Resumen de la -amorosa actuación-de Dios

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1Ts.5...

...........Porque Dios no nos ha destinado al castigo, 

sino a obtener la salvación 

por medio de nuestro Señor Jesucristo;

 él murió por nosotros para que, 

despiertos o dormidos, vivamos con él. 

Por eso, animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis.

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Sabia, pues,  y de manera bellísima, la Iglesia, inspirada por el Espíritu Santo, nuestro Dios, nuestro Consolador y Defensor que administra y nos explica, lleno de Amor suavísimo y profundo,  la herencia que nos ha dejado el Señor, el Hijo Eterno de Dios, nuestro amado Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, según designio de Dios Padre, nuestro Creador Omnipotente, lleno de Amor y de Misericordia por todas sus criaturas, herencia sin igual, inefable y maravillosa que la Santa Madre Iglesia resume y completa su pleno sentido en las distintas oraciones de la liturgia de la Santa Eucaristía y en sus acciones a través de la historia...

De manera que..

            ....Aquí está manifestada, bajo la sencillez de las palabras humanas , el sentido divino de la Historia de Amor de Dios con sus criaturas, con toda la creación, para conocimiento nuestro y profunda e íntima alegría, fe, esperanza y caridad.

                                                            conferencia episcopal>>>>

1.-

.........Al tratar de desarrollar tan débil y pobremente la exposición de  esta actuación amorosa de Dios con tan humildes palabras humanas, que apenas alcanzan a vislumbrar una tenue lucecita de este Amor divino, me veo obligado a....

Empezar dando alabanzas a la Trinidad Santísima, un sólo Dios Padre y Creador Nuestro...,.

reconociendo el inmenso don de Jesucristo que nos ha salvado, implorando su piedad, tomando las palabras del

Tomado del ORDINARIO DE LA MISA......... 

GLORIA 

 

Gloria a Dios en el cielo, 

y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. 

Por tu inmensa gloria te alabamos, 

te bendecimos, te adoramos, 

te glorificamos, te damos gracias, 

Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.  

 

Señor, Hijo único, Jesucristo, 

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; 

tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; 

tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; 

tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros. 

Porque sólo tú eres Santo, 

sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, 

Jesucristo, con el espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. 

Amén

.........

....Por lo cual en la Plegaria Eucarística  II, hacemos presente  nuestra acción de gracias, nuestro amor reverente a Dios, nuestro Padre, Creador y Señor de todo cuanto existe, pero lo hacemos por Jesucristo nuestro Señor, por quien hemos recibido todos los bienes, Por Cristo que es quien da sentido a nuestra existencia y a la existencia de la Creación entera. Y lo hacemos  rogando a Dios su misericordia por y para todos cuantos lo aman, lo han amado y lo amarán, así:

En verdad es justo y necesario, 

es nuestro deber y salvación, 

darte gracias, Padre Santo, siempre y en todo lugar, 

por Jesucristo, tu Hijo amado. 

 

Por el, que es tu Palabra, 

hiciste todas las cosas; 

tú nos lo enviaste para que, 

hecho hombre por obra del Espíritu Santo 

y nacido de Maria, la Virgen, 

fuera nuestro Salvador y Redentor. 

El, en cumplimiento de tu voluntad, 

para destruir la muerte y manifestar la resurrección, 

extendió sus brazos en la cruz, 

y así adquirió para ti un pueblo santo. 

Por eso con los ángeles y los santos 

proclamamos tu gloria, diciendo: 

 

Santo, Santo, Santo es el Señor, 

Dios del Universo. 

Llenos están el cielo y la tierra de su gloria. 

Hosanna en el cielo. 

Bendito el que viene en nombre del Señor. 

Hosanna en el cielo. 

 

Santo eres en verdad, Señor, 

fuente de toda santidad; 

por eso te pedimos que santifiques estos dones 

con la efusión de tu Espíritu, 

de manera que sean para nosotros 

Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. 

El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, 

voluntariamente aceptada, 

                                    tomó pan; dándote gracias, lo partió                                                         

        ORDINARIO DE LA MISA 

                                                                               http://www.conferenciaepiscopal.es 5 

y lo dio a sus discípulos diciendo: 

 

TOMAD Y COMED TODOS DE EL, 

PORQUE ESTO ES MI CUERPO, 

QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS. 

 

Del mismo modo, acabada la cena, 

tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, 

lo pasó a sus discípulos, diciendo: 

 

TOMAD Y BEBED TODOS DE EL, 

PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, 

SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, 

QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS 

Y POR TODOS LOS HOMBRES 

PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. 

HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA. 

 

Éste es el Sacramento de nuestra fe: 

 

Anunciamos tu muerte, 

proclamamos tu resurrección. 

