Al final del año 2021 concluí este portafolio elaborado en el curso FAED 4001, Seminario Reflexivo Profesional I que tiene como objetivo dialogar sobre los principios que definen la profesión de ser educador, su proceso y desarrollo. Sin embargo, el curso me enseñó mucho más, pues me dejó saber que la profesión no es sencilla y es un desarrollo continuo, a la vez que me presentó varias ideas de la educadora que deseo ser. Mi deseo de ser maestra surgió, ya que me apasionaba trabajar con niños; sin embargo, ser maestra es más que trabajar con niños, es enseñar nuevas generaciones y al principio yo no comprendía bien este concepto. Antes de este curso, sabía que no quería ser parte de la educación bancaria, pero desconocía qué herramientas o ideas debía tomar para implementar mi plan de educación. Las herramientas las conseguí y me fueron presentadas en este curso según cada competencia trabajada y evaluada. Ser maestros no es una profesión fácil, sin embargo, sí es una que requiere pasión y a través de este curso conocí ideas de cómo mantener esa pasión y no tornarme en una educadora monótona en la práctica. Al iniciar el curso no tenía claro que me esperaría porque no había buscado información, pero sabía que no sería un camino fácil. Cada competencia me enseñó algo diferente y me dio la oportunidad de demostrar mis experiencias de vida. Además, me recordó por qué ser maestra es lo que deseo para mi futuro. Durante este ensayo, les presentaré lo que cada competencia me enseñó y que me aportó a mi futuro como educadora.
En este Portafolio electrónico se trabajaron diez competencias en total y cada una me aportó un conocimiento distinto. Las nombraré como evidencia que este portafolio no será un trabajo más, sino un aprendizaje y una experiencia en mi desarrollo como educadora. Durante la competencia número uno se trabajó el dominio y conocimiento de la materia y lo que me llevé de esta fue cómo dominar el conocimiento de materia, conocer sobre otras materias y la capacidad de enseñar. En la competencia número dos, se trabajó el principio de diversidad y en esta establecimos que ningún estudiante piensa ni actúa igual. Cada estudiante tiene necesidades distintas y la inteligencia de una persona puede expresarse de diferentes maneras y todas son importantes. Considero que esta competencia es esencial para comprender a nuestros estudiantes en un ámbito más personal. Trabajamos en la competencia tres la planificación y aprendimos a organizar nuestros planes de manera articulada para que, tanto la enseñanza como el aprendizaje, sean bien reflexionados. Debemos plantearnos un propósito al momento de planificar y en sí la planificación debe ser un proceso bastante pensado y elaborado, ya que el éxito del material sea efectivo o no comienza desde la planificación. Como competencia número cuatro se trabajó la implantación e investigación de la enseñanza y los tres conocimientos obtenidos en esta fueron que, al investigar, el maestro puede explicar mejor el contenido, el aprendizaje nunca acaba para nadie y es necesario incluir actividades reflexivas y de investigación para los estudiantes. El principio número cinco fue la creación de ambientes de aprendizaje y su enseñanza fue que el aspecto físico se complementa con el desarrollo de un ambiente socioemocionalmente adecuado. Por lo tanto, el ambiente debe ser dinámico y vivo. Por otra parte, el profesor debe tener una actitud alegre, adecuada y mantenerse en sintonía con sus estudiantes. Todo estudiante puede dar más de si mismo, solo necesita el impulso necesario y el niño se debe sentir en un ambiente seguro para que esté abierto al aprendizaje. Durante la competencia número seis se trabajó el tema de la comunicación y estudiamos que la educación requiere de la comunicación, pero debe ser más allá de la simple información. El lenguaje corporal como el verbal es igual de importante en la enseñanza y la comunicación correcta abre muchas puertas de oportunidades para el maestro y un mundo de posibilidades para el estudiante. La competencia número siete nos presentaba la necesidad de innovarnos como educadores, particularmente a través de la integración de las tecnologías emergentes de la información y la comunicación (TICs). Comprendimos que en el momento presente que vivimos la tecnología es muy beneficiosa y debemos sacarle provecho en el ámbito escolar. Nuestro deber como futuros maestros es evaluar la información y concientizar a nuestros estudiantes sobre el peligro de las tecnologías y apoyarnos en las nuevas tecnologías que nos pueden ayudar a crear una clase dinámica y entretenida. En la número ocho, la evaluación fue el principio trabajado y conocí que la evaluación y el avalúo no es lo mismo. Uno mide lo aprendido a base de calificación y el otro avalúa el proceso de enseñanza durante el proceso del mismo. Como maestros, debemos eliminar el modelo de autopsia para reconocer nuestros errores a tiempo y no al final del curso cuando ya no se puede hacer nada. Para una enseñanza de calidad debemos realizar avalúos y comentar con nuestros estudiantes nuestras observaciones para su beneficio. El principio de la competencia número nueve fue la importancia de las relaciones con la comunidad y nos ayudó a entender que debemos conocer los contextos sociales en los cuales la enseñanza está insertada para saber las necesidades de los estudiantes. Hay aprendizaje fuera y dentro de la sala de clases, por lo tanto, es importante reconocer que la educación es trabajo de toda la comunidad. Por último, se presentó la competencia que considero más importante y primordial porque si no se trabaja se pierden las demás competencias. Esta es el desarrollo y desempeño profesional y personal. Como maestros, debemos evaluar y tomar responsabilidad de nuestras acciones, debemos seguir creciendo y tener presente tanto las necesidades de los estudiantes como las propias. Aunque no veamos los frutos de nuestra enseñanza, no quiere decir que no fue exitosa; indirectamente veremos que sí fue excelente el aprendizaje. Si no priorizamos nuestro conocimiento, desarrollo y responsabilidades no seremos educadores preparados para enfrentarnos a las otras competencias que trabajamos.
Gracias a la experiencia de trabajar las competencias y el portafolio, reafirmé mi deseo de desarrollarme en este campo de la educación. Conocí mejor cómo manejar plataformas, como el “PortaE”, entre otras, que me será útil en este transcurso de preparación en el campo de la educación. El aprendizaje no acaba al recibir mi diploma y creo que, como futuros educadores, debemos conocer y tener el deseo de aprender junto a nuestros estudiantes. Debo seguir trabajando día tras día para lograr mis metas y entre esas está ser educadora, pero sin perder jamás la pasión por enseñar, ni la pasión por aprender de los demás. En un futuro la educación de las nuevas generaciones estará en mis manos y, aunque muchos no valoren esta hermosa profesión, esta será la que ayudará a muchos estudiantes. Quiero ser parte del cambio y ayudar a cambiar la mentalidad de que la educación no es necesaria, sino que sin ella no tendríamos futuro. Este curso me hará más consciente que cada conocimiento o experiencia vivida será útil para mi camino y que ninguna es mala, sino que es una manera de aprender y entender. La vida es una montaña que debemos escalar. Nos caeremos, resbalaremos y hasta nos rendiremos; no obstante, al llegar a la cima nos encontraremos con más fuerza y ganas de luchar. Debemos priorizar enseñar con amor y valorar todo a nuestro alrededor. Cada competencia me enseñó a amar esta profesión un poco más y agradezco sin duda esta experiencia y lo que me traerá para el futuro. Como último, quisiera dejar una frase de Confucio “La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz.” Como maestros, somos la llave para cambiar el mundo en que vivimos para mejorar y, si nos olvidamos de esto, nos olvidamos de ser maestros.