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Habla, Santo Tomás de Aquino, de la Vida Perdurable de esta manera:

"Adecuadamente termina el Símbolo, resumen de nuestra fe, con aquellas palabras: «La vida perdurable. Amén». Porque esta vida perdurable es el término de todos nuestros deseos.La vida perdurable consiste, primariamente, en nuestra unión con Dios, ya que el mismo Dios en persona es el premio y el término de todas nuestras fatigas:

 Yo soy tu escudo y tu paga abundante.

Esta unión consiste en la visión perfecta: Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. También consiste en la suprema alabanza, como dice el profeta: Allí habrá gozo y alegría, con acción de gracias al son de instrumentos.

Consiste, asimismo, en la perfecta satisfacción de nuestros deseos, ya que allí los bienaventurados tendrán más de lo que deseaban o esperaban. La razón de ello es porque en esta vida nadie puede satisfacer sus deseos, y ninguna cosa creada puede saciar nunca el deseo del hombre: sólo Dios puede saciarlo con creces, hasta el infinito; por esto, el hombre no puede hallar su descanso más que en Dios, como dice san Agustín: «Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón no hallará reposo hasta que descanse en ti».

Los santos, en la patria celestial, poseerán a Dios de un modo perfecto, y, por esto, sus deseos quedarán saciados y tendrán más aún de lo que deseaban. Por esto, dice el Señor: Entra en el gozo de tu Señor. Y san Agustín dice: «Todo el gozo no cabrá en todos, pero todos verán colmado su gozo. Me saciaré de tu semblante; y también: 

<<El sacia de bienes tus anhelos».

Todo lo que hay de deleitable se encuentra allí superabundantemente. Si se desean los deleites, allí se encuentra el supremo y perfectísimo deleite, pues procede de Dios, sumo bien: Alegría perpetua a tu derecha.

La vida perdurable consiste, también, en la amable compañía de todos los bienaventurados, compañía sumamente agradable, ya que cada cual verá a los demás bienaventurados participar de sus mismos bienes. Todos, en efecto, amarán a los demás como a sí mismos, y, por esto, se alegrarán del bien de los demás como el suyo propio. Con lo cual, la alegría y el gozo de cada uno se verán aumentados con el gozo de todos."

Y así , también, de forma tan hermosa, lo expone San Bruno: 

Comentario sobre los salmos 83 

¡Qué deseables son tus moradas! Mi alma se consume y anhela llegar a los atrios del Señor, es decir, desea llegar a la Jerusalén del cielo, la gran ciudad del Dios vivo. 

El salmista nos muestra cuál sea la razón por la que desea llegar a los atrios del Señor: «Lo deseo, Señor, Dios de los ejércitos celestiales, Rey mío y Dios mío, porque son dichosos los que viven en tu casa, la Jerusalén celestial». 

Es como si dijera: «¿Quién no anhelará llegar a tus atrios, siendo tú el mismo Dios, el Señor de los ejércitos, el Rey del universo? ¿Quién no anhelará penetrar en tu tabernáculo si son dichosos los que viven en tu casa?» Atrios y casa significan aquí lo mismo. 

Y cuando dice aquí dichosos ya se sobrentiende que tienen tanta dicha cuanta el hombre es capaz de concebir. 

Por ello, son dichosos los que habitan en sus atrios, porque alaban a Dios con un amor totalmente definitivo, que durará por los siglos de los siglos, es decir, eternamente; y no podrían alabar eternamente, sino fueran eternamente dichosos. 

Esta dicha nadie puede alcanzarla por sus propias fuerzas, aunque posea ya la esperanza, la fe y el amor; únicamente la logra el hombre dichoso que encuentra en ti su fuerza, y con ella dispone su corazón para que llegue a esta suprema felicidad, que es lo mismo que decir: única mente alcanza esta suprema dicha aquel que, después de ejercitarse en las diversas virtudes y buenas obras, recibe además el auxilio de la gracia divina; pues por sí mismo nadie puede llegar a esta suprema felicidad, como lo afirma el mismo Señor: Nadie ha subido al cielo - se entiende por sí mismo-, sino el Hijo del hombre que está en el cielo. 

