrolla el cáncer de tiroides, generalmente ocurre de 20 a 40 años después de la exposición a la radiación. El riesgo depende del tipo de radiación utilizada y de la dosis. El beneficio de tratar un cáncer generalmente supera el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides más adelante en la vida. Las personas que recibieron dosis bajas de radiación cuando eran niños para tratar afecciones no cancerosas, como infecciones fúngicas del cuero cabelludo, acné o agrandamiento de las amígdalas, tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de tiroides.

  • Accidentes y armas nucleares: las personas que están expuestas a la radiación ionizante de accidentes o armas nucleares tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de tiroides, especialmente si eran niños cuando estuvieron expuestos.

  • Pruebas de diagnóstico por imagen: las radiografías y las tomografías computarizadas, usan radiación ionizante para generar imágenes. Existe cierta evidencia de que hacerse pruebas de diagnóstico por imágenes puede aumentar el riesgo de cáncer de tiroides. Este riesgo debe sopesarse frente a sus beneficios. Los equipos de imágenes modernos emiten baja radiación.


  • Condiciones no cancerosas de la tiroides: un historial de afecciones tiroideas no cancerosas (benignas) aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides. Estos incluyen nódulos tiroideos, bocio (tiroides agrandada) e inflamación de la tiroides (llamada tiroiditis).


  • Antecedentes familiares de cáncer de tiroides: si tiene un familiar de primer grado que ha tenido cáncer de tiroides, existe un mayor riesgo de desarrollar cáncer de tiroides. El mayor riesgo puede deberse a ciertas condiciones hereditarias.


  • Condiciones hereditarias: los siguientes factores hereditarios están asociadas con varios tipos de cáncer de tiroides:

  • La neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN2) es causada por una mutación hereditaria en el gen RET. La mayoría de las personas con MEN2 desarrollarán cáncer de tiroides medular. MEN2 también puede causar otros tipos de tumores. Hay tres subtipos de MEN2 que pueden causar el desarrollo de diferentes tipos de cáncer. MEN2A es el subtipo más común. Puede causar cáncer de tiroides medular junto con tumores de la glándula suprarrenal (llamados feocromocitomas) y de la glándula paratiroides. MEN2B puede causar cáncer medular de tiroides junto con otros tumores, incluidos feocromocitomas y neuromas. El síndrome de cáncer de tiroides medular familiar causa cáncer de tiroides medular únicamente.

  • La poliposis adenomatosa familiar (PAF) está causada principalmente por una mutación del gen de la poliposis adenomatosa coli (APC). Las personas con FAP desarrollan cientos a miles de pólipos llamados adenomas. La mayoría de los pólipos crecen en el revestimiento del colon y el recto. Si los pólipos no se tratan a tiempo, la mayoría de las personas desarrollarán cáncer colorrectal. Las personas con FAP también tienen un mayor riesgo de tener otros tipos de cáncer, incluido el cáncer papilar de tiroides.

  • El síndrome de Cowden es causado por una mutación en el gen PTEN. Puede generar la formación de crecimientos no cancerosos (llamados hamartomas) en la tiroides, lo que se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, incluido el de tiroides.

  • El complejo de Carney es una condición hereditaria muy rara que puede causar manchas marrones claras en la piel. Aumenta el riesgo de desarrollar varios tipos diferentes de tumores. Esto incluye tumores cancerosos en glándulas endocrinas, incluida la tiroides.

  • El síndrome de Werner es una enfermedad que afecta el tejido conectivo y hace que las personas envejezcan prematuramente. Aumenta el riesgo de cáncer de tiroides.


  • Obesidad: un alto índice de masa corporal (IMC) aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides. La razón de este mayor riesgo no está clara.


  • Ser alto: las personas altas tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de tiroides, pero se desconoce el motivo. Puede tener que ver con los niveles hormonales en la infancia, la adolescencia o la edad adulta.


  • Acromegalia: es una condición rara en la que el cuerpo produce un exceso de la hormona del crecimiento. Este aumento hace que los huesos y los órganos, incluida la glándula tiroides, comiencen a crecer nuevamente y se deformen. Las personas con acromegalia tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de tiroides.

Tips para una vida saludable

Aprenda cómo tomar medidas para reducir su riesgo de desarrollar cáncer de tiroides:

  • Tener un peso corporal saludable: las investigaciones muestran que la obesidad aumenta el riesgo de cáncer de tiroides. Puede reducir su riesgo si tiene un peso corporal saludable. Comer bien y hacer actividad física puede ayudarlo a tener un peso corporal saludable.


  • Evite el contacto innecesario con la radiación: hable con su médico o dentista sobre la necesidad de cada prueba de imagen. Cuando necesite una prueba de imagen asegúrese de usar protectores para proteger su cabeza, cuello y el resto de su cuerpo de la radiación.


  • Coma verduras y frutas: comer una variedad de verduras todos los días probablemente protege contra el cáncer de tiroides. Algunos estudios muestran que comer grandes cantidades de vegetales crucíferos (pertenecen a la familia de las coles e incluyen el brócoli, la coliflor y las coles de bruselas) puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides. Otros estudios muestran que las verduras crucíferas pueden no ser diferentes a otros tipos de verduras.


