CÁNCER COLORRECTAL

El intestino grueso es parte del sistema digestivo y está formado por el colon y el recto. El colon absorbe el exceso de agua de las heces y el recto empuja las heces fuera del cuerpo.

El cáncer de colon se puede formar en cualquier parte del colon, que es la parte inferior del sistema digestivo. El cáncer rectal se puede formar en el recto, que son los últimos 15 centímetros del intestino grueso. Juntos se les llama “cáncer colorrectal” o “cáncer de intestino”. Existen diferentes tratamientos para el cáncer de colon y el cáncer de recto.

El cáncer colorrectal y los pólipos (pequeños crecimientos) comienzan en las células que recubren el interior del colon o el recto. Algunos pólipos pueden convertirse en cáncer con el tiempo. Estos pólipos se denominan “pólipos precancerosos”.

Prevención de recurrencia, vida saludable y autocuidado

Un factor de riesgo es un comportamiento, sustancia o condición, que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer. La mayoría de los cánceres son causados ​​por muchos factores de riesgo, pero a veces el cáncer colorrectal se desarrolla en personas que no tienen ninguno de los factores de riesgo que se describen a continuación:

  • La mayoría de las personas a las que se les diagnostica cáncer colorrectal tienen más de 50 años y el riesgo aumenta con la edad.

  • Más hombres que mujeres tienen cáncer colorrectal.

  • La tasa de incidencia de cáncer colorrectal es más alta en América del Norte, el noroeste de Europa y Australia. En los países menos industrializados, particularmente en Asia, África y América del Sur, la tasa es más baja.

  • Las condiciones precancerosas del colon o del recto incluyen adenomas y síndromes de cáncer colorrectal hereditario. Estas condiciones no son cancerosas, pero pueden convertirse en cáncer si no se tratan. Ciertos factores de riesgo para el cáncer colorrectal también pueden causar estas condiciones precancerosas.

Los factores de riesgo suelen clasificarse del más importante al menos importante. Pero, en la mayoría de los casos, es imposible clasificarlos con absoluta certeza.

Factores de riesgo

  • Antecedentes familiares de cáncer colorrectal: significa que uno o más parientes consanguíneos cercanos tienen o han tenido cáncer colorrectal. En algunas familias, hay más casos de cáncer colorrectal de lo que se esperaría por casualidad. A veces no está claro si esta disposición familiar se debe al azar, a una forma de vida que tienen en común los miembros de la familia, a un factor hereditario que se ha transmitido de padres a hijos a través de los genes, o a una combinación de estos elementos.

En familias donde hay cáncer colorrectal, el riesgo aumenta si:

  • Un pariente de primer grado (como padre, hermano o hijo) ha tenido cáncer colorrectal alguna vez.

  • El riesgo aumenta más si el familiar de primer grado ha tenido cáncer de colon en lugar de cáncer de recto.

  • Más de un familiar de primer grado ha padecido alguna vez cáncer colorrectal.

  • Un miembro de la familia menor de 50 años fue diagnosticado con cáncer colorrectal.


  • Antecedentes personales de cáncer colorrectal: si ha tenido cáncer colorrectal anteriormente, es más probable que tenga un segundo cáncer colorrectal.


  • Poliposis adenomatosa familiar (PAF): la FAP es una afección hereditaria poco común causada generalmente por una mutación en el gen de la poliposis coli adenomatosa (APC). Se caracteriza por la formación de cientos o miles de pólipos adenomatosos en el revestimiento interno (mucosa) del colon y el recto. Estos pólipos pueden aparecer ya en la adolescencia. Si la FAP no se trata, la mayoría de las personas que la padecen desarrollarán cáncer colorrectal antes de los 40 años.


  • Poliposis adenomatosa atenuada familiar (PAF atenuada): es un subtipo de PAF. Las personas con FAP atenuada tienen menos pólipos adenomatosos en el colon que aquellas con FAP clásica, y estos pólipos tienden a aparecer más tarde en la vida. El cáncer colorrectal generalmente aparece en personas con PAF atenuada cuando son mayores.


  • Síndrome de Lynch: también llamado cáncer colorrectal hereditario sin poliposis o HNPCC, el síndrome de Lynch es una afección hereditaria causada por mutaciones en los genes que corrigen cualquier error cometido por las células cuando se dividen y se copia el ADN. Hace que se formen pólipos en el revestimiento del colon, el recto o ambos, pero no tantos como en la PAF. El síndrome de Lynch se sospecha cuando una persona de alrededor de 40 años tiene cáncer colorrectal o cuando alguien cercano a ella ha tenido cáncer colorrectal alrededor de esa edad. Hay dos tipos de síndrome de Lynch:

  • El tipo A (síndrome de Lynch tipo 1) solo aumenta el riesgo de cáncer colorrectal.

  • El tipo B (síndrome de Lynch tipo 2) aumenta el riesgo de cáncer colorrectal, así como de cáncer de estómago, intestino delgado, páncreas, riñón, uréter, ovario, útero, mama, vejiga, vías biliares y piel.


  • Pólipos en el colon y el recto: un historial personal o familiar de pólipos en el colon, el recto o ambos aumenta en gran medida el riesgo de cáncer colorrectal. Los pólipos colorrectales generalmente se forman en el revestimiento interno (mucosa) del colon o del recto. Los adenomas (pólipos adenomatosos) son pólipos que pueden volverse cancerosos. El riesgo de cáncer colorrectal que comienza en pólipos adenomatosos está relacionado con el tipo, tamaño y número de pólipos:

  • Los pólipos tubulares son comunes, pero por lo general son más pequeños y menos propensos a volverse cancerosos. Los pólipos vellosos son menos comunes pero tienen un mayor riesgo de volverse cancerosos.

  • Los pólipos de más de un centímetro tienen más probabilidades de ser cancerosos.

  • Cuantos más pólipos haya, mayor será la posibilidad de que uno de los pólipos se vuelva canceroso.


  • Trastornos genéticos raros: estos pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal:

  • El síndrome de Turcot es una variante del síndrome de Lynch y FAP. Se caracteriza por la presencia de muchos pólipos en el colon, que pueden volverse cancerosos.

  • La poliposis asociada a MYH (MAP) es causada por una mutación en el gen de reparación del ADN llamado MUTYH. Las personas con poliposis asociada con MYH tienen muchos pólipos adenomatosos en el revestimiento interno (mucosa) del colon.

  • El síndrome de poliposis juvenil es una condición hereditaria que causa la formación de pólipos llamados hamartomas. Los hamartomas generalmente no son cancerosos, pero pueden volverse cancerosos.

  • El síndrome de Peutz-Jeghers es una condición hereditaria que implica la mutación del gen STK11. Las personas con el síndrome de Peutz-Jeghers a menudo tienen hamartomas en el tracto digestivo. El síndrome de Peutz-Jeghers también se asocia con un riesgo superior al promedio de desarrollar otros tipos de cáncer, incluidos los de mama, páncreas, estómago, ovario, pulmón e intestino delgado.

  • El síndrome de poliposis mixta hereditaria (HMPS) es una afección hereditaria que provoca el crecimiento de muchos tipos diferentes de pólipos. El hamartoma es el tipo más común de pólipo.

