2 de noviembre '19

Nuestras caras de sueño nos delatan: son las 6 de la mañana. Todavía de noche, y con el cielo encapotado, cargamos nuestras maletas llenas de emoción e ilusión, para dar comienzo a nuestra primera experiencia ERASMUS +.

Dejamos atrás nuestras familias, nuestro centro, nuestros/as compañeros/as, recordando las horas invertidas en la elaboración del proyecto, y en la organización del viaje.

Partimos hacia Málaga, con mucha alegría nerviosa, para desde allí, coger el avión que nos llevará a Helsinki.

Tras un vuelo de lo más agradable, desde el cielo nos sorprende toda la masa de bosque que encontramos, tras descender a través de varias capas de densas nubes, que ocultan el sol del que hemos disfrutado durante todo el vuelo.

Al llegar al aeropuerto, conocemos a Irene, compañera de secundaria de Motril, que había viajado detrás de nuestros asientos, sin saber que ibamos a compartir una semana extraordinaria de aprendizaje y muy buenos momentos.

Nada más llegar a la parada de tren que nos llevará al centro de la capital, encontramos a personal del aeropuerto, increiblemente amable, que nos guía para hacernos con nuestra tarjeta de transporte. Ya en el tren, compartimos un momento agradable, intercambiando impresiones con nuestra compañera granadina.

Llegamos a la increible estación central de Helsinki "Rautatieasema", ubicada en el centro neuralgíco de la ciudad.

Nos despedimos de nuestra amiga de viaje, y nos dirigimos caminando al hotel, que se encuentra a 200 metros de la estación. Una vez instaladas, decidimos dar una vuelta de reconocimiento por la zona y las impresiones son buenas. Nos llama la atención el poco ruido en bares y lo distendido y tranquilo que es el ambiente.

Agotadas por el viaje, los nervios y emociones contenidas, y tras comunicar a nuestras familias y compañeros que todo ha ido genial, decidimos dormir para reponer fuerzas: ¡una semana intensa actividades y experiencias nos aguarda!

Dulces sueños.


Mª Ángeles Fernández GonzálezAmaia Carrillo Fernández
Fotos de Amaia Carrillo Fernández