!Ven, Señor Jesús! 

 

Así, pues, Padre, 

al celebrar ahora el memorial 

de la muerte y resurrección de tu Hijo, 

te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, 

y te damos gracias porque nos haces dignos 

de servirte en tu presencia. 

Te pedimos, humildemente, 

que el Espíritu Santo congregue en la unidad 

a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo. 

 

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; 

y con el Papa ... , con nuestro Obispo ... 

y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, 

llévala a su perfección por la caridad. 

 

Acuérdate también de nuestros hermanos 

que durmieron en la esperanza de la resurrección, 

y de todos los que han muerto en tu misericordia; 

admítelos a contemplar la luz de tu rostro. 

Ten misericordia de todos nosotros, 

y así, con María, la Virgen, Madre de Dios, 

los apóstoles 

y cuantos vivieron en tu amistad 

a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, 

compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas. 

 

Por Cristo, con él y en él, 

a ti, Dios Padre omnipotente, 

en la unidad del Espíritu Santo, 

todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. 

Amén. 

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Y de la misma manera en la Plegaria Eucarística III, reconocemos a Dios Padre Creador de todo, recordando y proclamando el Inmenso Amor de Dios con nosotros, manifestado en Cristo Jesús, Nuestro Señor, en su Pasión, Muerte y Resurrección que nos han merecido el Don altísimo del Espíritu Santo, nuestro Dios, Maestro y Defensor..............y la Vida Eterna

 Éste es el Sacramento de nuestra fe: 

 

Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, 

anunciamos tu muerte, Señor, 

hasta que vuelvas. 

 

Así, pues, Padre, 

al celebrar ahora el memorial 

de la pasión salvadora de tu Hijo, 

de su admirable resurrección, y ascensión al cielo, 

mientras esperamos su venida gloriosa, 

te ofrecemos, en esta acción de gracias, 

el sacrificio vivo y santo. 

 

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, 

y reconoce en ella la Víctima 

por cuya inmolación 

quisiste devolvernos tu amistad, 

para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo 

y llenos de su Espíritu Santo, 

formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu. 

 

Que él nos transforme en ofrenda permanente, 

para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: 

con Maria, la Virgen, Madre de Dios, 

los apóstoles y los mártires, y todos los santos, 

por cuya intercesión 

confiamos obtener siempre tu ayuda. 

 

Te pedimos, Padre, 

que esta Víctima de reconciliación 

traiga la paz y la salvación al mundo entero. 

Confirma en la fe y en la caridad 

a tu Iglesia, peregrina en la tierra: 

a tu servidor, el Papa ... , 

a nuestro Obispo ... , 

al orden episcopal, 

a los presbíteros y diáconos, 

y a todo el pueblo redimido por ti. 

 

Atiende los deseos y súplicas de esta familia 

que has congregado en tu presencia. 

Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, 

a todos tus hijos dispersos por el mundo. 

A nuestros hermanos difuntos

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y a cuantos murieron en tu amistad, 

recíbelos en tu Reino, 

donde esperamos gozar todos juntos 

de la plenitud eterna de tu gloria, 

por Cristo Señor nuestro, 

por quien concedes al mundo todos los bienes. 

 

Por Cristo, con él y en él, 

a ti, Dios Padre omnipotente, 

en la unidad del Espíritu Santo, 

todo honor y toda gloria 

por los siglos de los siglos. 

Amén. 

 

 

RITO DE LA COMUNIÓN 

 

Fieles a la recomendación del Salvador 

y siguiendo su divina enseñanza, 

nos atrevemos a decir: 

 

 

PADRENUESTRO 

 

Padre nuestro, que estás en el cielo, 

santificado sea tu Nombre; 

venga a nosotros tu reino; 

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. 

Danos hoy nuestro pan de cada día; 

perdona nuestras ofensas, 

como también nosotros perdonamos 

a los que nos ofenden; 

no nos dejes caer en la tentación, 

y líbranos del mal. 

 

Líbranos de todos los males, Señor, 

y concédenos la paz en nuestros días, 

para que, ayudados por tu misericordia, 

vivamos siempre libres de pecado 

y protegidos de toda perturbación, 

mientras esperamos la gloriosa venida 

de nuestro Salvador Jesucristo. 

 

Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. 

 

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: 

"La paz os dejo, mi paz os doy"; 

no tengas en cuenta nuestros pecados, 

sino la fe de tu Iglesia 

y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. 

Tú que vives y reinas 

por los siglos de los siglos. 

 

Amén. 

 

La paz del Señor esté siempre con vosotros. 

 

Y con tu espíritu. 

