CÁNCER CERVICOUTERINO

El cáncer de cuello uterino comienza en las células del cuello uterino, que es parte del sistema reproductor femenino, ubicado en el extremo inferior y angosto del útero.

Hay dos tipos principales de cáncer de cuello uterino:

  • Carcinoma de células escamosas del cuello uterino, que comienza en las células que recubren el exterior del cuello uterino. Este es el tipo más común de cáncer de cuello uterino.

  • Adenocarcinoma del cuello uterino, que comienza en las células glandulares que recubren el interior del cuello uterino. Estas células producen mucosidad y otros fluidos.

Prevención de recurrencia, vida saludable y autocuidado

Un factor de riesgo es un comportamiento, sustancia o condición que aumenta el riesgo de padecer cáncer. La mayoría de los cánceres son el resultado de muchos factores de riesgo.

La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es el principal factor de riesgo del cáncer de cuello uterino, pero no siempre provoca la enfermedad por sí sola. Ahora sabemos que hay otros factores (cofactores) que actúan junto con el VPH para aumentar el riesgo de cáncer de cuello uterino.

La mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino ocurren en mujeres menores de 50 años. Esta enfermedad tiende a afectar a las mujeres de ascendencia africana con mayor frecuencia que a las mujeres caucásicas. Las mujeres de ciertas religiones (por ejemplo, las monjas católicas y las mujeres amish y mormonas) tienden a tener tasas más bajas de cáncer de cuello uterino. Esto probablemente se deba a que tienen menos parejas sexuales, lo que puede reducir su exposición al VPH.

Las mujeres con menores ingresos y educación tienen un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino. Esto puede deberse a que no se someten a exámenes de detección del cuello uterino con regularidad o tienen otros factores de riesgo, como tasas más altas de tabaquismo.

Las condiciones precancerosas del cuello uterino incluyen lesiones intraepiteliales escamosas (SIL). Esto no es cáncer, pero a veces puede convertirse en cáncer de cuello uterino si no se tratan. Algunos de los factores de riesgo del cáncer de cuello uterino también pueden causar estas afecciones precancerosas.

Los factores de riesgo generalmente se enumeran en orden de mayor a menor importancia. Pero en la mayoría de los casos, es imposible clasificarlos con absoluta certeza.

Factores de riesgo

La mayoría de las mujeres que desarrollan cáncer de cuello uterino han tenido una infección por VPH. Pero tener una infección por VPH no significa que desarrollará el cáncer. Diferentes tipos de VPH pueden infectar el cuello uterino, pero solo algunos de ellos causan cambios anormales en las células que pueden convertirse en cáncer.

  • Actividad sexual: ser sexualmente activo significa más que simplemente tener relaciones sexuales con alguien. Puede significar:

  • Cualquier contacto genital piel a piel

  • Tener sexo oral

Todas las mujeres que alguna vez han sido sexualmente activas corren el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino. Esto se debe a que la actividad sexual las expone potencialmente al VPH. Las mujeres que nunca han sido sexualmente activas rara vez desarrollan cáncer de cuello uterino.

Ser sexualmente activo a una edad temprana puede aumentar el riesgo de este cáncer. Los investigadores creen que esto se debe a que el cuello uterino cambia durante la pubertad. Estos cambios hacen que el área sea más vulnerable a los daños.

Ciertos tipos de comportamiento sexual aumentan el riesgo de una mujer de infectarse con el VPH. Tener relaciones sexuales con muchas parejas puede aumentar la exposición al VPH, que se transmite por contacto sexual. Pero una mujer puede tener el VPH incluso cuando solo ha tenido una pareja sexual.

Las mujeres también parecen tener un mayor riesgo si sus parejas masculinas han tenido muchas parejas sexuales o parejas femeninas con cáncer de cuello uterino.


  • Fumar: aumenta la probabilidad de que una infección por VPH no desaparezca por sí sola. Si una infección por VPH no desaparece, puede provocar el desarrollo de SIL, que es una afección precancerosa del cuello uterino, y cáncer de cuello uterino.


  • Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH): el VIH debilita el sistema inmunitario. Un sistema inmunitario debilitado aumenta el riesgo de contraer otras infecciones, incluido el VPH. Tener un sistema inmunitario debilitado también aumenta las posibilidades de que una infección por VPH no desaparezca. El VIH aumenta el riesgo de que los cambios precancerosos en las células del cuello uterino se conviertan en cáncer de cuello uterino. Las mujeres que son VIH positivas tienen un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino, y de que las células precancerosas se convierten en cáncer de cuello uterino más rápido.


  • Antecedentes de infecciones de transmisión sexual (ITS): Chlamydia trachomatis es un tipo de bacteria. Se transmite por contacto sexual y puede infectar el tracto genital de la mujer. Las mujeres con infecciones por VPH y clamidia tienen un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino. Los investigadores creen que la inflamación a largo plazo causada por la clamidia dificulta que el cuerpo elimine la infección por VPH, especialmente con infecciones repetidas por clamidia. El virus del herpes simple tipo 2 también se llama herpesvirus humano 2 o HHV-2. La infección con este virus también puede estar relacionada con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino en mujeres con VPH.


  • Anticonceptivos orales: tomar durante más de cinco años anticonceptivos orales, comúnmente llamados la píldora, puede aumentar el riesgo de que una infección por VPH se convierta en cáncer de cuello uterino. Este riesgo no parece estar relacionado con tener una infección por VPH. Este riesgo disminuye con el tiempo, después de 10 años de no tomarlos, su riesgo de cáncer de cuello uterino ya no es alto.


  • Dietilestilbestrol (DES): es una forma de estrógeno. Se usó entre 1940 y 1971 para tratar a mujeres con ciertos problemas durante el embarazo, como abortos espontáneos. No ha sido aprobado para su uso en mujeres embarazadas desde la década de 1970.

