Mariana de Pineda

         Mariana, mártir.

  Al parecer y tristemente Mariana de Pineda tuvo una vida breve y una muerte bastante injusta si lo analizamos en nuestra época actual. Y es que Mariana Pineda se convirtió en un mito y en un símbolo de la libertad. Fue silenciada durante los gobiernos absolutistas durante el siglo XIX, ensalzada bajo gobiernos liberales y progresistas, pero lo que no cabe ninguna duda es que la figura de Mariana Pineda se convirtió en una inagotable fuente de inspiración para poetas y dramaturgos, entre ellos, Federico García Lorca que escribió una obra de teatro en la que recreó su vida. 

        Tuvo una infancia difícil a sus espaldas, pues contrajo matrimonio con Manuel de Peralta, once años mayor que ella, con el que tuvo un hijo y una hija. Pero desgraciadamente y en pocos años, Mariana queda viuda y al cargo de dos niños muy pequeños.     

      A pesar de su difícil situación esto no le resultó un impedimento para con sus creencias políticas, llevándola a ayudar y acoger en su humilde hogar a perseguidos del partido liberal durante el absolutismo de Fernando VII.

      En 1831 irrumpió en su casa la policía acusada de tener una bandera símbolo de la lucha contra la monarquía. Bandera que, probablemente, fue colocada en casa de Mariana por la misma policía.

      Lo que querían quienes la detuvieron era que Mariana delatara a los principales cabecillas de la causa liberal, pensando que una mujer pobre no podía ser un obstáculo para sus intereses.

      Su abogado intentó defenderla pero sin mucho  éxito, argumentando que dicha bandera tenía más un significado cercano a la masonería, argumento que complicó más si cabe su situación en vez de ayudarla y que por desgracia le llevó a condenarla a muerte. 

       En 1831 y con tan sólo veintiséis años de edad, Mariana Pineda fue ejecutada en el Campo del Triunfo de Granada. La ejecución, que pretendía ser un escarmiento y un aviso a la causa liberal, convirtió a Mariana en víctima y mártir.