Brecha Digital en el ámbito educativo.
Lida Rossana Britez Alvarez
Lida Rossana Britez Alvarez
Existen tres tipos de brecha bastante notorias en el ámbito educativo.
Brecha digital de acceso
a. Limitado
b. No limitado
Brecha digital de uso
a. Escaso conocimiento
b. Amplio conocimiento
Brecha de calidad de uso
a. Equipos obsoletos
b. Equipos modernos
Se entiende por brecha digital la distancia en el acceso, uso y apropiación de las tecnologías tanto a nivel geográfico (entre poblaciones urbanas y rurales), a nivel socioeconómico (entre quintiles de ingreso) y también en las dimensiones de género, en articulación con otras desigualdades culturales. Cabe destacar que la brecha digital está en relación con la calidad de la infraestructura tecnológica, los dispositivos y conexiones, pero sobre todo, con el´ capital cultural para transformar la información circulante en conocimiento relevante.
Brecha de acceso
Este tipo de brecha digital hace referencia a la imposibilidad que tienen algunos grupos de acceder a las TIC. Si bien las causas son diversas, suelen estar relacionadas por las diferencias socioeconómicas que existen entre grupos de población o entre países.
En este sentido, algunas de las principales causas son el hecho de que no todos los países pueden invertir la cantidad necesaria de dinero público para crear infraestructuras que permitan el acceso al internet o que, en un plano más individual, no todas las personas tienen el nivel económico suficiente para comprar dispositivos electrónicos o pagar el acceso a la nube. Además de la falta de ingresos, la brecha de acceso hace frente a ciertas limitaciones, como la edad avanzada y el bajo nivel de estudios.
a. Brecha de acceso limitado:
Para aquellos que no tienen acceso a Internet y los recursos digitales la educación puede quedar fuera de su alcance. Incluso antes de la pandemia, una cohorte cada vez mayor de jóvenes necesitaba aprender capacidades básicas, transferibles, digitales, profesionales y empresariales para poder competir en la economía del siglo XXI.
b. Brecha de acceso no limitado:
Son pocos los alumnos que tienen acceso en su casa a los recursos tecnológicos digitales que les ayuden en la educación, así también los propios docentes.
Brecha digital de uso.
Esta es la brecha que provoca la carencia de habilidades digitales. La falta de formación impide a muchas personas usar las TIC a nivel personal o profesional.
Sin duda, esto supone consecuencias como la imposibilidad de acceder a puestos de trabajo más cualificados o que una buena parte de la población esté al margen de ciertos servicios, como concertar citas médicas o hacer trámites administrativos, que mejoran la calidad de vida de las personas que los usan.
La tecnología afecta a todos los aspectos de nuestra vida, pero hay un grupo de población, la más envejecida, que ha llegado algo más tarde al cambio y, por tanto, no ha recibido ningún tipo de formación en competencias digitales —una brecha que se acrecenta todavía más si a este factor de la edad unimos las desigualdades económicas y geográficas.
Asimismo, es importante mencionar las dificultades de acceso y formación que tienen las personas con alguna discapacidad, ya que, a la falta de infraestructuras, de dinero y de formación, hay que sumarle, la carencia de dispositivos o sitios web adaptados a las personas con algún tipo de necesidad especial.
Brecha digital de calidad de uso
a. Equipos obsoletos: El modelo de referencia para el cálculo de la obsolescencia se ha basado en el criterio europeo . En él se establece que al menos el 60% de los equipos deben tener menos de cinco años, el 30% entre 6 y 10 años y limita a un máximo del 10% la tecnología disponible con más de 10 años.
b. Equipos modernos
Brecha digital, factores que inciden en su aparición
acceso a internet en Paraguay
En diciembre de 2018, María Felicia Chamorro presentó un análisis descriptivo de la desigualdad en el acceso a internet en hogares paraguayos en base a la encuesta permanente de hogares 2017. El objetivo se centró en exponer la evolución del concepto de brecha digital enfocándose en los datos estadísticos de la encuesta nacional. Para la selección de qué factores tomar en cuenta, se consideraron las mencionadas por De Felice Soto, que son la edad, la raza, el género, el nivel educativo y los factores socioeconómicos, geográficos y culturales. Los resultados comparativos que se tuvieron en cuenta en el artículo describen que un total de 20.38 % tenía acceso a internet en hogares del área urbana y rural. En tanto que el teléfono móvil era el dispositivo de mayor penetración en los hogares con un 96.57%. Al considerar los usuarios de las TIC por género, se observa que el porcentaje de hombres y mujeres que utilizaban internet eran muy similares (60.26% hombres y 60.69% mujeres) por lo que la brecha de género era mínima.