Las hijas de mujeres que tomaron DES durante el embarazo tienen un riesgo mayor que el promedio de desarrollar un tipo raro de cáncer de cuello uterino llamado carcinoma de células claras. Algunos estudios también sugieren que las hijas de mujeres que tomaron DES pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cambios precancerosos en el cuello uterino y carcinoma de células escamosas (SCC) del cuello uterino.

Tips para una vida saludable

Puede reducir su riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino haciendo lo siguiente:

  • Vacunarse contra el virus del papiloma humano (VPH): que es un factor de riesgo para desarrollar lesión intraepitelial escamosa (SIL), que es una condición precancerosa, y cáncer de cuello uterino. Las tres vacunas contra el VPH disponibles son Gardasil, Cervarix y Gardasil 9. Estas vacunas ayudan a proteger contra la infección por VPH-16 y VPH-18, los 2 tipos de VPH más comúnmente relacionados con afecciones precancerosas y cáncer de cuello uterino. Gardasil 9 también protege contra otros 5 tipos de VPH que pueden causar cáncer. Las tres vacunas están aprobadas para ayudar a prevenir las condiciones precancerosas del cuello uterino y el cáncer de cuello uterino asociado con la infección por VPH. Vacúnese o vacune a sus hijos a través de programas escolares donde estén disponibles. Si no es elegible para una vacuna gratuita, hable con su médico sobre qué vacuna es adecuada para usted y cuándo debe recibirla. Las vacunas contra el VPH deben usarse junto con, y no en lugar de, la detección del cáncer de cuello uterino. Todas las mujeres, ya sea que reciban o no la vacuna contra el VPH, deben someterse a una prueba de detección de cáncer de cuello uterino. Las vacunas previenen la infección por tipos de VPH que están relacionados con el 70% al 90% de todos los cánceres de cuello uterino. Pero no todos los cánceres de cuello uterino serán prevenidos por las vacunas.


  • Practicar sexo más seguro: la única forma segura de prevenir la infección por VPH es evitar por completo cualquier contacto genital con otra persona. Cualquiera que haya tenido relaciones sexuales corre el riesgo de contraer el VPH. Hable con su(s) pareja(s) sobre su estado de infección de transmisión sexual (ITS) y sobre el uso de protección. Recuerde que las conductas sexuales previas de tu pareja también son un riesgo para ti, especialmente si ha tenido múltiples parejas. Si es sexualmente activa, use un condón y otras barreras, como una barrera oral, de manera segura para ayudar a protegerse contra el VPH. Los condones u otras barreras pueden reducir la infección por VPH si se colocan antes del contacto sexual piel con piel. Sin embargo, la piel que no está cubierta no está protegida contra el virus.


  • Siga las pautas de detección de cáncer: así el cáncer se puede encontrar antes de que note síntomas. Siga las pautas incluso cuando se sienta bien y saludable. Hágase pruebas de Papanicolaou regulares para ayudar a encontrar temprano cambios anormales en el cuello uterino.


  • No fume: fumar aumenta el riesgo de condiciones precancerosas y cáncer de cuello uterino.


  • Averigüe si tiene un alto riesgo de cáncer de cuello uterino: algunas mujeres tienen un riesgo más alto que el promedio de cáncer de cuello uterino. Hable con su médico acerca de su riesgo. Si es más alto que el promedio, es posible que deba hacerse pruebas de Papanicolaou con más frecuencia o una prueba de VPH.

Diagnóstico

Por lo general, el diagnóstico de cáncer de cuello uterino comienza cuando una prueba de Papanicolaou se vuelve anormal. Su médico le preguntará acerca de cualquier síntoma que tenga y es posible que le realice un examen físico. En base a esta información, será derivado a un especialista o se le ordenarán pruebas para detectar cáncer de cuello uterino u otros problemas de salud.

El proceso de diagnóstico puede parecer largo y frustrante. Es normal preocuparse, pero considere que otras condiciones de salud pueden causar síntomas similares a los del cáncer de cuello uterino. Es importante que el médico descarte otras razones de un problema de salud antes de hacer un diagnóstico de cáncer de cuello uterino.

Las siguientes pruebas se usan generalmente para descartar o diagnosticar el cáncer de cuello uterino y para determinar la etapa (hasta dónde se ha propagado el cáncer). Su médico también puede ordenar otras pruebas para verificar su salud general y ayudar a planificar su tratamiento.

Historial de salud y examen físico

Su historial de salud es un registro de sus síntomas, factores de riesgo y todos los eventos y problemas médicos que ha tenido en el pasado. Su médico le hará preguntas sobre:

  • Síntomas que sugieren cáncer de cuello uterino.

  • Actividad sexual.

  • Pruebas y tratamientos de Papanicolaou anormales.

  • Si fuma.

Un examen físico permite buscar cualquier signo de cáncer de cuello uterino. Durante un examen físico, su médico puede:

  • Hacer una prueba de Papanicolaou y un examen pélvico.

  • Hacer un examen rectal digital (DRE) para sentir cualquier cambio anormal.

  • Sentir los ganglios linfáticos en la ingle y por encima de la clavícula para ver si están inflamados.

Papanicolau

Una prueba de Papanicolaou extrae una pequeña muestra de células de la superficie del cuello uterino. Los médicos observan las células bajo un microscopio para ver si se ven normales o anormales. La prueba puede encontrar cambios anormales en las células de manera temprana, antes de que se desarrolle el cáncer.

Una prueba de Papanicolaou se usa para detectar el cáncer de cuello uterino. Se realiza cada uno a tres años, según las pautas de detección de su territorio y su historial de salud.

Test de VPH

Una prueba del virus del papiloma humano (VPH) es una prueba de laboratorio que busca el ADN de los tipos de VPH de alto riesgo que se han relacionado con el cáncer de cuello uterino. En algunos casos, la prueba de VPH se puede realizar en la misma muestra de células recolectadas durante una prueba de Papanicolaou.