  • El síndrome de Cowden y el síndrome de Bannayan-Riley-Ruvalcaba se encuentran entre un grupo de afecciones que tienen una mutación en el gen PTEN, que suele ser un gen supresor de tumores. Las personas con la mutación PTEN tienen un mayor riesgo de desarrollar tumores cancerosos y no cancerosos, incluido el cáncer colorrectal.


  • Inactividad física: las personas que no son físicamente activas tienen un mayor riesgo de cáncer colorrectal.


  • Sobrepeso u obesidad: el cáncer colorrectal ocurre con mayor frecuencia en personas con sobrepeso u obesas que en aquellas que tienen un peso saludable. Un índice de masa corporal (IMC) alto aumenta el riesgo tanto en hombres como en mujeres, aunque los hombres parecen estar en mayor riesgo.


  • Alcohol: las personas que beben 45 g (alrededor de 3 bebidas) de alcohol al día tienen un riesgo 1,5 veces mayor de cáncer colorrectal que las personas que no beben. El alcohol aumenta el riesgo tanto en hombres como en mujeres, aunque el efecto parece ser mayor en los hombres.


  • Fumar tabaco: aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. El riesgo parece aumentar con el tiempo que fuma y la cantidad.


  • Dieta rica en carnes rojas: aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. El riesgo es mayor en cuanto más carne roja come una persona.


  • Carnes procesadas: carnes que se conservan ahumadas, secadas, saladas o agregando conservantes como nitritos o nitratos, aumentan el riesgo de cáncer colorrectal, y este riesgo crece según la cantidad consumida.


  • Dieta baja en fibra: existe evidencia de que consumir alimentos que contienen fibra dietética ofrece protección contra el cáncer colorrectal.


  • Comportamiento sedentario: sentarse durante períodos prolongados se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, en particular cáncer del colon distal y del recto.


  • Enfermedad inflamatoria intestinal (EII): la EII afecta el revestimiento del tracto digestivo que se inflama, causando llagas y sangrado. La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son los dos tipos más comunes de EII. La colitis ulcerosa aumenta el riesgo de cáncer colorrectal más que la enfermedad de Crohn. El riesgo aumenta con la duración de la EII y la extensión de la EII en el colon.


  • Diabetes: en las personas con diabetes tipo 2, la tasa de incidencia de cáncer colorrectal es mayor. Existe un vínculo entre los dos, ya que los factores de riesgo de la diabetes (inactividad física y sobrepeso u obesidad) también son factores de riesgo del cáncer colorrectal.


  • Ascendencia judía Ashkenazi: las personas de ascendencia judía de Europa del Este (judíos Ashkenazi) tienen un riesgo más alto que el promedio de cáncer colorrectal. Una mutación particular en el gen APC que aumenta el riesgo de cáncer colorrectal tiende a estar presente en este grupo de personas. Esta mutación genética no es común en otros grupos étnicos.


  • Antecedentes personales de cáncer de mama, ovario o útero: una mujer que ya ha tenido cáncer de mama, de ovario o de útero tiene un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Esto puede deberse a factores de riesgo comunes, como el síndrome de Peutz-Jeghers, la ascendencia judía asquenazí, el síndrome de Lynch u otros síndromes genéticos.


  • Estatura alta: varios estudios muestran que la altura es un factor de riesgo para el cáncer de colon, pero probablemente no para el cáncer de recto. Los investigadores creen que esto se debe a la influencia de las hormonas del crecimiento y la pubertad.


  • Cocinar carne a alta temperatura: incluyendo carne de res, cerdo y pescado a altas temperaturas (es decir, bien cocido, frito, a la parrilla o asado a la parrilla) forma sustancias químicas llamadas aminas heterocíclicas (HA). Algunos HA se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. La grasa que gotea de la carne, las aves y el pescado sobre las brasas o las piedras da lugar a otras sustancias potencialmente cancerígenas denominadas hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Estos últimos, provocados por el humo y las llamas, se añaden a los alimentos. Algunos de estos PAH están asociados con un mayor riesgo de cáncer colorrectal.


  • Exposición a radiaciones ionizantes: las personas que han estado expuestas a radiaciones ionizantes, por ejemplo, durante las explosiones de bombas atómicas en Japón, tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, especialmente cáncer de colon. Las personas que han recibido radioterapia por un cáncer anterior tienen un mayor riesgo de cáncer colorrectal.

Tips para una vida saludable

Puede reducir su riesgo de cáncer colorrectal adoptando los siguientes comportamientos:

  • Moverse más y pasar menos tiempo sentado: las investigaciones muestran que la actividad física regular puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Los adultos deben aspirar a realizar 30 minutos al día de actividad de intensidad moderada, como caminar o realizar tareas domésticas como pasar la aspiradora. La investigación también muestra que el comportamiento sedentario, o el tiempo que se pasa sentado, aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. Puede reducir su riesgo si se sienta menos tiempo y toma descansos breves y frecuentes.


  • Tener un peso saludable: los estudios han demostrado que tener sobrepeso u obesidad aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. Puede reducir su riesgo manteniendo un peso saludable. Comer sano y estar físicamente activo puede ayudarlo a mantener un peso saludable.


  • Limitar su consumo de alcohol: beber alcohol puede aumentar su riesgo de cáncer colorrectal. Si elige beber alcohol, limítese a menos de 1 trago por día si es mujer y menos de 2 tragos por día si es hombre. Cuanto menos beba, más reducirá su riesgo.


  • Vivir libre de humo: fumar tabaco aumenta el riesgo de condiciones precancerosas y cáncer de colon o recto. Si fuma, busque ayuda para dejar de hacerlo.


  • Limitar su consumo de carne roja y carne procesada: una dieta rica en carnes rojas o que incluya carnes procesadas aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. Comer menos carne roja y evitar las carnes procesadas ayuda a reducir el riesgo.


  • Evitar cocinar carnes a altas temperaturas: esto produce sustancias químicas cancerígenas llamadas aminas heterocíclicas (HA) e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Estos químicos aumentan el riesgo de cáncer colorrectal.


  • Comer alimentos ricos en fibra: esto ayuda a mantener un sistema digestivo saludable y a regular el tránsito intestinal. Aumentan el volumen de las heces y aceleran el movimiento de los alimentos a través del colon. Los estudios muestran que comer alimentos que contienen fibra dietética reduce el riesgo de cáncer colorrectal. Los alimentos ricos en fibra incluyen: frutas y vegetales; cereales integrales y productos de cereales; legumbres, incluyendo frijoles, guisantes y lentejas.


  • Consumir productos lácteos: las investigaciones indican que el consumo de lácteos reduce el riesgo de cáncer colorrectal.


  • Seguir las pautas de detección de cáncer: realice una prueba de heces cada dos años si tiene entre 50 y 74 años y no tiene un alto riesgo de cáncer colorrectal. Si su riesgo de cáncer colorrectal es alto, es posible que deba hacerse la prueba con más frecuencia y a una edad más temprana. Discuta su riesgo con su médico.