 

CORDERO DE DIOS 

 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 

ten piedad de nosotros. 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 

ten piedad de nosotros. 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 

danos la paz. 

 

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 

Dichosos los invitados a la cena del Señor. 

 

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, 

pero una palabra tuya bastará para sanarme. 

 

El Cuerpo de Cristo. 

Amén

            

                Por consiguiente, es muy bueno escuchar a los maestros que anduvieron por los caminos de Dios, sabiamente, antes que nosotros, 

hijos... ved un ejemplo.....en estos párrafos de un autor del siglo II, anónimo... sacado de la liturgia de las horas de la semana XXXII, sábado...

..................os pido por favor que os arrepintáis de todo corazón, con lo que obtendréis la salvación y la vida. Obrando así, serviremos de modelo a todos aquellos jóvenes que quieren consagrarse a la bondad y al amor de Dios. 

No tomemos a mal ni nos enfademos tontamente cuando alguien nos corrija con el fin de retornarnos al buen camino, porque a veces obramos el mal sin darnos cuenta, por nuestra doblez de alma y por la incredulidad que hay en nuestro interior, y porque tenemos sumergido el pensamiento en las tinieblas a causa de nuestras malas tendencias.

.................Practiquemos, pues, el bien, para que al fin nos salvemos. Dichosos los que obedecen estos preceptos; aunque por un poco de tiempo hayan de sufrir en este mundo, cosecharán el fruto de la resurrección incorruptible. Por esto, no ha de entristecerse el justo si en el tiempo presente sufre contrariedades: le aguarda un tiempo feliz; volverá a la vida junto con sus antecesores y gozará de una felicidad sin fin y sin mezcla de tristeza.

Tampoco ha de hacernos vacilar el ver que los malos se enriquecen, mientras los siervos de Dios viven en la estrechez. Confiemos, hermanos y hermanas: sostenemos el combate del Dios vivo y lo ejercitamos en esta vida presente, con miras a obtener la corona en la vida futura. Ningún justo consigue en seguida la paga de sus esfuerzos, sino que tiene que esperarla pacientemente. Si Dios premiase en seguida a los justos, la piedad se convertiría en un negocio; daríamos la impresión de que queremos ser justos por amor al lucro y no por amor a la piedad. Por esto, los juicios divinos a veces nos hacen dudar y entorpecen nuestro espíritu, porque no vemos aún las cosas con claridad.

Al solo Dios invisible, Padre de la verdad, que nos ha enviado al Salvador y Autor de nuestra incorruptibilidad por el cual nos ha dado también a conocer la verdad y la vida celestial, a él sea la gloria por los siglos de los siglos Amén.

R/. Apártate del mal y haz el bien, porque el Señor

 ama la justicia y no abandona a sus fieles.

V/. No te exasperes por los malvados,

 no envidies a los que obran el mal.

R/. Porque el Señor ama la justicia 

y no abandona a sus fieles. 

2

Escuchemos finalmente a San Agustín que nos refiere como acabará 

- siendo que nunca acabará-, esta historia del Amor de Dios:

..............Sin embargo, hermanos, como a los hombres les parecía increíble lo prometido por Dios -a saber, que los hombres habían de igualarse a los ángeles de Dios, saliendo de esta mortalidad, corrupción, bajeza, debilidad, polvo y ceniza-, no sólo entregó la escritura a los hombres para que creyesen, sino que también puso un mediador de su fidelidad. 

Y no a cualquier príncipe, o a un ángel o arcángel sino a su Hijo único. Por medio de éste había de mostrarnos y ofrecernos el camino por donde nos llevaría al fin prometido.

Poco hubiera sido para Dios haber hecho a su Hijo manifestador del camino. Por eso, le hizo camino, para que, bajo su guía, pudieras caminar por él.

Debía, pues, ser anunciado el unigénito Hijo de Dios en todos sus detalles: en que había de venir a los hombres y asumir lo humano, y, por lo asumido, ser hombre, morir y resucitar, subir al cielo, sentarse a la derecha del Padre y cumplir entre las gentes lo que prometió. 

Y, después del cumplimiento de sus promesas, también cumpliría su anuncio de una segunda venida, para pedir cuentas de sus dones, discernir los vasos de ira de los de misericordia, y dar a los impíos las penas con que amenazó, y a los justos los premios que ofreció.

Todo esto debió ser profetizado, anunciado, encomiado como venidero, para que no asustase si acontecía de repente, sino que fuera esperado porque primero fue creído.

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R/. Nuestro Dios volverá a compadecerse. Extinguirá nuestras culpas, 

arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos.

V/. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, 

por su nombre, el perdón de los pecados.

R/. Extinguirá nuestras culpas, arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos.

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