SQM El riesgo tóxico diario

EL PRIMER LIBRO MONOGRÁFICO EN ESPAÑA SOBRE UNA DE LAS ENFERMEDADES QUE MÁS HA SORPRENDIDO A LOS ESPAÑOLES EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS:

LA SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE

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SQM

El riesgo tóxico diario

La Sensibilidad Química Múltiple y otras enfermedades que la química produce en cientos de miles de españoles.

“SQM. El riesgo tóxico diario” ( 321 páginas ,impresas con tintas de baja toxicidad ) nos introduce, aunando el rigor con la claridad expositiva de un periodista, en una de las enfermedades más desconocidas por la población española. Una enfermedad impactante que hace que quienes la sufren no puedan exponerse a productos que el resto de la gente usa cotidianamente y que cree “inocuos” : fragancias, desodorantes, suavizantes,… Muchos españoles supieron de esta enfermedad al conocer, a través de los medios de comunicación, las peripecias de aquella chica valenciana a la que un constructor prestó su jet privado para ir a recibir tratamiento a los Estados Unidos.

Pero en España son miles de personas las que sufren las consecuencias de la Sensibilidad Química Múltiple, acaso la enfermedad más claramente asociada a la contaminación química de entre las existentes. Alguien ha llamado a los que sufren la SQM los “canarios de la mina” ,porque, como aquellos pájaros, sirven para dar la voz de alerta sobre un problema que, en realidad, afecta a muchísima más gente, aunque de formas no tan evidentes en principio. Muchas de las mismas sustancias que causan graves quebrantos a la vida de los enfermos de SQM han sido asociadas por muchos estudios científicos a las más diversas enfermedades: cáncer, asma, alergias, enfermedades auto-inmunes, Parkinson,… frecuentemente no a dosis altas, sino a niveles bajos de concentración.

Este libro, editado por la Fundación Alborada, entidad dedicada a promover la Medicina Ambiental, y cuyo autor es el de este blog, recoge muchos aspectos acerca de esta enfermedad (prima hermana, en muchos aspectos, de otras dolencias como el Síndrome de Fatiga Crónica o la Fibromialgia). Recoge historias de enfermos en primera persona, nos habla de los mecanismos de la enfermedad, de su incidencia, de su reconocimiento internacional, de sus tratamientos, de su prevención, de las sustancias químicas tóxicas responsables,… y concluye vinculando la SQM al contexto más amplio en el que se integra: la carga global de enfermedad que la polución química está generando.

El libro puede solicitarse a la Fundación Alborada , bien a través de su web:

O bien contactando con la Fundación Alborada en

Finca El Olivar, Ctra. M-600, Km 32,400, Brunete (Madrid) España

Dirección Postal: Apartado de Correos nº 75, 28690 Brunete (Madrid)

Correo electrónico: info@fundacion-alborada.org

Teléfonos: 918156838 y 918155074

INDICE

PRESENTACIÓN

PROLOGO

INTRODUCCIÓN

PERSONAS QUE SUFREN

Historias de afectados

(María Eugenia, Paqui, Octavio, José, Francisca, María, Beth, Isel, Francisco, Isabel, Juan, Consuelo, Mila, Judith)

¿QUÉ ES LA SQM?

MECANISMOS

BÚSQUEDA DE PARÁMETROS OBJETIVOS

INCIDENCIA

RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DE LA SQM

¿HAY TRATAMIENTO?

PREVENCIÓN

SUSTANCIAS INICIADORAS Y DISPARADORAS

PESTICIDAS

DISOLVENTES

PERFUMES, PRODUCTOS DE CUIDADO PERSONAL Y COSMÉTICOS

PRODUCTOS DE LIMPIEZA DEL HOGAR

OTROS ACTIVADORES

CONTAMINACIÓN ATMOSFERICA

RESISTENCIA DE LA INDUSTRIA QUÍMICA

TODOS SOMOS AFECTADOS

(LA SQM EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA QUÍMICA GLOBAL)

