En cierto. sentido, es redundante dedicar un capítulo separado a los Hechos de los Apóstoles, pues casi todo lo que se dijo en el capítulo anterior se aplica aquí también. Sin embargo, se necesita un capítulo para el libro de los Hechos por una razón hermenéutica muy práctica. La razón es sencilla: la mayoría de los cristianos no leen los Hechos del mismo modo que 2 Samuel o Jueces, aunque no estén muy conscientes de ello.
Al leer las narraciones del Antiguo Testamento nos sentimos inclinados a hacer las cosas que mencionamos en el capítulo anterior: alegorizar, leer entre líneas, moralizar, etc. Rara vez creemos que esas narraciones sean modelos de.conducta cristiana o vida eclesiástica. Aun en las que tratamos de ese modo - por ejemplo, poner un vellocino para conocer la voluntad de Dios nunca hacemos exactamente lo que ellos hicieron. Esto es, nunca ponemos una piel de oveja para ver si Dios la seca o la empapa. Más bien, ponemos a Dios a prueba al proponer un conjunto de circunstancias. "Si alguien nos llama de cierta ciudad, entonces sabremos que la voluntad de Dios para nuestra vida es que vayamos a esa ciudad." Nunca se nos ocurre que el acto de Gedeón fue majo, porque demostró su falta de confianza en la Palabra de Dios que ya se le había comunicado.
Por eso, casi no pensamos en las historias del Antiguo Testamento como precedentes bíblicos para nuestra vida. En cambio. ésta es la manera normal como los cristianos leemos Hechos., No sólo nos cuenta la historia de la Iglesia primitiva, sino que sirve como el modelo normativo para la Iglesia de todas las épocas. Y ésta es precisamente nuestra dificultad hermenéutica.
Por extensión, la mayoría del protestantismo evangélico tiene una mentalidad de "movimiento de restauración". Por lo general, consideramos la Iglesia y la experiencia cristiana del siglo primero como norma que debe renovarse o como ideal a seguir. Entonces decimos cosas como: "En los Hechos se enseña claramente que ..."; sin embargo, parece obvio que no toda la "enseñanza clara" es igual. mente clara para todos.
En realidad es nuestra falta de precisión hermenéutica en cuanto a lo que los Hechos enseñan lo que ha causado tantas divisiones como hay en la iglesia. Hay prácticas tan diversas como el bautismo de infantes o de creyentes solamente, la organización congregacional o episcopal de la iglesia, la necesidad; de participar en la Cena del Señor todos los domingos, la venta de las posesiones para tener todo en común y aun la manipulación de serpientes, que han encontrado apoyo total o parcial en los Hechos.
El propósito principal de este capitulo es ofrecer sugerencias hermenéuticas para el problema de los precedentes bíblicos. Lo que se diga aquí, por tanto, también se aplicará a todas las narraciones históricas de las Escrituras, incluso algunos materiales de los evangelios. Ante todo, no obstante, necesitamos decir algunas cosas sobre el método para la lectura y el estudio de los Hechos.
El propósito principal de este capitulo es ofrecer sugerencias hermenéuticas para el problema de los precedentes bíblicos. Lo que se diga aquí, por tanto, también se aplicará a todas las narraciones históricas de las Escrituras, incluso algunos materiales de los evangelios. Ante todo, no obstante, necesitamos decir algunas cosas sobre el método para la lectura y el estudio de los Hechos. En la exposición que sigue nos referiremos constantemente a la intención o propósito de Lucas al escribir los Hechos. Debemos poner énfasis en que siempre significamos que el Espíritu Santo está detrás del propósito de Lucas. Así como dice "ocupaos en vuestra salvación", también dice "Dios es el que en vosotros produce..." (Filipenses 2:12, 13), así Lucas también tenía ciertos intereses y preocupaciones al escribir su evangelio y el libro de los Hechos, pero nosotros creemos que detrás de todo eso estaba la obra supervisora del Espíritu Santo.
Aunque Hechos es un libro de fácil lectura, también es un libro difícil para estudios bíblicos en grupos. La razón es que la gente emprende su lectura y su estudio por diversas razones. Algunos están muy interesados en los detalles históricos; esto es, lo que los Hechos pueden informar sobre la historia de la Iglesia primitiva, El interés de otros es apologético; esto es, lo que los Hechos pueden informar sobre la historia de la Iglesia primitiva. El interés de otros es apologético; es decir, tratar de probar la veracidad de la Biblia al demostrar la precisión de Lucas como historiador. Sin embargo, la mayoría de la gente viene a Hechos por razones puramente religiosas o devocionales, con el deseo de saber cómo eran los cristianos primitivos, para que les sirvan de inspiración o de modelo. El interés personal al estudiar los Hechos viene seguido de la selección. Por ejemplo, la persona con intereses devocionales, tiene menos interés en el discurso de Gamaliel de Hechos 5, que en la conversión de Pablo en el capitulo 9 ó la prisión de Pedro en el 12. Tal método de estudio usualmente hace que la gente pase por alto las cuestiones históricas o cronológicas. Al leer los primeros once capítulos, por ejemplo, es difícil imaginar que Lucas ha incluido allí sucesos que abarcan entre diez y quince años.
Nuestro propósito aquí es, pues, ayudar al lector a estudiar el libro de los. Hechos con atención, según los intereses de Luces y a proponer varias cuestiones al leer.