  • Averigüe si su riesgo de cáncer colorrectal es alto: algunas personas pueden tener un riesgo mayor que el promedio de desarrollar cáncer colorrectal. Discuta su riesgo con su médico. Si es más alto que el promedio, es posible que deba ver a su médico con más frecuencia para detectar cáncer colorrectal. Su médico le dirá qué pruebas debe realizarse y con qué frecuencia.

Diagnóstico

El diagnóstico de cáncer colorrectal generalmente comienza con una visita a su médico de cabecera, quien le preguntará acerca de sus síntomas y es posible que le haga un examen físico. Con esta información puede derivarlo a un especialista u ordenar pruebas para detectar cáncer colorrectal u otros problemas de salud.

El proceso de diagnóstico puede parecer largo y desalentador. Es normal preocuparse, pero considere que otras condiciones médicas pueden causar síntomas similares al cáncer colorrectal, por lo tanto es importante descartar cualquier otra posible causa del problema de salud antes de realizar un diagnóstico de cáncer colorrectal.

Las siguientes pruebas se usan para descartar o confirmar un diagnóstico de cáncer colorrectal y también para determinar la etapa (cuánto se ha propagado la enfermedad). Su médico puede realizar otras pruebas para comprobar su estado de salud general y ayudar a planificar su tratamiento.

Historial de salud y examen físico

Su historial de salud es un registro de sus síntomas, factores de riesgo y cualquier evento y condición médica que haya tenido en el pasado. Su médico le hará preguntas sobre:

  • Síntomas que sugieren cáncer colorrectal.

  • Pólipos en el colon o el recto.

  • Poliposis adenomatosa familiar (PAF).

  • Síndrome de Lynch (también llamado cáncer colorrectal hereditario sin poliposis, o HNPCC).

  • Enfermedad inflamatoria intestinal (EII).

Su médico también puede hacerle preguntas sobre su historial familiar:

  • Cáncer colorrectal.

  • Riesgos de cáncer colorrectal.

  • Otros tipos de cáncer.

Un examen físico ayuda a su médico a detectar signos de cáncer colorrectal. Durante el examen físico, su médico puede:

  • Palpar su abdomen en busca de bultos y órganos hinchados.

  • Hacerle un examen rectal digital (DRE).

Examen rectal digital

Un examen rectal digital (DRE) es un examen en el que un médico inserta un dedo enguantado en el recto con el objetivo de detectar masas o hinchazón o medir la distancia entre el tumor rectal y el ano. La DRE se combina con una ecografía transrectal o una resonancia magnética de la pelvis para determinar el estadio del cáncer de recto, incluida la profundidad de la invasión del tumor en la pared del recto.

Hemograma

El hemograma evalúa la cantidad y calidad de glóbulos blancos, rojos y plaquetas. Se realiza para detectar anemia causada por un sangrado prolongado (crónico).

Análisis bioquímicos de sangre

Una prueba de química sanguínea mide el nivel de sustancias químicas en la sangre. Permite evaluar la calidad de funcionamiento de determinados órganos y también detectar anomalías.

Las pruebas de función hepática se utilizan para evaluar el funcionamiento del hígado. Un alto nivel de ciertas sustancias podría significar que el cáncer colorrectal se ha propagado al hígado.

Ensayos de marcadores tumorales

Un marcador tumoral es una sustancia que se encuentra en la sangre, tejidos o fluidos extraídos del cuerpo. Si la cantidad de cierto marcador tumoral es anormal, puede significar que una persona tiene cáncer colorrectal. También se pueden realizar pruebas de marcadores tumorales para evaluar su respuesta al tratamiento del cáncer.

Los siguientes marcadores tumorales se pueden medir para el cáncer colorrectal:

  • Antígeno carcinoembrionario (CEA).

  • Carbohidrato antígeno 19-9 (CA 19-9).

Análisis de heces

Las pruebas de heces buscan sangre escondida (oculta) en las heces. Se puede realizar una prueba de sangre basada en guayaco (gFOBT) o una prueba inmunoquímica fecal (FIT) durante el diagnóstico si no se usó durante la evaluación.

Enema de bario de doble contraste

El enema de bario de doble contraste es una prueba de imagen que utiliza una sustancia especial (sulfato de bario) y rayos X para producir imágenes de todo el intestino grueso (ciego, colon, recto y ano). El intestino se infla con aire para observarlo mejor. Así se pueden ver pólipos o masas en el colon.

Se realiza un enema de bario de doble contraste si una prueba de heces revela sangre oculta o si hay sangrado en el recto, sangre en las heces o dolor en el abdomen.

Sigmoidoscopía

La sigmoidoscopía es un procedimiento que utiliza un instrumento delgado en forma de tubo con una luz y una lente en un extremo, llamado endoscopio. Se usa para observar el colon sigmoide (la última parte del colon) y el recto. Se puede hacer una biopsia durante la sigmoidoscopia.

Colonoscopía

La colonoscopía es la prueba que se realiza con mayor frecuencia para diagnosticar el cáncer colorrectal. Durante el procedimiento el médico observa el interior del colon y el recto utilizando un tubo flexible equipado con una luz y una lente en un extremo, es decir, un colonoscopio.

Se realiza si tiene síntomas de cáncer colorrectal o para detectar pólipos u otras áreas anormales que se observaron durante un enema de bario o una sigmoidoscopia. Se puede tomar una muestra (biopsia) durante la colonoscopia.

Biopsia

Durante una biopsia, el médico extrae tejidos o células del cuerpo para que puedan analizarse en el laboratorio. El informe del patólogo confirma si hay o no células cancerosas en la muestra.

La biopsia generalmente se realiza durante una colonoscopía o sigmoidoscopia (biopsia endoscópica) para extirpar pólipos o una pequeña cantidad de tejido del colon o el recto. Se puede realizar una biopsia central para tomar muestras de los órganos a los que se podría haber propagado el cáncer, como el hígado.

Estudio de células y tejidos

Los estudios de células y tejidos observan de cerca las células de un tumor para determinar el tipo de cáncer de colon o recto. También pueden revelar ciertos cambios o características en el cuerpo. Las células se pueden tomar de la sangre o de la orina. También pueden provenir de tejido extraído durante una biopsia u otro procedimiento.

El gen KRAS se puede cambiar (mutar) en algunas células de cáncer colorrectal. La prueba KRAS generalmente se realiza en tumores colorrectales que se han propagado (metástasis) porque puede indicar si la terapia dirigida es una opción. Es poco probable que los tumores colorrectales que portan la mutación del gen KRAS respondan a los medicamentos dirigidos.

La inestabilidad de microsatélites (MSI) es un cambio en el ADN de una celda. Por lo general, los genes de reparación no coincidentes corrigen cualquier error que ocurra en el ADN a medida que se copia durante la división celular. Cuando los genes de reparación no coincidentes no funcionan correctamente, puede ocurrir MSI. Las personas con síndrome de Lynch tienen una mutación en uno de sus genes de reparación no coincidentes. Es posible que se revise el tumor colorrectal en busca de MSI para ver si podría haber sido causado por el síndrome de Lynch.

Tomografía computarizada

Las tomografías computarizadas (CT) usan máquinas especiales de rayos X para producir imágenes transversales tridimensionales de los órganos, tejidos, huesos y vasos sanguíneos del cuerpo. Una computadora ensambla las tomas en imágenes detalladas.

