Tras unos arduos días de trabajo y esfuerzo y el inevitable concierto que salió mejor de lo esperado, todo ese empeño realizado durante tantos meses ha dado sus frutos. ¡Hoy vamos a Berlín! Nos despertamos y desayunamos, y más tarde subimos en unos trenes, que nos llevaron al corazón de la capital.

Nos bajamos junto al muro de Berlín. Su historia se remonta a la Guerra Fría, propiciado por un enfrentamiento político, económico, social... Se construyó un muro para evitar que los habitantes de la parte comunista pasaran a la parte capitalista, donde se vivía mejor. 

Este monumento histórico y turístico el cual visitamos entre miles de turistas para sacarnos fotos en las pintadas más famosas, como la del beso de Leonid Brézhnev (líder de la Unión Soviética) y Erich Honecker (líder de la Alemania del Este), lo completamos uniendo ambos muros desde la zona muerta, entrelazando nuestras manos y sacando una bonita fotografía.

Recorremos el pintoresco mercadillo, y nos paramos en un puesto de discos de vinilo por un euro el disco, un buen chollo. Acabamos comprando bastantes, llevándonos Mahler, Tchaikovsky, Shostakovich, Brahms, Barenboim y Dvorak bajo el brazo. También compramos recuerdos para nuestros familiares y amigos.

Tras un rato, fuimos a comer a una hamburguesería la cual servía comida que estaba muy buena. Poco después cogimos otro tren y fuimos al centro de Berlín, en el que dimos una vuelta y fuimos a una cafetería, que estaba especializada en las berlinesas (dulce tradicional en Alemania parecido a un donut relleno sin agujero) .Tras un breve café fuimos a ver el ballet "El lago de los cisnes" en la Staatsoper. Probablemente el mejor concierto que hemos disfrutado hasta ahora. Todo estaba perfectamente coordinado, la orquesta perfecta, los/las bailarines/as moviéndose con gran elegancia, sincronización y soltura por el escenario. Fue una obra bastante cautivadora y emotiva, en la cual algunos de nosotros terminamos incluso llorando. Finalmente cogimos el metro para volver. Cuando nos bajamos, nos dimos cuenta de una cosa ¡Nos habíamos equivocado de parada! Pero no supuso un problema muy grande, teníamos que esperar al siguiente tren que pasaba en 20 minutos, así que aprovechamos para continuar con el blog. Al llegar a la residencia nos fuimos a la sala común y terminamos el blog del día de hoy. 

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