"Hoy es un día triste" pues se ha marchado el grupo de holandeses. La noche se ha aliado con el silencio transformando el hotel en pasillos lúgubres y vacuos, por lo que no tenemos más remedio que ponernos a escribir el blog bajo la luz mortecina. 

Hoy es también un punto de inflexión: ya son cinco los días (tempus fugit) que el Erasmus nos ha concedido y que de forma fugaz, pasan por delante de nuestros ojos.

Por la mañana, al igual que en los días anteriores, estuvimos estudiando para el instituto y recibiendo clases tanto individuales como grupales en la escuela. Este año los grupos de cámara estaban compuestos no solo entre los músicos de un mismo conservatorio (como el año pasado se hizo), sino también por músicos de la escuela alemana. Esto nos permitió desarrollar habilidades grupales, a enfrentarnos a una obra con tiempo límite (porque aunque las obras estaban estudiadas de antes, las agrupaciones no estaban completas), adaptándonos a situaciones diferentes e incluso afrontar retos y mayores contratiempos.

A cosa de las 14:00h, algo temprano, pero con una buena excusa, fuimos a comer al Restaurante Royal Garden Berlín (de comida china), en el que decidimos optar por un buffet libre que, para sorpresa de todos, estaba delicioso. El almuerzo salió bastante económico 15,50€, a excepción de las bebidas, que aunque decidimos beber agua, la botella era cara (pagando 35€ por 5 botellas de 0.75 litros).

Después de una siesta reparadora en la residencia, para propagar la cultura española por el norte de Europa, salimos hacia un concierto de piano y orquesta de cuerda. Hoy es un día para sorprenderse de hasta qué grado de perfección puede llegar un músico. La orquesta "Amsterdam Sinfonietta" tocaba fantásticamente; Bruce Liu, el pianista ganador del concurso de Chopin en 2021, del cual no hay palabras para describir su interpretación. Nos obsequió con un bis final, igual de increíble. El abismo que nos separa es inabarcable: la musicalidad, la técnica, la coordinación... Además la sala "Konzerthaus Berlin" era preciosa, muy elegante y con una gran sonoridad. 

Finalmente, hoy es un día de reflexión, sobre como imaginamos la música en nuestras vidas futuras y de cuánto estamos dispuestos a luchar por conseguir nuestros sueños, y quizás, solo quizás, dentro de muchos años o dentro de pocos, pisemos las míticas tablas de los escenarios que estamos admirando, siendo aclamados por el público.