Afirmo que dispone su corazón para subir hasta esta suprema felicidad, porque, de hecho, el hombre se encuentra en un árido valle de lágrimas, es decir, en un mundo que, en comparación con la vida eterna, que viene a ser como un monte repleto de alegría, es un valle profundo donde abundan los sufrimientos y las tribulaciones. 

Pero, como sea que el profeta declara dichoso al hombre que encuentra en ti su fuerza, podría alguien preguntarse: «¿Concede Dios su ayuda para conseguir esto?» A ello respondo: «Sin duda alguna, Dios concede a los santos este auxilio.» 

En efecto, nuestro legislador, Cristo, el mismo que nos dio la ley, nos ha dado y continuará dándonos sin cesar sus bendiciones; con ellas nos irá elevando hacia la dicha suprema, y así subiremos, de altura en altura, hasta que lleguemos a contemplar a Cristo, el Dios de los dioses; él nos divinizará en la futura Jerusalén del cielo: por esto, allí podremos contemplar al Dios de los dioses, es decir, a la Santa Trinidad en sus mismos santos; es decir, nuestra inteligencia sabrá descubrir en nosotros mismos a aquel Dios a quien nadie en este mundo pudo ver, y de esta forma Dios lo será todo en todos. 

                                                           

Por otra parte:

Muy hermosamente,  San Agustín hablando de la vida perdurable dice: ........el que pide...

..................la vida dichosa de la gloria, y esa sola cosa busca, éste pide con seguridad y pide con certeza, y no puede temer que algo le sea obstáculo para conseguir lo que pide, pues pide aquello sin lo cual de nada le aprovecharía cualquiera otra cosa que hubiera pedido, orando como conviene. esta es la única vida verdadera, la única vida feliz: contemplar eternamente la belleza del Señor, en la inmortalidad e incorruptibilidad del cuerpo y del espíritu. En razón de esta sola cosa, nos son necesarias todas las demás cosas; en razón de ella, pedimos oportunamente las demás cosas. Quien posea esta vida poseerá todo lo que desee y allí nada podrá desear que no sea conveniente.

Allí está la fuente de la vida, cuya sed debemos avivar en la oración mientras vivimos aún de esperanza. Pues ahora vivimos sin ver lo que esperamos, seguros a la sombra de las alas de aquel ante cuya presencia están todas nuestras ansias; pero tenemos la certeza de nutrirnosun día de lo sabroso de su casa y de beber del torrente de sus delicias, porque en él está la fuente viva y su luz nos hará ver la luz; aquel día en el cual todos nuestros deseos quedarán saciados con sus bienes y ya nada tendremos que pedir gimiendo, pues todo lo poseeremos gozando.

Pero como esta única cosa que pedimos consiste en aquella paz que sobrepasa toda inteligencia, incluso cuando en la oración pedimos esta paz hemos de decir que no sabemos pedir lo que nos conviene. Porque no podemos imaginar cómo sea esta paz en sí misma y, por tanto, no sabemos pedir lo que nos conviene. Cuando se nos presenta al pensamiento alguna imagen de ella, la rechazamos, la reprobamos, reconocemos que está lejos de la realidad, aunque continuamos ignorando lo que buscamos.

Pero hay en nosotros, para decirlo de algún modo, una docta ignorancia; docta, sin duda, por el Espíritu de Dios, que viene en ayuda de nuestra debilidad. En efecto, dice el Apóstol: Si esperamos lo que no vemos, lo aguardamos con anhelo y constancia. Y añade a continuación: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y aquel que escudriña los corazones sabe cómo son los deseos del Espíritu, es decir, que su intercesión en favor de los fieles es según el querer de Dios.

                                                                                                                        

2

-EN CRISTO RESUCITADO, 

DIOS NOS HA CUMPLIDO

 

TODAS LAS PROMESAS. 

Como dice.....Ez.18 

31 Descargaos de todos los crímenes que habéis cometido contra mí, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel? 

32 Yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien fuere, oráculo del Señor Yahveh. Convertíos y vivid-// 

Y muy llanamente nos lo ilustra así...San Fulgencio de Ruspe..............

Los que en la vida presente, transformados por el temor de Dios, pasan de mala a buena conducta pasan de la muerte a la vida, y más tarde serán transformados de su humilde condición a una condición gloriosa.