  • Averigüe si tiene un alto riesgo de cáncer de tiroides: algunas personas pueden tener un riesgo más alto que el promedio de cáncer de tiroides. Hable con su médico acerca de su riesgo. Si tiene un riesgo más alto que el promedio, es posible que deba visitar a su médico con más frecuencia para detectar cáncer de tiroides, quien le recomendará qué pruebas debe hacerse y con qué frecuencia. Esto puede incluir evaluación y pruebas de riesgo genético, especialmente cuando hay antecedentes familiares de cáncer medular de tiroides.


  • Una tiroidectomía: esta cirugía para extirpar completamente la tiroides, se puede ofrecer a personas que tienen una condición genética llamada neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN2). La extirpación de la tiroides puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides medular.

Diagnóstico

Por lo general, el diagnóstico del cáncer de tiroides comienza cuando una prueba de rutina sugiere un problema Su médico le preguntará acerca de cualquier síntoma que tenga y le hará un examen físico. Sobre la base de esta información, puede remitirlo a un especialista u ordenar pruebas para detectar cáncer u otros problemas de salud.

El proceso de diagnóstico puede parecer largo y frustrante. Es normal preocuparse, pero considere que hay otras condiciones de salud que pueden causar síntomas similares a los del cáncer de tiroides. Es importante que el equipo médico descarte otras razones de un problema de salud antes de hacer un diagnóstico de cáncer de tiroides.

Las siguientes pruebas se usan comúnmente para descartar o diagnosticar el cáncer de tiroides y para determinar la etapa, que es cuánto ha progresado el cáncer. Su médico también puede ordenar otras pruebas para verificar su salud general y ayudar a planificar su tratamiento.

Historial de salud y examen físico

Su historial de salud es un registro de sus síntomas, factores de riesgo y todos los eventos y problemas médicos que ha tenido en el pasado. Al tomar un historial de salud, su médico le hará preguntas sobre un historial personal de:

  • Síntomas que sugieren cáncer de tiroides.

  • Exposición a la radiación ionizante, especialmente durante la infancia

  • Afecciones tiroideas no cancerosas, incluidos nódulos tiroideos benignos, bocio y tiroiditis.

  • Una dieta baja en yodo.


Su médico también puede preguntar sobre antecedentes familiares de:

  • Cáncer de tiroides y otros tipos de cáncer.

  • Condiciones hereditarias como la neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN2).


Un examen físico le permite a su médico buscar cualquier signo de cáncer de tiroides. Durante un examen físico, su médico puede:

  • Sentir el cuello, la tiroides y la garganta en busca de bultos, hinchazón o ganglios linfáticos agrandados

  • Hacer una laringoscopía.

Análisis de sangre

Los análisis de sangre miden ciertas células o sustancias en la sangre y pueden ayudar a encontrar anomalías. Los análisis de sangre utilizados para diagnosticar y clasificar por etapas el cáncer de tiroides incluyen los siguientes:

  • Hemograma, mide la cantidad y la calidad de los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas. Se realiza un hemograma para verificar su salud general.

  • La hormona estimulante de la tiroides (TSH), la tiroxina (T4), la triyodotironina (T3) y los anticuerpos tiroideos se miden para verificar qué tan bien está funcionando la tiroides. La TSH (también llamada tirotropina) controla la cantidad de T4 y T3 en la sangre. Los niveles más altos o más bajos de lo normal de estas hormonas pueden significar que la tiroides no está funcionando correctamente. Los anticuerpos tiroideos pueden ayudar a diagnosticar la causa de los problemas de la tiroides. Todas estas pruebas a menudo se realizan al mismo tiempo, lo que se denomina panel de tiroides.

  • La calcitonina es una hormona producida por la tiroides. Los médicos miden la calcitonina si creen que usted podría tener cáncer de tiroides medular.

  • El antígeno carcinoembrionario (CEA) es un marcador tumoral. Los niveles altos de CEA pueden indicar la presencia de cáncer medular de tiroides.

Ecografía

Una ecografía usa ondas de sonido de alta frecuencia para generar imágenes de estructuras en el cuerpo. Si los médicos sienten un bulto en el cuello, pueden usar una ecografía para comprobar si hay uno o varios nódulos, así como el tamaño y la forma de cada nódulo. Los médicos también usan ultrasonido para averiguar si un nódulo es sólido o está lleno de líquido, tiene calcificación (acumulación de calcio) u otras características que ayudan a hacer un diagnóstico.

También pueden revisar los tejidos alrededor de la tiroides, incluidos los ganglios linfáticos, para ver si son normales.

Los médicos también pueden usar ultrasonido para guiar una aguja hacia un tumor y recolectar una muestra de biopsia.

Pruebas de yodo radiactivo

Los médicos pueden usar los siguientes imágenes nucleares para diagnosticar y estadificar el cáncer de tiroides:

  • Gammagrafía con yodo radiactivo, o gammagrafía tiroidea: utiliza material radiactivo para examinar la estructura de la tiroides y buscar áreas anormales en otras partes del cuerpo. Una pequeña cantidad de yodo radiactivo se traga o se inyecta en una vena. Este yodo es captado o absorbido por las células tiroideas (incluidas las células cancerosas de tiroides que se han desprendido de un tumor en la tiroides y se han diseminado a otras partes del cuerpo). Una cámara especial y una computadora crean imágenes de las áreas donde se acumula el yodo. Se realiza una exploración con yodo radiactivo para verificar si el nódulo absorbe grandes cantidades de yodo (llamado nódulo hiperfuncionante o caliente) en comparación con el resto de la tiroide. La mayoría de los nódulos hiperfuncionantes no son cancerosos o son benignos. La exploración también se usa para ver si el cáncer de tiroides papilar, folicular o de células de Hurthle se ha propagado fuera de la tiroides.

