La presente programación didáctica ha sido elaborada con arreglo al Derecho a la Educación contenido en la Constitución Española, así como a la Orden EDU/363/2015, de 4 de mayo, por la que se establece el currículo y se regula la implantación, evaluación y desarrollo del bachillerato en la Comunidad de Castilla y León y a las prioridades establecidas en el Proyecto Educativo de Centro.
INTRODUCCIÓN
La finalidad de las enseñanzas artísticas estriba en la adquisición, por parte de los alumnos y alumnas, de la capacidad de apreciar en su entorno visual, tanto en la naturaleza como en la creación humana, los valores propios de las artes visuales y saber expresar sus sentimientos, ideas y vivencias por medio del lenguaje visual y plástico.
Actualmente, se entiende el dibujo como una cualidad manual e intelectual a la vez, capaz de constituirse en un verdadero medio de comunicación del individuo, como una respuesta a la necesidad de expresarnos y relacionarnos con nuestros semejantes. Dibujar es una acción de orden intelectual y valor autónomo, no sólo un medio auxiliar para la creación de obras de arte. El lenguaje del dibujo permite transmitir ideas, descripciones y sentimientos a través de distintos medios gráficos.
Por otro lado, es necesario preparar al alumnado para su participación con garantías de éxito en la sociedad contemporánea, donde prevalece la imagen gráfico-plástica como medio de comunicación. Este auge se comprende por la inmediatez en la captación del mensaje y por la asociación de universalidad e individualidad que permiten la comunicación global, sin renunciar a las particularidades personales.
La función comunicativa del dibujo distingue entre aquellas imágenes cuya intención es principalmente analítica y aquellas en las que prevalecen criterios subjetivos. La primera equivale a pensar y aprehender las cosas –formas u objetos– y, al hacerlo, reparar en su estructura y ordenación interna; una ordenación que les confiere su función y su forma. La segunda comprende aquellas expresiones de las formas bajo planteamientos subjetivos, transmitiendo o intentando provocar sentimientos y emociones.
Partiendo de las destrezas y conocimientos previos adquiridos de forma general en la materia de Educación Plástica y Audiovisual de la ESO, en Bachillerato se profundiza en las destrezas y conceptos del Dibujo como herramienta del pensamiento que participa en el proceso creativo, comunicativo, plástico y visual, contribuyendo a adquirir las competencias necesarias para la formación permanente del individuo. La materia Dibujo Artístico aporta conocimientos teóricos, técnicos, procedimentales y estéticos, fomentando un pensamiento divergente. Debe además proporcionar un panorama amplio de sus aplicaciones, orientando y preparando al alumnado para otras enseñanzas posteriores, ya sean artísticas o tecnológicas, como base para la formación de profesionales creativos.
El alumnado debe conocer además los antecedentes artísticos y las aportaciones que se han hecho al Dibujo y las Artes Plásticas y el Diseño en general por artistas a través de la Historia, y sobre todo la presencia y función del Dibujo en las manifestaciones artísticas contemporáneas. El conocimiento de la evolución y la valoración del Dibujo Artístico como lenguaje expresivo, comunicativo y proyectual reforzarán las aplicaciones de esta materia en una sociedad cada vez más tecnológica e inmediata y también más dependiente de la imagen. La materia Dibujo Artístico se organiza en Dibujo Artístico I y Dibujo Artístico II. De forma gradual y secuencial, los conocimientos y destrezas adquiridos en Dibujo Artístico I deben ser la base sobre la que se asiente Dibujo Artístico II.
Se enseñará y se aplicará el principio de partir de lo más general a lo más particular, para que el alumnado vaya adquiriendo las habilidades y conceptos necesarios para construir aprendizajes significativos, mediante el diseño de proyectos globales.
En Dibujo Artístico I el alumnado trabaja la materia de manera más objetiva. Se incide en la comprensión de la configuración de la forma y la representación espacial y en la adquisición de conceptos y destrezas que aumenten su capacidad perceptiva, prestando al mismo tiempo atención al dominio de la terminología específica. En primer curso los contenidos se concretan en cinco bloques encaminados a acostumbrar al alumnado a la observación y representación sistemática, utilizando el dibujo como herramienta de expresión. Los dos primeros están dedicados respectivamente al estudio y evolución histórica de técnicas y materiales y a la configuración de la forma en el espacio a través del uso de la línea, el tercero trata sobre la organización de las formas en el plano y sus relaciones y las leyes visuales asociativas. El cuarto se dedica al estudio de la valoración tonal mediante el claroscuro y la mancha y finalmente el quinto, al reconocimiento de las cualidades cromáticas de la forma y al estudio procedimental del color.
El aprendizaje estará basado principalmente en una atención individualizada, una metodología activa y participativa y en la práctica continua del dibujo. Es aconsejable la combinación de trabajos individuales con proyectos de equipo o incluso de grupo en experiencias interdisciplinares para favorecer el aprendizaje y el desarrollo competencial del alumno. Se ha de promover asimismo la utilización de los bocetos, apuntes, esbozos y croquis como medio de concreción de las ideas y de búsqueda de soluciones alternativas.
A dibujar se aprende dibujando, y cada ejercicio realizado facilita la realización del posterior. Los ejercicios se deben programar de tal forma que el alumnado pueda ser consciente de la progresiva adquisición de habilidades y recursos gráficos adecuados para la representación de la realidad. Será conveniente así mismo que el alumno vea cómo el profesor dibuja ante sus alumnos los mismos objetos o formas que se les propone, con el fin de explicarles de manera práctica cómo acomete los procesos gráficos del encajado, la definición gradual de la forma y la creación ilusoria de los efectos del claroscuro y de las texturas.
En todo caso, la práctica irá precedida de exposición de contenidos, acompañada de materiales curriculares y recursos que permitan una comprensión clara de los conceptos planteados. Los trabajos de carácter formal pueden ser combinados con otros de tipo más creativo que permitan la expresión individual y ayuden a captar el interés del alumnado. La puesta en común de los mismos permitirá incidir en la importancia de la valoración crítica, ya que el alumno también aprende a través de lo realizado por los demás, intercambia ideas y compara estrategias utilizadas por otros en la resolución de tareas. La planificación del trabajo, la participación en proyectos, la valoración y respeto crítico por las producciones artísticas propias y ajenas, el esfuerzo personal, la capacidad de experimentación, búsqueda de información, el uso adecuado de materiales e instrumentos y la entrega de dossier o portfolio personal podrán ser tenidas en cuenta como parte de la evaluación formativa y continua del alumnado.
La enseñanza de la disciplina exige por parte del alumnado de la práctica y realización de los ejercicios propuestos, así como la adquisición de conocimientos teóricos a través ciertas explicaciones; por otro lado es necesaria una metodología de trabajo donde el profesor dibuje y afronte ante su alumnado los mismos ejercicios, con el fin de explicarles de manera práctica cómo acomete los procesos gráficos del encajado, la definición gradual de la forma y la creación ilusoria de los efectos del claroscuro, las texturas y el color.