4 de JULIO '21

Día 1- DOMINGO

Hace justo un año, deberíamos haber realizado esta movilidad, si no hubiera llegado a nuestras vidas esta pandemia que puso todo patas arriba. Ha sido un curso complicado: protocolos COVID, distancia, medidas, confinamientos, docencia telemática, perder la cercanía y los gestos viéndonos a través de pantallas o con mascarillas, situaciones familiares complicadas, estar pendientes de enfermeras referentes COVID, miedos, preocupación, el estrés de final de curso... Acabamos el curso agotadas, pero en cuanto despega el avión en el aeropuerto de Málaga, y el avión queda suspendido en el aire, parece como si esa pesadilla hubiera quedado atrás, lejos, muy lejos... ¡Bendito Erasmus+! ¡Regresamos!

El entusiasmo nos mantiene activas la mayor parte del viaje, que transcurre tranquilo mientras cruzamos Europa. Somos tres las compañeras que realizamos las movilidades: Inma, Mayi y Amaia. Vamos con muchas ganas. Ganas de aprender, de conocer colegas con los que compartir inquietudes, ganas de conocer otro país, otra cultura y profundizar en su historia, ganas de crear redes para proyectos futuros, pero también ganas de retomar esta "normalidad" en la que podamos viajar, aprender y compartir.

La llegada al alojamiento se sucede según lo previsto, y tras instalarnos y acabar con nuestras reservas de jamón y queso, vamos a dar un paseo para hacer el reconocimiento del terreno: paradas de metro, información sobre Berlín y opciones de transporte para desplazarse a la academia. Y caminando, caminando, entre risas y emoción llegamos a Alexanderplatz, considerado el centro neurálgico de la ciudad, y cómo no, foto obligada con uno de los símbolos más emblemáticos: la Torre de la Televisión.

Recorremos su estación de metro, para aprendernos el camino para mañana. Nos alegra encontrar el suelo lleno de caminos arco iris que se dirigen a todas partes: Berlin es sin duda, una ciudad abierta, y respetuosa, que apuesta por la multiculturalidad, como lo demuestra el activismo por la tolerancia que se respira en cada rincón.

Nos sorprende que en la calle ya no lleva nadie mascarilla. y aunque sepamos que no es obligatorio nos cuesta hacernos a la idea de pasear sin ella. Eso sí, en medios de transporte e interiores de comercios es necesaria la FPP2. Al sentarnos en una mesa del interior de una cafetería, el camarero se acerca y nos solicita prueba negativa o certificado de vacunación, a lo que accedemos de inmediato. Nos explica que es obligatorio requerirlo en el interior de bares y restaurantes. No obstante, hemos descubierto que en cada esquina hay un puesto donde realizan test de antígenos gratuitos, para facilitar a la ciudadanía que pueda disfrutar la restauración sin preocupaciones. Shocking!

Cerramos la jornada con una deliciosa cena vietnámita, y nos preparamos para afrontar la semana, con emoción y mucha ilusión.


Inmaculada Ibáñez SánchezMª Ángeles Fernández GonzálezAmaia Carrillo Fernández
Fotos de Inmaculada Ibáñez SánchezMª Ángeles Fernández GonzálezAmaia Carrillo Fernández