Colposcopía

Una colposcopía utiliza un colposcopio (un instrumento de aumento con luz) para examinar la vulva, vagina y cuello uterino.

Una colposcopía se realiza después de una prueba de Papanicolaou anormal o una prueba de VPH positiva que sugiere una condición precancerosa del cuello uterino o cáncer de cuello uterino. También se puede realizar una colposcopia si tiene síntomas de cáncer de cuello uterino.

Una colposcopía se realiza de la misma manera que una prueba de Papanicolaou. El médico coloca un espéculo en la vagina. El espéculo es un dispositivo de plástico o metal que separa las paredes de la vagina para que el médico pueda ver claramente el cuello uterino. El médico puede frotar el área con una solución que ayuda a que el revestimiento del cuello uterino se vea mejor. Luego, el médico usa un colposcopio para examinar cuidadosamente la superficie interna del cuello uterino y la vagina. El colposcopio se coloca fuera de la abertura de la vagina, en lugar de insertarse en la vagina. El médico puede hacer una biopsia durante una colposcopía si hay un área anormal.

Es mejor hacerse este procedimiento cuando no está menstruando. Durante 48 horas antes de la prueba, evite las relaciones sexuales, las duchas vaginales, los medicamentos vaginales y las cremas, espumas y geles anticonceptivos (espermicidas), porque pueden interferir con el procedimiento y afectar los resultados de la prueba.

Una mujer embarazada puede hacerse una colposcopía si su médico lo recomienda.

Biopsia

Si una prueba de Papanicolaou arroja resultados anormales, es probable que su médico deba tomar una biopsia del cuello uterino. Durante una biopsia, se extraen tejidos o células del cuerpo para que puedan observarse bajo un microscopio e identificar si hay células cancerosas en la muestra.

Las siguientes biopsias se pueden usar para tomar muestras de células y tejido del cuello uterino o áreas cercanas:


  • Una biopsia colposcópica se realiza durante una colposcopia. El médico usa fórceps de biopsia para extraer pequeñas cantidades de tejido de áreas sospechosas en el cuello uterino o la vagina.


  • Se realiza un legrado endocervical durante una colposcopia. El médico usa una cureta para raspar suavemente las células y el tejido del canal endocervical. Una cureta es una herramienta estrecha con forma de cuchara.


  • Una biopsia endometrial usa una herramienta especial, llamada pipelle, para extraer células del revestimiento del interior del útero (llamado endometrio) para que puedan examinarse bajo un microscopio para detectar cáncer. Se puede hacer durante una colposcopia.


  • Una biopsia de cono extrae una pieza de tejido en forma de cono del cuello uterino. El cono se forma extrayendo la parte externa del cuello uterino más cercana a la vagina y parte del canal endocervical. Según la forma en que se realice la biopsia en cono, se puede realizar durante una colposcopia o como un procedimiento separado en un quirófano. Una biopsia de cono puede ser todo el tratamiento que necesita para una condición precancerosa del cuello uterino.


  • Una biopsia de ganglio linfático centinela (SLNB) extrae el ganglio linfático centinela para ver si contiene cáncer. El ganglio linfático centinela es el primero de una cadena o grupo de ganglios linfáticos que recibe líquido linfático del área alrededor de un tumor. Si las células cancerosas se diseminan, lo más probable es que se diseminen primero a estos ganglios linfáticos. Puede haber más de un ganglio centinela, dependiendo de la ruta de drenaje de los vasos linfáticos alrededor del tumor.

Hemograma

Un hemograma mide el número y la calidad de los glóbulos blancos, rojos y plaquetas. Se puede hacer para detectar anemia por sangrado vaginal prolongado o crónico. También brinda a los médicos una línea de base para comparar futuros análisis de sangre durante y después del tratamiento.

Pruebas de química sanguínea

Las pruebas de química sanguínea miden ciertas sustancias químicas en la sangre. Muestran qué tan bien están funcionando ciertos órganos y pueden ayudar a encontrar anomalías.

Los análisis de química sanguínea se realizan para verificar el funcionamiento de los riñones y el hígado como parte del proceso de diagnóstico del cáncer de cuello uterino. También ayudan a determinar si estos órganos están lo suficientemente sanos para hacer frente y recuperarse de los efectos de los tratamientos contra el cáncer.

Endoscopía

Una endoscopía le permite al médico mirar dentro de las cavidades del cuerpo usando un tubo flexible con una luz y una lente en el extremo (un endoscopio).

Una cistoscopía usa un endoscopio (llamado cistoscopio) para examinar la vejiga y la uretra. Se hace para averiguar si el cáncer se ha propagado a estos órganos. Los médicos pueden hacer una biopsia al mismo tiempo que una cistoscopia si encuentran un área sospechosa durante el examen.

Una sigmoidoscopía utiliza un endoscopio (llamado sigmoidoscopio) para examinar el colon sigmoideo (la última parte del colon) y el recto. Se hace para averiguar si el cáncer se ha propagado al recto. Los médicos pueden hacer una biopsia al mismo tiempo que una sigmoidoscopia si encuentran un área sospechosa durante el examen.

Tomografía computarizada (TC)

Una tomografía computarizada (TC) utiliza un equipo especial de rayos X para generar imágenes transversales y en 3D de órganos, tejidos, huesos y vasos sanguíneos dentro del cuerpo. Una computadora convierte las imágenes en imágenes detalladas.

Una tomografía computarizada se usa para:

  • Evaluar la pelvis, el abdomen y los ganglios linfáticos alrededor del cuello uterino.

  • Ver si el cáncer se ha propagado a otros órganos o tejidos.

  • Guiar la aguja al hacer una biopsia de un área sospechosa de metástasis.

Resonancia magnética

La resonancia magnética nuclear (RMN) utiliza poderosas fuerzas magnéticas y ondas de radiofrecuencia para generar imágenes transversales de órganos, tejidos, huesos y vasos sanguíneos. Una computadora convierte las imágenes en imágenes en 3D.