La TC se usa para verificar si el cáncer colorrectal se ha propagado a los ganglios linfáticos o a los órganos del tórax, el abdomen y la pelvis. Se puede realizar una tomografía computarizada de la pelvis para medir la distancia entre un tumor en el recto y el ano. También se puede tomar una biopsia durante la tomografía computarizada para ver si el cáncer se ha propagado a órganos como el hígado.

La colonoscopía virtual usa TC para producir imágenes del colon y el recto sin usar un endoscopio. Si el equipo de colonoscopía virtual está disponible, se le puede ofrecer esta prueba, si no puede hacerse una colonoscopía regular.

Ecografía

Un ultrasonido usa ondas de sonido de alta frecuencia para producir imágenes de partes del cuerpo. Se puede realizar una ecografía para verificar si el cáncer colorrectal se ha propagado al hígado.

Durante la ecografía transrectal (TRS) , también llamada ecografía endorrectal, se inserta una sonda de ultrasonido en el recto. Se usa para determinar la etapa del cáncer de recto, incluido el crecimiento del tumor en la pared del recto, y para medir la distancia entre un tumor en el recto y el ano.

Resonancia magnética

La resonancia magnética nuclear (RMN) utiliza fuertes fuerzas magnéticas y ondas de radio para producir imágenes transversales de los órganos, tejidos, huesos y vasos sanguíneos del cuerpo. Una computadora ensambla las imágenes en instantáneas tridimensionales.

Se puede realizar una resonancia magnética de la pelvis para establecer la etapa del cáncer de recto y determinar dónde se ha diseminado en la pelvis. También se puede usar para medir la distancia entre un tumor en el recto y el ano.

Radiografía de tórax

Una radiografía utiliza una dosis baja de radiación para producir imágenes de partes del cuerpo en una película. Se puede realizar una radiografía de tórax para verificar si el cáncer colorrectal se ha propagado a los pulmones.

PET

Una tomografía por emisión de positrones (PET) utiliza un material radiactivo llamado radiofármaco para detectar cambios en la actividad metabólica de los tejidos corporales. Una computadora analiza los patrones de distribución de la radiactividad y produce imágenes tridimensionales en color del área que se está examinando.

PET/CT combina imágenes PET con imágenes CT, que se realizan al mismo tiempo con la misma máquina. La PET/TC se puede usar para ayudar a determinar la etapa del cáncer colorrectal o para planificar la cirugía de tumores metastásicos.

Tratamiento

Si tiene cáncer colorrectal, su médico creará un plan de tratamiento solo para usted, basado en su salud e información específica sobre el cáncer que tiene. Al decidir qué tratamientos ofrecer para el cáncer colorrectal, su equipo de atención médica considerará:

  • La ubicación del tumor o dónde ha regresado el cáncer (recurrencia).

  • La etapa del cáncer.

  • Su estado de salud general.

  • Lo que prefiere o quiere.

Los tratamientos ofrecidos dependen de la etapa y la ubicación del tumor.

Tratamientos para el cáncer de colon en estadio 0

La cirugía es el tratamiento estándar para el cáncer de colon en etapa 0.

  • Cirugía: generalmente implica una escisión local (resección local) para extirpar el tumor o pólipo y una pequeña cantidad de tejido a su alrededor. El tipo de escisión local que se utiliza suele ser una polipectomía y se realiza durante una colonoscopía. Si se encuentran células cancerosas en el tejido extirpado con el tumor, se realiza una resección intestinal. El tipo de resección intestinal depende de la ubicación del tumor.

Tratamientos para el cáncer de colon en estadio 1

La cirugía es el principal tratamiento para el cáncer de colon en etapa 1.

  • Cirugía: generalmente implica una resección intestinal con una disección de los ganglios linfáticos. El tipo de resección intestinal depende de la ubicación del tumor. Se puede realizar una colostomía o una ileostomía después de la resección intestinal, según la ubicación del cáncer y qué tan saludable esté el colon restante después de la resección intestinal.

La colostomía crea una abertura desde el colon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Una ileostomía crea una abertura desde el íleon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Ambos procedimientos permiten la evacuación de los desechos de alimentos (heces).

La colostomía o ileostomía pueden ser temporales para permitir que el intestino descanse y cicatrice tras la cirugía.

Si el cáncer era parte de un pólipo y el pólipo se extirpa por completo durante una colonoscopía, es posible que no se necesite más cirugía.

Tratamientos para el cáncer de colon en estadio 2

La cirugía es el tratamiento principal para el cáncer de colon en etapa 2. También se pueden usar quimioterapia y radioterapia.

  • Cirugía: habitualmente implica una resección intestinal con una disección de los ganglios linfáticos. El tipo de resección intestinal depende de la ubicación del tumor. Se puede realizar una colostomía o una ileostomía después de la resección intestinal, según la ubicación del cáncer y qué tan saludable esté el colon restante después de la resección intestinal. La colostomía crea una abertura desde el colon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Una ileostomía crea una abertura desde el íleon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Ambos procedimientos permiten la evacuación de las heces.

La colostomía o ileostomía pueden ser temporales para permitir que el intestino descanse y cicatrice después de la cirugía.


  • Quimioterapia: se puede ofrecer quimioterapia después de la cirugía si existe un alto riesgo de que el cáncer regrese (recurra) y al menos una de las siguientes características de alto riesgo está presente:

  • El tumor es T4 (etapa 2B o 2C).

  • Se extirparon o pudieron evaluarse menos de 12 ganglios linfáticos.

  • El tumor ha crecido hacia los ganglios linfáticos cercanos, los vasos sanguíneos o el espacio que rodea los nervios.

  • El tumor es de alto grado.

  • Hay una obstrucción en el intestino o un desgarro o agujero en el intestino (perforación intestinal).

  • No se extirpó suficiente tejido sano junto con el tumor, o se encuentran células cancerosas en el tejido extirpado con el tumor.

La quimioterapia se puede administrar con o sin radioterapia, a personas que no están lo suficientemente sanas para la cirugía.


  • Radioterapia: se puede ofrecer después de la cirugía para ayudar a prevenir que el cáncer regrese en la misma área (lo que se denomina recurrencia local). Se puede ofrecer si el tumor ha crecido hacia tejidos o estructuras cercanas o si no se pudo extirpar todo el cáncer con una resección intestinal.

La radioterapia se puede administrar con o sin quimioterapia a personas que no están lo suficientemente sanas para la cirugía.

Tratamientos para el cáncer de colon estadio 3

La cirugía es el principal tratamiento para el cáncer de colon en etapa 3. También se pueden usar quimioterapia y radioterapia.

  • Cirugía: generalmente implica una resección intestinal con una disección de los ganglios linfáticos. El tipo de resección intestinal depende de la ubicación del tumor. Se puede realizar una colostomía o una ileostomía después de la resección intestinal, según la ubicación del cáncer y qué tan saludable esté el colon restante después de la resección intestinal.

