Caracterización del Centro de Prácticas

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La realización de nuestras prácticas de formación profesional se desarrolla dentro del Movimiento Patria Grande–CTA (Central de Trabajadores Argentinos) Regional Sur; se trata de una central obrera nacida a partir de la separación de un grupo de sindicatos de la CGT –Confederación General de Trabajadores-, compuesta también por movimientos sociales no sindicalizados. Dicho Movimiento, se encuentra en la plaza recuperada y fundada por lxs integrantes del mismo que le dieron el nombre “Néstor del Sur”; la misma -que era anteriormente el basural del barrio- se encuentra ubicada en las calles 117 y 600 de la localidad de Villa Elvira y es el espacio físico del centro de prácticas compuesto por una organización de vecinxs y delegadxs, en su mayoría migrantes paraguayxs, así como también referentes de la CTA.

Se trata de un movimiento social definido por un referente como “(...) una organización política, una herramienta que permite encontrarse con otros compañeros y otras compañeras con un fin común. Que tiene diferentes aristas, la cuestión organizativa, la cuestión política, la cuestión social, la cuestión solidaria, la cuestión cotidiana del día a día de ir bancando lo que pasa en ese territorio, en ese momento y en ese lugar dado como también la posibilidad de armados, por decirlo de alguna manera, armados que trascienden a ese lugar específico que tienen que ver justamente con esto (…) es una herramienta, una organización que permite luchar por los derechos y pelear día a día por lo que nos corresponde para vivir dignamente”.

Dentro del Movimiento se desarrollan y ejecutan diferentes programas, proyectos y actividades que funcionan como dispositivos articuladores entre lxs miembrxs de la comunidad y el mismo, entre ellos podemos mencionar:

  • Asamblea (sábados a las 15 hs.)

  • Copa de Leche (Sábados 10 hs. y 17 hs)

  • Comedor (lunes, miércoles, viernes y sábados a las 13 hs.)

  • Plan Fines (martes a jueves de 17 a 21 hs.)

  • Cooperativa de producción y venta de empanadas (en CTA los martes, los jueves en la FTS y los sábados en la plaza del barrio Guaraní).

  • Cooperativa Somos Futuro (ex Argentina Trabaja).

Por otro lado, el Movimiento social Patria Grande, es el escenario para múltiples actividades en el marco de proyectos de extensión universitaria como Murguita del Sur (sábados 11 hs.) y Biblioteca pluricultural-Juegoteca (sábados 13 hs.), proyectos de extensión de la Facultad de Trabajo Social donde se realizan las prácticas de segundo año de la cátedra de Trabajo Social II; revisión odontológica por un proyecto de extensión de la Facultad de Odontologia (martes de 8 a 13 hs.); y, partir de mediados de año, se comenzó con un proyecto de extensión dependiente de la carrera Educación Física de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación como así también y se comenzó a dictar un curso de manipulación de alimentos.

En relación a los recursos humanos y materiales disponibles con los que cuenta la institución nos resulta importante mencionar que El Movimiento adopta una estructura económica contenida dentro de la economía social, popular, solidaria y la autogestiva. Entendemos a este tipo de economía un modo de producción alternativo a la economía de mercado capitalista, donde lxs actorxs sociales son quienes se encargan de todas las fases del proceso productivo (producción y distribución). Son estrategias comunitarias basadas en una sociedad integrada para enfrentar el creciente desempleo, aumento de la pobreza y exclusión social ante la desidia de un estado neoliberal. Así mismo, lxs vecinxs se han organizado bajo un sistema de aportes mensuales voluntarios y solidarios, y la CTA por su parte, aporta algunos de los insumos de alimentos necesarios para el funcionamiento del comedor.

En referencia a los recursos humanos, las vecinas y los vecinos, lxs referentxs universitarixs y lxs referentxs de la central gremial son lxs que ocupan los lugares fundamentales para la organización de las actividades. En este sentido, la motivación hacia lxs nuevxs vecinxs a la participación, sobre todo a aquellxs que reciben los beneficios de los programas, proyectos y actividades, es un tema recurrente en cada una de las asambleas.