CARGA TOXICA

GEOGRAFIA DE LA ENFERMEDAD

EXPOSICIÓN LABORAL

DAÑOS HORMONALES

CÁNCER

ALGO MUY GRAVE ESTÁ PASANDO

UN NUEVO PARADIGMA

UN PROCESO A GRAN ESCALA

QUÍMICA DE LA TECNOSFERA VERSUS QUÍMICA DE LA BIOSFERA

ALARMA

CONCLUSION

ANEXO

FRAGMENTOS :

La química tiene un motivo, una misión, un objetivo, en fin,… una función y un sentido. Y la mente humana se ha atrevido y ha irrumpido en su morada alterando su contexto, su proporción y su ciclo de forma caprichosa y sin límites. Algunas de las cosas que ha creado son sin duda necesarias,… pero no el abuso, la falta de límites, la no previsión de las consecuencias, y el engaño de hacer creer que todo es necesario, adulterando sin duda el verdadero significado de la palabra necesidad.”

Dra. Pilar Muñoz Calero

Presidenta de la Fundación Alborada

…..“En este magnífico trabajo, Carlos de Prada rescata de las tinieblas de la desinformación y el desinterés dos cuestiones esenciales, cuando define la SQM como “la dolencia más directa y nítidamente asociada a la contaminación” y coloca su tratamiento en el sentido de una “lucha contra la invasión masiva de productos artificiales”.

Son presentados en forma documentada los datos que claramente nos muestran como los conceptos de esta enfermedad son extensibles a un vasto territorio de la medicina hasta llegar al planteamiento de un nuevo paradigma médico.

La obra no se limita a la descripción médica de la patología ambiental en general y la SQM en particular, sino que avanza con respeto y propuestas , clarificando la intrincada red laberíntica que rodea al enfermo, que es inteligentemente presentado como el emergente de una situación mucho mayor que lo envuelve y que nos atañe a todos. Las alergias, el cáncer y otras muchas situaciones clínicas con probable relación ambiental son enumeradas junto a la SQM de una manera que ayuda a nuestra comprensión. Sin complicaciones, es presentada de forma ordenada la compleja constelación de consecuencias donde debe investigarse la participación de los químicos sintéticos a los que estamos expuestos.

Esto sólo es posible lograrlo cuando la intención de ayudar es auténtica”….

Prólogo

Doctor Pablo Arnold Llamosas

Médico especialista en Inmunología y Medicina Interna. Experto en enfermedades ambientales como la Sensibilidad Química Múltiple.

…”Cuando en mayo de 1998 participé en la limpieza del vertido de Aznalcóllar, en el entorno del Parque Nacional de Doñana, fui una de las dos personas que manifestó un gran malestar. Sufría mareos, vómitos y fuertes dolores de cabeza, pese a llevar trajes especiales y utilizar mascarilla”

Maria Eugenia

(Afectada)

Un día, me enteré que aquel fin de semana habían fumigado el edificio por que había ratas en la biblioteca del sótano. Esa acción había pasado desapercibida para el gabinete de salud laboral, que no controló ni qué productos se utilizaron, ni en qué combinación, ni la cantidad de los mismos. El caso es que el lunes todos entramos a trabajar con absoluta normalidad. Pocos días después tuve una especie de crísis asmática. Desconozco si fue o no causada por aquella fumigación, pero hacía cerca de 20 años que no se me había reproducido. Había sido adicta al tabaco durante 25 años , hasta que una noche, precisamente por aquella misma época , sentí que aquel humo me estaba matando. Apagué aquel cigarrillo y no he vuelto a fumar desde entonces, hace más de 10 años”.

( … )

Actualmente estoy diagnosticada de fibromialgia severa, síndrome de fatiga crónica severa y sensibilidad química múltiple. El impacto de estas enfermedades en mi vida ha sido devastador. Después de una durísima lucha con los servicios sanitarios, inspecciones médicas, juzgados y un desembolso importante de dinero que ha minado de forma seria nuestra economía familiar, he conseguido que me reconozcan la invalidez permanente absoluta. Pero hasta que llegó la sentencia el camino recorrido ha sido doloroso, terriblemente demoledor física y psicológicamente. Y , a pesar de esto, la sentencia no recoge todas las patologías diagnosticadas. ¿Por qué?. ¿Es tanto el miedo a poner en tela de juicio nuestra “sociedad del bienestar”?”.

