Michelines en el cerebro: cómo la ingesta de grasas deteriora la memoria
Michelines en el cerebro: cómo la ingesta de grasas deteriora la memoria
Nuria del Olmo es licenciada en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid en 1995. Realiza su Tesis Doctoral en el Departamento de Investigación del Hospital Ramón y Cajal en el área de Neurobiología, con la que obtiene el título de Doctor en el año 2001. Este mismo año, obtiene un contrato de la UNED para investigadores postdoctorales y se incorpora al grupo del Dr. Emilio Ambrosio en el Departamento de Psicobiología de esta Universidad en el que permanece hasta el año 2006. Obtuvo un contrato Ramón y Cajal del Ministerio de Ciencia y en el año 2007 pasa a formar parte del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Universidad CEU-San Pablo, primero como investigadora y luego como personal docente hasta el año 2020 en el que se reincorpora el Departamento de Psicobiología de la UNED como Profesora Titular del mismo. Obtiene su primer proyecto competitivo del Ministerio de Ciencia como Investigadora Principal en el año 2008, y hasta el momento ha ejercido de IP en más de 10 proyectos tanto competitivos de financiación pública como algunos de financiación privada y en la actualidad tiene reconocidos 4 tramos de investigación. Actualmente es Catedrática de Psicobiología de la UNED y colabora con distintos grupos de investigación españoles y de otras instituciones extranjeras. Su labor investigadora se ha centrado en el estudio de los procesos de aprendizaje y memoria y los mecanismos de transmisión y plasticidad sináptica que subyacen a estos en relación con el abuso de sustancias.
Todos sabemos que comer determinados alimentos ricos en azúcares y grasas puede producir obesidad y enfermedades cardiovasculares, pero ¿puede afectar lo que comemos a nuestra capacidad para aprender? La investigación actual demuestra que las dietas ricas en grasas saturadas deterioran los procesos de aprendizaje y memoria y que esto es especialmente nocivo cuando las dietas se consumen durante la adolescencia. Nuestros datos indican que existe una relación directa entre lo que ponemos en el plato y el funcionamiento de las neuronas. Este conocimiento nos ayudará a buscar el menú más saludable para nuestro cerebro.
Salón de Actos
Centro Asociado a la UNED (A Coruña).