Como mencionamos anteriormente, todos los sábados se lleva a cabo la asamblea; el espacio asambleario es el ámbito de organización política y social donde lxs vecinxs del “barrio Guaraní” depositan sus preocupaciones, malestares, alegrías y trazan las estrategias para atravesarlas. Las necesidades traducidas en demandas que recuperamos mediante los diferentes recursos metodológicos explicitados previamente, pueden expresarse en hambre y emergencia alimentaria, desempleo, problemas de vivienda y abrigo (sobretodo luego de temporales e inundaciones). Por otro lado, en relación a barrios aledaños -como por ejemplo “Villa Aburridita”-, la asamblea también recibe a compañerxs que llevan las problemáticas particulares de sus territorios como desalojos, para pensar conjuntamente medidas solidarias de lucha y resistencia.

Para el abordaje de los problemas que se manifiestan en el Movimiento Patria Grande, lxs actorxs que lo constituyen despliegan diversas estrategias, a saber: el funcionamiento del comedor y la copa de leche cuatro veces por semana al cual acuden un promedio de entre 40 y 50 familias de la comunidad; recolectan, seleccionan, clasifican y distribuyen ropa y calzado tanto a niñxs como a adultxs, y gestionan materiales, chapas, colchones, frazadas, etc. ante eventuales -pero recurrentes- ocasiones de inundaciones y desbordes cloacales. Estas actividades son sostenidas concurrentemente, acompañadas de medidas de lucha y organización como movilizaciones populares. Con respecto a esto, el movimiento impulsa movilizaciones como así también adhiere y acompaña las de la CTA.

En relación a las movilizaciones, cabe destacar que con El Movimiento participamos activamente de la marcha “El hambre es un crimen” (marcha convocada por organizaciones de niñez que denuncian el recrudecimiento de las políticas punitivas contra la infancia y el “vaciamiento” de los programas de contención para niñas, niños y adolescentes), acompañando de esta manera el trabajo que como estudiantes de Trabajo Social II veníamos realizando junto con lxs niñxs que forman parte del Movimiento, motorizamos con diversas actividades en torno a los derechos de lxs niñxs, la identidad cultural y el armado de carteles con consignas que daban cuenta del reclamo de la marcha.

La apertura del comedor fue una cuestión clave en El Movimiento, ya que la emergencia alimentaria se presenta como una importante problemática que afecta la comunidad en la actualidad, “hace dos años atrás nosotros no teníamos un comedor. No teníamos la necesidad de abrir un comedor. (...) Con el cambio de gobierno, la necesidad ya no fue el tema de la guardería sino una necesidad mayor, un comedor” manifiesta E. y continúa diciendo que tienen dos tachos grandes donde cocinan “y a veces no alcanza porque a parte de venir a comer vienen con su tupper, supongo que se llevan ya para la noche, entonces no nos alcanza”. Podemos pensar que muchas familias del barrio comen únicamente lo que ofrece El Movimiento, lo que cristaliza la dificultad general que atraviesa la comunidad en relación a la satisfacción de una necesidad básica como lo es la alimentación.

La Mesa Barrial comenzó a funcionar en Villa Elvira desde aproximadamente cinco años atrás y se trata de una coordinación entre distintas organizaciones políticas, sociales y educativas; este espacio heterogéneo se fundó con el fin de abordar y relevar problemáticas comunes en los distintos barrios de la localidad atravesados por la falta de políticas públicas en relación a niñxs y jóvenes, educación, salud, transporte, servicios básicos, adicciones y otras dificultades que enfrentan lxs pibxs en cierto contexto de vulnerabilidad social.

Es importante destacar las relaciones que se establecen con los centros de extensión universitaria, siendo estos de gran inserción territorial y un componente elemental del Movimiento ante las diversas problemáticas emergentes en de la coyuntura y en la vida cotidiana. En 2013 la Universidad Nacional de La Plata inaugura un centro comunitario de extensión en Villa Elvira (600 y 117), en el Movimiento; se trata del ya mencionado anteriormente Centro Comunitario Nº 7, conocido como "At y Guasu Ñande Japahape" (‘reunión grande donde entran todos’).