La mayoría de las sugerencias exegéticas dadas en el capítulo precedente se aplican también a los Hechos. Lo importante aquí es que Lucas era gentil, y su inspirada narrativa es al mismo tiempo un ejemplo excelente ele historiografía helenística, estilo histórico que tuvo sus raíces en Tucídide (alrededor del 460-400 a.C.) y floreció durante el período helenístico (desde cerca del 300 a.C, hasta el 200 d.C.). Tal historia no era escrita solamente para mantener un registro, ni para hacer la crónica del pasado, sino para animar o divertir (propósito de la buena lectura) también para informar, moralizar u ofrecer una apología.
Los dos tomos de Lucas (su evangelio y los Hechos) se acomodan bien al estilo histórico mencionado. Son especialmente buena lectura; al mismo tiempo, los intereses de Lucas van más allá de la diversión o la información dadas al lector. Es muy importante tomar nota de tales intereses al estudiar o .leer los Hechos. La exégesis de los Hechos, por tanto, incluye no solamente las cuestiones puramente históricas, como: "¿Cuál fue el propósito de Lucas al escoger este material y darle tal forma?"
La cuestión del propósito de Lucas es al mismo tiempo la más importante y la más difícil. La más importante, porque es crucial para nuestra hermenéutica. Si se puede demostrar que el propósito de Lucas en Hechos fue poner una norma para la Iglesia de todos los tiempos, entonces su modelo se vuelve normativo; esto es, 10 que Dios demanda de todos los cristianos en todos los casos. En cambio, si el propósito es otro, entonces tenemos que proponer las cuestiones hermenéuticas de modo diferente. Sin embargo, es especialmente difícil encontrar el propósito de Lucas, en parte porque no sabemos quién era Teófilo, ni la razón que tenía Lucas para escribirle, y también porque Lucas parece tener muchos intereses diferentes.
Debido a la importancia del propósito de Lucas para la hermenéutica, se debe tener presente esta cuestión al leer o estudiar con fines exegéticos. En cierto modo, es,como pensar en párrafos al hacer la exégesis de las epístolas, pero en este caso se pasa de los párrafos a secciones y narraciones completas del libro. Por lo tanto, nuestro interés exegético está en el qué y en el parqué. Como ya sabemos, se debe comenzar con el qué antes de preguntar por qué.
Como siempre, lo primero que se hace es leer, de preferencia, todo el libro de una sentada, y al leer, aprender a hacer observaciones y preguntas. Por supuesto, el problema en esto, en el caso de Hechos, es que la narración es tan absorbente, que uno se olvida con frecuencia de hacerse las preguntas exegéticas.
Entonces, otra vez, si fuéramos a poner una tarea sobre esto, sería así: (1) Lea Hechos de corrido en una o dos sentadas. (2) Al leer, tome notas mentalmente de las personas y lugares clave, los motivos que se repiten (¿qué le interesa verdaderamente a Lucas?) y las divisiones naturales del libro. (3) Ahora, vuelva a leer en forma salteada y anote las referencias de las observaciones previas. (4) ¿Por qué escribió Lucas este libro?
Como Hechos es el único libro de su tipo en el Nuevo Testamento, seremos más específicos aquí al guiar al lector en su lectura y estudio.
Comencemos nuestra búsqueda del qué al observar las divisiones naturales que' nos da Lucas. Los Hechos se dividen a veces según el interés de Lucas en Pedro (capítulos 1-12) y en Pablo (13-28), o según la expansión geográfica del Evangelio (1-7 Jerusalén; 8-10, Samaria y Judea; 11-28, hasta lo último de la tierra). Aunque se pueden reconocer ambas divisiones por el contenido, Lucas da otra clave que da más cohesión a todo. Al leer, observe los resúmenes breves de 6:7, 9:31,12:24,16:4 y 19:20. En cada uno de estos casos, parece que hay una pausa en la narración, antes de tomar una nueva dirección. Así se puede considerar Hechos en seis partes que dan a la narración un movimiento progresivo, desde su fondo judío en Jerusalén, con Pedro como figura principal, ,hasta una iglesia de predominio gentil, con Pablo como personaje central, y Roma, la capital del mundo gentil, como meta. Al llegar' Pablo a Roma, se vuelve otra vez a los gentiles, porque ellos sí escuchan (28:28), y termina la narración.
Se debe observar entonces, al leer, la contribución de cada una de las partes a este "movimiento". En sus propias palabras, describa cada sección, según su contenido y contribución al movimiento progresivo. ¿Cuál es la clave de cada nuevo paso? Así lo hicimos nosotros:
1:1-6:7. Una descripción de la primera iglesia en Jerusalén, su predicación primitiva, su vida común, su propagación y la persecución inicial. Todo muestra características judías, incluso los sermones, la oposición y el hecho de que los primeros creyentes siguen asociados con el templo y las sinagogas. Esta parte concluye con una narración que indica el comienzo de una división entre griegos y hebreos en la Iglesia.
6:8-9:31. Una descrípcíón de la primera expansión geográfica, realizada por los "helenistas" (cristianos judíos de habla griega) hacia los judíos de la diáspora y los "casi judíos" (samaritanos y un prosélito). Lucas también incluye la conversión de Pablo, quien era: (1) helenista, (2) judío enemigo de la iglesia y (3) quien habría de dirigir precisamente la expansión hacia los gentiles. El martirio de Esteban es la clave de esta expansión inicial.
