EL TRABAJO SOCIAL EN ESPACIOS COMUNITARIOS


Asistimos a la institución semanalmente en un horario donde se realizaba un curso de cuidadorxs gerontológicxs domiciliarixs dictado por la referente de dicha institución. En el marco de nuestras prácticas intervinimos con las mujeres asistentes a este curso.

Los aspectos teóricos-metodológicos e instrumentales que utilizamos para el desarrollo de las prácticas fueron principalmente el cuaderno de campo, la observación participante, entrevistas, testimonios, investigación bibliográfica; entendiendo a la intervención profesional como campo problemático planteado por Margarita Rozas Pagaza, quien desarrolla que el proceso metodológico que se da en la intervención profesional implica tres momentos que son inserción, diagnóstico y planificación, que pueden darse a nivel individual, grupal y comunitario.

Retomando a la autora anteriormente mencionada, quien hace hincapié en la definición de inserción, que se considera como una instancia clave en el acercamiento a la trama social de lxs sujetxs, donde se da cuenta la relación sujeto-necesidad y en la satisfacción de las mismas en la vida cotidiana. A su vez, esta vida cotidiana se da en un contexto específico en el cual se ubica el profesional y desde donde intenta realizar un enfoque situado. En esta misma línea, podemos decir que el proceso de ubicación “(...) significa situarse frente y en interrelación e interacción con los actores de la intervención profesional, que son: los sujetos, con sus demandas y la racionalidad que le dan a dichas demandas, la institución con sus propias demandas y su racionalidad respecto a la relación de los sujetos con sus necesidades, y finalmente, el trabajador social con su saber específico para analizar esa relación sujeto-necesidad como expresión complejidad de la Cuestión Social[1]. (...)

Para el Trabajo Social es el momento de los interrogantes, de las indecisiones producto del impacto de una realidad que desestructura y que muchas veces inmoviliza. Sin embargo, es también, el momento importante de reflexión para establecer una estrategia de intervención porque es la instancia de búsqueda del SOBRE QUÉ de la intervención. Significa preguntarse por las necesidades de esos sujetos como elemento fundamental en la construcción del campo problemático.” Margarita Rozas Pagaza (1998:77)

A partir de la observación participante de las clases, surgieron relatos en donde las estudiantes del curso hacían referencia a casos de acoso en el ámbito laboral. Por esta razón, decidimos aportar desde nuestros conocimientos como estudiantes de Trabajo Social identificándola como una demanda implícita referida a las violencias públicas y privadas, entendiendo la misma como reflejo de la relación sujetx-necesidad. Nos referimos a violencias públicas cuando hablamos de las instituciones estatales (por ejemplo: escuelas, hospitales, etc.) y a violencias privadas en el caso de instituciones como la familia y el desempeño laboral informal, ya que el trabajo de cuidadoras, en ciertos casos, se da en casas particulares. Para esto, comenzamos a generar vínculos y un ámbito de confianza en donde las estudiantes se sintieran cómodas de abordar la problemática social en cuanto a las violencias de la vida cotidiana. Realizamos entrevistas enfocadas a su origen, vivencias, su relación con la copa de leche Los Hermanos y otras instituciones tanto públicas como privadas presentes en el territorio.

La inserción es un proceso que se da a lo largo de toda la intervención mediante un conocimiento que posibilita el tener hechos empíricos, es decir, de la realidad, que permiten identificar el objetivo de la intervención profesional, visualizando el campo problemático para así darle un sentido al momento nombrado por Margarita Rozas Pagaza como diagnóstico.

Con respecto al diagnóstico es pertinente destacar que “(...) es un momento de síntesis del conocimiento que se inicia en la inserción y fundamenta la problemática central que estructura el campo problemático de la intervención. El diagnóstico, en esta perspectiva, es una instancia en la que se explicitan los nexos de la “cuestión social” relacionada a la satisfacción de las necesidades de los sujetos y que, a su vez, permite obtener explicaciones teóricas sobre la realidad particular, posibilitando reorientar los objetivos y una estrategia de intervención profesional.” (1998:84)

Por esta razón, pretendimos utilizar el diagnóstico para alejarnos del sentido común en el transcurso de la intervención utilizando herramientas teóricas-metodológicas con el fin de entender las circunstancias históricas particulares vividas por lxs actorxs que buscan la satisfacción de sus necesidades y la complejidad que éstas presentan desde el desarrollo avanzado del capitalismo. Por esta razón, a lo largo de nuestras prácticas pretendimos utilizar la escucha para entender sus trayectorias de vida y su propia subjetividad, la cual a lo largo de los encuentros pudimos ver que estaba fuertemente influenciada por los medios de comunicación quienes reproducen la forma de entender el mundo desde una postura dominante, patriarcal y capitalista.

Utilizando el diagnóstico como parte del proceso de intervención, llevamos a cabo una serie de actividades relacionadas con las demandas surgidas a lo largo de los encuentros sobre las manifestaciones de la Cuestión Social.