Según la página de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), “los centros comunitarios de extensión son espacios construidos colectivamente de contención y respuesta a las problemáticas concretas de los vecinos, de ahí la importancia de fortalecer y articular. Este subprograma se propone aportar a la construcción territorial de las alternativas vinculadas al abordaje de las problemáticas sociales.” (https://unlp.edu.ar/centros_comunitarios; 10/2018)

En este sentido, El Movimiento Patria Grande – CTA articula con la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata a través de dos proyectos de extensión (en los cuales nos ha tocado insertarnos): por un lado, la Murguita del Sur y, por el otro, la Biblioteca y Juegoteca de la Patria Grande-

El proyecto de la ”Murguita del Sur” (sábados 11 hs) se inició en el año 2017, producto de la necesidad del grupo de prácticas de ese mismo año de incorporar un espacio de participación destinado a lxs niñxs y jovenxs. Asimismo, el proyecto de construcción de una Biblioteca y de una Juegoteca de la Patria Grande (sábados 13 hs) también se inició en mismo año y se encuentra en desarrollo actualmente; aquí se apuntará a crear espacios que recuperen la interculturalidad presente en lxs chicxs y la idea de identidad a través de los juegos y de una literatura atravesada por el idioma guaraní. Como se mencionó anteriormente, ambos son proyectos de extensión de la Facultad Trabajo Social y serán nuestras líneas de inserción territorial como estudiantes de segundo año en nuestras prácticas de formación profesional.

Según la página de la UNLP, nuestra Universidad reconoce como una de sus funciones primordiales la extensión universitaria y la entiende como “un proceso educativo no formal de doble vía, planificada de acuerdo a intereses y necesidades de la sociedad, cuyos propósitos deben contribuir a la solución de las más diversas problemáticas sociales, la toma de decisiones y la formación de opinión, con el objeto de generar conocimiento a través de un proceso de integración con el medio y contribuir al desarrollo social” (https://unlp.edu.ar/proyectosext/programas_y_proyectos-3786)

Por otro lado, también cabe resaltar que El Movimiento articula con el Consejo Social y con la Prosecretaría de Políticas Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, la finalidad de la mencionada prosecretaria es aportar a la construcción de la agenda pública en una primera instancia, y a la gubernamental en una segunda; a la formulación de alternativas en el momento del diseño de las políticas sociales. Estableciendo, de esta manera, una articulación entre Comunidad y Universidad donde esta última se propone -mediante el Consejo Social- enriquecer el proceso de retroalimentación entre la Universidad y la Comunidad, orientado por la defensa y recuperación de los derechos esenciales de todo ser humano.

Su agenda de trabajo ha ido creciendo a lo largo de los años y actualmente cuenta con seis Comisiones permanentes de trabajo que abordan temas diversos como: el acceso a la Tierra y a la Vivienda, la Economía Social y Solidaria, Salud, Niñez y adolescencia, y la Inclusión Educativa. El Consejo Social se postula como una herramienta, articuladora, propositiva y eficaz que está preparada, entre otras cosas, para hacer frente a situaciones de emergencia social. (https://unlp.edu.ar/consejo_social/consejo-social-7944)

“Los Proyectos de Extensión son instrumentos de planificación a través de los cuales se generan procesos de educación no formal, que las Unidades Académicas, a través de los conocimientos acumulados y la capacidad de sus docentes, investigadores, alumnos y no docentes, comparten con la comunidad a la cual van dirigidos. Los esfuerzos de transformación social y cultural, divulgación científica, desarrollo tecnológico y comunitario, que permita a la sociedad mejorar su calidad de vida, constituyen una de las prioridades fundamentales de la Universidad Nacional La Plata. Estos proyectos están atravesados y vinculados por la juventud, la niñez y la infancia, la identidad, la participación y la organización colectiva.” (https://unlp.edu.ar/proyectosext/programas_y_proyectos-3786)

