El estilo informal es la variedad del lenguaje que empleamos en situaciones cotidianas con personas de confianza, como pueden ser nuestros familiares o amigos.
El estilo formal lo utilizamos en situaciones más serias, en muchas ocasiones con personas con las que no mantenemos una relación de igualdad, como puede ser la relación entre el médico y el paciente, el profesor y el alumno, el cura y el feligrés o en una entrevista de trabajo.
Las principales diferencias entre el lenguaje formal e informal son las siguientes:
El estilo formal emplea un lenguaje más elaborado, con construcciones sintácticas cuidadas y un léxico variado. El informal, en cambio, emplea un léxico más limitado, con repeticiones y acortamientos de palabras, usos de muletillas y palabras comodín y mayor despreocupación por las construcciones sintácticas.
En el lenguaje formal abundan las fórmulas de cortesía (por favor, gracias, ¿Le importaría...?). En el lenguaje informal, estas fórmulas son menos utilizadas.
En el lenguaje formal se emplean con frecuencia los llamados "marcadores del discurso", que sirven para ordenar la información, como "es decir", "por lo tanto", "en cambio"; en el lenguaje informal, se tiende a omitir estos marcadores.
Aunque el lenguaje formal e informal comparten características con el lenguaje oral y escrito no deben confundirse, ya que el lenguaje oral, como hemos visto, puede ser formal, y en el lenguaje escrito se puede tender hacia el estilo informal.