Educación y conciencia

Conciencia Original

"El hombre,es la conciencia del Cosmos y su destino es ser Cosmos conciente, existe para la verdad, la libertad y el Bien. El hombre, es Tierra y Sol, el Sol lo ha engendrado y la Tierra le ha parido. Sol, Tierra y Hombre son Cosmos y el Cosmos es energía infinita, no tiene dimensión, es inconmensurable. LaTierra no puede existir fuera del Cosmos, tampoco el hombre puede existir fuera del cosmos, tanto la Tierra como el hombre son la manifestación, presencia y expresión del Cosmos. ". Amauta Fausto Reinaga.

Donde dejamos la conciencia?

Cómo podemos seguir inculcando en los niños mediante esta educación maniquea y neurótica, esta visión del mundo del sálvese quien pueda. Los hermanos de los pueblos originarios desde su paz de aparente abstracción siempre nos advirtieron de la ruta hacia el abismo que llevamos con el modelo occidental de desarrollo. Ahora que es más evidente que nunca, desde una cómoda postura, parece que solo nos limitamos a encogernos de hombros. No somos capaces de abandonar nuestros hábitos de derroche y egoísmo que lleva a la autodestrucción?

Seguimos educando niños para que sean esclavos de un sistema demencial, igual el lugar que ocupe en la sociedad. Los objetivos ilusorios que les encomendamos en sus vidas conducen solo a la frustración, incluso al suicidio. Por ser acosados y amenazados por compañeros violentos, por no ser suficientemente delgada o bonita según estereotipos, por no haber aprobado un examen de admisión, o simplemente morir antes de los diez años ahogados en indigencia y drogas de bajo costo.

Innumerables son los casos y sabemos que es solo la punta del iceberg.

La ciudad como Carcel

La sociedad de consumo, que consume gente, obliga a la gente a consumir, mientras la televisión imparte cursos de violencia a letrados y analfabetos. Los que nada tienen pueden vivir muy lejos de los que tienen todo, pero cada día los espían por la pantalla chica.

La televisión exhibe el obceno derroche de la fiesta y a la vez enseña el arte de abrirse paso a tiros.

La realidad imita a la tele, la violencia callejera es la continuación de la televisión por otros medios.

Los niños de la calle practican la iniciativa privada en el delito, que es el único campo donde pueden desarrollarla. Sus derechos humanos se reducen a robar y a morir. Los cachorros de tigre, abandonados a su suerte, salen de cacería. En cualquier esquina pegan el zarpazo y huyen. La vida acaba temprano, consumida por el pegamento y otras drogas buenas para engañar el hambre y el frío y la soledad; o acaba la vida cuando alguna bala la corta en seco.

Caminar por las calles de las grandes ciudades latinoamericanas, se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo. Quedarse en casa, también. La ciudad como cárcel: quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo.

Eduardo Galeano -Ser como ellos 1991-

La Transformación por la educación

La Transformación por la educación no es un cambio estructural, sino de concepción. Algo que cada formador necesita conceptualizar con objetivos tan claros que merece que cada detalle de nuestra educación y de cada responsable de ella (Familia, Escuela, Sociedad) se revise y se transforme en una verdadera fuente de claridad para que el camino no sea equivocado ni tampoco errados los recursos para transitarlo.

Es imperativo en estos momentos corregir las directrices básicas que sabemos concluyen en la alienación temprana o tardía de nuestros niños y jóvenes que parecen no encontrar sentido a los frustrantes objetivos de un sistema que los seduce y prepara para pertenecer a un engranaje que alimenta una sociedad decadente.

No vale la pena explayarse en los lamentables fracasos de nuestra educación y sus resultados, que cuando ocasionalmente, notamos exitosos, sabemos profundamente que son solo islas en la neblina y hasta al educador con más confianza y voluntad le invade la duda y la impotencia.

De una vez por todas debemos echar luz sobre el engaño pues pataleando en las arenas movedizas del futuro, sabemos perfectamente que “El Progreso”, no es “Desarrollo”, y ese progreso que nos han inculcado fue una trampa muy bien “desarrollada”, y el verdadero desarrollo transita por otros canales bien distintos.

Desarrollo es evolución

El sistema evolutivo, en su dialéctica, determina el verdadero desarrollo, continuo y en armonía con todos los ámbitos humanos. No es posible pretender un desarrollo técnico y o productivo, en detrimento de un desarrollo ético, lúdico y o de realización personal y social, pues es un pasaje a la alienación. El equilibrio es absolutamente necesario, sino, viajamos a la deriva.

Entonces, sin temer a la diversidad, tanto de conocimiento, como de aptitudes, capacidades, y tiempos para el crecimiento, tengamos “muy claros” los objetivos y así, nos daremos cuenta que la apertura hacia un nuevo tipo de conocimiento es posible y necesario, y se enfoca en el logro tan ansiado de la verdadera “Paz”. Esto se logra pues este conocimiento se enriquece en el intercambio social de la sabiduría de cada individuo y grupo con una concepción cultural sinergética.

No es posible pretender ser vanguardia enseñando a niños y jóvenes a correr velozmente hacia un abismo. Y luego, convencernos de que hacemos lo mejor que podemos sin notar la incómoda sensación de hipocresía.

Nuestra educación actual presenta varios agujeros negros, pero básicamente es “esquizofrénica”, pues pretende apostar al desarrollo ético, intelectual y humano, cuando por forma y dogma se induce a la competencia encarnizada por el éxito egoísta, y no hace falta más que ver los resultados. Todos quieren tomar el atajo para llegar más rápido, más alto y más lejos visualizando una mentira como la máxima satisfacción.

Alcanza solo con observar los resultados y el rumbo que llevamos en esta competencia donde nadie gana.

Dejemos caer la máscara del dogma y cumplamos el verdadero deber. Dormiremos más tranquilos.

Quitemos el velo que tenemos delante de nuestros ojos, la estrechez epistemológica, sepamos aprender y sabremos enseñar, “Globalicemos la diversidad” y encontraremos nuestro camino verdadero, trabajar con y por la “Paz”.

Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso aprendemos siempre.La cultura no es un atributo de la burguesía. Los llamados "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse, y por ello son sometidos a vivir en una "cultura del silencio". Paulo Freire

El mito de los valores institucionalizados

La escuela inicia asimismo el Mito de Consumo Sin Fin. Este mito moderno se funda en la creencia de que el proceso produce inevitablemente algo de valor y que, por consiguiente, la producción produce necesariamente demanda. La escuela nos enseña que la instrucción produce aprendizaje. La existencia de las escuelas produce la demanda de escolaridad. Una vez que hemos aprendido a necesitar la escuela, todas nuestras actividades tienden a tomar forma de unas relaciones de clientes respecto de otras instituciones especializadas. Una vez que se ha desacreditado al hombre o a la mujer autodidactos, toda actividad no profesional se hace sospechosa. En la escuela se nos enseña que el resultado de la asistencia es un aprendizaje valioso; que el valor del aprendizaje aumenta con el monto de la información de entrada; y, finalmente, que este valor puede medirse y documentarse mediante grados y diplomas. Ivan Illich