Mucho antes de conocer a Kratos, era una tenaz guerrera nombrada anteriormente como Laufey la Justa, oponiéndose en desacuerdo con los crueles dioses Aesir, brindando ayuda a los que más la necesitaban. Además de eso, fue una de los últimos gigantes que quedaban en Midgard, gracias a que Thor y Odín se ocupaban de liquidarlos por temor al Ragnarök. Para sobrevivir, escapó con el resto de su especie al Jötunheim, con ayuda de Tyr, que separó la ubicación del reino, conectada con el puente, solo así los dioses no los podían encontrar.
Sindri y Brok se sentían culpables de fabricar el Mjölnir, entonces ahí se encontraron con Faye, para ayudarle a ella y a los gigantes a crear un arma capaz de confrontar al poderoso martillo. Finalizando con la tarea, se lo obsequiaron a Faye, como muestra de afecto; ya que algún día tenía que hacerse de esta, por si corría grave peligro. No tomó mucho tiempo que los últimos gigantes desaparecerían, por una trampa efectuada por el mismo Odín.
Un momento de su vida, decidió quedarse en Midgard donde conoce a Kratos, se casaron y tuvieron a Atreus le enseñó al espartano todo lo relacionado con los Nueve Reinos, incluyendo dialectos y arquería a Atreus, en cada etapa de su crecimiento. Por su esposo, admiraba las habilidades de combate con el que se hacía de temer heroicamente. Llegaría una oportunidad de decirles la verdad de lo ocurrido, esculpiendo un mural profético en el reino de Jötunheim, pero tristemente fallece se cree que debió estar enferma en sus últimos años de vida. Ademas de esto faye siempre habia seguido la profecia de los gigantes que ella y los demas vieron y esto le permitio enamorarse de kratos.
Tras su muerte, Atreus y su padre inician un duro camino para depositar las cenizas de su madre en la cima más alta, siendo esta su última voluntad. Todo esto con el fin de fortalecer los lazos paternales entre Kratos y Atreus y que ellos descubrieran su secreto.