Una resonancia magnética se utiliza para:

  • Evaluar la pelvis, el abdomen y los ganglios linfáticos alrededor del cuello uterino.

  • Ver si el cáncer se ha propagado a otros órganos o tejidos.

  • Guiar la aguja al hacer una biopsia de un área sospechosa de metástasis.

PET

Una tomografía por emisión de positrones (PET) utiliza materiales radiactivos llamados radiofármacos para buscar cambios en la actividad metabólica de los tejidos del cuerpo. Una computadora analiza los patrones radiactivos y genera imágenes tridimensionales en color del área que se está escaneando. Puede combinarse con una tomografía computarizada, llamada tomografía PET-CT.

Se puede usar una tomografía por emisión de positrones (PET) para encontrar cáncer de cuello uterino que haya regresado o se haya propagado a otros órganos o tejidos.

Tratamiento

Si tiene cáncer de cuello uterino, su médico creará un plan de tratamiento solo para usted, basándose en su salud e información específica sobre el cáncer que padece. Al decidir qué tratamientos indicar para el cáncer de cuello uterino, su médico considerará:

  • La etapa del cáncer.

  • Su edad.

  • Su estado general de salud.

  • Si desea o no quedar embarazada en el futuro.

  • Sus preferencias.

Tratamientos para el cáncer de cuello uterino en estadio 1

  • Cirugía: es el tratamiento principal para el cáncer de cuello uterino en estadio 1. El tipo de cirugía que le ofrezcan dependerá de muchos factores, incluida su edad, la etapa, y si desea quedar embarazada.

  • Biopsia de cono: se puede ofrecer una biopsia de cono a las mujeres con cáncer de cuello uterino en estadio 1A1 que desean tener la opción de quedar embarazadas. Una biopsia de cono extrae una pieza de tejido en forma de cono del cuello uterino. Después de una biopsia de cono, el tejido extraído se envía a un laboratorio y se examina bajo un microscopio. Si no hay células cancerosas en los bordes del tejido, es posible que no necesite más tratamiento. Si hay células cancerosas en los bordes del tejido, en los vasos sanguíneos o en los vasos linfáticos del tejido, o si el cáncer es demasiado grande, es probable que necesite un tratamiento adicional.

  • Traquelectomía radical: se extirpa el cuello uterino, la parte superior de la vagina, algunas de las estructuras y el tejido alrededor del cuello uterino y los ganglios linfáticos de la pelvis. Se puede ofrecer para las etapas 1A2 y el cáncer de cuello uterino 1B1 pequeño (menos de 2 cm) si desea quedar embarazada después del tratamiento.

  • Histerectomía: se extirpa el útero y el cuello uterino. Una histerectomía total es el tratamiento más común para las mujeres con cáncer de cuello uterino en esta etapa que no desean quedar embarazadas en el futuro. Los tipos de histerectomía son:

    • Una histerectomía total con o sin extirpación de los ganglios linfáticos en la pelvis para el cáncer de cuello uterino en estadio 1A1.

    • Una histerectomía radical modificada con extirpación de los ganglios linfáticos pélvicos para el cáncer de cuello uterino en estadio 1A2

    • Una histerectomía radical con extirpación de los ganglios linfáticos en la pelvis y posibles muestras de los ganglios linfáticos paraaórticos para el cáncer de cuello uterino en estadio 1B1

    • Una histerectomía radical con extirpación de los ganglios linfáticos en la pelvis y muestras de los ganglios linfáticos paraaórticos para el cáncer de cuello uterino en etapa 1B2

  • Extirpación de ganglios linfáticos: los ganglios linfáticos en la pelvis y la parte posterior del abdomen (llamados ganglios linfáticos paraaórticos) se pueden extirpar durante la cirugía para el cáncer de cuello uterino en estadio 1.

    • Una disección de ganglios linfáticos es una cirugía para extirpar los ganglios linfáticos. Es posible que se extirpen los ganglios linfáticos de la pelvis y la parte posterior del abdomen durante la cirugía para detectar la propagación del cáncer. Una disección de ganglios linfáticos pélvicos (PLND) es la extirpación de ganglios linfáticos de la pelvis.

    • Una biopsia de ganglio linfático centinela (SLNB) es la extirpación del ganglio linfático centinela para ver si contiene cáncer. El ganglio linfático centinela es el primero de una cadena o grupo de ganglios linfáticos a los que las células cancerosas probablemente se propagarán primero desde el cáncer original. Se puede realizar una SLNB para tratar de evitar una PLND completa, que extirpa más ganglios linfáticos de la pelvis.


  • Radioterapia: se utiliza como tratamiento principal si no puede someterse a una cirugía o decide no someterse a ella. También se usa después de la cirugía si hay células cancerosas en o cerca de los bordes del tejido extirpado, en los vasos sanguíneos o vasos linfáticos del tejido extirpado o en los ganglios linfáticos. La radioterapia externa se puede administrar sola o con braquiterapia intracavitaria (un tipo de radioterapia interna). La radioterapia generalmente se administra cinco días a la semana durante seis a siete semanas. La braquiterapia se puede administrar después de la radioterapia externa.


  • Quimiorradiación: es posible que le ofrezcan quimiorradiación para el cáncer de cuello uterino en etapa 1B1. A menudo es un tratamiento principal para el cáncer de cuello uterino en estadio 1B2 o superior. Se usa si no puede someterse a una cirugía o decide no someterse a ella. También se usa después de la cirugía si hay células cancerosas en o cerca de los bordes del tejido extirpado, en los vasos sanguíneos o vasos linfáticos del tejido extirpado o en los ganglios linfáticos.

Este tratamiento combina quimioterapia con radioterapia externa. La quimioterapia se administra durante el mismo período que la radioterapia para que la radioterapia sea más eficaz.


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí.

