De capitulo VI VIA LATINA

Ibam forte via sacra, sicut meus est mos,

nescio quid meditans nugarum, totus in illis:

accurrit quidam notus mihi nomine tantum

arreptaque manu 'quid agis, dulcissime rerum?'

Quintus HORATIVS Flaccus Sermonum I,

Viae Rōmānae

De capituli argumento

Pictūra dē Wikipedia

Viae Rōmānae erant bonae et vēram fāmam habēbant. Viae antīquae nōn erant lātae. In pictūrā Viam Appiam spectāmus. Viam lātam et plānam vidēmus. Per viam ambulant fēmina et fīlia. Vbi est Via Appia?

Via Appia in Italiā est. Nōn est nova sed fāma viae Appiae est magna. Causa est quod est longa et lāta. In Italiā sunt multae viae bonae et malae. Viae hodiernae sunt bonae: novae sunt sed nōn longae. Incolae Italiae novās viās amant, sed multās viās antīquās servant.

In Lūsitāniā viae sunt bonae et longae. Lūsitānia, pātria nostra, multās et bonās viās parat. Viās rōmānās in multīs terrīs servāmus.

Via Appia

Via Appia in Italiā est. (Pictūra dē Wikipedia)

Carolus Cabanillas de viis Romanis narrat

Iohannes Orbergius sua ipsius voce sextum capitulum narrat

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Tu, qui es peregrinaturus, bonum placidumque agas iter...!!

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Patricios y plebeyos

Las primeras luchas civiles de la joven República

Vestimenta típica de patricios (izquierda) y plebeyos romanos

El ordenamiento constitucional republicano

Tras la expulsión de los reyes y la instauración de la República, en el año 509 a.C., el poder en Roma recayó sobre los patricios, jefes de las principales familias, que formaban el Senado y que eran elegidos por los ciudadanos para los distintos cargos públicos.

Teniendo en cuenta el funesto recuerdo que había dejado en los romanos el poder absoluto de los reyes, las instituciones republicanas fueron cuidadosamente diseñadas para que ningún hombre tuviera un poder excesivo. El gobierno lo ejercían siempre dos cónsules, que se renovaban de año en año. Cada uno de ellos podía vetar las decisiones del otro, y en tiempo de guerra dirigían las operaciones militares en días alternos.

Fue en ese momento, al comienzo mismo de la República, cuando las conocidas siglas SPQR, Senatus Populusque Romanus, “El senado y el pueblo romano” se convirtieron en la divisa de Roma, significando que todo se hacía en nombre de los dos grandes poderes que en teoría gobernaban la ciudad: el senado de patricios, y las asambleas de ciudadanos plebeyos, encargadas de elegir a los cargos públicos.

Gestación del conflicto

Sin embargo, esta aparente unidad escondía una profunda fractura interna que a punto estuvo de destruir la República ya en sus inicios. Los patricios, descendientes de las primeras familias que habían fundado la ciudad junto a Rómulo, disfrutaban de numerosos privilegios: sólo ellos podían formar parte del Senado, y sólo ellos podían desempeñar cargos públicos. Los patricios en el Senado hacían las leyes, los patricios como cónsules las ejecutaban, y patricios eran también los jueces que castigaban a los infractores de la ley.

A los plebeyos, que pagaban sus impuestos y acudían al ejército cuando se les convocaba, tan sólo les correspondía reunirse cada año para elegir a los magistrados entre los candidatos que presentaban los patricios. Indignados por esta situación que les obligaba a hacer frente a todos los inconvenientes de la ciudadanía, sin permitirles disfrutar de sus ventajas, los plebeyos emprendieron largas y encarnizadas luchas con los patricios para reclamar más derechos.

La secesión del Aventino

El primer episodio grave de estos enfrentamientos tuvo lugar apenas quince años después de la proclamación de la República. Cierto día del año 494 a.C., los plebeyos dejaron de cultivar la tierra, de comerciar y de servir en el ejército, y se retiraron a la colina del Aventino, proclamando que no volverían a sus tareas hasta que se reconocieran sus derechos.

Al principio, los patricios enviaron mensajeros que, entre ruegos y amenazas, instaron a los plebeyos a abandonar su actitud. Pero éstos se mantuvieron firmes, y la ciudad, falta de mano de obra, quedó sumida en el caos.

Al final, el Senado tuvo que capitular, y accedió a incluir una nueva magistratura en el ordenamiento institucional: los tribunos de la plebe. Estos magistrados, que sólo podrían ser elegidos entre candidatos plebeyos, tendrían como única función defender sus intereses, y dispondrían, para ello, del derecho de veto sobre cualquier resolución senatorial.

Para que este enorme poder no provocara represalias por parte de los patricios, los tribunos de la plebe serían considerados personas sagradas. Si alguien atentaba contra su vida, su cabeza sería sacrificada a Júpiter, y sus bienes subastados.

La primera ley escrita

Medio siglo después de estos episodios, en el año 451 a.C., los plebeyos obtuvieron una nueva conquista: diez hombres sabios elegidos entre los romanos redactaron la Ley de las Doce Tablas, que se convirtió en la primera ley escrita de Roma. Hasta entonces habían sido los jueces patricios quienes aplicaban la ley, basándose en las normas no escritas de la costumbre, lo que permitía todo tipo de arbitrariedades.

Tras medio siglo de enfrentamientos entre patricios y plebeyos, estas primeras concesiones llevaron la paz interna a Roma. La joven República estaba lista por fin para mirar a su alrededor.