Historia del Movimiento Patria Grande CTA : surgimiento y actualidad

A partir del relato que recuperamos de dos de las referentas y delegadas del Movimiento, E. y F., luego de la entrevista que les realizamos, y de la lectura de un artículo sobre la institución, podemos determinar que desde el año 2004 el Movimiento Patria Grande se encuentra trabajando en Villa Elvira. En aquel momento, luego de una situación de discriminación ocurrida en un Hospital de la Ciudad, “los vecinos convocan a la Secretaría de Acción Social de la CTA Provincia de Buenos Aires para acompañar en el proceso de restitución de derechos. A partir de allí el movimiento sienta sus bases en el territorio y comienza a funcionar a través del espacio asambleario, órgano fundamental donde hasta la actualidad se socializan las actividades y se toman decisiones. El espacio de la asamblea resulta fundamental para el Movimiento y se constituye en el escenario central de la toma de decisiones. Si bien, a la fecha dicha organización cuenta otros espacios tales como el comedor, la copa de leche, el Plan Fines, espacios de recreación y es Centro Comunitario de Extensión de la UNLP, en la asamblea participan todos los compañeros y compañeras del Movimiento, otras organizaciones, representantes de instituciones y vecinos y vecinas del Barrio. Asimismo, es el espacio donde se toman las decisiones y se definen las acciones a seguir tanto a nivel local como regional…” (http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/63832)

En nuestro primer acercamiento al Movimiento (12 de mayo de 2018), nos encontramos participando en el espacio de asamblea que se lleva a cabo todos los sábados a las 15 hs, donde se debaten problemáticas o cuestiones organizativas en general. En este tipo de espacio de organización pueden participar tanto compañerxs del Movimiento, como vecinxs, integrantes de la CTA o cualquier otra persona que tenga interés de ser parte, dado que es un espacio abierto en el que todas las voces tienen valor. Según Estela, “esta asamblea es importantísima porque es ahí donde surge cada necesidad, cada problemática que hay en el barrio y se debate de qué manera podemos luchar, buscar la solución, buscar ayuda para poder estar mejor.”

Este espacio asambleario lo relacionamos como una forma de acción colectiva, considerado por Melucci como “… resultado de intenciones, recursos y límites. Una orientación intencional construida mediante relaciones sociales desarrolladas en un sistema de oportunidades y relaciones. (…) Los individuos que actúan colectivamente “construyen” su acción mediante inversiones “organizadas”: esto es, definen en términos cognoscitivos el campo de posibilidades y límites que perciben, mientras que, al mismo tiempo, activan sus relaciones como forma de dotar de sentido a su “estar juntos” y a los objetivos que perciben”. (Melucci;1994: 157)

Fue en esa primera asamblea en la que participamos donde se debatió acerca de la inundación que se había sufrido días anteriores, con la intención de dar respuestas y soluciones. Cabe destacar, que el barrio se encuentra atravesado por el Arroyo Maldonado, que se desborda con frecuencia por falta de saneamiento. Lxs vecinxs de Villa Elvira se ven frecuentemente afectadxs por inundaciones y continúan siendo ignoradxs por el Estado, pese a las reiteradas demandas de la comunidad.

En las asambleas tras las distintas inundaciones ocurridas en el barrio, las vecinas y vecinos del barrio comenzaron a pensar estrategias de organización con lxs demás vecinxs afectadxs. Manifestarse frente a Casa de Gobierno ha surgido como respuesta, en reclamo de soluciones a esta problemática recurrente; desde el Movimiento también se ha organizado la entrega de agua, lavandina, leche y ropa, con aporte de la Universidad Nacional de La Plata, la Facultad de Trabajo Social y la sociedad civil. De acuerdo a los recursos con los que cuentan, van desarrollando modos de apoyar y solidarizarse con todxs lxs afectadxs. En este sentido, se configura como un hecho particular que visualiza la importancia que tiene el Movimiento Patria Grande para la comunidad ya que más de cien familias fueron apoyadas con estas donaciones, también con ropa y calzado.