La colostomía crea una abertura desde el colon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Una ileostomía crea una abertura desde el íleon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Ambos procedimientos permiten un nuevo camino para que las heces salgan del cuerpo. La colostomía o ileostomía pueden ser temporales para permitir que el intestino descanse y cicatrice tras la cirugía.


  • Quimioterapia: generalmente se administra después de la cirugía para el cáncer de colon en etapa 3 para reducir el riesgo de recurrencia. La quimioterapia se puede iniciar de cuatro a ocho semanas después de la cirugía y generalmente se realiza durante seis meses.


  • Radioterapia: se puede ofrecer radioterapia después de la cirugía para ayudar a prevenir que el cáncer regrese en la misma área. También si el tumor ha crecido hacia tejidos o estructuras cercanas o si no se pudo extirpar todo el cáncer con una resección intestinal.

La radioterapia no es un tratamiento común para el cáncer de colon en etapa 3 porque el cáncer de colon generalmente no se disemina localmente. Si se propaga, es más probable que se propague a órganos distantes como el hígado.

Tratamientos para el cáncer de colon en estadio 4 o recurrente

Las opciones de tratamiento suelen ser las mismas tanto para el cáncer de colon en etapa 4 como para el cáncer de colon recurrente. La etapa 4 significa que el cáncer se ha propagado a uno o más órganos. Si el cáncer de colon reaparece, por lo general regresa en un sitio distante, como el hígado.

Los tratamientos y el orden en que se usan dependen de si el cáncer se puede extirpar con cirugía (resecable) o no se puede extirpar con cirugía (irresecable).

  • Quimioterapia: generalmente se indica para el cáncer de colon en etapa 4 o recurrente. Puede usarse como tratamiento principal para tumores irresecables en el colon o metástasis en el hígado. También se puede administrar antes de la cirugía para reducir los tumores y facilitar su extirpación. Si el cáncer es resecable, la quimioterapia generalmente se administra después de la cirugía para eliminar las células cancerosas que puedan quedar y evitar que el cáncer regrese. La duración de la quimioterapia depende de los medicamentos utilizados, la respuesta del cáncer al medicamento o a la combinación de medicamentos y si se realiza cirugía.

Si el cáncer es resecable, la quimioterapia generalmente se administra durante seis meses. Si el cáncer no es resecable, se puede usar quimioterapia mientras el cáncer responda o hasta que la enfermedad progrese.

Al decidir qué medicamento de quimioterapia o combinación de medicamentos usar, se considerarán su salud general y los posibles efectos secundarios de los medicamentos. Se puede administrar un medicamento de terapia dirigida con la quimioterapia.


  • Terapia dirigida: se utiliza en el cáncer de colon en etapa 4 o recurrente. Por lo general, se administra con quimioterapia, pero se puede usar solo.


  • Inmunoterapia: se puede administrar inmunoterapia para el cáncer de colon en etapa 4 o recurrente tales como inhibidores del punto de control inmunitario,


  • Cirugía: se puede ofrecer para el cáncer de colon en etapa 4 o recurrente. Si la cirugía es una opción o no, dependerá de la ubicación del tumor y de su estado general de salud.

La cirugía para extirpar tumores metastásicos se realiza cuando el cáncer se ha propagado a un solo órgano distante, como el hígado o el pulmón. El tipo de cirugía que se realice dependerá de dónde se haya propagado el cáncer.

Se realiza una resección intestinal para extirpar el cáncer en el colon. También se puede usar para tratar una obstrucción en el intestino. El tipo de resección intestinal depende de la ubicación del tumor o de la obstrucción.

En una colostomía se hace una abertura desde el colon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal para permitir que las heces salgan del cuerpo y se puede realizar después de una resección intestinal. La colostomía puede ser temporal o permanente.

Una ileostomía crea una abertura desde el íleon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal para permitir que las heces salgan del cuerpo y se puede realizar después de una resección intestinal. La ileostomía puede ser temporal o permanente.

Una colostomía de derivación es una colostomía que no extrae parte del intestino. Se puede usar para tratar una obstrucción intestinal al crear un pasaje para que las heces puedan salir del cuerpo antes de que lleguen a la parte bloqueada del intestino.

Se puede colocar un stent para tratar o prevenir la obstrucción intestinal. El médico puede colocar un tubo de metal similar a una malla (llamado stent) en el intestino para abrirlo y permitir que las heces fluyan normalmente. Los stents a menudo se usan para aliviar los síntomas del cáncer avanzado.


  • Ablación por radiofrecuencia (RFA): se puede usar para tratar las metástasis hepáticas que no se pueden extirpar con cirugía. La RFA utiliza una corriente eléctrica de alta frecuencia para destruir las células cancerosas.

  • Radioterapia: se puede utilizar para el cáncer de colon en etapa 4 o recurrente. Se usa con mayor frecuencia como terapia paliativa para controlar síntomas como el dolor. La radioterapia en el abdomen o la pelvis se puede indicar para el cáncer de colon no resecable. También para tratar metástasis óseas o cerebrales.


  • Si no puede o no desea recibir un tratamiento contra el cáncer: es posible que desee considerar un tipo de atención para sentirse mejor sin tratar el cáncer en sí. Esto puede deberse a que los tratamientos contra el cáncer ya no funcionan, no es probable que mejoren su condición o pueden causar efectos secundarios que son difíciles de sobrellevar. También puede haber otras razones. Su médico puede ayudarlo a elegir la atención y el tratamiento para el cáncer avanzado.


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí.

Tratamientos para el cáncer de recto estadio 0

La cirugía es el tratamiento estándar para el cáncer de recto en etapa 0.

  • Cirugía: por lo general, se realiza una escisión local (resección local) para extirpar el tumor o pólipo y una pequeña cantidad de tejido a su alrededor. El tipo de escisión local suele ser una polipectomía y se realiza durante una colonoscopía o una sigmoidoscopía. Se puede usar una escisión transanal local para tumores pequeños en el recto que están cerca del ano. Si se encuentran células cancerosas en el tejido extirpado con el tumor, se realiza una resección intestinal. El tipo de resección intestinal depende de la ubicación del tumor.

Tratamientos para el cáncer de recto en estadio 1

La cirugía es el tratamiento principal para el cáncer de recto en estadio 1. También se puede usar quimiorradiación o radioterapia.

  • Cirugía: generalmente implica una resección intestinal. El tipo de resección intestinal depende de la ubicación del tumor. En algunos casos, se puede realizar una escisión transanal local o una microcirugía endoscópica transanal (TEM) para extirpar un tumor pequeño de bajo grado y el tejido que lo rodea. Por lo general, se elige una resección intestinal en lugar de estas cirugías porque tienen un mayor riesgo de recurrencia y será más difícil extirpar completamente el cáncer si regresa (recurre).

Según el tipo de cirugía realizada, es posible que se necesite una colostomía temporal o permanente. La colostomía crea una abertura desde el colon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Crea un nuevo camino para que las heces salgan del cuerpo y se pueda realizar después de una resección intestinal.


  • Quimiorradiación: combina la radioterapia con la quimioterapia. Los dos tratamientos se dan durante el mismo periodo de tiempo. La quimiorradiación se puede administrar antes de la cirugía para reducir el tamaño de un tumor rectal para que pueda extirparse con cirugía. La cantidad de radiación que se administra depende de la ubicación del tumor y del lugar de propagación del cáncer. Si ya ha recibido radiación en la pelvis, es posible que no pueda volver a recibir radiación.