9:32-12:24. Una descripción de la primera expansión hacia los gentiles. La clave es la conversión de Camelia, cuya historia se cuenta dos veces. La importancia de camelia es que su conversión fue un acto directo de Dios, quien no usó a los helenistas, en cuyo caso cabría duda, sino a Pedro, el líder reconocido de la misión judeocristiana. También se incluye la historia de la iglesia de Antíoquía, donde los helenistas llevan a cabo la conversión de gentiles con propósitos bien determinados.
12:25-16:5. Una descripción de la primera expansión geográfica dentro del mundo gentil, bajo la guía de Pablo. Los judíos en general rechazan ahora el Evangelio, porque acepta a los gentiles. La Iglesia se reúne en concilio, acepta a sus hermanos gentiles y no les impone requisitos religiosos judíos. Esto es la clave para la completa expansión al mundo gentil.
16:6-19:20. Una descripción de la progresiva expansión hacia occidente dentro del mundo gentil, ahora en Europa. Se repite el rechazo de los judíos y la aceptación del Evangelio por los gentiles.
19:21-28:30. Una descripción de los sucesos que llevaron a Pablo y al Evangelio a Roma, con enfoque en los juicios de Pablo, en los cuales se le declara inocente de delito alguno en tres ocasiones.
Trate de leer Hechos con este bosquejo, teniendo en cuenta este sentido de "movimiento", para ver si puede captar lo ocurrido. Al leer, observará que nuestra descripción del contenido omite un factor decisivo - en realidad el factor crucial - es decir, el papel que desempeña el Espíritu Santo en todo esto. Verá que en cada encrucijada, en cada persona clave. el Espíritu Santo desempeña el papel principal. Según Pablo. este movimiento progresivo no ocurrió por designios humanos; sino porque Dios lo quiso y el Espíritu Santo lo realizó.
Debemos tener cuidado de no seguir adelante. sin reflexionar acerca de este vistazo sobre lo que Lucas hizo. hacia una expresión dogmática o fácil de lo que fue su propósito inspirado en todo esto. Conviene ahora que hagamos unas pocas observaciones en parte fundadas en lo que Lucas no hizo.
1. La clave para la comprensión de Hechos parece estar en el interés de Lucas por este movimiento, dispuesto por el Espíritu Santo. del Evangelio desde sus principios judaicos en Jerusalén hasta su expansión mundial que lo convierte en un fenómeno donde predominan los gentiles. Debido únicamente a su estructura y contenido. cualquier declaración de propósito que no incluya la misión a los gentiles y el papel del Espíritu Santo en ella habrá errado el blanco en el análisis de Hechos.
2. Este interés en el movimiento se comprueba aun más por lo que Lucas no nos cuenta. El no muestra interés en la biografía de los apóstoles. Solamente se nos informa el fin de Santiago (12:2). Ya en marcha el movimiento hacia los gentiles. Pedro desaparece a excepción del capítulo 15. donde certifica la misión a los gentiles. Aparte de Juan. ni se menciona a los otros apóstoles. y el interés que Lucas muestra en Pablo. depende casi completamente de su misión a los gentiles.
Tiene poco interés en la organización de la iglesia. A los siete hombres del capítulo 6 no los llama diáconos. y ellos salen pronto de Jerusalén. Lucas no dice la razón ni el modo del traspaso del liderazgo de la iglesia de Jerusalén desde Pedro y los apóstoles hasta Santiago, el hermano de Jesús (12:17, 15:13. 21:18); tampoco explica la organización de las iglesias locales, excepto al decir que "constituyeron ancianos" (14:23).
No se menciona ninguna otra expansión geográfica. más que en dirección de Jerusalén a Roma. No se mencionan Creta (Tito 1:5), el Ilírico (Romanos 15:19. Yugoslavia). el Ponto. Capadocia ni Bitinia (1 Pedro 1:1). ni tampoco la expansión de la iglesia hacia el oriente. a Mesopotamía, o hacia el sur. a Egipto.
Todo esto se combina para decirnos que la historia de la Iglesia en sí no fue la razón que tuvo Lucas para escribir.
3. Parece que el interés de Lucas no era la uniformidad de las cosas. Cuando él registra las conversiones de individuos. usualmente incluye dos elementos: el bautismo por agua y el don del Espíritu, que pueden venir en el orden inverso. sin imposición de manos o con ella con la mención de lenguas o sin ella. y casi nunca con mención del arrepentimiento. aun después de lo que dice Pedro en 2:38.39. Asimismo. Lucas ni dice ni insinúa que las iglesias gentiles hayan tenido una vida comunal similar a la de Jerusalén en 2:42-47 y 4:32-35. Tal diversidad probablemente significa que no se pone un ejemplo específico como el modelo de experiencia cristiana o vida eclesiástica.
Ahora bien. ¿quiere decir esto que Lucas no nos dice nada con estas narraciones? No necesariamente. La pregunta debe ser más bien:
"¿Qué quería él decirles a sus primeros lectores?"
