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Resumen del seminario Alimentos e inflamación I

Autor: Alvaro Daschner

Los dos seminarios “Alimentos e inflamación” de este ciclo tienen como objetivo analizar no solo los conocimientos existentes sobre los efectos pro-o anti-inflamatorios de los distintos nutrientes, sino buscar una posible explicación evolutiva de la acción diferencial de los alimentos sobre el sistema inmune. Alvaro Daschner hizo una introducción a la temática, resumiendo los contenidos de jornadas y seminarios previos en cuanto a la elaboración de los distintos aspectos de la hipótesis de la higiene y el creciente interés en la microbiota humana, que también es moldeable a través de la alimentación. Después presentó la hipótesis de los nutrientes como señal, una revisión bibliográfica sobre los efectos bactericidas o de inhibición del crecimiento de microorganismos de los distintos ácidos grasos (AG), poniendo de manifiesto que de forma general aquellos AG que promueven el crecimiento de patógenos tendrían un efecto pro-inflamatorio sobre el hospedador, mientras que aquellos AG que inhiben el crecimiento de patógenos tendrían un efecto anti-inflamatorio sobre el hospedador. La selección natural habría actuado primando la obtención de una capacidad de anticipar el riesgo de infección y así regular el estado de inflamación basado sobre el efecto de los nutrientes.

José-Ramón Regueiro explicó a los asistentes los conceptos básicos de la inflamación, con ejemplos prácticos del funcionamiento inmunológico en el caso de heridas, infecciones, así como algunas enfermedades hereditarias, que demostraban, como el complejo entramado de acciones inmunológicas puede verse rápidamente afectado en cuanto falle alguno de sus componentes. Desde la inicial descripción de los signos visibles de la inflamación hace más de 2000 años (calor, enrojecimiento, edema, disfunción, dolor), hoy se conocen muchos de los mecanismos inmunes celulares y moleculares detallados, activados por la inflamación inicial incluyendo las quimiocinas, las citoquinas, la producción de ROS ( del inglés “Especies Reactivas de Oxígeno), etc. y que supo presentar de forma muy comprensible. Es importante que tras un estado de inflamación el tejido dañado deba ser reparado y la inflamación deba remitir, procesos que hoy se sabe son mecanismos activos.

Gabriela Cantó nos detalló la clasificación de las diferentes formas de alergia e intolerancia relacionadas con los AINES (anti-inflamatorios no esteroideos), un grupo de fármacos de amplio uso y generalmente de venta libre. En la intolerancia a los AINES, que se puede manifestar en las vías respiratorias o como urticaria existe una alteración en la vía de ciclo-oxigenasa responsable de la producción de varios leucotrienos, agentes potentes en la inflamación. Estudios recientes han demostrado una implicación parcial de polimorfismos de nucleótido simple, aunque se insistió en la interacción con el entorno, y la epistasia.

Durante los debates hubo oportunidad de discutir sobre las distintas formas de abordar los tratamientos de las disbiosis relacionadas con las enfermedades inflamatorias crónicas. Se insistió en que la inflamación no se debe ver solo como una molestia, sino como un mecanismo útil y evolutivamente mantenido, mientras que ciertamente se están estudiando aquellos factores que podrían estar implicados en la no-resolución de la inflamación y por consiguiente las enfermedades a estudio. Se habló de los síndromes de fiebres periódicas y en particular de la fiebre mediterránea familiar, enfermedad recesiva más frecuentemente diagnosticada en la cuenca mediterránea y que se debe a mutaciones que afecta a la producción de pirina, con el consiguiente desajuste del control de la respuesta inflamatoria.

Las ideas presentadas y los debates servirán sin duda a los ponentes de la segunda ronda del seminario “Alimentos e inflamación II”, que han estado presentes, a orientar sus presentaciones del 3 de noviembre 2015 hacia las dudas e intereses creados.