  • Radioterapia: se puede administrar después de una escisión transanal local, después de una TEM o si no está lo suficientemente sano como para someterse a una cirugía.

Tratamientos para el cáncer de recto en estadio 2

La cirugía es el tratamiento principal para el cáncer de recto en etapa 2. También se pueden usar otros tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia o la quimiorradiación.

  • Cirugía: una resección intestinal es la cirugía que se realiza. El tipo de resección intestinal depende de la ubicación del tumor. Según el tipo de cirugía realizada, es posible que se necesite una colostomía temporal o permanente. La colostomía crea una abertura desde el colon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Crea un nuevo camino para que las heces salgan del cuerpo.


  • Quimiorradiación: combina la radioterapia con la quimioterapia. Los dos tratamientos se dan durante el mismo periodo de tiempo. La quimiorradiación se puede realizar antes de la cirugía.


  • Radioterapia: casi siempre se utiliza para el cáncer de recto en etapa 2. Puede administrarse sola o como parte de la quimiorradiación. La radioterapia externa es el tipo más común de radiación que se usa, pero la braquiterapia se puede usar en algunos casos.

La radioterapia sola se puede administrar antes de la cirugía. Se pueden administrar cinco tratamientos de radioterapia, lo que a veces se denomina tratamiento corto de radiación. A veces, la radioterapia se administra sola después de la cirugía.

Si no puede recibir quimioterapia, se puede usar un ciclo largo de radioterapia sola, que va de 25 a 30 tratamientos.


  • Quimioterapia: se puede usar sola después de la cirugía. Si no se usó radioterapia o quimiorradiación antes de la cirugía, se puede administrar quimioterapia además de la quimiorradiación después de la cirugía.

La quimioterapia generalmente se administra durante aproximadamente seis meses, pero la duración de la quimioterapia depende de la cantidad de radiación o quimiorradiación utilizada antes de la cirugía.

Tratamientos para el cáncer de recto estadio 3

La cirugía es el tratamiento principal para el cáncer de recto en etapa 3. También se pueden usar otros tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia o la quimiorradiación.


  • Cirugía: se realiza una resección intestinal. El tipo de resección intestinal depende de la ubicación del tumor. Según el tipo de cirugía realizada, es posible que sea necesario realizar una colostomía temporal o permanente. La colostomía crea una abertura desde el colon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal para que las heces salgan del cuerpo.

Se puede administrar quimiorradioterapia o radioterapia sola antes de la cirugía.


  • Quimiorradiación: combina la radioterapia con la quimioterapia. Los dos tratamientos se dan durante el mismo periodo de tiempo. La quimiorradiación se puede realizar antes de la cirugía. A veces, la quimiorradiación se administra después de la cirugía.


  • Radioterapia: la radioterapia casi siempre se utiliza para el cáncer de recto en etapa 3. Puede administrarse sola o como parte de la quimiorradiación. La radioterapia externa es el tipo más común de radiación, pero la braquiterapia se puede usar en algunos casos.

Se puede realizar radioterapia sola antes de la cirugía, administrando cinco tratamientos de radioterapia, lo que se denomina tratamiento corto de radiación. A veces, la radioterapia se administra sola después de la cirugía.

Si no puede recibir quimioterapia, se puede usar un ciclo largo de radioterapia sola, que suele ser de 25 a 30 tratamientos.


  • Quimioterapia: se puede administrar sola después de la cirugía. Si no se usa radioterapia o quimiorradiación antes de la cirugía, por lo general también se administra quimioterapia después de la cirugía.

La quimioterapia generalmente se administra durante aproximadamente seis meses, pero l depende de la cantidad de radiación o quimiorradiación utilizada antes de la cirugía.

Tratamientos para el cáncer de recto estadio 4 o recurrente

Las opciones de tratamiento suelen ser las mismas para el cáncer de recto en estadio 4 y el cáncer de recto recurrente.

La etapa 4 significa que el cáncer se ha propagado a uno o más órganos. Si el cáncer de recto regresa (recurre), generalmente regresa en un sitio distante como el hígado.

Los tratamientos y el orden en que se usan dependen de si el cáncer se puede extirpar con cirugía (resecable) o no se puede extirpar con cirugía (irresecable).

  • Quimioterapia: generalmente se ofrece para el cáncer de recto en etapa 4 o recurrente. Puede usarse como tratamiento principal para tumores irresecables en el recto o metástasis en el hígado. También se puede administrar antes de la cirugía para reducir los tumores y facilitar la extirpación del cáncer. Si el cáncer es resecable, la quimioterapia generalmente se administra después de la cirugía, para eliminar las células cancerosas que puedan quedar y evitar que el cáncer regrese.

La duración de la quimioterapia depende del tipo de quimioterapia utilizada, la respuesta del cáncer al fármaco o a la combinación de fármacos y si se realiza cirugía.

Si el cáncer es resecable, la quimioterapia generalmente se administra durante seis meses. Si el cáncer no es resecable, se puede usar quimioterapia mientras el cáncer responda o hasta que la enfermedad progrese.

Al decidir qué medicamento de quimioterapia o combinación de medicamentos usar, se considerarán su salud general y los posibles efectos secundarios. Se puede administrar un medicamento de terapia dirigida con la quimioterapia.


  • Terapia dirigida: se utiliza en casos de cáncer de recto en etapa 4 o recurrente. Por lo general, se administra con quimioterapia, pero se puede usar solo.


  • Inmunoterapia: se administran inhibidores del punto de control inmunitario,


  • Quimiorradiación: combina la radioterapia con la quimioterapia. Los dos tratamientos se dan durante el mismo periodo de tiempo. La quimiorradiación se puede administrar antes de la cirugía para reducir el tamaño de un tumor rectal para que pueda extirparse con cirugía. La cantidad de radiación depende de la ubicación del tumor y del lugar de su propagación. Si ya ha recibido radiación en la pelvis, es posible que no pueda volver a recibir radiación.


  • Cirugía: se puede utilizar para el cáncer de recto en etapa 4 o recurrente. Si la cirugía es una opción o no, dependerá de la ubicación del tumor y de su estado general de salud.

Se puede realizar una escisión local (resección local) para extirpar una recurrencia local del cáncer o para aliviar síntomas como el dolor.

Si no se realizó con anterioridad se realiza una resección intestinal para extirpar el cáncer en el recto. También se puede usar para tratar una obstrucción en el intestino . El tipo de resección intestinal depende de la ubicación del tumor o de la obstrucción.

La cirugía para extirpar tumores metastásicos se realiza cuando el cáncer se ha propagado a un solo órgano distante, como el hígado o el pulmón. El tipo de cirugía dependerá del lugar de propagación del cáncer.

  • En algunos casos, se puede utilizar una exenteración pélvica para tratar el cáncer de recto que se ha diseminado a muchas áreas de la pelvis.

  • Una colostomía crea una abertura desde el colon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Crea un nuevo camino para que las heces salgan del cuerpo y se puede realizar después de una resección intestinal. La colostomía puede ser temporal o permanente.