  • Captación de yodo radiactivo o captación tiroidea: mide la cantidad de yodo absorbida por la tiroides. Esta prueba se realiza con una sonda especial en lugar de una cámara. No utiliza imágenes como la gammagrafía con yodo radiactivo. Los médicos pueden hacer una captación de yodo radiactivo para ver qué tan bien está funcionando la tiroides, verificar si hay inflamación y descubrir qué está causando una tiroides hiperactiva (llamada hipertiroidismo).

Biopsia

Durante una biopsia, el médico extrae tejidos o células del cuerpo para que puedan analizarse en un laboratorio. El informe del laboratorio confirmará si las células cancerosas están presentes o no en la muestra.

  • La aspiración con aguja fina (FNA) usa una aguja muy delgada para extraer una pequeña cantidad de líquido o células de un bulto o masa. Es la biopsia más común para comprobar si hay cáncer en un nódulo tiroideo. A veces, los resultados de una FNA no son claros y el médico no puede determinar si un nódulo es un nódulo tiroideo benigno o un cáncer folicular de tiroides. Dependiendo de varios factores, incluidos los factores de riesgo y los resultados de otras pruebas, el médico puede sugerir realizar una lobectomía (cirugía para extirpar un lado o lóbulo de la tiroides) para ayudar a hacer un diagnóstico.

  • La biopsia central utiliza una aguja hueca o una sonda para extraer un trozo de tejido para que pueda examinarse con un microscopio. A veces se usa para detectar cáncer en un nódulo tiroideo.

Tomografía computarizada

Una tomografía computarizada (TC) utiliza un equipo especial de rayos X para generar imágenes tridimensionales y transversales de órganos, tejidos, huesos y vasos sanguíneos dentro del cuerpo. Una computadora convierte las imágenes en imágenes detalladas.

Se puede usar una tomografía computarizada para verificar si el cáncer de tiroides se ha diseminado a otras partes del cuerpo, como los ganglios linfáticos en el cuello.

Resonancia magnética

La resonancia magnética nuclear (RMN) utiliza poderosas fuerzas magnéticas y ondas de radiofrecuencia para generar imágenes transversales de órganos, tejidos, huesos y vasos sanguíneos. Una computadora convierte las imágenes en imágenes tridimensionales.

La resonancia magnética se puede usar para verificar si el cáncer de tiroides se ha propagado a otras partes del cuerpo.

Radiografía de tórax

Una radiografía usa pequeñas dosis de radiación para crear una imagen de las estructuras del cuerpo en una película. Se realiza una radiografía de tórax para ver si el cáncer de tiroides se ha propagado a los pulmones.

PET

Una tomografía por emisión de positrones (PET) utiliza materiales radiactivos llamados radiofármacos para buscar cambios en la actividad metabólica de los tejidos del cuerpo. Una computadora analiza estos patrones y crea imágenes tridimensionales en color del área escaneada. PET se puede combinar con una tomografía computarizada para que se realicen al mismo tiempo usando la misma máquina (tomografía PET-CT). Se usan para verificar si el cáncer de tiroides se ha propagado a otras partes del cuerpo. Es más útil cuando las células tiroideas no absorben yodo.

Estudio de células y tejidos

Las células y los tejidos se analizan en el laboratorio para buscar cáncer. Un informe de un patólogo mostrará si se encuentran o no células cancerosas en la muestra y qué tipo de cáncer de tiroides se ha encontrado.

Las pruebas moleculares de tejido buscan ciertos cambios (mutaciones) en los genes de las células cancerosas de la tiroides. Estos cambios pueden afectar el tipo de tratamiento administrado. Los medicamentos dirigidos específicos se usan para mutaciones genéticas específicas. Se pueden realizar pruebas moleculares de tejido para el cáncer de tiroides para buscar cambios en el gen RET.

En el cáncer de tiroides pueden ocurrir dos tipos diferentes de cambios en RET.

  • Las mutaciones de RET son cambios genéticos anormales. Este tipo de cambio se encuentra en el cáncer de tiroides medular.

  • Los tumores con fusión positiva de RET tienen cromosomas que han cambiado de lugar y se han fusionado con otro cromosoma. Este tipo de cambio se puede encontrar en el cáncer papilar de tiroides.

Tratamiento

Cuando tiene cáncer de tiroides, su médico crea un plan de tratamiento. El plan se basa en su salud e información específica sobre el cáncer y en lo que usted quiere. Al decidir qué tratamientos ofrecer para el cáncer de tiroides, su médico considerará:

  • El tipo de cáncer de tiroides.

  • El escenario.

  • El grupo de riesgo.

  • Posibles efectos secundarios.

  • Su edad.

  • Su salud en general.

  • Cualquier problema médico que tenga.

  • Su estilo de vida y lo que prefiera.

La cirugía y la terapia hormonal son los principales tratamientos para el cáncer de tiroides. También se pueden utilizar la radioterapia, la terapia dirigida y la quimioterapia.