También es en este espacio de asamblea donde se discute y problematiza la situación nacional. Pensamos entonces en la importancia que tiene la asamblea como espacio de participación, en donde se debate y se discute sobre diferentes temas, en donde las vecinas y los vecinos acercan sus problemáticas y en donde siempre se busca cómo dar una solución. Observamos que se da una fuerte solidaridad en este espacio, en especial por parte de las compañeras y compañeros del Movimiento. “Desde la intervención en los espacios microsociales, la mirada a la cuestión de la solidaridad permite reflexionar acerca de los lazos sociales y de la sociabilidad que estos fomentan. (...) Visualizar los lazos sociales desde las relaciones informales que se construyen en el espacio de la vida cotidiana” (Carballeda; 2012: 124)

Luego esa primera entrevista realizada a E. y a F., logramos tener un acercamiento a la historicidad del Movimiento, como se mencionó anteriormente, el mismo surge en el año 2004 por vecinxs autoconvocadxs y decididxs a resolver una problemática común que atravesaba la completitud de su vida cotidiana, implicando su vida social, civil y política; apoyándonos en la definición de vida cotidiana de Agnes Heller, entendemos que es el lugar de cercanía que permite acceder al mundo microsocial. De tal modo, la vida cotidiana es una esfera en la que pueden ser comprendidas las interrelaciones del mundo económico social y la vida de cada persona. La negativa e imposibilidad para adquirir el documento nacional de identidad argentina era la única respuesta del Estado ante una comunidad de más de 70 familias paraguayas que se asentaban en el barrio el Palihue, mientras construían de esta manera los comienzos del Barrio Guaraní o “Barrio Alegre” así autopercibido por las vecinas y los vecinos del lugar. “Los vecinos fuimos abriendo el barrio”, comenta Estela.

Gracias al asesoramiento de una compañera de la CTA comenzaron a reunirse en espacios de carácter asambleario y pasaron de una asamblea original de 70 vecinxs realizada en la casa de una de ellas , a tener entre 5 y 7 núcleos asamblearios dispuestos en diferentes puntos del barrio. No consideramos que sea un dato menor, debido a que luego de tantos años de organización la asamblea sigue siendo el espacio de comunicación y de toma de decisiones que se mantiene hasta la actualidad. En esta asamblea realizada semanalmente, se encuentran lxs actorxs barriales, allí se plantean los problemas a resolver y se discuten las estrategias a seguir en torno a la lucha y a la organización.

Las primeras problemáticas que sirvieron como motor del Movimiento, identificadas por las referentas, fueron el idioma y la movilidad. La primera, para la comunicación básica con lxs vecinxs; la segunda, en materia de accesos urbanos, ya que no sabían cómo llegar a los principales centros administrativos-burocráticos de la ciudad a realizar los trámites que necesitaban.

Como ya mencionamos anteriormente, nos insertamos en El Movimiento como grupo de prácticas de segundo a través de dos proyectos de extensión (Biblioteca-Juegoteca y Murguita del Sur); del mismo modo, también ya mencionamos que para entender el proceso de inserción retomamos la definición de Rozas Pagaza, que lo define como “... un primer acercamiento a la trama social que los sujetos establecen en su vida cotidiana con relación a la satisfacción de sus necesidades. El significado metodológico de este momento consiste en iniciar el conocimiento de dicho contexto particular, a fin de establecer una ubicación profesional y una mirada estratégica de dicha ubicación." (1998: 77)

Nuestro proceso de inserción se ha configurado en una comunidad paraguaya que nos ha permitido ubicarnos frente a lxs referentxs del Movimiento Patria Grande, frente a lxs niñxs que participan de los encuentros en el Movimiento y comparten el espacio de la Plaza Néstor del Sur, con lxs profesionales de las instituciones de salud y educación de Villa Elvira, con lxs grupos familiares de algunxs niñxs, y con cada vecinx que participa en las asambleas realizadas en el Movimiento.