En cuanto al uso de internet por grupo de edad, el que más sobresalía era el correspondiente a la franja etaria de 20 a 24 años con un 84.49%. Con relación al nivel de instrucción, se evidenciaba que existe una relación directamente proporcional entre los años de estudio y la utilización de internet. Finalmente, el artículo distingue además de que es el internet móvil el que más porcentaje de utilización tiene (97.75%), que el motivo de utilización más frecuente del servicio de internet es la mensajería instantánea en un 96.46%, un 96.51 % corresponde a la zona urbana mientras que a la zona rural un 96.35%. Se destaca además la utilización de las redes sociales que llegan a un 86.65% y en un menor porcentaje es utilizado para transacciones bancarias 5.11%. Lo que concluye María con este trabajo puramente descriptivo es que la desigualdad en el acceso de tecnologías ha disminuido; el acceso a internet ha crecido tanto a nivel regional como nacional, sin embargo, existen diferentes brechas digitales que se evidencian en ciertos sectores de la población.
Estimando los modelos econométricos descriptos en la sección anterior, se predijo la probabilidad media de acceso y uso de TICs de cada departamento estudiado a través del promedio ponderado de los porcentajes resultantes (50% del peso a internet y 25% al celular y notebook).
CONECTIVIDAD DIGITAL
Esto está previsto dentro de los programas de mejoramiento en educación en Paraguay para reducir la brecha digital.
Mejoraremos la CONECTIVIDAD, conectando al país de manera directa a los cables submarinos de fibra óptica, sin depender de otros países, y para que los sistemas del Estado estén seguros y trabajando en línea.
Se creará por primera vez una Red Nacional de Fibra Óptica (RNFO) que llegará a todo el país e interconectará a instituciones públicas, comisarías, servicios de salud y escuelas.
Un país conectado, un Paraguay competitivo.
La falta de acceso a medios digitales produce y ayuda a hacer cada vez más profunda la brecha entre unos grupos de población y otros. Un claro ejemplo de este hecho se vio durante los meses de confinamiento, a causa de la pandemia por la covid-19, cuando solo los escolares con acceso a herramientas tecnológicas pudieron seguir sus clases con más o menos normalidad. Por el contrario, aquellos que no disponían de un smartphone u ordenador vieron como un derecho básico como la educación dejaba de ser una realidad para ellos.
Otra consecuencia de la brecha digital se ve reflejada en el empleo, ya que la falta de competencias digitales impide el acceso al mundo laboral de una parte muy importante de la población. Sin ir más lejos, solo en Europa, el 85% de los trabajos requieren de profesionales con un nivel básico de competencias digitales, según el estudio Competencias Digitales, Inclusión y Empleo. No obstante, el 42% de los europeos carece de estas competencias digitales básicas, de manera que el 56% de las pymes afirma que los puestos para especialistas TIC son difíciles de cubrir, de acuerdo con datos del Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI).
Organismos como la ONU o la UE han diseñado programas para tratar de reducir la brecha digital entre colectivos y entre países. La creación de programas específicos de formación, las ayudas para la digitalización de las pymes o la inversión en softwares de código abierto, son algunas de las acciones que ya están realizando, aunque hay más acciones que se pueden llevar a cabo. Por ejemplo:
Crear infraestructuras en aquellas zonas donde la accesibilidad a los servicios de internet sea más difícil o imposible.
Más programas de formación dirigidos a colectivos especialmente vulnerables: personas de la tercera edad, migrantes, trabajadores con bajo nivel de estudios, etc.
Más inversión pública y privada para la digitalización de las empresas y para conseguir soportes técnicos de calidad.
La reducción de la brecha digital requiere inversión, pero también concienciación por parte de los poderes públicos. Los estados deben contribuir a formar a su población, de lo contrario, las desigualdades sociales seguirán creciendo y, con ellas, la imposibilidad de desarrollarse a nivel económico.