4. Sin embargo. creemos que gran parte del libro de los Hechos fue escrito por Lucas con el propósito de que sirviera de modelo. No en lo específico. sino en lo global. Por la misma manera como Dios lo impulsó. a narrar y estructurar esta historia. parece probable que debemos considerar esta expansión progresiva. gozosa y triunfante del Evangelio en el poder del Espíritu Santo. transformadora de vidas y comunidades locales. como el propósito de Dios para la Iglesia de todas las épocas. No hay nada que pueda estorbar la marcha de la Iglesia: ni el Sanedrín. ni la sinagoga. ni las disensiones, ni el fanatismo. ni las prisiones, ni las intrigas. Por eso es probable que Lucas tuviera la intención de que la Iglesia fuera como los creyentes del siglo primero pero en un sentido más amplio. en vez de imitar ejemplos específicos.
Después de hacer este repaso general y de considerar el propósito de Hechos. examinemos dos narraciones en 6:1-7 y 8:1-25. y observemos los tipos de preguntas exegéticas que debemos contestar con respecto a este texto.
Como siempre se comienza con la lectura de las porciones escogidas y sus contextos inmediatos. varias veces. Como hicimos con las epístolas. las preguntas contextuales con respecto a Hechos son: "¿Cuál es el propósito de esta narración o discurso?" "¿Cómo se acomoda dentro de la narración global de Lucas?" "¿Por qué ha incluido él ese propósito aquí?" Usualmente se puede dar una respuesta provisional a esa pregunta después de una o dos lecturas cuidadosas. Algunas veces. sin embargo. especialmente en Hechos. hay que hacer una investigación externa para responder algunas preguntas de contenido antes de tener suficiente seguridad de estar bien encaminado en el análisis.
Comencemos con 6:1-7. ¿Cómo funciona esta sección dentro del todo de la narración? Se pueden decir dos cosas inmediatamente: Primera: sirve para concluir la primera parte, 1:1-6:7. Segunda: también sirve como transición a la segunda parte, 6:8-9:31. Veamos cómo Lucas hace esto. Su interés en 1:1-6:7 es damos una descripción de la vida de la comunidad primitiva y de su expansión dentro de Jerusalén. Esta narración, 6:1-7, incluye esos dos aspectos, pero
también deja entrever la tensión primera dentro de la comunidad misma, una tensión originada por las tradiciones dentro del judaísmo de Jerusalén (judíos de habla aramea) y de la diáspora (judíos de habla griega). El reconocimiento oficial de los dirigentes que surgían entre los cristianos judíos de habla griega venció esa tensión de la Iglesia.
Hemos expresado la última parte del párrafo anterior de esa manera, porque en este punto se debe hacer también un estudio externo sobre el contexto histórico, en los artículos sobre "diáconos", "helenistas" y otros en los diccionarios bíblicos, los comentarios y libros de fondo, para descubrir hechos tales como:
1. Los helenistas eran casi con certeza los judíos de habla griega; esto es, judíos de la diáspora que vivían en Jerusalén en ese entonces.
2. Muchos helenistas regresaban a Jerusalén en sus últimos años para morir y ser enterrados junto al monte Sion. Como no eran nativos de Jerusalén, cuando morían, sus viudas ha tenían los medios de sustento normales.
3. Se atendía a las necesidades de estas viudas con subsidios diarios; este cuidado causó una presión económica considerable en Jerusalén.
4. Está claro que, según 6:9, los helenistas tenían su propia sinagoga con cultos en griego, de la cual eran miembros Esteban y Saulo. Este último era de Tarso, situada en Cilicia, donde se hablaba griego (v. 9).
5. La evidencia de Hechos 6 es que la Iglesia primitiva había hecho incursiones considerables a esta sinagoga. Obsérvese la mención de "sus viudas", el hecho de que los siete escogidos para manejar este asunto tienen nombres griegos y que la oposición más intensa viene de la sinagoga de la diáspora.
6. Finalmente, nunca se da el nombre de diáconos a los siete. Se les llama sencillamente "los siete" (21:8), y supervisan el subsidio diario de alimentos para las viudas griegas, pero también son ministros de la Palabra (Esteban y Felipe).
Este conocimiento del contenido nos ayuda a comprender el sentido de lo que sigue, pues en 6:8--8:1, Lucas se centra en uno de los siete como la figura clave de la primera expansión fuera de Jerusalén. Nos dice explícitamente que el martirio de Esteban produjo ese resultado (8:1-4). Este pasaje indica la importancia de esta comunidad de habla griega que había entre los cristianos de Jerusalén, para los planes de Dios. Se ven forzados por la persecución a salir de Jerusalén, de la cual no eran nativos. Ellos salen y predican la Palabra en Judea y Samaria.
La narración de 6:1-7, por lo tanto, no nos habla de la primera organización de la Iglesia con clérigos y diáconos laicos. Da la escena de la primera expansión de la Iglesia fuera de su base original en Jerusalén.
La narración de 8:5-25 es de un tipo diferente. Aquí tenemos la historia misma de la primera expansión conocida de la Iglesia primitiva. Esta narración tiene importancia especial para lo que nos ocupa, porque contiene varias dificultades exegéticas, y porque con frecuencia ha servido para varios combates hermenéuticos.