Al principio, en el proceso de definición del objetivo general, nos enfocamos en hacer actividades con temas que sean de su interés propuestos por las estudiantes, con la intención de generar un debate que puedan opinar todas, que nos vayan conociendo y nosotras a ellas. Destacamos dos actividades que nos parecieron las más enriquecedoras. Una fue un juego de postas donde decían “siempre, casi siempre, nunca, a veces” donde tuvimos como objetivo en el encuentro problematizar situaciones de la vida cotidiana con respecto a la sexualidad, violencias en los distintos hábitos, entre otras problemáticas que tienen que ver con el cuerpo, el cuidado del cuerpo y las relaciones con otras personas para poder distinguir como una misma situación repercute de distintas formas en la subjetividad de cada persona, teniendo en cuenta el observar en qué posta se paraba cada compañera.

Otra actividad fue un ‘’verdadero o falso’’ donde pusimos una serie de contenidos vinculados al trabajo de cuidadorxs gerontológicxs, género, al rol del estado en los barrios periféricos de la ciudad y la sexualidad, con la intención de que la opción no sea específicamente verdadera o falsa, sino, la de generar debates e indagar en la subjetividad con respecto a las temáticas anteriormente nombradas, entendiendo que al problematizar las mismas, permite generar debates que den lugar a alejarse de la visión hegemónica que reproducimos al ser parte de la sociedad generando de esta manera la posibilidad de un cambio en las subjetividades.

En otra actividad hicimos diversas preguntas al grupo respecto al curso, en donde los puntos en los que coincidieron todas las estudiantes fueron la importancia de haber aprendido RCP, qué es y cómo se realiza; pensar en el paciente como un adultx mayor y no como un bebé; técnicas de cuidado e higiene del paciente; el rol que cumple la cuidadora desde la perspectiva del paciente; y la importancia de separar los problemas de su vida cotidiana al momento de realizar su trabajo como cuidadora.

Según Margarita Rozas la vida cotidiana es fundamental en la comprensión del campo problemático “(...) por el reconocimiento de un espacio concreto en el que los sujetos construyen y configuran la sociedad y le dan sentido a su vida, porque a través de esa construcción se pueden explicar los aspectos más significativos de la vida social”. (1998: 36).

Retomando el desarrollo de los tres momentos planteados por Margarita Rozas Pagaza en donde define a la planificación, como “(...) un instrumento que permite plasmar un conjunto de acciones referidas al objeto de intervención, posibles de concreción a nivel microsocial.” (1998:89). Consideramos que fue un instrumento metodológico clave en nuestra intervención, ya que nos permitió a lo largo de los encuentros profundizar en nuestro objetivo general a partir de objetivos específicos previamente proyectados desde las temáticas de cada encuentro.

“La planificación en Trabajo Social tiene un significado articulador (...) Cabe señalar, que la planificación se va modificando permanentemente en la medida que es un proceso que sigue los condicionamientos de una realidad en la que los actores complejizan la operatividad técnica de un proyecto, por lo tanto, es necesario evaluar frecuentemente las condiciones de esa operatividad.” (1998:90)

Al realizar un balance respecto a la dinámica de las distintas actividades, pudimos observar que más allá de haber podido desarrollar una perspectiva de género, problematizando diversos temas relacionados a la misma, también logramos favorecer a los lazos sociales de quienes asisten al curso de cuidadorx gerontológicx, puesto que en los últimos encuentros vimos una mayor participación y a su vez un diálogo más fluido entre ellas.

Las acciones y discusiones realizadas en los encuentros en la institución fueron lúdicas y expresivas, ya que tal como afirma Carballeda “El juego define su propio espacio-tiempo, lo lúdico y creativo se presenta como otra manera de aproximación cualitativa a la dinámica cultural de lo microsocial, en la intervención (...) La creatividad como dispositivo de intervención implica el redescubrimiento de la importancia de lo grupal, la relación entre lo grupal y lo comunitario, nuevas formas de comunicación” (2002). A su vez, estuvieron orientadas en contenidos relacionados a la Educación Sexual Integral y su implementación en el ámbito educativo, los métodos anticonceptivos, la planificación de embarazos, identidades de género, roles de género, consentimiento en relaciones sexuales, estereotipos de masculinidad y feminidad reproducidos por los medios de comunicación; con el fin de generar debates desde el sentido común y poder problematizar los distintos temas.

Un instrumento que utilizamos de manera constante a lo largo de las prácticas fue el cuaderno de campo de forma grupal, en donde al finalizar cada acercamiento al territorio llevamos a cabo un análisis y a partir de él realizamos planificaciones a futuro con sus respectivos balances. Permitiendo relacionar los tres momentos, inserción, diagnóstico y planificación, del proceso metodológico de intervención profesional.