Paqui

(Afectada)

Durante diez años, trabajé en el departamento de mantenimiento de un centro comercial” –nos dice- “y uno de mis trabajos era aplicar insecticidas en dicho centro”.

( … )

Yo nunca imaginé que esto me podría causar ningún daño”.

( … )

Hoy han pasado doce años desde que enfermé del todo. Los problemas de salud persisten y se han agravado muchos. Por el momento solo hay medicación para suavizar algún problema, pero los daños son crónicos, sobre todo al nivel del sistema nervioso central. Pasados todos estos años, ya hay mucho aprendido por médicos e investigadores. La desgracia es que si hoy tu quieres comprar un spray con un pesticida organofosforado, solo tienes que ir a un supermercado. Y en las etiquetas no dice que puede costarte hasta la vida”.

Octavio

(Afectado)

Yo trabajaba en una cooperativa agrícola en la cual ,entre otros productos, vendíamos pesticidas para el tratamiento de las plagas en la agricultura. Allí estuve trabajando trece años hasta que empecé a notar una serie de síntomas como manchas y pérdida del vello en los brazos y las piernas, la vista que se me nublaba , los ojos que me picaban , vómitos muy frecuentes, sequedad en la boca, mareos , dolores de cabeza,…”

José

(Afectado)

Mi mundo se derrumbó y llegué a la conclusión de que era imposible vivir de esa manera. La sensación que tenía era que me estaba muriendo lentamente. Hasta la respiración era muy lenta y muy pesada, con mi cuerpo incapaz de reaccionar por la gran debilidad muscular y la gran extenuación que me acompañaban”

Francisca

(Afectada)

El Samur hizo un informe a asistencia social, y se me tramitó una ayuda domiciliaria para que viniera a diario a hacerme la compra, la comida y la casa. Yo, con lo independiente que era, tenía que dejar pasar a alguien a mi casa, me apeteciera o no. En septiembre de 2006, me incorporé al trabajo tras unas vacaciones de agosto sin hacer nada. La extenuación persistía. El taxi que cogí para el trabajo olía a puro y a ambientador. Me puse a morir.”

María

(Afectada)

Hago un repaso de mi historia, ahora que conozco la existencia de esta enfermedad. Mi primera exposición peligrosa a tóxicos fue con un tratamiento farmacológico para la sarna. Por error este tratamiento se prolongó demasiado y me intoxiqué con lindano y hexaclorobenceno, que son los componentes del fármaco comercial , también presentes en lociones anti-piojos. Entonces tenía 18 años y me pregunto si una consecuencia de aquello pudo ser la menopausia precoz que me sobrevino a los 25 años”

( … )

Vivo encerrada en mi piso, con las ventanas cerradas, y cuando salgo lo hago con mascarilla de filtro de carbono, lo que a veces no es suficiente ante el cúmulo de tóxicos que se almacenan en los lugares públicos”

Mis relaciones sociales y familiares se han visto afectadas por la incomprensión que genera esta enfermedad. Y cuando ,por el contrario, hay comprensión se piensa, no obstante, que es un problema serio, pero que solo atañe a los que somos sensibles y ,por tanto, los demás no tienen ningún problema en seguir exponiéndose a las miles de sustancias tóxicas que hay en nuestro mundo actual. Es una creencia generalizada que nuestro cuerpo evoluciona genéticamente. Que nos adaptamos al mundo tóxico que nos toca vivir, pero… ¡que mala suerte los que no nos adaptamos!”

Yo tengo el problema, pero los que me imponen sus sustancias tóxicas creen que no lo tienen. No lo relacionan con los problemas de asma y alergias de sus hijos, los trastornos hormonales, las enfermedades autoinmunes, las raras o rarísimas, los trastornos de conducta de los jóvenes, la hiperactividad de los niños, las depresiones generalizadas, los cánceres de todo tipo”.