Tratamientos para el cáncer papilar de tiroides

Los tratamientos para el cáncer papilar de tiroides (carcinoma papilar) incluyen cirugía, radioterapia, terapia hormonal y terapia dirigida. Esto depende de las características del cáncer:

El cáncer de tiroides papilar localizado o regional no se ha propagado fuera de la tiroides. La mayoría de las veces se trata con cirugía para extirpar parte o la totalidad de la glándula tiroides. La terapia hormonal se usa para reemplazar las hormonas que normalmente produce la tiroides. También se puede usar la radioterapia. Si tiene un tumor pequeño y de bajo riesgo es posible que le ofrezcan vigilancia activa.


El cáncer de tiroides papilar metastásico se ha propagado fuera de la tiroides a partes distantes del cuerpo. Se puede tratar con radioterapia, terapia hormonal, terapia dirigida y, a veces, cirugía.


El cáncer de tiroides papilar recurrente significa que el cáncer ha regresado después de haber sido tratado. El tratamiento dependerá de dónde recurra el cáncer. Si está en el cuello, se puede extirpar con cirugía. También se puede usar la radioterapia, ya sea sola o con cirugía. La terapia dirigida o la quimioterapia pueden usarse si el cáncer se ha propagado a varios lugares y no responde a la radioterapia.


Tratamientos

  • Cirugía: suele ser el tratamiento principal para el cáncer de tiroides papilar. El tipo de cirugía que se realiza depende de la edad, el tamaño del tumor y si el cáncer se ha propagado fuera de la tiroides.

  • La tiroidectomía total es la extirpación de toda la glándula tiroides. Es el tipo de cirugía más común que se usa para el cáncer papilar de tiroides. Se realiza si el médico planea usar terapia con yodo radiactivo (también llamada terapia RAI).

  • La lobectomía es la extirpación de una parte, o lóbulo, de la tiroides. Se puede hacer para algunos tipos de cáncer de bajo riesgo. La lobectomía se puede usar si el área nunca ha estado expuesta a radiación, no hay metástasis a distancia, el tumor está solo en la tiroides y el tumor mide de 1 a 4 cm de diámetro.

  • La disección del cuello elimina los ganglios linfáticos del cuello. El cirujano también puede extirpar otros tejidos alrededor de la tiroides. Se realiza si una biopsia muestra que hay cáncer en los ganglios linfáticos del cuello o si el médico cree que hay cáncer en estos ganglios linfáticos según los resultados de las pruebas de imagen, como una ecografía o una tomografía computarizada. El tipo de disección de cuello que se realiza depende de qué ganglios linfáticos del cuello creen los médicos que tienen cáncer y cómo lucen los ganglios linfáticos durante la cirugía. También depende de a qué tejidos fuera de la tiroides se haya diseminado el cáncer.


  • Vigilancia activa: se utiliza para tratar algunos cánceres de tiroides papilares muy pequeños y de bajo riesgo, consiste en observar el cáncer con pruebas y exámenes regulares para verificar si está comenzando a crecer o si causa síntomas.


  • Radioterapia: utiliza rayos o partículas de alta energía para destruir las células cancerosas. A menudo se usa para tratar el cáncer de tiroides papilar después de la cirugía para tratar cualquier célula cancerosa o tejido tiroideo que quede. También se puede utilizar para tratar el cáncer que se diseminó a los ganglios linfáticos u otras partes del cuerpo.

La terapia con yodo radiactivo (RAI) es un tipo de radioterapia interna. Después de la cirugía, se puede realizar una prueba de captación de yodo radiactivo para determinar si el cáncer de tiroides capta RAI. Para los cánceres que captan RAI, se usa la terapia RAI. A veces se administra después de la cirugía para el cáncer de tiroides papilar temprano (tumores T1 o T2). También se puede usar para tratar el cáncer de tiroides papilar más avanzado (como los tumores T3 o T4 o el cáncer que se diseminó a los ganglios linfáticos o áreas distantes).

La radioterapia externa se puede usar para tratar áreas de diseminación distante que no responden a la terapia RAI.


  • Terapia hormonal: se usa para reemplazar la hormona tiroxina, que normalmente sería producida por la tiroides. También se usa para retardar el crecimiento de las células cancerosas restantes y ayudar a prevenir que el cáncer regrese o se repita. Es un tratamiento estándar después de la cirugía para extirpar toda la tiroides.


  • Terapia dirigida: usa medicamentos para atacar moléculas específicas (como proteínas) en las células cancerosas o dentro de ellas para detener el crecimiento y la propagación en casos de cáncer de tiroides papilar metastásico o recurrente. También se puede administrar si el cáncer no responde a otros tratamientos. Por lo general, se usa cuando la terapia RAI no ha funcionado o ha dejado de funcionar.


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí

Tratamientos para el cáncer folicular de tiroides

El cáncer de tiroides folicular no es común y puede ser difícil de diagnosticar. A veces, las pruebas o los síntomas pueden sugerir cáncer de tiroides, pero a menudo los médicos necesitan realizar una lobectomía para confirmar el diagnóstico.

