Tras los intentos explicativos de la filosofía presocrática, Platón es el primer pensador que consigue presentar un sistema de pensamiento unificado y coherente que ofrece una explicación sistemática de todos los aspectos de la realidad (antropología o esencia del hombre, realidad física, cosmología, ética y política) ligados bajo postulados o presupuestos de carácter metafísico, como la existencia de ideas o formas arquetípicas, la inmortalidad del alma y la existencia de un dios que imprime los principios eternos y divinos en la materia sensible para dar lugar al mundo real y material que conocemos que, a fin de cuentas, no es más que una copia imperfecta y perecedera del mundo verdadero y eterno de las formas ideales, en el que la tríada formas arquetípicas, espacio y tiempo (ser, espacio y devenir) son lo único verdaderamente eterno e imperecedero y, por tanto, real.
Platón nos explica la constitución última de toda la realidad en su diálogo de vejez Timeo, obra peculiar imbuida de pitagorismo, según la cual la constitución última de la realidad material es la forma matemática triangular, al igual que la del cosmos es la tríada metafísica, obra que ha sido retratada por Rafael Sanzio en La Escuela de Atenas (1510-1512) y poco después de esa época, tomada como libro de referencia por Kepler, que se basó en la visión cosmológica de Platón para encontrar la armonía matemática del cosmos y expresarla a través de leyes físicas (Mysterium Cosmographicum, 1596).
En esta unidad estudiaremos de forma somera el referente metafísico platónico, cuyos ecos resuenan en la Revolución científica moderna con la búsqueda de la armonía matemática oculta en el universo, que ya Platón nos describe. La historia de esa búsqueda será la historia de la ciencia moderna, que se desarrollará en torno al problema cosmológico y que estudiaremos en el próximo trimestre.
¿Te atreves a descubir el misterio de la armonía oculta del universo?