Beth

(Afectada)

Me encuentro con la incomprensión social de las limitaciones que padecemos , puesto que las sustancias químicas tóxicas son tan habituales que una buena parte de la población las considera inocuas. No las perciben del mismo modo que yo, ni aún cuando las lleven encima. Y de las personas, objetos y ambientes en general emanan sustancias muy agresivas para mí. Sustancias que me producen dolores en el cuerpo, en una intoxicación reiterada. Puede que ni siquiera perciba el olor, pero comienza un dolor específico en la cabeza y en el cuerpo. Como si me constriñeran con correas y como si me frotaran con ortigas en los pulmones. Ardor intenso, quemazón. Luego viene un agotamiento general producido por la inflamación”.

Los productos dañinos se desprenden del mundo civilizado. Forman parte de los hábitos de los ciudadanos. Pero yo siento retroceder mi salud después de cada impacto. Es como si esas pequeñas dosis consideradas correctas por estar debajo de los límites permitidos, y que son los que comunmente se juzgan “tolerables” para las personas , pudieran intoxicarme abiertamente a mí. No me extraña que a veces, como he sabido, se nos denomine a los enfermos de SQM como detectores ambulantes o centinelas de la vida, pues nuestros cuerpos detectan lo que después de demuestra nocivo”

Isel

(Afectada)

…. “En 1997 Ziem y McTamney , daban esta descripción clínica “los pacientes con sensibilidad química tienen alteraciones orgánicas que afectan al hígado, sistema nervioso (cerebro, incluido el límbico, periférico y autónomo) , sistema inmune, metabolismo de las porfirinas , probablemente como reflejo de daños químicos sobre estos sistemas. Los resultados de laboratorio no son consistentes con un origen psicológico de la sensibilidad química”1.

Stanley M Caress y Anne C Steinemann , de la Universidad de West Georgia y de Washington, respectivamente2, resumen la dolencia ,basándose en datos de otros autores, apuntando que se manifiesta en un proceso de dos pasos3. El primer paso sería el de la iniciación , que es cuando la hipersensibilidad comienza a manifestarse. Puede tener lugar a consecuencia de una exposición aguda a un producto tóxico concreto, una exposición crónica a una o más sustancias, incluso a bajos niveles, o una combinación de ambas posibilidades4. El segundo paso sería el del disparador o desencadenante ,caracterizada por reacciones físicas adversas después de una exposición. Una vez que se ha desarrollado esa hipersensibilidad, los síntomas….”

…..”Los afectados del síndrome químico múltiple padecen síntomas muy diversos y frecuentemente variables que van desde fatiga a mareos, pérdidas de memoria, pasando por cambios de humor, alteraciones del ciclo menstrual, dolores de cabeza, debilidad, náuseas, insomnio, dificultades respiratorias, irritación de las mucosas, taquicardia, problemas gastrointestinales, dolores musculares y articulares y otros efectos, y la dolencia suele tener su base en una alteración inducida por sustancias químicas. El impacto sobre la calidad de vida de los pacientes puede ser tremendo. Se resumen en esta tabla los síntomas más frecuentes5:

SISTEMA NERVIOSO CENTRAL: Dolor de cabeza, fatiga, irritabilidad, pérdida de memoria y capacidad de concentración, disfunciones cognitivas, insomnio, cambios de humor, depresión y ansiedad.

MÚSCULOESQUELÉTICO: Entumecimiento, debilidad, dolor muscular, tensión muscular, falta de coordinación, dolor articular.

RESPIRATORIO: Dificultad respiratoria, tos, ronquera, otitis recurrente, rinitis, afonía.

CARDIOVASCULAR: Dolor pectoral, palpitaciones, ritmo irregular, taquicardia, hipertensión.

GASTROINTESTINAL: Espasmo esofágico, náuseas, vómito, diarrea recurrente, estreñimiento, cambios de apetito, anorexia.

PIEL Y MUCOSAS, OJOS: Prurito, irritación cutánea, hinchazón facial, dolor de garganta, irritación y dolor ocular.

GENITOURINARIO: Trastornos menstruación, vaginitis, dolor , disuria, retención urinaria,…..”