El cáncer de tiroides folicular localizado o regional no se ha propagado fuera de la tiroides. La mayoría de las veces se trata con cirugía para extirpar parte o la totalidad de la glándula tiroides. La terapia hormonal se usa para reemplazar las hormonas que normalmente produce la tiroides. También se puede usar la radioterapia.

El cáncer de tiroides folicular metastásico se ha diseminado a partes distantes del cuerpo. Se puede tratar con radioterapia, terapia hormonal, terapia dirigida y, a veces, cirugía.

El cáncer de tiroides folicular recurrente significa que el cáncer ha regresado después de haber sido tratado. El tratamiento dependerá de dónde recurra el cáncer. Si el cáncer está en el cuello, se puede extirpar con cirugía si es posible. También se puede usar la radioterapia, ya sea sola o con cirugía. La terapia dirigida o la quimioterapia pueden usarse si el cáncer se ha propagado a varios lugares y no responde a la radioterapia.


Es posible que le ofrezcan los siguientes tratamientos para el cáncer de tiroides folicular (incluido el de células de Hurthle):

  • Cirugía: suele ser el primer tratamiento utilizado para el cáncer de tiroides folicular.

  • La lobectomía es la extirpación de una parte, o lóbulo, de la tiroides. Puede usarse para confirmar un diagnóstico de cáncer de tiroides folicular.

  • La tiroidectomía de finalización es la extirpación de la tiroides restante después de la lobectomía. Se realiza si una lobectomía confirma que se trata de un cáncer folicular de tiroides. La tiroidectomía total es la extirpación de toda la glándula tiroides. Se usa comúnmente para tratar el cáncer de tiroides folicular.

  • La disección del cuello elimina los ganglios linfáticos del cuello. El cirujano también puede extirpar otros tejidos alrededor de la tiroides. La disección del cuello se realiza al mismo tiempo que una tiroidectomía completa o total. Se realiza si una biopsia muestra que hay cáncer en los ganglios linfáticos del cuello, o si el médico cree que hay cáncer en estos ganglios linfáticos según los resultados de las pruebas de imagen, como una ecografía o una tomografía computarizada. El tipo de disección de cuello que se realiza depende de los ganglios linfáticos que el médico cree que tienen cáncer y de cómo se ven los ganglios linfáticos durante la cirugía. También depende de a qué tejidos fuera de la tiroides se haya diseminado el cáncer.


  • Radioterapia: utiliza rayos o partículas de alta energía para destruir las células cancerosas. A menudo se usa para tratar el cáncer de tiroides folicular. La radioterapia se puede usar después de la cirugía para tratar cualquier célula cancerosa o tejido tiroideo que quede. También se puede usar para tratar el cáncer que se diseminó a los ganglios linfáticos u otras partes del cuerpo.

La terapia con yodo radiactivo (RAI) es un tipo de radioterapia interna. Después de la cirugía, se puede realizar una prueba de captación de yodo radiactivo para determinar si el cáncer de tiroides capta RAI. Para los cánceres que captan RAI, se usa la terapia RAI. A veces se administra después de la cirugía para el cáncer de tiroides folicular temprano (tumores T1 o T2). También se puede usar para tratar el cáncer de tiroides folicular más avanzado (como los tumores T3 o T4 o el cáncer que se diseminó a los ganglios linfáticos o áreas distantes).

La radioterapia externa se puede usar para tratar el cáncer de tiroides folicular que no responde a la RAI. También se puede usar para tratar el cáncer de tiroides folicular metastásico.


  • Terapia hormonal: se usa para reemplazar la hormona tiroxina, que normalmente produce la tiroides. También se usa para retardar el crecimiento de las células cancerosas restantes y ayudar a prevenir que el cáncer regrese o se repita. Es un tratamiento estándar después de la cirugía.

El tipo de terapia hormonal utilizada es la levotiroxina (Synthroid, Eltroxin). Se administra en forma de pastilla una vez al día. No se puede iniciar la levotiroxina hasta que finalice la terapia RAI. Tendrá que tomar levotiroxina por el resto de su vida si se somete a una tiroidectomía total.


  • Terapia dirigida: se usan medicamentos para atacar moléculas específicas (como proteínas) en las células cancerosas o dentro de ellas para detener el crecimiento y la propagación del cáncer. Es posible que le ofrezcan una terapia dirigida para el cáncer de tiroides metastásico o folicular recurrente (incluidas las células de Hurthle). También se puede administrar si el cáncer no responde a otros tratamientos. Por lo general, se usa cuando la terapia RAI no ha funcionado o ha dejado de funcionar.


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí

Tratamientos para el cáncer anaplásico de tiroides

El cáncer de tiroides anaplásico a menudo está avanzado cuando se diagnostica. Esto significa que quizás no sea posible extirpar o destruir completamente todo el cáncer.

Estos son los tratamientos para el cáncer de tiroides anaplásico (carcinoma anaplásico):

  • Radioterapia: se utilizan rayos o partículas de alta energía para destruir las células cancerosas. La radioterapia externa se administra a la tiroides y el cuello para ayudar a retardar y controlar el crecimiento del cáncer. A veces se administra durante el mismo periodo que la quimioterapia (llamada quimiorradiación).

Un programa de radiación estándar administra radiación una vez al día o dosis más pequeñas de radioterapia dos veces al día. Esto se llama hiperfraccionamiento. Se puede usar un programa de radiación estándar si hay demasiados efectos secundarios con el hiperfraccionamiento.