Tratamientos para el cáncer de cuello uterino en estadio 2

Las siguientes son opciones de tratamiento para el cáncer de cuello uterino en estadio 2:

  • Quimiorradiación: se administra durante el mismo periodo que la radioterapia para que sea más eficaz. La quimiorradiación se puede administrar después de la cirugía. Su indicación fundamental es en tumores mayores de 4 cm, Estadio IB3 actual. En tumores localmente avanzados tras la quimiorradiación se debe realizar braquiterapia.

La braquiterapia (un tipo de radioterapia interna) generalmente se usa durante y después de la radioterapia externa.


  • Cirugía: el tipo de cirugía dependerá de muchos factores, incluida su edad, la etapa y si desea quedar embarazada:

    • Se puede indicar una histerectomía radical con extirpación de los ganglios linfáticos en la pelvis y muestras de los ganglios linfáticos en la parte posterior del abdomen para el cáncer de cuello uterino en etapa 2A a mujeres que no desean quedar embarazadas en el futuro. Se puede administrar radiación o quimiorradiación después de una histerectomía radical.

    • Es posible que le hagan una disección de ganglios linfáticos para extirpar ganglios para-aórticos ,seguido de quimiorradiación más braquiterapia, para el cáncer de cuello uterino en etapa 2B,


  • Radioterapia: se utiliza como tratamiento principal si no puede someterse a una cirugía o decide no someterse a ella. También se usa después de la cirugía si hay células cancerosas en o cerca de los bordes del tejido extirpado, en los vasos sanguíneos o vasos linfáticos del tejido extirpado o en los ganglios linfáticos.

La radioterapia externa se puede administrar sola o con braquiterapia intracavitaria (un tipo de radioterapia interna) para el cáncer de cuello uterino en etapa 2. Las mujeres que reciben radioterapia a menudo reciben tanto radioterapia externa como braquiterapia. En la mayoría de los casos, la radioterapia se administra con quimioterapia (quimiorradiación), pero en algunos casos se puede usar sola.

La radioterapia generalmente se administra cinco días a la semana durante seis a siete semanas. La braquiterapia generalmente se administra después de la radioterapia externa o la quimiorradiación.


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí.

Tratamientos para el cáncer de cuello uterino en estadio 3

  • Quimiorradiación: es un tratamiento principal para el cáncer de cuello uterino en etapa 3. La quimioterapia se administra durante el mismo período que la radioterapia para que sea más eficaz. Su indicación fundamental es en tumores mayores de 4 cm, Estadio IB3 actual. En tumores localmente avanzados tras la quimiorradiación se debe realizar braquiterapia.

La braquiterapia (un tipo de radioterapia interna) generalmente se usa durante y después de la radioterapia externa.


  • Radioterapia: las mujeres que reciben radioterapia recibirán tanto radioterapia externa como braquiterapia. En la mayoría de los casos, la radioterapia se administra con quimioterapia (quimiorradiación), pero en algunos casos se puede usar sola como tratamiento principal para el cáncer de cuello uterino en estadio 3.


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí.

Tratamientos para el cáncer de cuello uterino en estadio 4

  • Quimiorradiación: es un tratamiento principal para el cáncer de cuello uterino en etapa 4A. La quimioterapia se administra durante el mismo periodo que la radioterapia para que sea más eficaz. Su indicación fundamental es en tumores mayores de 4 cm, Estadio IB3 actual. En tumores localmente avanzados tras la quimiorradiación se debe realizar braquiterapia.

La braquiterapia (un tipo de radioterapia interna) generalmente se administra durante y después de la radioterapia externa.


  • Radioterapia: puede ser radioterapia externa, braquiterapia o ambas. Para el cáncer de cuello uterino en etapa 4A, la radioterapia a menudo se administra con quimioterapia, pero en algunos casos se puede usar sola como tratamiento principal.

Para el cáncer de cuello uterino en etapa 4B, la radioterapia se puede usar para aliviar el dolor, detener el sangrado o controlar otros síntomas del cáncer de cuello uterino avanzado (terapia paliativa).


  • Quimioterapia: se puede usar quimioterapia para el cáncer de cuello uterino en etapa 4B para aliviar el dolor o controlar los síntomas del cáncer de cuello uterino avanzado (quimioterapia paliativa).


  • Terapia dirigida: es posible que le ofrezcan terapia dirigida para el cáncer de cuello uterino en etapa 4B. Por lo general, se administra en combinación con quimioterapia.


  • Inmunoterapia: la inmunoterapia ayuda a fortalecer o restaurar la capacidad del sistema inmunitario para combatir el cáncer.


  • Si no puede o no desea recibir un tratamiento contra el cáncer: es posible que desee considerar un tipo de atención para sentirse mejor sin tratar el cáncer en sí. Esto puede deberse a que los tratamientos ya no funcionan, no es probable que mejoren su condición o pueden causar efectos secundarios que son difíciles de sobrellevar. También puede haber otras razones. Hable con su médico para que lo ayude a elegir la atención y el tratamiento para el cáncer avanzado.


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí.

Tratamientos para el cáncer de cuello uterino recurrente

El cáncer de cuello uterino recurrente significa que el cáncer ha regresado después de haber sido tratado. Puede reaparecer en el cuello uterino o cerca de donde comenzó, como en el útero u otros órganos de la pelvis. También puede volver en sitios distantes.


  • Quimiorradiación: es posible que le ofrezcan quimiorradiación para el cáncer de cuello uterino recurrente. La quimioterapia se administra durante el mismo período que la radioterapia para que la radioterapia sea más eficaz.


  • Radioterapia: puede ser radioterapia externa, braquiterapia o ambas. Para el cáncer de cuello uterino recurrente, la radioterapia a menudo se administra con quimioterapia, pero en algunos casos se puede usar sola como tratamiento principal.

Para el cáncer de cuello uterino recurrente, la radioterapia se puede usar para aliviar el dolor, detener el sangrado o controlar otros síntomas avanzados (terapia paliativa).