Como siempre, lo mejor es comenzar a hacer la exégesis con cuidado y con varias lecturas del texto, haciendo observaciones y tomando notas. En este caso, para llegar al que de la narración, trate de ponerla en sus propias palabras. El resumen de nuestras observaciones es el siguiente:
La historia es bastante directa. Nos relata el ministerio inicial de Felipe en Samaría, que fue acompañado de sanidades y expulsión de demonios (8:5-7). Muchos samaritanos se hicieron cristianos, pues creyeron y fueron bautizados. En realidad, los milagros eran tan poderosos que aun Simón, famoso practicante de la magia negra, llegó a creer (8:9-13). Cuando la iglesia de Jerusalén tuvo noticias de este fenómeno, envió a Pedro y a Juan, y sólo entonces los samaritanos recibieron el Espíritu Santo (8:14-17). Después de esto, Simón quiso ser pastor y trató de comprar lo que Pedro y Juan tenían. Pedro reprendió a Simón, pero no se sabe, según su respuesta final (8:24) si Simón se arrepintió o si recibió el juicio o castigo que Pedro le había anunciado (8:20-23).
Hay dos aspectos predominantes en la trama de esta narración de Lucas: la conversión de los samaritanos y el caso de Simón. Los problemas exegéticas de la gente respecto a estos dos asuntos se derivan principalmente de sus conocimientos y convicciones previos. Suponen que las cosas no han de ocurrir así. Como Pablo dice en Romanos 8 que uno no puede ser cristiano si no tiene el Espíritu, ¿por qué estos creyentes no habían recibido el Espíritu todavía? y, ¿qué decir de Simón? ¿Era un verdadero creyente que "cayó de la gracia", o simplemente profesó sin tener una fe salvadora?
Tal vez el verdadero problema se desprenda del hecho de que Lucas no trata de presentarnos todo de modo armónico. Es difícil considerar un pasaje como este sin la influencia de nuestros prejuicios, y los autores de este libro no son inmunes a eso. Sin embargo, trataremos de ver el punto de vista de Lucas. ¿Qué le interesa a él al presentar esta historia? ¿Cómo se acomoda esa a su propósito general?
En cuanto a las conversiones de los samaritanos. hay dos cosas especialmente importantes para él: (1) La misión a Samaria, que fue la primera expansión geográfica del Evangelio. fue realizada por uno de los helenistas, muy aparte de cualquier designio o programa de los apóstoles. (2) No obstante, es importante que los lectores de Lucas sepan que la misión tenía la aprobación divina y apostólica, de lo cual es evidencia la retención del Espíritu hasta la imposición de manos por parte de los apóstoles. Conviene al propósito general de Lucas la demostración de que la obra misionera de los helenistas no fue un movimiento disidente. aunque ocurrió muy aparte de cualquier conferencia que tuvieran los apóstoles sobre el crecimiento de la Iglesia.
Aunque no podemos probarlo - porque el texto no lo dice y queda fuera del propósito de Lucas - es posible que lo que se retuvo hasta la llegada de Pedro y Juan fue la evidencia carismática y visible de la presencia del Espíritu. Hay tres razones para sugerir esto: (1) Todo lo que se dice acerca de los samaritanos antes de la llegada de Pedro y Juan se dice en otras partes de los Hechos para describir experiencias cristianas genuinas. Por lo tanto, ellos deben haber comenzado en realidad la vida cristiana. (2) En otras partes de los Hechos. la presencia del Espíritu - como aquí - es el elemento crucial de la vida cristiana. ¿Cómo pudieron, entonces, haber comenzado la vida cristiana sin ese elemento decisivo? (3) Para Lucas, en los Hechos. la presencia del Espíritu es poder (1:8; 6:8; 10:38), que se manifiesta usualmente con alguna evidencia visible. Por eso es probable que esta manifestación visible y poderosa de la presencia del Espíritu. que todavía no había ocurrido en Sarmaria, fuera lo que Lucas relaciona con la "venida" o la "recepción" del Espíritu.
El papel de Simón en la narración es igualmente complejo. Sin embargo. hay bastantes evidencias externas de que este Simón llegó a ser un conocido antagonista de los primeros cristianos. Probablemente Lucas incluya este material para explicar la débil relación de Simón con la comunidad cristiana. y para indicar que Simón no tenía la aprobación divina ni la apostólica. Las últimas palabras de Simón parecen ambigüas, solamente si a uno le interesan las historias de las primeras conversiones. En realidad. toda la narración de Lucas tiene una actitud negativa hacia Simón. Si él fue verdaderamente salvo o no. no es éste el interés final del relato. como tampoco el hecho de su breve relación con la Iglesia. por lo menos como creyente profesante. El discurso de Pedro parece reflejar el mismo juicio de Lucas sobre el cristianismo de Simón: ¡Era falso!
Es cierto que esta clase de exégesis sobre el qué y el porqué de la narración de Lucas no es muy emocionante, pero sostenemos que es el primer paso obligatorio para llegar a un buen entendimiento de los Hechos como la Palabra de Dios. No todas las oraciones de todas las narraciones o discursos tiene un mensaje para nosotros, pero contribuyen a lo que Dios quiere decirnos en general a través de los Hechos. En este proceso. podemos aprender de las narraciones individuales la variedad de métodos y personas que Dios usa en la realización de sus propósitos.