( … )

En algunos momentos hubo unos cuantos autores6 que quisieron lanzar la hipótesis de la que SQM pudiera estar ligada a factores psicológicos y que fuese un desorden idiopático el cual seria después somatizado7 o una respuesta condicionada, del estilo de las de Paulov8. Sin embargo, estos estudios fueron muy criticados por su debilidad metodológica, así como por su falta de datos anteriores al inicio de la enfermedad y por su parcialidad en la selección de los casos estudiados9. Es decir, no hay elementos consistentes para considerar que no estemos ante una enfermedad real, no debida a factores psicológicos, sugestiones, obsesiones y demás.

De hecho en los estudios realizados10, se ve que son pocas las personas químicamente hipersensibles que tenían problemas emocionales anteriores al inicio de sus síntomas (lo que dada la abundancia de personas con ese tipo de problemas psicológicos en la sociedad actual, no debe ser dejado de tener en cuenta). En uno de esos trabajos11 sólo un 1, 4% tenía un historial previo de problemas emocionales y un 37, 7% los desarrollaron después de aflorar los síntomas físicos. Era apreciablemente mayor el número de los que habrían manifestado tener estos problemas después de hacerse químicamente hipersensibles. Como dicen estos investigadores “la hipersensibilidad química es incongruente con desórdenes de origen psicológico”.

(…)

Teniendo en cuenta la alta prevalencia de la enfermedad ,a la que luego aludiremos con detalle, así como a otras cosas, la declaración de Consenso de 1994 de la American Lung Association , la American Medical Association, la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (Environmental Protección Agency) y la U.S. Consumer Product Safety Comission , insistió en que “las reclamaciones (por la SQM) no deben ser desestimadas como psicogénicas”12.

(…)

Donnay ,en 1999, citaba diversos estudios que mostraban fuertes grados de solapamiento entre tres enfermedades : Sensibilidad Química Múltiple (SQM), Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) y Fibromialgia (FM). Así, en uno de ellos se dio que un 67% de los que tenían SFC tenían también SQM13. En otro sobre pacientes con FM un 56% tenían también SQM14. Y en un estudio más afinado sobre estos solapamientos, y referido en concreto a pacientes con SQM, más allá de tasas muy altas que pueden darse puntualmente por diversas razones, se halló que un 47% de los pacientes con SQM, tenían a la vez SQM, SFC y FM, un 41% SQM y SFC, un 10% solo SQM, y un 2% ….”

(…)

……. “lista de múltiples síntomas objetivos y anomalías asociadas con la SQM, que recoge de la literatura científica publicada y que reproducimos a continuación:

Cardiacos:

Taquicardia, arritmia, prolapso de la válvula mitral, ecocardiograma anormal.

Cerebrales:

Reducción del flujo sanguíneo en SPECT y ondas alfa lentas en qEEG.

Circulatorios:

Vasculitis de los pequeños vasos sanguíneos y tromboflebitis no traumática.

Desintoxicación:

Funcionamiento alterado de la fase I (Cp450) y/o del patrón de la fase II.

Endocrino:

Variable hiper o hipo función del tiroides, las adrenales, y el eje HPA.

Enzimas:

Decrecimiento de superoxido dismutasa y glutation peroxidasa.

Ojos:

Fotofobia y lagrimales secos o llorosos.

Gastrointestinal:

Esofagitis y esófago de “nutcracker”

Immune:

Activación crónica de las células T , función alterada de las células NH, autoinmunidad variable y secreción reducida IgA.

Mastocitos:

Número incrementado pero especialmente también alta sensibilidad , anormales niveles de triptasa en suero (altos si la médula ósea es positiva para los mastocitos, bajos si no).

Minerales:

Numerosas deficiencias, especialmente de Zn , Mg, Se y Cu.

Musculoesqueléticas:

Fibromialgia, puntos dolorosos, flojedad y deformación en las articulaciones (double jointed)

Neurocognitivos:

Fallos de memoria, concentración y tiempos de respuesta.

Nariz:

Degradación del epitelio nasal , rinitis y sinusitis.

