Situación y perspectivas de la economía costarricense


La ejecución presupuestaria para 2020 se enmarcará en un panorama de crecimiento económico mundial y nacional débil, según las proyecciones establecidas por organismos internacionales y el Banco Central de Costa Rica.

En lo concerniente a la economía mundial, el Fondo Monetario Internacional[1] y el Banco Mundial[2] pronostican un crecimiento para 2020 de 3,3% y de 2,5%, respectivamente; lo cual refleja un pronóstico modesto de repunte de la actividad económica. En el caso del FMI, se realizó una revisión a la baja en esta proyección debido a los inesperados resultados negativos de la producción en mercados emergentes como India. Por su parte, el Banco Mundial proyecta dicho crecimiento en un contexto de merma del comercio y la inversión global.

Entre los riesgos, que de materializarse podrían deteriorar rápidamente el crecimiento mundial por debajo de los niveles proyectados, está una agudización de las tensiones comerciales, económicas y geopolíticas entre Estados Unidos-China y recientemente entre Estados Unidos-Irán, la incertidumbre asociada a los efectos prácticos que genere la salida oficial del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) ocurrida el 31 de enero de 2020, la alta volatilidad en los precios de las materias primas en el mercado internacional (sobre todo los del petróleo), y el desconocido impacto global que produzca la crisis sanitaria del coronavirus. En este último caso, ya se prevé una desaceleración en el flujo del consumo interno, el comercio y el turismo.

En cuanto a América Latina, la CEPAL[3] estima un crecimiento promedio de 1,3%, el cual se relaciona con los desafíos de reactivación en la producción regional ante el entorno global de bajo dinamismo económico, principalmente por las posibles repercusiones producto de los motivos ya mencionados.

En lo que respecta a la economía nacional, el Programa Macroeconómico 2020-2021[4] señala que 2019 fue un año de transición para la economía costarricense, al iniciar la implementación de la Ley N° 9635 de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas. Así, la coyuntura mostró en los primeros meses de 2019 una marcada desaceleración en la actividad económica; sin embargo, se recuperó hasta cerrar el año con un crecimiento económico real de 2,1%. Esta cifra fue 0,1 puntos porcentuales (p.p.) menor que lo previsto en julio de 2019, y 0,6 p.p. menor que el año previo.

Para el bienio 2020-2021, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) pronostica un repunte en el crecimiento, de 2,5% y 3,0% respectivamente. Prevé esta recuperación de la actividad económica en un contexto de déficit externo moderado, de un proceso gradual de fortalecimiento de las finanzas públicas, de flujos de financiamiento externo y doméstico bajo condiciones financieras más favorables, y bajo la dirección de una política monetaria enfocada en mantener una inflación baja y de apoyo a la reactivación económica.

No obstante, la percepción de los agentes económicos al cierre de 2019 presentó señales mixtas. Según el Índice Empresarial de Percepción[5], los empresarios percibieron una disminución de 28% en su actividad empresarial de los meses de julio, agosto y setiembre de 2019, en comparación con el mismo trimestre de hace un año. Del mismo modo, el Índice Empresarial de Confianza[6] también indicó una desmejora en la confianza de los empresarios para este mismo período. Por su parte, el Índice de Confianza del Consumidor[7] registró resultados más positivos: la confianza de los consumidores aumentó 3,7 puntos porcentuales en noviembre de 2019 en relación con el trimestre anterior; es decir, es de 32,3 puntos (en una escala de 0 a 100). Lo anterior refleja que, aunque todavía existe un grado de incertidumbre importante, los consumidores reportaron ser menos pesimistas que tres meses atrás.

La inflación general se ubicó durante la mayor parte de 2019 dentro del rango meta (2,0% a 4,0%). Cabe destacar que la entrada en vigencia del IVA a partir de julio aceleró esta variable principalmente durante los meses de julio y agosto; no obstante, contrario a lo esperado, choques de oferta externos e internos provocaron presiones deflacionarias y durante los primeros y el último mes del año la inflación incluso cayó por debajo del rango meta, cerrando en 1,5%. Para 2020, las expectativas de inflación del BCCR se mantienen alrededor de 3,0%, aunque se prevé que las presiones deflacionarias continúen.

Según el Programa Macroeconómico vigente, en materia de finanzas públicas, se espera un déficit financiero en el Gobierno Central de 5,9% del PIB para 2020 y de 5,7% para 2021, y un déficit primario de 1,3% del PIB en 2020 y que éste se reduzca a 0,8% en 2021. Estos resultados están sujetos a una aplicación estricta de la regla fiscal y suponen el ingreso de recursos por créditos multilaterales para apoyo presupuestario por un total de $2.280 millones en este bienio.

En 2019 se registraron varios movimientos en las tasas de interés locales. Las tasas de interés de los títulos valores del Gobierno Central mostraron una reducción sistemática para los diferentes plazos, tanto en moneda nacional como extranjera, lo que disminuyó el costo medio de deuda interna. Por su parte, la TBP se redujo 25 puntos base en 2019. En relación con otros instrumentos de política monetaria, el BCCR inició un proceso contracíclico durante 2019, en el que se llevaron a cabo 7 reducciones en la TPM hasta ubicarse en 2,75%, y adicionalmente, se realizó una reducción el 29 de enero de 2020 de 50 puntos base hasta ubicarla en 2,25%. En este ámbito, el BCCR anunció la calendarización de 8 reuniones en 2020 para decidir el nivel de su TPM, que tienen como objetivo mantener la estabilidad de precios.