LA HERMENÉUTICA DE LOS HECHOS
Como se dijo antes, lo que ahora nos preocupa es una pregunta. ¿Cómo funcionan las narraciones individuales' de Hechos. u otras narraciones bíblicas, como antecedentes de la Iglesia moderna? ¿Realmente lo son? Esto es: ¿tiene el libro de los Hechos una Palabra que no sólo describe a la Iglesia primitiva. sino que habla como norma para la Iglesia de todas las épocas? Si existe tal Palabra. ¿cómo se descubre. o cuáles son los principios para oírla? Si no, entonces ¿qué hacer con el concepto del precedente? En resumen, ¿qué papel desempeña el precedente histórico en la doctrina cristiana o en la comprensión de la experiencia cristiana?
Es de notar que casi todos los cristianos bíblicas tienden a considerar el precedente como autoridad normativa hasta cierto punto. pero rara vez de manera uniforme. Algunas personas consideran ciertas narraciones como modelos obligatorios. mientras desprecian otras; consideran determinados modelos como obligatorios, cuando hay una complejidad de modelos en los Hechos.
Las siguientes sugerencias' no se proponen como absolutas. pero pueden ser útiles para resolver este problema de hermenéutica.
Principios generales
La pregunta hermenéutica decisiva aquí es si las narraciones bíblicas que describen lo que ocurrió en la Iglesia primitiva también funcionan como normas que prescriben lo que debe ocurrir en la Iglesia después. ¿Hay casos en Hechos de los que se pueda decir: "Debemos hacer esto". o hemos de decir solamente: "Se nos permite hacer esto"?
Nuestra suposición, y la de muchos más es que, a menos que la Escritura nos diga explícitamente que debemos hacer algo, lo que es meramente narrado o descrito nunca puede considerarse corno norma.
En general, las declaraciones doctrinales derivadas de la Escritura se dividen en tres categorías: (1) teología cristiana (lo que creernos los cristianos), (2) ética cristiana (la conducta del cristiano) y (3) experiencia o práctica del cristianismo (lo que hacernos los cristianos).
Estas categorías incluyen declaraciones primarias y secundarias. En el nivel primario están las declaraciones doctrinales derivadas de las proposiciones explícitas o imperativas de la Escritura (esto es, lo que la Escritura se propone enseñar). Las secundarias son las declaraciones derivadas incidentalmente, por implicación o por precedente.
Por ejemplo, en la categoría de teología cristiana, declaraciones como: Dios es uno, Dios es amor; todos pecaron. Cristo murió por nuestros pecados, la salvación es por gracia y Jesucristo es Dios, se derivan de pasajes cuyo propósito es enseñarlas, y en consecuencia son primarias. En el nivel secundario están las declaraciones que son derivación lógica de las primarias. o que están implícitas en la Escritura. Por eso, la divinidad de Cristo es primaria; la unidad de las dos naturalezas es secundaria.
Una distinción similar se puede hacer con respecto a la Escritura. Que es la Palabra de Dios, es algo primario; la naturaleza precisa de la inspiración es secundaria. No queremos decir que las declaraciones secundarias carezcan de importancia. A menudo, de su importancia depende mucho la fe que tengamos en las declaraciones primarias. Su máximo valor teológico depende también de su capacidad para mantener la integridad de las declaraciones primarias.
Lo que es importante observar aquí. es que casi todo lo que los cristianos derivan de la Escritura por medio de los precedentes está en la tercera categoría. la experiencia o la práctica cristianas, y siempre en el nivel secundario. Por ejemplo, la declaración de que la Cena del Señor debe ser una práctica continua en la Iglesia, es de nivel primario. Jesús mismo la ordena; las epístolas y los Hechos dan testimonio de ella. En cambio, la frecuencia de su observancia punto de diferencia entre los cristianos, se funda en la tradición y la precedencia; ciertamente, la frecuencia no obliga. pues las Escrituras simplemente no se refieren directamente a esa cuestión. Nos parece que éste es también el caso de la necesidad del bautismo (primaria) y su modo (secundario), o la práctica de los cristianos de "reunirse en asamblea" (primaria) y la frecuencia o el día de la semana en que se reúnan (secundaria). Otra vez afirmamos que las declaraciones secundarias son importantes. Por ejemplo, uno se siente obligado a probar si el día de reunión de los cristianos debe ser sábado o domingo, pero en ambos casos dice algo de importancia teológica con sus propias prácticas.
En estrecha relación con este comentario está el concepto de la intención. Entre nosotros es común decir: "La Escritura enseña eso ..." Comúnmente, lo que la gente quiere decir con esto es que algo es "enseñado" con declaraciones explícitas. Los problemas surgen cuando las personas pasan al campo de la historia bíblica. ¿Se enseña algo solamente porque esté escrito. aunque parezca escrito para apoyar lo que se enseña?
Una máxima general de la hermenéutica es que se debe encontrar la Palabra de Dios en la intención o propósito de la Escritura. Este es un asunto especialmente decisivo para la hermenéutica de las narraciones históricas. Una cosa es que el historiador incluya un suceso porque es útil para alcanzar el propósito final de su obra, y otra que el intérprete le dé a ese incidente un valor didáctico. apartado 'de la intención general del historiador.
