Es una estrategia didáctica activa y práctica que busca promover el aprendizaje significativo y la adquisición de habilidades a través de la experiencia directa y la participación activa de los estudiantes. Un taller suele implicar la realización de actividades prácticas, ejercicios, discusiones grupales y reflexiones.
Objetivos claros: Define claramente los objetivos del taller.
Identificar el público objetivo: Considera las características y necesidades del grupo de estudiantes que participarán en el taller.
Planificación de actividades: Diseña una variedad de actividades prácticas que permitan a los estudiantes experimentar y aplicar los conceptos que se están enseñando.
Secuencia lógica: Organiza las actividades de manera lógica y progresiva.
Materiales y recursos: Prepara los materiales y recursos necesarios para llevar a cabo las actividades.
Facilitación y guía: Como docente o facilitador, es importante guiar y acompañar a los estudiantes durante el taller.
Espacio y tiempo: Asegúrate de contar con un espacio adecuado para realizar las actividades del taller.
Evaluación y retroalimentación: Al finalizar el taller, brinda oportunidades para que los estudiantes reflexionen sobre lo que han aprendido.
Continuidad: Si es posible, busca formas de dar continuidad al aprendizaje adquirido en el taller.
La mesa redonda es una estrategia efectiva para desarrollar habilidades de comunicación, trabajo en equipo, pensamiento crítico y resolución de problemas. También permite a los estudiantes explorar diferentes perspectivas sobre un tema y aprender a respetar y considerar las opiniones de los demás. Es una excelente manera de fomentar un ambiente de aprendizaje interactivo y participativo en el aula.