Este proceso de inserción lo hemos desarrollado desde principio de año, desplegando distintas herramientas metodológicas para llevarlo adelante, planificando y realizando un diagnóstico del campo problemático frente al cual nos insertamos. Nos apoyamos en la concepción de Rozas Pagaza acerca del diagnóstico cuando lo explica como el “...momento de síntesis de un proceso de conocimiento que se ha ido generando desde la inserción profesional en el contexto particular de la intervención, con el fin de indagar sobre el problema objeto de intervención…” (1998: 84). Comprender la complejidad de “lo social” y lograr una intervención crítica, fundada, es importante en instancias como éstas, donde poder realizar un diagnóstico implica procesos cognitivos que comienzan en la inserción, se van desarrollando a lo largo de ella y se van profundizando en las reflexiones y comprensiones acerca de las problemáticas que suscitan en el campo y que despliegan dimensiones y características particulares.

En la actualidad, las problemáticas que surgen del relato de las referentas son: la droga; el hambre y la desocupación laboral -acrecentando notoriamente en los últimos dos años-; la falta del sistema cloacal, que genera el desborde de los pozos ciegos construidos en los patios de las viviendas en días de lluvia. Por otro lado, la falta total de servicios públicos como el gas y la luz no representa un problema inmediato, debido a los altos costos mensuales que estos significan. Es decir, no cuentan con los recursos económicos suficientes para cumplir con los requisitos de instalación y tampoco para su mantenimiento. Por esa razón, “por el momento” prefieren estar “colgadxs” del tendido eléctrico municipal y abastecerse de gas envasado en garrafas.

Frecuentemente integra el temario asambleario, las dificultades que tienen las compañeras de Patria Grande para llevar adelante el comedor y la copa de leche por la falta de recursos. Según E. “eso es lo más complicado de llevar adelante, no por falta de personas que lo banquen sino por el tema de recursos. No tenemos fondos para solventar los gastos de lo que es carnes y verduras, porque lo que es alimentos si, recibimos de la CTA y vamos zafando con arroz, fideos, polenta que tenemos. El tema es la compra de verduras y carnes para poder hacer la comida.”

Como agravante se presenta una nueva dificultad: los alimentos que proveía Desarrollo Social al Movimiento y a otras organizaciones de la provincia deben ser retirados en Morón, lo que implica costos adicionales de transporte para ir a buscarlos. Estos costos no logran ser cubiertos por el aporte de lxs compañerxs de Patria Grande a la organización, lo que implica que en caso de no conseguir el dinero necesario, como sucedió en el mes de septiembre, no podrán contar con ellos para el comedor ese mes.

En continuidad con esta problemática alimenticia, a la cual nosotrxs catalogamos como emergencia alimentaria dentro del barrio, nos hemos encontrado con niñxs que encontraban diversión cazando palomas y otras aves, pero que sin embargo luego nos contaban que las cazaban porque “después las comemos”.

En relación a esto, P. sostiene que “el hambre hoy es el punto número uno. El comedor es el punto número uno. (…) Hay cada vez más familias que están pidiendo un plato de comida. Que la organización no está pudiendo, como todas las organizaciones, no están dando abasto con la demanda que hay”. P menciona la falta de trabajo y el aumento de los precios como principales causas de la imposibilidad de satisfacer la necesidad básica de la alimentación que está sufriendo la región en la actualidad.

Al igual que comentaban E. y F. en la entrevista, se refiere a las dificultades que a su vez atraviesa el Movimiento para lograr satisfacer la demanda de todas las familias que se acercan al comedor. La falta de recursos hace que las compañeras no puedan lograr preparar comida suficiente para la cada vez mayor cantidad de personas que se acercan a comer a Patria Grande.

Tanto para F. como para E., no es que el Estado se encuentra de manera ausente sino que, dicho por sus palabras, ”no es que el Estado no existe, nosotros no existimos para él”; y a continuación mencionaron su preocupación por las condiciones en que se encuentra “el arroyito” dispuesto en 116 bis de 99 a 604 donde creen necesario de manera urgente la inversión en obra hidráulica para la contención del mismo por el peligro que implica para la vida de lxs vecinxs, especialmente de las niñas, los niños y lxs adolescentes que transitan cotidianamente.