Aunque la intención inspirada y amplia de Lucas puede ser punto debatible para algunos, es nuestra hipótesis, fundada en la exégesis anterior, que él estaba tratando de mostrar el surgimiento de la Iglesia como un fenómeno universal mayormente gentil. desde sus orígenes en Jerusalén como secta de creyentes judíos y judaizantes. y mostrar también la responsabilidad directa del Espíritu Santo en este fenómeno de salvación universal por la gracia únicamente. El terna que se repite es que nada puede estorbar este movimiento progresivo de la Iglesia en el poder del Espíritu Santo. y nos hace pensar que la intención de Lucas fue también que sus lectores consideraran esto como un modelo para su existencia. El que este libro de los Hechos se halle en el Canon. nos confirma que así se esperaba siempre que fuera la Iglesia: gozosa, evangelística y llena del poder del Espíritu Santo.
Ahora bien. ¿qué decir de los detalles específicos de esas narraciones, los cuales sólo tornados en conjunto nos ayudan a conocer el propósito global de Lucas? ¿Tienen estos detalles el mismo valor didáctico? ¿También sirven ellos corno modelos narrativos? Creemos que no principalmente porque la mayoría de tales detalles son incidentales en cuanto al tema principal de la narración, y debido a la ambigüedad de detalles de una narración a otra.
Así, cuando examinamos Hechos 6:1-7, vimos la función de la narración dentro del plan general de Lucas, corno conclusión de su primera sección principal. que al mismo tiempo sirvió para presentar a los helenistas. También pudo haber sido parte de su intención de mostrar la resolución amigable de la primera tensión dentro de la comunidad cristiana.
A partir de esta narración podríamos también aprender de modo incidental otras cosas. Por ejemplo, que una buena manera de ayudar a una minoría en la iglesia es permitir que elijan sus propios líderes, escogidos por ellos mismos. Esto fue en realidad lo que hicieron. ¿Debemos hacer lo mismo nosotros? No tenemos porqué. pues Lucas no nos lo dice, ni hay razón para creer que él estaba pensando en eso cuando escribió la narración. Por otra parte, tal procedimiento es tan lógico, que no sabemos por qué podría haber alguien que se opusiera a él.
Nuestra opinión es que todo lo demás que cualquiera saque en conclusión de esa historia. será incidental a la intención de Lucas. Esto no quiere decir que lo incidental sea falso. o que no tenga valor teológico; significa que la Palabra de Dios para nosotros en la narración está relacionada principalmente con lo que se proponía enseñar.
A través de este estudio, surgen los siguientes principios con respecto a la hermenéutica de la narración histórica:
1. La Palabra de Dios en Hechos que se puede considerar como normativa para los cristianos. está relacionada principalmente con lo que cualquier narración dada se proponga enseñar.
2. Lo que es incidental al propósito primario de la narración, puede en realidad reflejar la comprensión de las cosas por parte del autor inspirado. pero no puede tener el mismo valor didáctico de lo que la narración se proponía enseñar. Esto no niega lo incidental. ni implica que no tenga un mensaje para nosotros. Lo que se sostiene es que lo incidental no debe llegar a ser primario. aunque siempre puede servir de apoyo adicional a lo que se enseña inequívocamente en otras partes.
3. El antecedente histórico, para que tenga valor normativo, debe estar relacionado con el propósito. Es decir. si se puede probar que el propósito de una narración dada es establecer un precedente, entonces se debe considerar tal precedente como normativo. Por ejemplo, si se pudiera demostrar por exégesis que la intención de Lucas en Hechos 6:1-7 era dar a la iglesia un precedente para la selección de líderes. entonces todos los cristianos deberíamos seguir tal procedimiento de selección. En cambio. si el establecimiento del precedente no fue el propósito de la narración, entonces su valor como antecedente para los cristianos debería tratarse de acuerdo con los principios específicos sugeridos en la sección siguiente.
El problema con todo esto. por supuesto, es que nos deja con muy poco que sea normativo para ese amplio sector que son la experiencia y la práctica cristianas. No hay una enseñanza expresa en cuanto al modo del bautismo, la edad de los que han de ser bautizados o la frecuencia de la Cena del Señor. para citar unos pocos ejemplos. Sin embargo, estas son las cosas por las cuales hay tantas divisiones entre los cristianos. Invariablemente, en tales casos, la gente alega que eso es lo que hacían los primeros cristianos. ya sea que deriven tales prácticas de las narraciones de los Hechos o. por implicación, de lo que se dice en las epístolas.
La Escritura sencillamente no dice que el bautismo deba ser por inmersión, no dice que se deben bautizar los infantes, no dice que los cristianos deben vender todas sus posesiones y vivir en comunidades y tampoco dice que se deba celebrar la Cena del Señor todos los domingos. ¿Qué hacemos, entonces, con algo como el bautismo por inmersión? ¿Qué dice la Escritura al respecto? En este caso, se puede hablar del significado de la palabra misma. por la descripción del bautismo en Hechos: "descendieron ambos al agua" y "subieron del agua" (8:38. 39), y por la analogía de Pablo entre el bautismo y la muerte, entierro y resurrección (Romanos 6:1-3), que la inmersión era algo que se daba por supuesto en cuanto al bautismo en la Iglesia primitiva. No se ordena en ninguna otra parte, precisamente porque todo el mundo lo daba por supuesto.