  • Quimioterapia: utiliza medicamentos contra el cáncer para destruir las células cancerosas. Se puede administrar solo o con radioterapia como parte de la quimiorradioterapia.


  • Terapia dirigida: La terapia dirigida usa medicamentos para atacar moléculas específicas (como proteínas) en las células cancerosas o dentro de ellas para detener el crecimiento y la propagación del cáncer. Es posible que le ofrezcan una terapia dirigida para tratar el cáncer de tiroides anaplásico que tiene ciertos cambios genéticos.


  • Cirugía: rara vez se ofrece cirugía para el cáncer de tiroides anaplásico. Este cáncer suele estar avanzado cuando se diagnostica y, por lo general, no se puede extirpar (es irresecable). Pero la cirugía se puede realizar para aliviar los síntomas, o se puede ofrecer antes o después de otros tratamientos en ciertos casos. El tipo de cirugía que se realiza depende de la etapa del cáncer, el tamaño del tumor y en qué estructuras y órganos ha crecido o se ha diseminado el cáncer.


  • Si no puede recibir o no desea un tratamiento contra el cáncer: es posible que desee considerar un tipo de atención para sentirse mejor en lugar de tratar el cáncer en sí. Esto puede deberse a que los tratamientos contra el cáncer ya no funcionan, no es probable que mejoren su condición o pueden causar efectos secundarios que son difíciles de sobrellevar. También puede haber otras razones por las que no puede recibir o no desea recibir tratamiento contra el cáncer. Hable con su médico para que lo ayuden a elegir la atención y el tratamiento para el cáncer avanzado .


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí

Tratamientos para el cáncer medular de tiroides

El cáncer de tiroides medular localizado o regional no se ha propagado fuera de la tiroides. La mayoría de las veces se trata con cirugía para extirpar la tiroides. La terapia hormonal se usa para reemplazar las hormonas que normalmente produce la tiroides.

El cáncer de tiroides medular metastásico se ha diseminado a partes distantes del cuerpo. Se puede tratar con terapia dirigida o quimioterapia.

El cáncer de tiroides medular recurrente significa que el cáncer ha regresado (recurrido) después de haber sido tratado. El tratamiento dependerá de dónde recurra el cáncer. Se trata con cirugía, radioterapia externa, terapia dirigida o quimioterapia.

  • Cirugía: es el primer tratamiento para la mayoría de los cánceres de tiroides medulares. Algunos cánceres de tiroides medular están asociados con la neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN2). Las personas con MEN2 pueden desarrollar más de un tipo de tumor. Si también tienes un feocromocitoma, estos también se pueden extirpar con cirugía. Para los feocromocitomas, puede ser necesario un tratamiento con medicamentos para controlar la presión arterial antes de la cirugía.

    • La tiroidectomía total elimina completamente la tiroides. Por lo general, es el primer tipo de cirugía que se realiza.

    • La disección del cuello elimina los ganglios linfáticos del cuello. El cirujano también puede extirpar otros tejidos alrededor de la tiroides. El tipo de disección del cuello depende del tamaño del tumor y si el médico cree que hay cáncer en los ganglios linfáticos del cuello según los resultados de una ecografía. A menudo se realiza al mismo tiempo que la tiroidectomía total.


  • Terapia hormonal: se usa para reemplazar la hormona tiroxina, que normalmente sería producida por la tiroides. También se usa para retardar el crecimiento de las células cancerosas restantes y ayudar a prevenir que el cáncer regrese o se repita. Es un tratamiento estándar después de la cirugía para extirpar toda la tiroides.


  • Radioterapia: utiliza rayos o partículas de alta energía para destruir las células cancerosas. No se usa comúnmente para tratar el cáncer de tiroides medular, pero se puede ofrecer radioterapia externa después de la cirugía para los cánceres en etapa 3 o 4. También se puede usar para tratar el cáncer de tiroides medular que se diseminó a muchos tejidos cercanos o que no se puede extirpar por completo con cirugía para tratar de reducir la probabilidad de que regrese al cuello.


  • Terapia dirigida: usa medicamentos para atacar moléculas específicas (como proteínas) en las células cancerosas o dentro de ellas para detener el crecimiento y la propagación del cáncer. Es posible que le ofrezcan una terapia dirigida para el cáncer de tiroides medular metastásico.


  • Quimioterapia: utiliza medicamentos contra el cáncer para destruir las células cancerosas. Es posible que le recomienden quimioterapia para el cáncer de tiroides medular metastásico si la terapia dirigida no funciona. Por lo general, se administra como un tratamiento paliativo para ayudar a aliviar los síntomas.


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí

Pronóstico y supervivencia

Si tiene cáncer de tiroides, es posible que tenga preguntas sobre su pronóstico. Un pronóstico es la mejor estimación del médico de cómo el cáncer afectará a alguien y cómo responderá al tratamiento. El pronóstico y la supervivencia dependen de muchos factores. Solo un médico familiarizado con su historial médico, el tipo, el estadio y las características de su cáncer, los tratamientos elegidos y la respuesta al tratamiento puede combinar toda esta información con las estadísticas de supervivencia para llegar a un pronóstico.