Tomándolo en palabras de Margarita Rozas, “las acciones del Estado en materia social se basan en una tendencia a puntualizar, a clasificar y a establecer de manera estática los ‘problemas sociales’... Direcciona la institucionalidad del Estado en tanto existen definiciones y decisiones para la jerarquización y solución de dichos “problemas” y en tanto ella no afecta las condiciones de reproducción del capital.” (Rozas Pagaza: 05)

Para la realización de las actividades en conjunto con las facultades tanto de Trabajo Social como de Odontología, pero especialmente para llevar adelante el comedor que funciona los días lunes, miércoles, viernes y sábados, los costos los cubren con la colaboración de las delegadas y las cooperativistas. Con respecto a los insumos del comedor, no están pudiendo cubrir los gastos de verduras y de carne para una alimentación equilibrada y saludable, sólo cuentan con los insumos de alimentos no perecederos provistos por donaciones.

Otra forma de organización para solventar los gastos es la cooperativa de empanadas del Movimiento, la cooperativa de la Argentina Trabaja (Hacemos Futuro), los compañeros que están allí (10 más o menos) hacen un aporte mensual de 200 pesos y lo recaudado va para la compra de los insumos para el comedor. En este sentido, resulta de vital importancia la tramitación de la renovación de la personería jurídica del Movimiento, problemática que se está tratando en la asamblea en estas instancias.

A su vez, podemos deducir por propias conclusiones -prematuras quizás- y también por textuales palabras y sentimientos de las entrevistadas hasta el momento, que El Movimiento Patria Grande realiza significativos y trascendentales aportes a la comunidad: ha participado en las medidas de lucha adoptadas por compañeros y compañeras de otros barrios y movimientos ante las mediaciones y amenazas de desalojo; funcionaba como “jardín maternal y guardería” para que las madres del barrio pudieran dejar a sus hijos e hijas y concurrir a su lugar de trabajo; guardería que debió ser reemplazada por el comedor comunitario antes mencionado por la nueva coyuntura socioeconómica y política nacional. También aportaba su lugar físico para el curso de Cuidadores Domiciliarios, al cual se anotaron 50 compañeras y 45 de ellas han podido obtener un trabajo formal y registrado.

Otro gran aporte a destacar es que organizados y organizadas han llevado adelante jornadas de limpieza exhaustiva del terreno ubicado en 600 y 117 que constituía el escenario de un basural y lo convirtieron en la única y principal plaza del barrio, la ‘Plaza Néstor del Sur’. Espacio que los niños, las niñas y lxs adolescentes toman como lugar común de encuentro, aprendizajes y sociabilidad, y donde los adultos y adultas además de fortalecer igualmente los lazos sociales y de cooperación como integrantes de una comunidad, trazan estrategias solidarias de organización y de lucha.

Lo mencionado anteriormente se ve reflejado de manera teórica a través de la definición del concepto de “comunidad” que trabaja André Gorz, quien manifiesta que “la sociología designa, por lo general, un agrupamiento colectivo cuyos miembros están ligados por la solidaridad vivida”. Este concepto tiene un fundamento factual: descansa sobre algo que reconoce que cada unx tiene en común con todxs lxs otrxs miembros, que puede ser una unión por origen o de nacimiento (su lengua, su cultura, su país; en el Movimiento, la unión está dada por el guaraní como su lengua y Paraguay como el país de origen) o porque así lo decidan, una unión por el bien común, en ambos casos, se trata de lazos existenciales, vividos. La comunidad, dentro del entramado social, aparece como el marco natural de una democracia de proximidad, fundada sobre una participación más activa, al mismo tiempo que como una manera de resolver el desafío de “cómo lograr su integración y afirmar su identidad sin negar la diversidad de sus componentes”.

Este espacio microsocial, la Plaza Néstor del Sur, se compone principalmente como espacio físico de nuestro centro de prácticas. Como ya hemos dicho, intervenimos en él mediante dos líneas de inserción (Murguita y Biblioteca); somos dos grupos heterogéneos en constante discusión acerca de la transversalidad que caracteriza a nuestras prácticas profesionales. A medida que la fuimos transitando, haciéndonos de a poco parte y pertenencia, logramos ir identificando distintas cuestiones que nos llamaron la atención y que considerábamos importante.