Al contrario. se puede hacer notar que sin un tanque bautismal en la iglesia local de Samaria, sería bastante difícil sumergir a los que eran bautizados. pues allí no hay una fuente de agua conocida para tener la inmersión como opción viable. ¿Les echaban agua en la cabeza. como sugiere el manual de la Iglesia primitiva llamado la Didajé (alrededor del 100 d.C.) que se debe hacer cuando no hay bastante agua corriente y fresca, o quieta y tibia para la inmersión? No sabemos. por supuesto. La Didajé pone muy en claro que la inmersión era la norma, pero también aclara que el acto mismo es más importante que la forma del bautismo. Aunque la Didajé no sea un documento bíblico. es un documento cristiano ortodoxo muy antiguo, y puede sernas útil al mostrarnos la manera como la Iglesia primitiva hacía ajustes pragmáticos en casos cuando las Escrituras no son explícitas. La práctica normal (regular) servía como norma, pero como era solamente normal, no llegó a ser normativa. Haríamos bien en seguir esta guía y no confundir lo normal con lo normativo.
Teniendo en cuenta estas observaciones generales, ofrecemos las siguientes sugerencias para la hermenéutica de los precedentes bíblicos:
1. Tal vez nunca sea válido usar una analogía fundada en precedentes bíblicos como autoridad bíblica para las acciones actuales. Por ejemplo, el vellocino de Gedeón se ha usado como analogía para conocer la voluntad de Dios. Como Dios condescendió misericordiosamente con la falta de confianza de Gedeón, también puede hacerlo con otros, pero no hay autoridad bíblica ni estímulo para tales acciones.
Asimismo, hay quienes defienden el bautismo del Espíritu Santo como subsiguiente a la salvación, fundados en la analogía de Jesús, quien nació del Espíritu y en su bautismo fue investido con el poder del Espíritu. Tal analogía, aunque parezca interesante, no es pertinente, pues la experiencia cristiana posterior es algo radicalmente diferente del nacimiento de Jesús por el Espíritu. Si todos los aspectos de la vida de Jesús fueran normativos para nosotros, se esperaría que todos muriéramos por crucifixión y resucitáramos tres días después.
2. Aunque no haya sido el propósito primario del autor, las narraciones bíblicas sí tienen valor ilustrativo, y algunas veces de "norma". En realidad, las personas del Nuevo Testamento usaron así ciertos precedentes históricos del Antiguo Testamento en ocasiones. Pablo usó algunos ejemplos del Antiguo Testamento como advertencias a los que tienen una falsa seguridad en su elección divina (1 Corintios 10:1-13), y Jesús usó el ejemplo de David como antecedente histórico para justificar lo que hacían sus discípulos en el día de reposo (Marcos 2:23-28 y paralelos).
Sin embargo, ninguno de nosotros tiene la autoridad divina para reproducir el tipo de exégesis y análisis analógico que aplicaron ocasionalmente los autores del Nuevo Testamento al Antiguo Testamento. Debe tenerse en cuenta, especialmente en casos cuando el precedente justifica una acción presente, que el precedente no establece una norma para la actuación especifica. Los hombres no deben comer ordinariamente de los panes de la proposición, o arrancar espigas de trigo el día de reposo para demostrar que éste fue hecho por causa del hombre. Antes bien, el precedente ilustra un principio con respecto al día de reposo.
Se advierte aquí que, para que un precedente bíblico justifique una acción presente, el principio de ésta se debe enseñar como propósito primario en otra parte. Por ejemplo, se abusa de este principio cuando se usa la limpieza que Jesús hizo del templo para justificar la llamada "indignación santa", usualmente un eufemismo para hablar del enojo egoísta. Por el contrario, se puede fundar debidamente la experiencia actual de hablar en lenguas, no sólo por precedentes (Hechos), sino también por la enseñanza sobre los dones espirituales en 1 Corintios 12-14.
3. En asuntos de experiencia cristiana, y aun más de práctica cristiana, algunas veces se pueden considerar los precedentes bíblicos como modelos repetibles, aunque no se consideren como normativos. Esto es especialmente cierto cuando la práctica misma es obligatoria, pero el modo no.
La decisión de si ciertas prácticas o modelos son repetibles o no, debe guiarse por las siguientes consideraciones. Primera, el caso es más definitivo cuando se encuentra solamente un modelo, y cuando éste se repite dentro del Nuevo Testamento. Segunda, cuando hay ambigüedad de modelos o cuando un modelo aparece sólo una vez, es repetible para los cristianos solamente si parece tener la aprobación divina, o está en armonía con lo que se enseña en otra parte en las Escrituras. Tercera, lo que está condicionado por la cultura, no es repetible en absoluto, o debe traducirse a la cultura nueva o diferente.
Así pues, según estos principios, se puede hacer una buena defensa de la inmersión como forma de bautismo, una defensa no tan buena de la celebración de la Cena del Señor todos los domingos, pero casi no se puede defender el bautismo de infantes (este, por supuesto, se puede defender a partir del precedente histórico de la Iglesia, pero no tan fácilmente por antecedentes bíblicos, que es de lo que se trata aquí).
No pretendemos haber resuelto todos los problemas, pero creemos que éstas son sugerencias útiles, y esperamos que le ayuden a usted a pensar exegéticamente y con mayor precisión hermenéutica al leer las narraciones bíblicas.