  • Quimioterapia: se puede ofrecer para aliviar el dolor o controlar los síntomas del cáncer de cuello uterino avanzado.


  • Terapia dirigida: Por lo general, se administra en combinación con quimioterapia.


  • Inmunoterapia: ayuda a fortalecer o restaurar la capacidad del sistema inmunitario para combatir el cáncer, si se usó quimioterapia para tratar el cáncer de cuello uterino metastásico, pero no respondió o el cáncer regresa,.


  • Cirugía: es posible que le ofrezcan uno de los siguientes tipos de cirugía para el cáncer de cuello uterino recurrente:

  • Se puede usar una exenteración pélvica para tratar el cáncer de cuello uterino recurrente que regresa a la pelvis pero que no se ha propagado a la pared lateral de la pelvis. No se usa una exenteración pélvica si el cáncer regresa en otra parte del cuerpo.

  • Se puede indicar una histerectomía radical para una pequeña recurrencia en el cuello uterino o el útero si recibió tratamiento previo con radioterapia.


  • Si no puede o no desea recibir un tratamiento contra el cáncer: es posible que desee considerar un tipo de atención para sentirse mejor sin tratar el cáncer en sí. Esto puede deberse a que los tratamientos contra el cáncer ya no funcionan, no es probable que mejoren su condición o pueden causar efectos secundarios que son difíciles de sobrellevar. También puede haber otras razones. Hable con su médico para que lo ayuden a elegir la atención y el tratamiento para el cáncer avanzado.


  • Estudios clínicos: analizan nuevas formas de prevenir, detectar y tratar el cáncer. Para conocer más sobre los estudios clínicos en FALP, haga click aquí.

Pronóstico y supervivencia

Si tiene cáncer de cuello uterino, es posible que tenga preguntas sobre su pronóstico. Un pronóstico es la mejor estimación del médico de cómo el cáncer afectará a alguien y cómo responderá al tratamiento. El pronóstico y la supervivencia dependen de muchos factores. Solo un médico familiarizado con su historial médico, el tipo y etapa y otras características del cáncer, los tratamientos elegidos y la respuesta al tratamiento puede juntar toda esta información con las estadísticas de supervivencia para llegar a un pronóstico.

Un factor pronóstico es un aspecto del cáncer o una característica de la persona (como su edad o si fuma) que el médico considerará. Un factor predictivo influye en cómo responderá un cáncer a un determinado tratamiento. Los factores pronósticos y predictivos a menudo se analizan juntos. Ambos juegan un papel en la decisión sobre un plan de tratamiento y su pronóstico.

Los siguientes son factores pronósticos y predictivos para el cáncer de cuello uterino:

  • Tamaño tumoral, volumen tumoral y extensión local: el tamaño del tumor es la parte más ancha del tumor. El volumen del tumor se refiere a las tres dimensiones del tumor: qué tan alto, ancho y grueso es. Un tamaño y volumen de tumor más pequeño es un mejor factor de pronóstico que un tamaño y volumen de tumor más grande. La extensión local es cuánto crece el tumor en la capa de tejido conjuntivo de soporte del cuello uterino y en los tejidos que rodean el cuello uterino. Cuanto más haya crecido el tumor en estos tejidos, peor será el pronóstico.


  • Propagación a los ganglios linfáticos: la diseminación del cáncer a los ganglios linfáticos es uno de los factores pronósticos más importantes. El cáncer de cuello uterino que no se ha diseminado a los ganglios linfáticos tiene un mejor pronóstico que el cáncer de cuello uterino que se ha diseminado a los ganglios linfáticos.


  • Estadio: el estadio del cáncer de cuello uterino es un factor pronóstico importante. El cáncer de cuello uterino en etapa temprana tiene un mejor pronóstico que el cáncer de cuello uterino en etapa tardía. Los tumores que crecen hacia los lados de la pelvis, el tejido conectivo alrededor del cuello uterino y el útero u otras áreas del cuerpo tienen peores resultados que el cáncer que solo se encuentra en el cuello uterino.


  • Invasión linfovascular: significa que hay cáncer en los vasos sanguíneos o vasos linfáticos del tumor (conductos a través de los cuales viaja el líquido linfático en el cuerpo). El cáncer que no se ha diseminado a los vasos sanguíneos o linfáticos está relacionado con un mejor pronóstico que el cáncer que se ha diseminado a los vasos sanguíneos o linfáticos.


  • Edad y salud general: las mujeres más jóvenes tienden a tener una mejor perspectiva que las mujeres mayores. Las mujeres que tienen buena salud general además del cáncer también tienden a tener un mejor pronóstico.


  • Anemia: las mujeres con anemia parecen tener peores resultados que las mujeres que no tienen anemia. Las mujeres con anemia tampoco responden tan bien a la radioterapia. No se comprende por qué la anemia tiene este efecto en las mujeres con cáncer de cuello uterino. Una transfusión de sangre por lo general no funciona bien para revertir este efecto.


  • Fumar: las mujeres que fuman tienden a tener un peor pronóstico que las mujeres que no fuman.


  • Estado serológico: las mujeres que tienen el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tienden a tener un cáncer de cuello uterino agresivo con un mal pronóstico.


  • Grado Histológico: a diferencia de la mayoría de los cánceres, no está claro si el grado influye en la determinación del pronóstico en mujeres con cáncer de cuello uterino. Algunos estudios han demostrado que los grados más altos de cáncer de cuello uterino están vinculados con peores resultados, pero otros estudios no han mostrado el mismo vínculo.

Seguimiento después del tratamiento

El seguimiento después del tratamiento es una parte importante de la atención del cáncer. El seguimiento es fundamentalmente clínico en donde se debe realizar examen ginecológico y que se solicitarán imágenes, sólo en caso de síntomas de alarma. A menudo se comparte entre los especialistas en cáncer (ginecólogo, radioterapeuta, oncólogo médico) . Su equipo de atención médica trabajará con usted para decidir sobre la atención de seguimiento que satisfaga sus necesidades.