  • Una colostomía de derivación es una colostomía que no extrae parte del intestino. Se puede usar para tratar una obstrucción intestinal al crear un pasaje para que las heces puedan salir del cuerpo antes de que lleguen a la parte bloqueada del intestino.

  • Se puede colocar un stent para tratar o prevenir la obstrucción intestinal. El médico puede colocar un tubo de metal similar a una malla (llamado stent) en el intestino para abrirlo y permitir que las heces fluyan normalmente. Los stents a menudo se usan para aliviar los síntomas del cáncer avanzado.


  • Ablación por radiofrecuencia (RFA): se puede usar para tratar las metástasis hepáticas que no se pueden extirpar con cirugía. La RFA utiliza una corriente eléctrica de alta frecuencia para destruir las células cancerosas.


  • Radioterapia: puede administrarse sola o como parte de la quimiorradiación. La radioterapia externa es el tipo más común de radiación utilizada.

La radioterapia se puede usar sola para controlar los síntomas del cáncer avanzado, como el dolor y el sangrado. La radioterapia en el abdomen o la pelvis se puede administrar para el cáncer de recto no resecable. También para tratar metástasis óseas o cerebrales.


  • Si no puede o no desea recibir un tratamiento contra el cáncer: es posible que desee considerar un tipo de atención para sentirse mejor sin tratar el cáncer en sí. Esto puede deberse a que los tratamientos contra el cáncer ya no funcionan, no es probable que mejoren su condición o pueden causar efectos secundarios que son difíciles de sobrellevar. También puede haber otras razones por las que no puede recibir o no desea recibir tratamiento contra el cáncer. Hable con su médico para que lo ayuden a elegir la atención y el tratamiento para el cáncer avanzado.


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí.

Pronóstico y supervivencia

Si tiene cáncer colorrectal, es posible que tenga preguntas sobre su pronóstico. Un pronóstico es la mejor estimación del médico de cómo el cáncer afectará a alguien y cómo responderá al tratamiento.

El pronóstico y la supervivencia dependen de muchos factores: historial médico, el tipo, etapa y otras características del cáncer, además de los tratamientos elegidos y la respuesta al tratamiento. Solo un médico familiarizado con su caso puede juntar toda esta información con las estadísticas de supervivencia para llegar a un pronóstico.

Un factor pronóstico es un aspecto del cáncer o una característica de la persona que el médico considerará al hacer un pronóstico. Un factor predictivo influye en cómo responderá un cáncer a un determinado tratamiento. Los factores pronósticos y predictivos a menudo se analizan juntos. Ambos juegan un papel importante en la decisión sobre un plan de tratamiento y su pronóstico.

Los siguientes son factores pronósticos y predictivos para el cáncer colorrectal.

  • Estadio: el estadio es el factor pronóstico más importante para el cáncer colorrectal. Cuanto más bajo sea el estadio en el momento del diagnóstico, mejor será el resultado. Los tumores que están solo en el colon o el recto tienen un mejor pronóstico que los que han crecido a través de la pared del colon o el recto, o que se han diseminado a otros órganos (metástasis a distancia).


  • Márgenes quirúrgicos: cuando se extirpa un tumor colorrectal, el cirujano también extrae un margen de tejido sano a su alrededor. El pronóstico es mejor si no hay células cancerosas en el tejido extirpado con el tumor que si hay células cancerosas en el tejido (llamados márgenes quirúrgicos positivos).


  • Células cancerosas en la linfa y los vasos sanguíneos: las células cancerosas pueden moverse o crecer hacia los vasos linfáticos y sanguíneos cercanos. Esto se llama invasión linfovascular. Los tumores que no tienen invasión linfovascular tienen un mejor pronóstico que los tumores que tienen invasión linfovascular.


  • Niveles de antígeno carcinoembrionario (CEA): el antígeno carcinoembrionario (CEA) es una proteína que normalmente se encuentra en niveles muy bajos en la sangre de los adultos. El nivel de CEA en la sangre puede aumentar en ciertos tipos de cáncer y condiciones no cancerosas (benignas). Cuanto menor sea el nivel de CEA antes de la cirugía, mejor será el pronóstico.


  • Obstrucción o perforación intestinal: una obstrucción intestinal es un bloqueo en el intestino y una perforación intestinal es un agujero o desgarro en el intestino. Las personas que tienen una obstrucción o perforación intestinal en el momento del diagnóstico tienen un peor pronóstico.


  • Calificación: el cáncer colorrectal de alto grado significa que las células cancerosas están pobremente diferenciadas o no diferenciadas. Los cánceres de alto grado tienen un peor pronóstico que los cánceres de bajo grado.


  • Tipo de tumor: el adenocarcinoma mucinoso, el carcinoma de células en anillo de sello y el carcinoma de células pequeñas tienen peor pronóstico que otros tipos de tumores colorrectales.


  • Inestabilidad de microsatélites (MSI): es un cambio en el ADN en una celda Algunas células de cáncer colorrectal muestran MSI. Los tumores que tienen células con MSI alto tienen un mejor pronóstico que los tumores con MSI bajo (llamados tumores estables a microsatélites o MSS). El MSI alto se observa en el 20% de las personas con enfermedad en etapa 2, el 10% de las personas con enfermedad en etapa 3 y menos del 5% de las personas con enfermedad en etapa 4.


  • Mutación del gen KRAS: es un gen que puede cambiar (mutar) en algunas células de cáncer colorrectal. Las mutaciones del gen KRAS significan que es poco probable que las células cancerosas respondan a los medicamentos de terapia dirigida. Las personas con células de cáncer colorrectal que tienen la mutación del gen KRAS tienen un peor pronóstico porque los medicamentos de terapia dirigida no funcionan en el tumor.


  • Mutación del gen BRAF: significa que las células cancerosas pueden ser más agresivas. Como resultado, las personas con células cancerosas que tienen la mutación del gen BRAF tienen un peor pronóstico. Menos del 10% de todos los cánceres colorrectales tienen la mutación del gen BRAF.

Seguimiento después del tratamiento

El seguimiento después del tratamiento es una parte importante de la atención. El seguimiento del cáncer colorrectal a menudo se comparte entre los especialistas en cáncer (oncólogos), el cirujano y su médico de familia.

No espere hasta su próxima cita programada para informar cualquier síntoma nuevo o síntomas que no desaparecen. Informe a su médico si tiene:

  • Dolor en el abdomen o la pelvis.

  • Tos seca.

  • Fatiga.

  • Náuseas.

  • Pérdida de peso inexplicable.

  • Cambios en las deposiciones.

La posibilidad de que el cáncer colorrectal regrese (recurra) es mayor dentro de los primeros cinco años, por lo que necesitará un seguimiento minucioso durante este tiempo.

Calendario de visitas de seguimiento

Las visitas de seguimiento para el cáncer colorrectal generalmente se programan cada tres a seis meses durante los primeros tres años y luego cada seis meses durante los próximos dos años. Las personas tratadas por cáncer en etapa temprana pueden ser vistas con menos frecuencia.

