Los escudos de armas o blasones heráldicos aparecen en Occidente a principios del siglo XII. En un primer momento son de carácter personal y después pasan a ser hereditarios para los descendientes de una misma familia o linaje. Por lo tanto, puede suceder que personas del mismo apellido, dependiendo del linaje al que pertenezcan, tengan distintos escudos o incluso no tenerlos según su historia familiar. El escudo pertenece a un linaje determinado y NO al apellido, y por ello el uso correcto de un escudo de armas o blasón tiene que ser demostrado mediante una investigación genealógica y heráldica previas. Las siguientes imágenes de blasones son modificaciones propias basadas en otras imágenes y descripciones de referencia publicadas en varios tratados heráldicos y en sitios web especializados como el de www.heraldicahispana.com