La primera transformación gratuita consiste en la justificación, que es una resurrección espiritual, don divino que es una incoación de la transformación perfecta que tendrá lugar en la resurrección de los cuerpos de los justificados, cuya gloria será entonces perfecta, inmutable y para siempre. Esta gloria inmutable y eterna es, en efecto, el objetivo al que tienden, primero, la gracia de la justificación y, después, la transformación gloriosa.

En esta vida somos transformados por la primera resurrección, que es la iluminación destinada a la conversión; por ella, pasamos de la muerte a la vida, del pecado a la justicia, de la incredulidad a la fe, de las malas acciones                                                         a 

una conducta santa. Sobre los que así obran no tiene poder alguno la segunda muerte. De ellos, dice el Apocalipsis: Dichoso aquel a quien le toca en suerte la primera resurrección, sobre ellos la segunda muerte no tiene poder. Y leemos en el mismo libro: El que salga vencedor no será víctima de la muerte segunda.

Así como hay una primera resurrección, que consiste en la conversión del corazón, así hay también una segunda muerte, que consiste en el castigo eterno.

  ......................................

R/. Habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.

V/. Consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

R/. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria

..................................................

¿Cómo podremos convertirnos?

........Mas Tú Señor nos realizas todas nuestras obras. 

Anunciadas ya en EZ, 36........ 

24 Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países 

y os llevaré a vuestro suelo. 

25 Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; 

de todas vuestras impurezas   y de todas vuestras basuras os purificaré. 

26 Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, 

quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 

27 Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis 

según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas. 

28 Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres. 

Vosotros seréis mi pueblo

y yo seré vuestro Dios.

29 Os salvaré de todas vuestras impurezas, 

llamaré al trigo y lo multiplicaré y no os someteré más al hambre. 

.......... 

31 Entonces os acordaréis de vuestra mala conducta y de vuestras acciones 

que no eran buenas, y sentiréis asco de vosotros mismos 

por vuestras culpas y vuestras abominaciones. 

32 No hago esto por vosotros - oráculo del Señor Yahveh - sabedlo bien.

 Avergonzaos y confundíos de vuestra conducta.... 

..........................................

Promesas-------ya -------cumplidas en Cristo 

http://www.Imp3-V1.1.html 

----------que serán un hecho en nosotros que esperamos y confiamos en El. 

Así lo  dice S. Pedro--2P, 3,10sss 

10 El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados, se disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá. 

11 Puesto que todas estas cosas han de disolverse así, ¿cómo conviene que seáis en vuestra santa conducta y en la piedad,12 esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en el que los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos, abrasados, se fundirán? 

13 Pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia. 

14 Por lo tanto, queridos, en espera de estos acontecimientos, esforzaos por ser hallados en paz ante él, sin mancilla y sin tacha. 

15 La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada 

---------------

R/. Ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. 

Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

.................................................................................................

 http://www.youtube.com/watch?v=QCK_iLI0iFM

 Por eso yo, ahora exclamo...XXX                         XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Siempre y en todo caso, BENDITO 

SEA DIOS QUE NOS ALIENTA EN 

NUESTRAS LUCHAS.

---

y  conmigo    

 Cantad al Señor un cántico nuevo,

resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;

que se alegre Israel por su Creador,

los hijos de Sión por su Rey.

                                                                                                                                          

  

pues----------------dice la palabra en  Ap 7,10.12

¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero! 

La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 y ahora que tu corazón, avivando la esperanza y recordando lo que nos dice 1 Jn, grita de alegría:

 "Seremos semejantes a Cristo, porque le veremos tal cual es". 

Sólo el hombre que participa del ser de Dios puede ser admitido en la intimidad de su vida. 

El conocimiento de Dios es propio y exclusivo de Dios mismo: "nadie conoce al Hijo sino el Padre..."

 De nuevo es el ser-con-Cristo el que nos otorga la filiación divina, la auténtica divinización.

 Sí, la Victoria es de Cristo.

Ante el Señor se doblará toda rodilla

 en el cielo y en la tierra.

AMEN, AMEN, ALELUYA...EL SEÑOR.

                                                                                                                

http://www.youtube.com/watch?v=v_pgNucPXok

                            sigue>>>>

  

                                                                                                  

Mira, también, finalmente lo que nos dice...