Metabilismo de las porfirinas:

Múltiples deficiencias enzimáticas en sangre, orina y heces.

Respiratorios:

Anomalías en la función pulmonar, respuestas asmáticas

Nervios sensoriales:…..”

(….)

En Junio de 2004 la revista americana Archives of Environmental Health recogía un estudio de Stanley M. Caress de la Universidad del Estado de West Georgia15 y de Anne C. Steinemann , de la Universidad de Washington16 en el que se pretendía llegar a una estimación de la prevalencia de la hipersensibilidad química y del diagnóstico médico de la Sensibilidad Química Múltiple en la población americana17. De paso también se estudió algo acerca de la etiología y la sintomatología de la SQM. Los investigadores hallaron que un 11, 2 % de los americanos entrevistados –pertenecientes a un amplio rango de edades- reportaban una inusual hiper-sensibilidad a productos químicos comunes tales como perfumes, emanaciones de pinturas, pesticidas y determinadas sustancias petro-químicas. Un 2, 5% reportaba haber sido diagnosticado médicamente con Sensibilidad Química Múltiple. Además, un 31,1% de aquellos reportaban reacciones adversas a ……”

(…)

…….. “hay estudios más detallados, referidos concretamente a la incidencia de la SQM en Alemania que cifran en un 9% las personas que se manifiestan en este país centroeuropeo con una especial sensibilidad hacia sustancias químicas y un 0, 5% las que han sido médicamente diagnosticadas con SQM18.

En España no se han realizado estudios epidemiológicos. J. Fernández-Solá y S. Nogué Xarau, del Hospital Clinic de la Universidad de Barcelona, al referirse a la prevalencia de la enfermedad, aluden a estudios como los de Caress y Steinemann para EE.UU., según la cual más de un 15% de la población presenta mecanismos de respuesta excesiva frente a algunos estímulos químicos o ambientales , comentando que en un 5% de casos estos procesos son claramente patológicos que superan la capacidad de adaptación del organismo y cursan con síntomas respiratorios, digestivos, cutáneos y neuropsicológicos, con frecuencia crónicos y persistentes19. Si realizásemos una traslación de esas cifras de incidencia de Estados Unidos,….”

…. “alude a los numerosos reconocimientos oficiales de la SQM “en la política, la investigación y las conferencias científicas” ,a las “docenas de autoridades federales, estatales o locales que han aceptado la SQM como una enfermedad y/o incapacidad reconocida que merece razonable atención en vivienda, empleo y ayudas públicas”. Insistiendo luego en ello al comentar como “desde finales de los años 80 docenas de agencias gubernamentales federales o estatales han reconocido la SQM de un modo u otro y han adoptado políticas para favorecer a sus propios empleados y/u otros con SQM. Nueve agencias federales y tres estados han invertido millones en la investigación sobre la SQM y patrocinado 13 conferencias sobre la SQM”20.

No puedo aquí, obviamente, seguir entresacando fragmentos al azar, de un libro en el que se abordan , de forma muy concentrada en sus 321 páginas, muchísimos aspectos ( médicos, sociales, legales, químicos, hablando de numerosas sustancias y enfermedades, pero especialmente de todo lo que rodea a la SQM…). Báste concluir con lo que resume el doctor Arnold en el prólogo:

Las páginas nos van explicando rigurosamente cómo el paradigma químico –análogo en muchas cosas con el infectológico- nos lleva a la ilusión de intentar curar el mal justamente con aquello que lo produce, distrayéndonos de la verdadera solución que es la prevención a través de una correcta regulación en la síntesis y manejo de sustancias, así como la toma de conciencia para evitar la exposición.

Este trabajo no es sólo una brillante enumeración de los distintos aspectos implicados en la polución química y la enfermedad, sino el osado intento del cumplimiento de una ética ineludible, orientado a preservar lo humano y garantizar su trascendencia.

