Hablar de comida es bajo.
Y se comprende porque
ya han comido.
Los de abajo tienen que irse del mundo
sin saber lo que es
comer buena carne.
Para pensar de donde vienen
y a dónde van,
están demasiado cansados.
Todavía no han visto
el vasto mar y la montaña
cuando ya su tiempo ha pasado.
Si los que viven abajo
no piensan en la vida de abajo,
jamás subirán.