Problemas 

Dador

Problemas del Dador

Francamente, hemos descubierto que quienes tienen el don de dar no tienen tantos problemas como los que tienen los demás dones motivacionales, pero mencionamos a continuación cinco problemas que ocurren de vez en cuando. Parece ser que los dadores se enfrentan principalmente a los problemas que tenemos todos, como el orgullo o la apatía.


1. Posiblemente trate de controlar la manera en que se utilizan las contribuciones.

Aunque quienes tienen el don de dar son generosos, también pueden dar con condiciones. Un ejemplo clásico es la persona que dona dinero para una nueva alfombra para la iglesia, pero quiere seleccionar ella misma el color. O la persona que da para comprar un piano, pero quiere encabezar el comité que lo seleccionará.


2. Tiende a presionar a otros para que den.

Así como los que tienen otros dones motivacionales, los dadores ven su don como el más importante. Ellos no entienden por qué otras personas no dan tanto como ellos, de modo que conciente o inconscientemente, pueden presionar a los demás.


3. Puede disgustar a sus familiares o amigos al dar de una manera impredecible.

Ya que los dadores dependen de la guía del Espíritu Santo, un observador imparcial podría decir que dan sin ton ni son. De hecho, el que los dadores den de una manera que pareciera ser caprichosa, puede llegar a irritar a sus seres queridos.


4. Tiende a consentir a sus hijos u otros familiares.

A los dadores les gusta tanto dar que pueden llegar a consentir a sus hijos, sobrinos, o nietos.


5. Puede usar el dar financieramente para evadir otras responsabilidades.

Algunas veces quienes tienen el don de dar creen que si proveen el dinero ya han hechos su parte.

A Jim le gustaba dar, pero también ganar dinero. Disfrutaba de su trabajo y a menudo trabajaba horas de sobretiempo. Cuando su iglesia a la que había asistido durante años anunció su plan para construir un edificio de iglesia, él contribuyo con una cantidad generosa. Pero cuando llegó la hora de levantar la estructura con voluntarios, Jim estaba "demasiado ocupado" parra ayudar. 

    Él se justifico diciendo que trabajaría horas adicionales los sábados mientras se construía el edificio para poder hacer una contribución adicional. Pero al poco tiempo el Espíritu Santo lo convenció y él reconoció que era simplemente que prefería trabajar en su oficina y no hacer labores físicas. Se arrepintió.

    Cuando llegó el siguiente sábado a la obra, se dio cuenta que era muy divertido trabajar con los otros hombres. Decidió que involucrarse personalmente también era una parte importante de dar.