En lo que respecta al mercado cambiario, en 2019 se reflejó una disminución de 6,0% en el tipo de cambio del dólar estadounidense, debido tanto a factores internos como a condiciones del entorno internacional, como la baja en las tasas internacionales de interés. Dada una expectativa de estabilidad y presiones a la baja en estas tasas de interés, se espera que para 2020 este comportamiento no tenga mayores variaciones.

Asimismo, se presenta un nuevo deterioro de la percepción de riesgo país. La calificadora de riesgo Moody´s redujo la nota del país, al pasar de B1 negativo a B2 estable[8]. Esta baja en la calificación se traduce en una señal para los inversionistas sobre mayor riesgo en los bonos del país, y por consiguiente, representa un mayor costo del financiamiento.

Las cifras laborales muestran que el desempleo es una problemática latente en el país, ya que, en el período 2014-2018 en promedio se registró una tasa de desempleo de 9,6%[9], mientras que al cierre del IV trimestre de 2019 la tasa de desempleo fue de 12,4% -la más alta en la última década-.

Finalmente, el BCCR señala como riesgos externos que podrían incidir en las proyecciones estimadas, los siguientes: 1) un menor crecimiento en la economía mundial que podría desencadenar en una menor demanda externa, que deberá ser compensada por demanda interna para no afectar la actividad económica nacional; 2) choques en los precios internacionales de las materias primas, que podrían encarecer los bienes importados en el país y reflejarse en mayores necesidades presupuestarias para el Gobierno Central; y 3) la intensificación en el corto plazo del conflicto político en Nicaragua, que aunque parece haberse reducido el riesgo, podría afectar los flujos de comercio en Centroamérica.

Entre los principales riesgos internos, el BCCR destaca los siguientes: 1) el deterioro de las finanzas del Gobierno Central en relación con lo proyectado, que puede afectar otras variables como la inflación, tasas de interés locales, y la demanda agregada; 2) presión al alza en tasas de interés locales ante la no materialización de los recursos provenientes de créditos multilaterales por $2.280 millones; 3) deterioro de la confianza de los consumidores y empresarios que afecte las decisiones de consumo e inversión; 4) condiciones climáticas adversas que tengan efectos negativos sobre la actividad agropecuaria y la infraestructura vial; y 5) un menor grado de ejecución de los proyectos de inversión pública que repercuta negativamente sobre el crecimiento económico nacional.

En general, las condiciones macroeconómicas previstas antes descritas, pueden impactar la ejecución de los Presupuestos Públicos para 2020, ya que variables como la inflación y el tipo de cambio pueden tener efectos sobre los precios de las compras públicas en general y los niveles de las tasas de interés, inciden necesariamente sobre los pagos que se realizan de los intereses producto del endeudamiento.

Ilustración 1

Principales variables macroeconómicas estimadas por el BCCR para 2020

- Porcentajes-

Fuente: Programa Macroeconómico 2020-2021, Banco Central de Costa Rica.

Notas:
[1] Fondo Monetario Internacional (FMI), 2020. Actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial 2020. Disponible en https://www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2020/01/20/weo-update-january2020[2] Banco Mundial, 2020. Perspectivas Económicas Mundiales 2020. Disponible en https://www.bancomundial.org/es/publication/global-economic-prospects [3] Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2019. Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2019. Disponible en https://www.cepal.org/es/presentaciones/balance-preliminar-economias-america-latina-caribe-2019 [4] Banco Central de Costa Rica (BCCR), 2020. Programa Macroeconómico 2020-2021. Disponible en https://activos.bccr.fi.cr/sitios/bccr/publicaciones/DocPolticaMonetariaInflacin/Programa_Macroeconomico_2020-2021.pdf[5] Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), 2019. IV Encuesta Pulso Empresarial, 2019. Disponible en https://www.uccaep.or.cr/index.php/gallery.html[6] Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), 2019. IV Encuesta Pulso Empresarial, 2019. Disponible en https://www.uccaep.or.cr/index.php/gallery.html[7] Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica, 2019. Resultados del Índice de Confianza del Consumidor. Disponible en http://www.estadistica.ucr.ac.cr/index.php/es/encuestas/confianza-de-los-consumidores/listado-de-encuestas-icc/129-ucr-64-estadistica-icc-nov-2019/file[8] Moodys. Significa que el país es clasificado “como sujeto a especulaciones y alto riesgo crediticio y de tener la calidad de crédito en general, pobre” El 10 de febrero de 2020, Moody´s rebajó la calificación de Costa Rica (de B1 con perspectiva negativa a B2 con perspectiva estable) debido al persistente debilitamiento de las finanzas públicas al cerrar 2019. Según la calificadora, esto se explica por el nivel de déficit presentado en los últimos años y la gestión deficiente de la deuda.[9] Encuesta Continua de Empleo, INEC.