No espere hasta su próxima cita programada para informar cualquier síntoma nuevo y síntomas que no desaparezcan. Informe a su equipo médico si tiene:

  • Dolor en la pelvis, caderas, espalda o piernas

  • Sangrado o secreción de la vagina.

  • Cambios en los hábitos intestinales o la función de la vejiga.

  • Pérdida de peso inexplicable.

  • Una tos que no desaparece.

La posibilidad de que el cáncer de cuello uterino regrese (recurra) es mayor dentro de los dos a tres años, por lo que necesitará un seguimiento estrecho durante este tiempo.

Calendario de visitas de seguimiento

Las visitas de seguimiento para el cáncer de cuello uterino generalmente se programan:

  • Cada tres a cuatro meses durante los primeros dos años después del tratamiento inicial.

  • Cada 6 a 12 meses durante los próximos tres años (años 3 a 5).

  • Una vez al año después de cinco años.

Durante las visitas de seguimiento

Se le preguntará sobre los efectos secundarios del tratamiento y cómo los está enfrentando.

Su médico puede realizar un examen físico, que incluye:

  • Un examen pélvico.

  • Un examen rectal digital (DRE).

  • Palpar los ganglios linfáticos por encima de las clavículas.

  • Una prueba de Papanicolaou.

Las pruebas de Papanicolaou regulares se realizan después del tratamiento para el cáncer de cuello uterino. Las muestras se toman de las porciones restantes del cuello uterino o de la vagina. Es posible que no se realicen pruebas de Papanicolaou durante el primer año después de la cirugía o la radioterapia porque los cambios en las células y los tejidos de estos tratamientos pueden dificultar la comprensión correcta de los resultados.

Las pruebas a menudo son parte de la atención de seguimiento. Usted puede requerir:

  • Análisis de sangre que incluyen un conteo sanguíneo completo (CBC) y pruebas de química sanguínea.

  • Una colposcopia, que utiliza un instrumento de aumento iluminado para examinar la vulva, la vagina y el cuello uterino.

  • Pruebas de imagen como una radiografía de tórax, una tomografía computarizada, una resonancia magnética o una tomografía por emisión de positrones.

Si el cáncer ha regresado, usted y su equipo de atención médica analizarán un plan para su tratamiento y atención.

Efectos secundarios

La atención de apoyo ayuda a las mujeres a enfrentar los desafíos físicos, prácticos, emocionales y espirituales del cáncer de cuello uterino. Es una parte importante de la atención. Hay muchos programas y servicios disponibles para ayudar a satisfacer las necesidades y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con cáncer y sus seres queridos, especialmente después de que finaliza el tratamiento.

Recuperarse del cáncer de cuello uterino y adaptarse a la vida después del tratamiento es diferente para cada mujer, según la etapa del cáncer, los órganos y tejidos extirpados durante la cirugía, el tipo de tratamiento y muchos otros factores. El final del tratamiento del cáncer puede traer emociones encontradas. Aunque el tratamiento haya terminado, puede haber otros problemas que tratar, como hacer frente a los efectos secundarios a largo plazo. Una mujer que ha sido tratada por cáncer de cuello uterino puede tener las siguientes preocupaciones.

Autoestima e imagen corporal

Lo que una persona siente acerca de sí misma se llama autoestima. La imagen corporal es cómo una persona ve su propio cuerpo.

El cáncer de cuello uterino y sus tratamientos pueden afectar la autoestima y la imagen corporal de una mujer. A menudo, esto se debe a que el cáncer y sus tratamientos pueden provocar cambios corporales como:

  • Cicatrices.

  • Pérdida de cabello.

  • Cambios en el peso corporal.

  • Problemas sexuales.

  • Tener una ostomía.

  • Problemas urinarios o intestinales.

Algunos de estos cambios pueden ser temporales. Otros pueden durar mucho tiempo o ser permanentes.

Para muchas mujeres, la imagen corporal y cómo creen que las ven los demás está estrechamente relacionada con la autoestima. Puede ser una preocupación real y causar una angustia considerable. Pueden sentirse enojadas o molestas, temerosas de salir o de ser rechazadas, incluso si los efectos del tratamiento no se notan en el exterior del cuerpo.

Sexualidad

Muchas mujeres continúan teniendo relaciones sólidas y de apoyo y una vida sexual satisfactoria después del cáncer de cuello uterino. Si surgen problemas sexuales debido al tratamiento del cáncer de cuello uterino, existen formas de controlarlos.

Algunos de los efectos secundarios del tratamiento del cáncer que pueden hacer que las relaciones sexuales sean dolorosas o difíciles incluyen:

  • Sequedad vaginal causada por tratamientos contra el cáncer, como radioterapia o cirugía.

  • Estrechamiento vaginal causado por cicatrices después de la radioterapia en el área pélvica o algunas cirugías de cáncer vaginal

  • Menopausia inducida por tratamientos contra el cáncer, como radioterapia o cirugía.

Algunas mujeres pueden perder interés en tener relaciones sexuales, eso es común en el momento del diagnóstico y durante el tratamiento.

Cuando una mujer comienza a tener relaciones sexuales por primera vez después del tratamiento, puede temer que estas sean dolorosas o que no tendrá un orgasmo. Los primeros intentos de intimar con una pareja pueden ser decepcionantes y tomar tiempo para que la pareja se sienta nuevamente cómoda. Algunas pacientes y sus parejas pueden necesitar asesoramiento para sobrellevar estos sentimientos y los efectos de los tratamientos.

Problema de fertilidad

Los problemas de fertilidad pueden ocurrir después del tratamiento con radioterapia o quimioterapia. Las mujeres que han tenido una histerectomía no podrán quedar embarazadas.

Se pueden considerar tratamientos para el cáncer de cuello uterino en etapa temprana que preserven la fertilidad en mujeres que aún desean tener hijos. Antes de comenzar cualquier tratamiento para el cáncer de cuello uterino, hable con su médico sobre los efectos secundarios en su fertilidad después del tratamiento y qué puede hacer al respecto.