Un factor pronóstico es un aspecto del cáncer o una característica de la persona que el médico considerará al hacer un pronóstico. Un factor predictivo influye en cómo responderá un cáncer a un determinado tratamiento. Los factores pronósticos y predictivos a menudo se analizan juntos. Ambos juegan un papel en la decisión sobre un plan de tratamiento y un pronóstico.

Los siguientes son factores pronósticos y predictivos para el cáncer de tiroides.:

  • Tipo de tumor: es el factor pronóstico más importante para el cáncer de tiroides. El cáncer papilar de tiroides tiene el mejor resultado y el pronóstico más favorable. Tiende a responder bien al tratamiento. El cáncer folicular de tiroides o cáncer medular de tiroides tiene un buen pronóstico, pero menos favorable que el cáncer papilar de tiroides. El cáncer de tiroides anaplásico tiene un pronóstico más desfavorable.


  • Edad: es un factor pronóstico importante para el cáncer de tiroides papilar y folicular. Las personas menores de 40 años tienen un pronóstico más favorable.


  • Escenario: cuanto más bajo sea el estadio en el momento del diagnóstico, mejor será el pronóstico. Los tumores que miden más de cuatro cm o que han crecido a través de la tiroides hacia los tejidos y estructuras circundantes tienen un pronóstico menos favorable. El cáncer de tiroides que se diseminó a otras partes del cuerpo (llamadas metástasis a distancia) también tiene un pronóstico menos favorable.


  • Neoplasia endocrina múltiple tipo 2B (MEN2B): las personas que tienen cáncer medular de tiroides asociado con la condición hereditaria MEN2B tienden a tener un mal pronóstico. A menudo se les diagnostica un cáncer de tiroides más avanzado.

Seguimiento después del tratamiento

La atención de seguimiento le permite a su médico realizar un acompañamiento de su salud durante un período de tiempo después de que finaliza el tratamiento. Esta parte importante de la atención del cáncer a menudo se comparte entre los especialistas en cáncer y su médico de familia. Lo ayudarán a recuperarse de los efectos secundarios del tratamiento y lo controlarán para detectar cualquier signo de que el cáncer ha regresado (recurrido).

La atención de seguimiento puede no parecerle tan importante, especialmente si su tratamiento fue largo o muy duro. La idea de la atención de seguimiento puede resultarle estresante porque le recuerda su experiencia con el cáncer o porque le preocupa lo que podría revelar una prueba. Hable con su médico sobre cómo se siente y por qué es importante el seguimiento.

Calendario de visitas de seguimiento

No espere hasta su próxima cita programada para informar cualquier síntoma nuevo y síntomas que no desaparezcan. Informe a su médico si tiene:

  • Cualquier nuevo bulto o hinchazón.

  • Problemas para tragar o respirar.

  • Dolor de garganta o tos que no desaparece.

La probabilidad de que el cáncer de tiroides regrese (recurra) depende de muchos factores, incluido el tipo y la etapa del cáncer. La mayoría de los cánceres de tiroides crecen lentamente, por lo que el cáncer podría reaparecer 10 años o más después del tratamiento. Por lo general, se necesitan muchos años de seguimiento.

Las visitas de seguimiento para el cáncer de tiroides serán programadas:

  • Cada tres a cuatro meses durante los primeros dos años.

  • Cada seis meses durante los próximos dos años.

  • Luego anualmente.

Durante una visita de seguimiento, su equipo de atención médica generalmente le hará preguntas sobre los efectos secundarios del tratamiento y cómo los está enfrentando. También le preguntarán sobre cualquier síntoma que tenga. Su médico puede realizar un examen físico, que incluye:

  • Palpar el cuello en busca de inflamación o ganglios linfáticos agrandados escuchando los pulmones.

  • Controlar su presión arterial y pulso.

Las pruebas a menudo son parte de la atención de seguimiento. Se le puede pedir:

  • Análisis de sangre para verificar los niveles de tiroglobulina (Tg), anticuerpos contra la tiroglobulina (TgAb), hormona estimulante de la tiroides (TSH), tiroxina (T4), triyodotironina (T3). En el caso del cáncer medular de tiroides, las pruebas adicionales pueden incluir calcio, calcitonina y antígeno carcinoembrionario (CEA) .

  • Ecografía del cuello para detectar una recurrencia local o propagación del cáncer a los ganglios linfáticos.

  • Gammagrafía con yodo radiactivo para monitorear la respuesta a la terapia con yodo radiactivo (RAI).

  • Tomografía computarizada o resonancia magnética del cuello o el tórax para buscar cáncer que recurrió o se diseminó.

Si el cáncer ha regresado, usted y su médico analizarán su tratamiento y atención.

Efectos secundarios

La atención de apoyo ayuda a las personas a enfrentar los desafíos físicos, prácticos, emocionales y espirituales del cáncer de tiroides. Es una parte importante de la atención del cáncer. Hay muchos programas y servicios disponibles para ayudar a satisfacer las necesidades y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con cáncer y sus seres queridos, especialmente después de que finaliza el tratamiento.

Recuperarse del cáncer de tiroides y adaptarse a la vida después del tratamiento es diferente para cada persona. La recuperación depende de la etapa del cáncer, el tipo de tratamiento y muchos otros factores. El final del tratamiento del cáncer puede traer emociones encontradas. Aunque el tratamiento haya terminado, puede haber otros problemas, como hacer frente a los efectos secundarios a largo plazo.