Según la ficha metodológica N°1 de Terzaghi y Lugano (2008) el cuaderno de campo es considerado “el instrumento que debe dar cuenta detalladamente de lo que sucede en el barrio, en la práctica, en el grupo y en la institución donde transcurra nuestra actividad” el cual tiene una serie de aspectos a considerar en la elaboración del registro: identificación de la actividad (fecha y horario); objetivo de la actividad comunitaria e institucional; actores intervinientes (integrantes del grupo, miembros de la institución centro de prácticas, otros actores); desarrollo de la actividad (contexto, problemáticas, estrategias de resolución, participación, sujetxs y grupos, identificación de los sentidos); recuperación del desempeño individual y grupal (obstáculos, aspectos a debatir e interrogantes).

Alfredo Carballeda entiende que “la observación como una de las instancias de la intervención en comunidad implica una forma de aproximación a la realidad que se pretende estudiar en términos de conocimientos de lo microsocial” [...] “Aquello que es observado tiene historicidad, forma parte de un proceso, expresa lo colectivo y se encuentra en movimiento permanente” (2002:120). Por esta razón, consideramos que a lo largo de nuestras prácticas la observación fue una herramienta que nos sirvió tanto en las clases que solamente observamos como en las actividades que nosotras realizamos intervención ya que recopilamos información importante sobre su contexto, la historización del barrio y de las personas que lo habitan.

Entendiendo la intervención como campo problemático, tomamos que “la Cuestión Social debe ser problematizada y mediada por las condiciones socio-históricas de cada sociedad”, vemos reflejada la cuestión social a partir de los diversos relatos en donde se mencionan las distintas problemáticas relacionadas a la vivienda, a la nutrición, la inserción al mercado laboral, a los diferentes tipos de violencia y a la economía familiar. Por esta razón, definimos nuestro campo problemático, como el lugar donde se entrelazan las diversas manifestaciones de la Cuestión Social expresadas en la inserción en el ámbito laboral vinculada a la clase social y el género en la institución Copa de Leche Los Hermanos, en el barrio Altos de San Lorenzo. Creemos que esto nos fue útil para poder realizar un análisis que dé cuenta la complejidad de las problemáticas mencionadas que son consecuencia del sistema económico capitalista del cual somos parte.

Entendemos que en la intervención pre profesional se debe llevar a cabo un análisis interseccional como se plantea en el artículo de Awid (2004) en donde se desarrolla que “la interseccionalidad es una herramienta analítica para estudiar, entender y responde a las maneras en que el género se cruza con otras identidades y cómo estos cruces contribuyen a experiencias únicas de opresión y privilegio” para poder entender que se entrecruzan las distintas identidades de quienes asisten al curso ya que son mujeres que en algunos casos cuidaron familiares sin remuneración, algunas extranjeras de países limítrofes, madres solteras, que pertenecen a una clase social vulnerada, habitando en un barrio periférico de la Ciudad de La Plata, con una dificultad de insertarse en el mercado laboral formal.

A partir de este análisis interseccional nosotras entendemos que estos factores influyen en su cotidianeidad impidiendo manifestarse ante las violencias laborales pues esto implicaría el riesgo de perder su puesto de trabajo, siendo éste su ingreso económico. El análisis interseccional no puede dejar de lado el contexto neoliberal actual en que se encuentra el país, el cual afecta específicamente a la clase popular porque hay recortes laborales cotidianos que van en paralelo con aumentos en los insumos de la canasta básica.

Sostenemos que es relevante hacer énfasis en el punto en donde desarrollamos que pertenecen a una clase social vulnerada que habita un barrio periférico de la Ciudad de La Plata donde se observan diferentes manifestaciones de la Cuestión Social. En un primer momento, es necesario problematizar la existencia de un comedor y su importancia en la alimentación y educación, ya que es una institución de gestión privada que pretende dar respuestas a la falta de políticas públicas a estos problemas sociales. Consideramos necesario destacar un relato de que el suministro de la leche se realizaba de forma escasa en el centro de salud primaria donde actualmente se ha recortado o incluso se ha entregado vencidas.

La intervención desde el Trabajo Social implica desde la mediación con el otrx para recuperar el relato, la historicidad, el contexto cultural y económico, las inscripciones de lo social en los cuerpos particulares, que queda invisibilizado por parte tanto del Estado como de la sociedad que estigmatiza y margina a sectores subalternos. Nuestra intervención se enfocó en los relatos de lxs otrxs, desde la palabra de aquellxs que son llamadxs portadores de la Cuestión Social, teniendo en cuenta que el objetivo no es agregar o quitar nada, sino hacer valer la palabra de lxs sujetxs que interpelamos, recuperando sus discursos, la percepción de la vida cotidiana, conocimientos que se recobran desde la acción de la práctica.

[1] La Cuestión Social es la expresión de la relación contradictoria entre capital-trabajo que constituye el núcleo central de un proceso que explicita en la forma de organización económica, social y política que afecta a la clase trabajadora en su proceso de reproducción biológica y social, así como a los sectores sociales no involucrados en dicho proceso productivo. (Rozas Pagaza, 1998)