S. Ireneo............

......Pues justo es que reciban los frutos de sus dolores en la misma naturaleza en la que han laborado o padecido, y han sido probados con todo tipo de sufrimiento; que reciban la vida en la misma naturaleza en la que fueron asesinados por el amor de Dios; y que reinen con la misma naturaleza en la cual fueron sometidos como esclavos. Pues rico es el Señor en todos los bienes, y todas las cosas son suyas.

Por eso conviene que la misma creación restaurada en su estado original, sirva sin impedimento a los justos. El Apóstol declara todo esto en la Carta a los Romanos: <<Con expectativa la creación espera la revelación de los hijos de Dios. 

Pues ella fue sometida a la vanidad, no por su voluntad, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de que la creación misma será liberada de servir a la corrupción, para tener parte en la gloriosa libertad de los hijos de Dios>> (Rom 8,19-21)+++++++++++++

+++++++San Ireneo y la Resurrección >

Recuerda, pues, ......

Libertad auténtica y disfrutada con todos los hijos de Dios,,,,

Escribe el Padre Mario Pezzi, en el valor salvífico del sufrimiento así:

...Los Padres de la Iglesia dieron relieve a esta verdad enseñándonos que no existe el cielo en su forma perfecta sin la comunión de todos los beatos. Lo mismo nos dijeron San Agustín y San Ambrosio, según los cuales en el cielo volveremos a ver a los amigos de un tiempo. 

San Jerónimo (ca. 347­-420) añadió que en la comunidad celeste los beatos se encuentran con personas que no conocían, y su amistad les hará felices como nunca sucedió en la tierra. 

La soledad total es una característica fundamental del infierno, mientas que en el cielo reina la comunión.

http://www.mscperu.org/neos/Mario/enfvejezmuer2006.htm

Por lo que escribió Orígenes.....

..................................que la Iglesia, nosotros los que creemos en Cristo convocados para la salvación, somos el Cuerpo de Cristo y como Él, también nosotros resucitaremos..........

Canto el mismo Dios>>>>

Pues dijo Cristo hablaba del templo de su cuerpo:

Orígenes

Comentario sobre el evangelio de san Juan, tomo 10,20 

Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Los amadores de su propio cuerpo y de los bienes materiales -se deja entender que hablamos aquí de los judíos-, los que no aguantaban que Cristo hubiera expulsado a los que convertían en mercado la casa de su Padre, exigen que les muestre un signo para obrar como obra. Así podrán juzgar si obra bien o no el Hijo de Dios, a quien se niegan a recibir. El Salvador, como si hablara en realidad del templo, pero hablando de su propio cuerpo, a la pregunta: ¿Qué signos nos muestras para obrar así?», responde: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

Sin embargo, creo que ambos, el templo y el cuerpo de Jesús, según una interpretación unitaria, pueden considerarse figuras de la Iglesia, ya que ésta se halla construida de piedras vivas, hecha templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, construido sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular el mismo Cristo Jesús que, a su vez, también es templo. 

En cambio, si tenemos en cuenta aquel otro pasaje: Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro, parece que la unión y conveniente disposición de las piedras en el templo se destruye y descoyunta, como sugiere el salmo veintiuno, al decir en nombre de Cristo: Tengo los huesos descoyuntados. Descoyuntados por los continuos golpes de las persecuciones y tribulaciones, y por la guerra que levantan los que rasgan la unidad del templo; pero el templo será restaurado, y el cuerpo resucitará el día tercero; tercero, porque viene después del amenaza te día de la maldad, y del día de la consumación que seguirá.

Porque llegará ciertamente un tercer día, y en él nace un cielo nuevo y una tierra nueva, cuando estos huesos, decir, la casa toda de Israel, resucitarán en aquel solemne y gran domingo en el que la muerte será definitivamente aniquilada. 

Por ello, podemos afirmar que la resurrección de Cristo, 

que pone fin a su cruz y a su muerte, contiene y encierra ya en sí 

la resurrección de todos los que formamos el cuerpo de Cristo

Pues, de la misma forma que el cuerpo visible de Cristo, después de crucificado y sepultado, resucitó, así también acontecerá con el cuerpo total de Cristo formado por todos sus santos: crucificado y muerto con Cristo, resucitará también como él.