Linfedema

El linfedema es un tipo de inflamación que se produce cuando se acumula líquido linfático en los tejidos. Por lo general, ocurre en partes del cuerpo donde se han extirpado varios ganglios linfáticos.

Es posible que tenga linfedema en las piernas si se extirparon los ganglios linfáticos de la pelvis o la ingle. Es más probable que ocurra linfedema si también recibió radioterapia en la pelvis.

Si desarrolla linfedema, su médico puede sugerir formas de reducir la hinchazón y el dolor tanto como sea posible y ayudar a prevenir que se acumule más líquido. Las formas de controlar el linfedema incluyen apoyar la extremidad para que el líquido pueda drenar más fácilmente, ejercicio, medias de compresión y fisioterapia regular. También puede solicitar una remisión a un profesional de la salud que se especialice en el manejo del linfedema.

Cuidado de ostomía

Una ostomía conecta una cavidad interna a una abertura (estoma) en el abdomen. A las personas que tienen una exenteración pélvica se les extirpará la vejiga, el recto o ambos. Una urostomía permite que la orina salga del cuerpo y una colostomía sirve para que las heces salgan del cuerpo. Las personas a las que se les extirpa la vejiga y el recto tendrán dos ostomías.

Muchas personas se adaptan y viven normalmente, aunque tienen que aprender nuevas habilidades y formas de cuidar su ostomía. Profesionales de la salud especialmente capacitados (llamados terapeutas enterostomales) enseñan sobre estos cuidados.

Preocupación de que el cáncer regrese

A muchas mujeres que reciben tratamiento por cáncer de cuello uterino les preocupa que este regrese (recurra). Es importante aprender a lidiar con estos miedos para mantener una buena calidad de vida.

Un profesional de la salud mental puede ayudarla a saber cómo sobrellevar y vivir con un diagnóstico de cáncer de cuello uterino.

Segundos cánceres

Aunque es poco común, se puede desarrollar un cáncer diferente después de la radioterapia o el tratamiento de quimioterapia para el cáncer de cuello uterino. Si bien esta posibilidad es aterradora, el beneficio de tratar el cáncer de cuello uterino con quimioterapia o radioterapia generalmente supera con creces el riesgo de desarrollar otro cáncer.

El desarrollo o no de un segundo cáncer depende del tipo y la dosis de los medicamentos de quimioterapia administrados y de si también se administró radioterapia. La combinación de quimioterapia y radioterapia (quimiorradiación) aumentan el riesgo de segundos cánceres.

Las mujeres que reciben radioterapia en la pelvis tienen un pequeño riesgo de desarrollar un segundo cáncer en el área tratada con radiación. Esta área puede incluir el colon, el recto, el ano o la vejiga.

Las mujeres que reciben quimioterapia para el cáncer de cuello uterino pueden desarrollar un segundo cáncer en cualquier momento, pero generalmente ocurre hasta 10 años después del tratamiento. El cáncer más común que se desarrolla en mujeres tratadas con quimioterapia para el cáncer de cuello uterino es la leucemia mielógena aguda (LMA).

Llevar un estilo de vida saludable y trabajar con su médico para desarrollar un plan de bienestar para mantenerse saludable puede ayudar a reducir el riesgo de segundos cánceres. Las pruebas de detección de rutina para detectar un segundo cáncer en forma temprana, estar al tanto de los cambios en su salud e informar los problemas a su médico también son parte importante de la atención de seguimiento después del tratamiento del cáncer.

Ansiedad y depresión

Algunas mujeres con cáncer de cuello uterino están muy ansiosas o deprimidas durante o después del tratamiento. Los niveles de ansiedad y depresión parecen estar relacionados con los síntomas físicos y la cantidad de apoyo que cree tener de las personas cercanas, incluidas las personas que la cuidan.

En estos casos, puede hablar con un trabajador social, un consejero o pedir que lo remitan a otro profesional de la salud mental.

Cuidados paliativos

Los cuidados paliativos son para apoyar a los pacientes y las familias que están lidiando con esta enfermedad. El objetivo de esta atención es ayudarlo a sentirse mejor al prevenir o tratar los síntomas y efectos secundarios de la enfermedad y el tratamiento para que puedan tener la mejor calidad de vida posible.

Puede hablar con su médico sobre sus deseos, valores y creencias. Comenzar estas conversaciones temprano ayuda a garantizar que la atención que reciba se base en sus deseos y necesidades. Es posible además que estas cambien durante su experiencia con el cáncer. Asegúrese de informar esos cambios para que puedan brindarle la mejor atención.

Con los cuidados paliativos, también se tratan problemas emocionales, sociales, prácticos y espirituales que la enfermedad plantea. Cuando las personas se sienten mejor en estas áreas, tienen una mejor calidad de vida.

Los cuidados paliativos pueden brindarse al mismo tiempo que los tratamientos destinados para curar o tratar la enfermedad. Los cuidados paliativos se pueden dar cuando se diagnostica la enfermedad, durante todo el tratamiento, durante el seguimiento y al final de la vida.

Su médico lo derivará a la Unidad de Cuidados Paliativos cuando lo requiera, pero si necesita información sobre esta unidad puede solicitarla.a su médico tratante.

Atención al final de la vida

Cada persona tiene una experiencia diferente durante sus últimos meses y días de vida. Sus síntomas pueden cambiar a medida que continúa su enfermedad, y sus necesidades de información y apoyo serán únicas. Los miembros de la familia también tendrán sus propias preguntas, inquietudes y necesidades.

Si está ayudando a un miembro de su familia en sus últimos meses de vida, hable con su médico sobre sus preguntas e inquietudes a medida que surjan. Pueden brindarle información y recursos para apoyarlo y ayudarlo a tomar decisiones y planificar la atención al final de la vida.