Durante las visitas de seguimiento

Durante una visita de seguimiento, su médico le hará preguntas sobre los efectos secundarios del tratamiento y cómo los está enfrentando. También puede realizar un examen físico, que incluye:

  • Sentir los ganglios linfáticos en el pecho, el abdomen y la pelvis.

  • Escuchar los pulmones.

  • Palpar el abdomen para observar si hay un hígado agrandado.

  • Examen rectal digital (DRE).

Las pruebas, a menudo, son parte de la atención de seguimiento. Usted puede tener que realizarse:

  • Un análisis de sangre del antígeno carcinoembrionario (CEA) cada tres a seis meses durante aproximadamente tres años y luego cada seis meses durante los próximos dos años.

  • Una colonoscopía dentro de un año después de la cirugía y luego cada tres a cinco años.

  • Una tomografía computarizada periódica del tórax y el abdomen para detectar cáncer en los ganglios linfáticos, los pulmones y el hígado anualmente durante tres años después de la cirugía.

Si el cáncer ha regresado, usted y su equipo de atención médica analizarán un plan para su tratamiento y atención.

Efectos secundarios

La atención de apoyo ayuda a las personas a enfrentar los desafíos físicos, prácticos, emocionales y espirituales del cáncer colorrectal. Es una parte importante de la atención. Hay muchos programas y servicios disponibles para ayudar a satisfacer las necesidades y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con cáncer y sus seres queridos, especialmente después de que finaliza el tratamiento.

Recuperarse del cáncer colorrectal y adaptarse a la vida después del tratamiento es diferente para cada persona, según la etapa del cáncer, los órganos y tejidos extirpados durante la cirugía, el tipo de tratamiento y muchos otros factores. El final del tratamiento del cáncer puede traer emociones encontradas, porque puede haber otros problemas que tratar, como hacer frente a los efectos secundarios o de largo plazo.

Autoestima e imagen personal

Lo que una persona siente acerca de sí misma se llama autoestima. La imagen corporal es cómo una persona ve su propio cuerpo. El cáncer colorrectal y sus tratamientos pueden afectar la autoestima y la imagen corporal. A menudo, esto se debe a que pueden provocar cambios en el cuerpo, como:

  • Cicatrices.

  • Problemas de la piel.

  • Cambios en el peso corporal.

  • Tener una colostomía o una ileostomía.

Algunos de estos cambios pueden ser temporales. Otros durarán mucho tiempo o serán permanentes.

Vivir con una colostomía o ileostomía

Una colostomía crea un estoma (abertura artificial) desde el colon hacia el exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Una ileostomía crea un estoma a partir del íleon al exterior del cuerpo a través de la pared abdominal. Ambas pueden ser temporales o permanentes.

Si bien no todas las personas con cáncer colorrectal necesitarán una colostomía o una ileostomía, se necesita tiempo y paciencia para aprender a vivir con alguno de estos procedimientos. Enfermeras especialmente capacitadas le enseñarán cómo cuidar y vivir con su ostomía. Estas enfermeras se llaman enfermeras de heridas, ostomías y continencia (WOC). Los grupos y asociaciones locales o nacionales de ostomía también pueden brindarle apoyo e información.

Nutrición

Mantener una nutrición adecuada es una parte importante de la vida después del cáncer colorrectal, especialmente porque el cáncer y sus tratamientos afectan el sistema digestivo. La mayoría de las personas pueden comer su dieta normal después de la cirugía y otros tratamientos, pero algunas pueden necesitar ajustar su dieta porque tienen diarrea o estreñimiento. Pídale a su médico que lo remita a un dietético en estos casos.

Diarrea

La diarrea es un problema común para las personas que se someten a una resección intestinal. Es más probable si se extrajo una gran cantidad de intestino grueso.

El intestino grueso normalmente absorbe agua, cuando se extirpa una parte, incluido el colon, no puede absorber agua normalmente. Esto conduce a la diarrea. Tener diarrea debido a que se le extirpó parte del intestino se llama síndrome del intestino corto.

Puede ayudar a controlar la diarrea haciendo cambios en su dieta. Limitar ciertos alimentos y bebidas, como alimentos grasos, alimentos ricos en fibra, café, té y alcohol. También se pueden administrar medicamentos para ayudar a controlar la diarrea.

Estreñimiento

La cirugía para tratar el cáncer colorrectal puede cambiar la estructura y función del intestino, ya que puede estrecharse después de una resección intestinal. Los músculos y los nervios también podrían dañarse durante la cirugía. Estos cambios pueden afectar la formación normal de los desechos de alimentos (heces) y su movimiento a través del intestino grueso, lo que lleva al estreñimiento.

Puede ayudar a controlar su estreñimiento bebiendo mucho líquido todos los días y haciendo actividad física. Los laxantes y los enemas también se pueden usar.

Sexualidad

Algunos tratamientos para el cáncer colorrectal pueden causar problemas sexuales o dificultar las relaciones sexuales. Hay personas que pueden perder interés en tener relaciones sexuales en el momento del diagnóstico y durante el tratamiento.

Hable con su médico si se presentan problemas sexuales debido al cáncer colorrectal y los tratamientos, existen asesorías especializadas para sobrellevar los efectos que el cáncer colorrectal y sus tratamientos tienen en sus relaciones sexuales. A veces los medicamentos también pueden ser de ayuda.

Cuidados paliativos

Los cuidados paliativos son para apoyar a los pacientes y las familias que están lidiando con esta enfermedad. El objetivo de esta atención es ayudarlo a sentirse mejor al prevenir o tratar los síntomas y efectos secundarios de la enfermedad y el tratamiento para que puedan tener la mejor calidad de vida posible.

Puede hablar con su médico sobre sus deseos, valores y creencias. Comenzar estas conversaciones temprano ayuda a garantizar que la atención que reciba se base en sus deseos y necesidades. Es posible además que estas cambien durante su experiencia con el cáncer. Asegúrese de informar esos cambios para que puedan brindarle la mejor atención.

Con los cuidados paliativos, también se tratan problemas emocionales, sociales, prácticos y espirituales que la enfermedad plantea. Cuando las personas se sienten mejor en estas áreas, tienen una mejor calidad de vida.

Los cuidados paliativos pueden brindarse al mismo tiempo que los tratamientos destinados para curar o tratar la enfermedad. Los cuidados paliativos se pueden dar cuando se diagnostica la enfermedad, durante todo el tratamiento, durante el seguimiento y al final de la vida.

Su médico lo derivará a la Unidad de Cuidados Paliativos cuando lo requiera, pero si necesita información sobre esta unidad puede solicitarla a su médico tratante.

Atención al final de la vida

Cada persona tiene una experiencia diferente durante sus últimos meses y días de vida. Sus síntomas pueden cambiar a medida que continúa su enfermedad, y sus necesidades de información y apoyo serán únicas. Los miembros de la familia también tendrán sus propias preguntas, inquietudes y necesidades.

Si está ayudando a un miembro de la familia en sus últimos meses de vida, hable con su médico sobre sus preguntas e inquietudes a medida que surjan. Pueden brindarle información y recursos para apoyarlo y ayudarlo a tomar decisiones y planificar la atención al final de la vida.