Y si este libro, como dije anteriormente, lleva siempre como objetivo final a la persona, creo oportuno citar que no es posible hablar de ella sin considerar su ser más íntimo en relación con el medio que la rodea, pero al momento de escribirlo, se torna difícil describir la complejidad que ello supone. Carlos de Prada ha logrado hacerlo, permitiendo el disfrute –si cabe este término ante lo denunciado- durante todo el recorrido del texto”

1 Ziem, G. and Mc Tamney, J., Prolife of patients with chemical injury and sensitivity. Environmental Health Perspectives, (1997) 105 (2).

2 A National Population Study of the Prevalence of Múltiple Chemical Sensitivity. Stanley Caress; Anne C. Steinemann. Archives of Environmental Health; Jun 2004; 59, 6; ProQuest Medical Library pg. 300.

3 Miller C. Chemical sensitivity: history and phenomenology. Toxicol Ind Health 1994; 10 (4/5): 253-76

4 Miller C, Ashford N, Doty R,et al. Empirical approaches for the investigation of toxicant – induced loss of tolerance. Environ Health Perspect 1997; 105 (suppl 2): 515-9.

5 Unidad de Intolerancia y Sensibilidad Química Múltiple (I/SQM) del Instituto Ferrán de Reumatología. A nivel internacional la bibliografía recoge numerosas descripciones de los síntomas más frecuentes. Ver por ejemplo, Joffres MR et al. Environmental sensitivities: Prevalence of major symptoms in a referral center: the Nova Scotia Environmental Sensitivities Research Center Study. Env Health Perspect Vol 109.Num 2. February 2001.

6 Como se recoge en el estudio de Caress y Steinemann (2004)

7 Black D, Rathe A, Goldstein R. Environmental illness: a controlled study of 26 subjects with 20th century disease.JAMA 1990: 264:3166-70

8 Siegel S, Kreutzer R. Pavlovian contidioning and multiple chemical sensitivity. Environ Health Perspect 1997; 105:521-6.

9 Davidoff AL, Fogarty L. Psychogenic origins of multiple chemical sensitivities syndrome: a critical review of the research literature. Arch Environ Health 1994;49:316-25.Davidoff Al, Fogarty l, Keyl PM. Psychiatric inferences from data on psychological/psyquiatric symthoms in multiple chemical sensitivities syndrome. Arc Environ Med 2000; 55(31):163-75

10 Como el propio estudio ya referido de Caress y Steinemann (2004)

11 A review of a two phase population study of multiple chemical sensitivities. Environ Health Perspect 2003, Sept ; 111 (12):1490-7

12 ALA ,AMA, US EPA ,US CFSC, 1994

13 Buchwald D and Garrity. 1994, Comparison of patients with chronic fatigue syndrome , fibromyalgia , and multiple chemical sensitivities. Arch Int Med 154: 2049-2053

14 Slotkoff AT, Radulovic DA, Clauw Dj. 1997. The relationship between fibromialgia and the multiple chemical sensitivity syndrome. Scand J Rheum. 26: 364-367

15 Carrollton, Georgia.

16 Seattle, Washington

17 A National Population Study of the Prevalence of Múltiple Chemical Sensitivity. Stanley Caress; Anne C. Steinemann. Archives of Environmental Health; Jun 2004; 59, 6; ProQuest Medical Library pg. 300.

18 Hausteiner C, Bornschein S, Hansen J, Zilker T, Förstl H. Self reported chemical sensitivity in Germany: A population based survey. International Journal of Hygiene and Environmental Health. Vol 208. Issue 4. 20 july 2005. 271-278. No se conocen las cifras que deben haberse obtenido en un estudio realizado en Suecia (Instituto Karolinska) . En general , en Europa se ha estudiado poco la incidencia de esta enfermedad y es obvio que tal situación debería corregirse.

19 Fernández-Solá, J y Nogué, S. Sensibilidad química y ambiental múltiple. JANO 14-20 septiembre 2007. Nº 1.662. Pgs. 27-30.

20 Donnay AH. On the recognition of Multiple Chemical sensitivity in medical literature and government policy. Int. Journ of Toxicol. 18: 383-392. 1999. En MCS Referral & Resources se da mucha información acerca de los diversos reconocimientos, a diversos niveles, de la MCS.