Cuando hablamos de transversalidad nos referimos a distintas variantes que atraviesa todo este conjunto de prácticas que nos ha costado poner en orden y asimilar. Entendemos que nos situamos dentro de un espacio de lucha, organización y contención, que está conformado hoy en día por adultxs y niñxs que provienen de una determinada nacionalidad, pertenecen a un determinado sector de la sociedad, habitan determinados territorios y viven -o sobreviven- determinadas circunstancias sociales, políticas y económicas. De este modo, entendemos que nos estamos insertando en un territorio que atraviesa problemáticas que hasta el momento no han recibido la respuesta de un Estado; ya que debería encargarse de que lxs habitantes tengan condiciones dignas de vida y, en cambio, reciben estigmatización, ausencia, destrozos y tristeza.

Desde nuestras prácticas profesionales, logramos conocer al Movimiento Patria Grande como un espacio de organización, lucha y contención contra todos los amedrentamientos, pero también fuimos identificando a lo largo de nuestras concurrencias, presencias y desenvolvimiento, distintas problemáticas. Hemos logrado resignificar procesos que se nos han dado al interior de las prácticas profesionales en el contexto de la interacción con lxs actorxs de la intervención. En este sentido, reflexionamos acerca de cómo se sitúan las referentas frente y dentro de un movimiento social-sindical, frente y al lado de lxs niñxs que concurren a la Plaza y frente a cada vecinx que se acerca. Cada una de ellas se encarga de poder organizar en conjunto un espacio que logre devolver un poco de todo aquello que le han quitado a esxs niñxs, han sostenido una relación que guarda la manifestación de un compromiso con el otrx y la capacidad de poder resolver o intentar llevar adelante acciones que impacten en la subjetividad de esx otrx.

Transitamos el centro de prácticas ya como parte nuestro, nos hemos conectado con lxs niñxs desde, por ejemplo, la charla, el juego y la interacción. Logramos que ellxs nos identificaran a todxs por nuestros propios nombres y nos dejaran de llamar “profe” o “seño”, así como también hemos logrado sostener una buena relación de charla, discusión y apoyo con lxs referentxs.

Por otro lado, en ese mismo juego de interacciones (porque en parte hemos ido conectándonos mediante los juegos y la recreación) y compartir cada sábado entero con ellxs, notamos y nos ha llamado la atención consideradamente, una cierta violencia existente entre lxs mismxs niñxs y jóvenes que reproducen física y verbalmente. Nos chocamos con insultos, agresiones verbales, estigmas entre ellxs, agresiones físicas o intentos de ella. Desde la Murguita del Sur y desde la Biblioteca y Juegoteca intentamos construir un espacio que sirva de pertenencia de lxs mismxs niñxs, donde puedan desarrollarse y desenvolverse libremente desde el respeto y la fuerza de la unión. Buscamos crear un espacio abierto a cualquier niñx/jóven que pueda perdurar en el resto de los días y en el tiempo; un lugar para que cada unx se encuentre consigo mismx y aprenda a compartir el juego y la recreación con el y la que tenga a su lado, un lugar que pueda tomar por sus manos y hacerlo propio, que pueda enseñar a lxs otrxs también. Un espacio de identidad, de pertenencia, de fuerza, organización y construcción, un espacio que haga entender a aquellxs niñxs que existen otros modos, que la realidad que lxs atraviesa no les corresponde, y que no están situadxs en ese lugar porque lo merecen o porque así les tenía que tocar. Un espacio de libertad para todxs.

Anteriormente hablamos de lucha, palabra que suena frecuentemente en el Movimiento, con una idea de lucha por lxs vecinxs, de lucha por lxs niñxs, de lucha por el barrio; en definitiva, en lucha por igualdad de condiciones, donde se destaca la solidaridad como el camino para mejorar sus vidas. Ellxs mismos cuentan que son un grupo de amigxs, más que de militantes, que en un principio son vecinxs, después compañerxs y luego dirigentxs. Se organizan con todos los movimientos sociales del barrio, logrando formar un solo puño para luchar contra las políticas liberales, haciendo referencia a que todo lo que hasta ahora tienen es producto de esta lucha constante, es un no bajar los brazos.