Hipotiroidismo

El hipotiroidismo significa que no hay suficiente hormona tiroidea en la sangre para que el cuerpo funcione correctamente. Se desarrolla cuando se extirpa toda o parte de la tiroides o se destruye el tejido tiroideo mediante la terapia con yodo radiactivo.

El hipotiroidismo puede causar:

  • Fatiga

  • Piel seca

  • Aumento de peso

  • Sensación de frío

El hipotiroidismo se trata con terapia de hormona tiroidea usando levotiroxina (Synthroid, Eltroxin). Este medicamento reemplaza a la tiroxina, que es la hormona que normalmente produce la tiroides. Deberá tomarlo por el resto de su vida. Puede tomar algún tiempo encontrar la dosis correcta para usted para que no tenga síntomas de hipotiroidismo. Los médicos ajustarán la dosis de levotiroxina según los resultados de los análisis de sangre.

Boca seca

La terapia con yodo radiactivo puede hacer que las glándulas salivales se inflamen, lo que puede reducir la cantidad de saliva que producen. Esto puede provocar sequedad en la boca y, a veces, cambios en el sabor. Podrían pasar varias semanas después del tratamiento antes que este síntoma mejore. Algunas personas pueden tener problemas de boca seca a largo plazo.

Para ayudar a mantener humedad en la boca, beba agua y otros líquidos con frecuencia durante el día. Algunas personas usan un producto de saliva artificial Pida a su médico que le recomiende un producto.

Cambios en la voz

Pueden ocurrir cambios en la voz después de la cirugía para el cáncer de tiroides. La laringe y los nervios de la garganta que están cerca de la tiroides pueden dañarse durante la cirugía para extirpar la tiroides. Esto puede hacer que la voz suene diferente. Su voz puede ser ronca y sonar entrecortada. Es posible que tenga problemas para emitir sonidos agudos. Una voz ronca generalmente mejora unas pocas semanas después de la cirugía. Algunas personas encuentran que su voz para cantar tarda más en mejorar. En casos raros, puede haber cambios permanentes en la voz.

Si los cambios de voz parecen ser un problema a largo plazo, la terapia del habla puede ayudar a mejorar la calidad de su voz.

Hipocalcemia

La hipocalcemia significa que no hay suficiente calcio en la sangre. Puede suceder cuando las glándulas paratiroides son removidas o dañadas durante la cirugía.

Las glándulas paratiroides producen una hormona llamada hormona paratiroidea (PTH), que ayuda a controlar el nivel de calcio en la sangre. Cuando los niveles de calcio en la sangre son bajos, la glándula paratiroides libera PTH. Si las glándulas paratiroides han sido extirpadas o dañadas, no podrán producir PTH (lo que se denomina hipoparatiroidismo).

La hipocalcemia puede causar:

  • Calambres musculares en la espalda y las piernas.

  • Piel seca y uñas quebradizas.

  • Hormigueo y entumecimiento en los labios, lengua, dedos y pies.

  • Confusión, pérdida de memoria y depresión.

  • Latido anormal del corazón.

La hipocalcemia generalmente se trata con pastillas de calcio (llamadas suplementos). A veces también se administran pastillas de vitamina D. La duración de los suplementos de calcio y vitamina D depende de si las glándulas paratiroides se recuperan y funcionan normalmente. Algunas personas necesitan tomar estos suplementos por el resto de su vida para no tener síntomas de hipocalcemia.

Cuidados paliativos

Los cuidados paliativos son para apoyar a los pacientes y las familias que están lidiando con esta enfermedad. El objetivo de esta atención es ayudarlo a sentirse mejor al prevenir o tratar los síntomas y efectos secundarios de la enfermedad y el tratamiento para que puedan tener la mejor calidad de vida posible.

Puede hablar con su médico sobre sus deseos, valores y creencias. Comenzar estas conversaciones temprano ayuda a garantizar que la atención que reciba se base en sus deseos y necesidades. Es posible además que estas cambien durante su experiencia con el cáncer. Asegúrese de informar esos cambios para que puedan brindarle la mejor atención.

Con los cuidados paliativos, también se tratan problemas emocionales, sociales, prácticos y espirituales que la enfermedad plantea. Cuando las personas se sienten mejor en estas áreas, tienen una mejor calidad de vida.

Los cuidados paliativos pueden brindarse al mismo tiempo que los tratamientos destinados para curar o tratar la enfermedad. Los cuidados paliativos se pueden dar cuando se diagnostica la enfermedad, durante todo el tratamiento, durante el seguimiento y al final de la vida.

Su médico lo derivará a la Unidad de Cuidados Paliativos cuando lo requiera, pero si necesita información sobre esta unidad puede solicitarla.a su médico tratante.

Atención al final de la vida

Cada persona tiene una experiencia diferente durante sus últimos meses y días de vida. Sus síntomas pueden cambiar a medida que continúa su enfermedad y sus necesidades de información y apoyo serán únicas. Los miembros de la familia también tendrán sus propias preguntas, inquietudes y necesidades.

Si está ayudando a un miembro de la familia en sus últimos meses de vida, hable con médico sobre sus preguntas e inquietudes a medida que surjan. Pueden brindarle información y recursos para apoyarlo junto a su familia, ayudarlo a tomar decisiones y planificar la atención al final de la vida.