 Cada uno de los santos dice, pues, como Pablo: 

Lo que es a mí, Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.

Por ello, de cada uno de los cristianos puede no sólo afirmarse que ha sido crucificado con Cristo para el mundo, sino también que con Cristo ha sido sepultado, pues, si por nuestro bautismo fuimos sepultados con Cristo, como dice san Pablo, con él también resucitaremos, añade, como para insinuarnos ya las arras de nuestra futura resurrección.

R/. Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios.

 No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. 

Glorificad a Dios con vuestro cuerpo.

V/. No os volváis inmundos: sed santos, porque yo soy santo.

R/. Glorificad a Dios con vuestro cuerpo.

                                

Termino....pues.....reconociendo mi limitación y mi pequeñez, acogiéndome a 

Cristo Redentor del Mundo, pido perdón a todos y a todos perdono........

Reconocimiento............

Rogando a quien quiera leer estas páginas que  perdone mis fallos y rece por mi un padrenuestro y un Ave María, si quiere y puede; no lo merezco, pero quizás Dios tenga, por ello, misericordia de mi y perdone mis pecados que son muchos.

 Muy agradecido a los que hacen bien las cosas, de los que he tomado todo lo bueno, imágenes, textos, vídeos, cantos....en especial cantos neo-catecumenales, vídeos  y otros textos espléndidos y muchas citas  más....de otras muchas direcciones ya citadas...

 Sin embargo todos los errores, el desorden, la descoordinación, el bochornoso lío de enlaces rotos, los comentarios inadecuados o inintelegibles....son totalmente míos.

 Una cosa más,.......hasta yo mismo me canso y me abochorno cuando me leo a mi mismo. Me digo: Un rollo todo. ...Y así es y sucede  cuando el Espíritu Santo no está en nosotros.

Me pasa, también, con muchos otros actos de la vida........pero en la oración, con la Palabra he notado que a veces está detrás el Espíritu Santo, soplando cerca del oído, para hacerme escuchar.....y moviendo la inteligencia pobre del hombre... y su alma queda iluminada y llena de paz. Entonces vale la pena, no cansa, pero abunda la alegría de comprender y amar.

....entonces se abre el Corazón, todo se oye diferente, se entiende, se descansa, porque Él enciende la Palabra en el corazón, la llena de sentido, de fuerza, de gracia que salva....y surge algo nuevo, un nuevo día.

Envía, Santo Espíritu, un rayo de tu luz, 

enciende nuestro corazón en el fuego de tu amor.

Insinúo:

Si, pues, te cansas,.... descansa, tú eres, en la lectura, ...tu propia medida ........ una página a la semana, al mes......o ninguna........tu mismo.....libremente y si quieres. 

Nada sirve de nada si no está Dios. Sin Él, todo un montón de paja. (St. Tomás)

(Inciso) En lo ordinario

...Es verdad aquello de Baltasar Gracián:

"Lo bueno si breve dos veces bueno"......pero sólo en parte, y aplicado a nuestra debilidad humana..........que es lo ordinario.............el cansancio, la aspereza, el aburrimiento y hasta la desidia....

Pues, yo no lo creo así....puede que sea cierto, humanamente, para la literatura, el cine, el teatro......pero NO PARA EL GOZO que desea el corazón humano.

Mas bien, debería decirse que si lo bueno es breve, poco de bueno habrá

Mas si lo bueno es abundante, el gozo crecerá.......hasta la eternidad, pues es lo que el hombre desea....Felicidad eterna, sin poquito, sino con "muchito, sin cansarse ni aturdirse, sin confundirse ni desesperarse,......sino con gozo continuado, "in crescendo", eternamente, lleno de alegría en medio de la inmensidad inabarcable del Amor de Dios. Es lo propio de Dios.

Es lo que deseo para todos

La Eternidad Dichosa, gozosa y feliz.

Ciertamente que si lo ignoráramos del todo no lo desearíamos;

 pero, por otro lado, si ya lo viéramos no lo desearíamos

ni lo pediríamos con gemidos inefables. 

(S.Agustín)

                                                                                                                                                                                     

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