II. LA REPÚBLICA.

  1. El régimen republicano de Roma se basaba en el reparto de poder en tres órganos políticos: magistraturas[1], comicios o asamblea[2] y Senado[3]. Las magistraturas, sin embargo, las desempeñaron generalmente miembros de la aristocracia, y el Senado lo integraron ellos también con carácter vitalicio. Por otra parte, las clases sociales más altas tenían peso específico suficiente en las asambleas para decantar el sentido del voto en ellas en su provecho.

P. ¿Qué fue, en realidad, según esto, el régimen republicano romano?

R.

  1. La naciente República hubo de hacer frente a la sublevación de los plebeyos contra la situación de privilegio de los patricios, los cuales tuvieron que ceder ante ellos, cuyo concurso necesitaban en las guerras contra los pueblos vecinos, redactando la Ley de las XII Tablas y creando la figura del Defensor del pueblo, intocable y con un poder efectivo enorme.

P. ¿Cómo se llamaron en la antigua Roma estos defensores del pueblo?

R.

  1. La política conciliadora de los patricios con los plebeyos a lo largo de los siglos V y IV a.C. y la concesión a éstos de nuevos derechos, los cuales, sin embargo, sólo beneficiaron a los plebeyos que se enriquecieron con los diversos negocios surgidos a raíz de las conquistas, permitió a Roma vencer, primero, a los pueblos vecinos y extender después su dominio hacia el sur de Italia.

P. ¿Con qué pueblo sostuvo Roma tres duras guerras, entre el año 327 y el 290 a.C., por el dominio de la Campania?

R.

  1. Vencidos los samnitas, Roma se planteó la conquista de las antiguas colonias del sur de Italia (Magna Grecia), las cuales entraron a formar parte de la federación romana tras la capitulación de la más poderosa de ellas, Tarento, en el año 272 a.C., a pesar de la ayuda que les prestó el rey de Epiro, descendiente lejano de Alejandro Magno, que llegó a Italia con un ejército adiestrado en las tácticas macedónicas.

P. ¿Quién fue este rey?

R.

  1. En los territorios conquistados de la Península italiana, cuyos habitantes recibieron la consideración de aliados, Roma creó grandes latifundios con el ager publicus, confiscado a las ciudades sometidas, y colonias con fines estratégicos y económicos, y construyó la primera calzada, que iba de Roma a Brindisi, para facilitar el traslado de las tropas y el transporte de mercancías.

P. ¿Cómo se llamó dicha calzada, considerada la regina viarum?

R.

  1. Completada la anexión de la Italia meridional, Roma se enfrentó en el año 264 a.C. a Cartago, que era dueña entonces de un gigantesco imperio comercial y poseía factorías en las islas de Córcega, Cerdeña y Sicilia, lo cual podía bloquear su posible salida al mar Tirreno.

P. ¿Qué nombre recibieron las guerras que sostuvo Roma con Cartago?

R. [4].

[1] Magistrados ordinarios: Cónsul (eran 2 , y ostentaban el supremo mando civil y militar); Pretor (al principio 2 y luego 8; su función principal fue la administración de la justicia civil); Censor (eran 2, y se cuidaban de realizar el censo de ciudadanos y de vigilar la vida privada y pública de los mismos); edil curul (los ediles curules eran los jefes de la policía municipal y los encargados de organizar los juegos públicos); Cuestor (comenzaron siendo 2 y, luego, llegaron a ser 40; los cuestores urbanos administraban el tesoro del Estado, y los cuestores provinciales, las unidades militares y el tesoro provincial); tribuno de la plebe (primero fueron 2, después 5 y luego 10; eran inviolables, hasta el extremo de que si alguien osaba levantar la mano contra ellos era declarado “sacer”, pudiendo ser arrojado por el ofendido por la roca Tarpeya; poseían el derecho de veto, dentro de los límites de la jurisdicción urbana, a las decisiones de cualquier otro magistrado, excepto el dictador, e incluso a los proyectos de ley.

Magistratura extraordinaria: La dictadura. En caso de gran peligro, interior o exterior, para el Estado, los dos cónsules o uno de ellos o el Senado podían nombrar un dictador y nadie podía impedir dicho nombramiento. El dictador asumía todos los poderes militares y civiles, y le correspondía la dirección suprema del Estado. El plazo de su poder era de seis meses, máximo; pero, si, antes de ese tiempo, se resolvía el problema para el que había recibido dichos poderes extraordinarios, debía cesar automáticamente en su cargo.

Las magistraturas eran anuales, a excepción de la dictadura y de la censura, que se ejercía durante cinco años. Aparte de esto, las magistraturas, excepto la dictadura, eran colegiadas, lo cual obligaba a quienes ejercían la misma magistratura a tomar las decisiones de común acuerdo.

[2] Las Asambleas más importantes en la antigua Roma fueron: los Comicios por centurias, los cuales se celebraban en el Campo de Marte, fuera de la ciudad. En ellos, se elegía a los altos magistrados ordinarios (cónsules, pretores y censores), se decidía sobre la guerra o la paz y se aprobaban o rechazaban las leyes. Estos, también, eran el tribunal de apelación para los ciudadanos romanos condenados a muerte o al destierro. Los Comicios por tribus, por su parte, se celebraban en el Foro y, a veces, en la plaza del Capitolio. Sus funciones, aparte de las legislativas, fueron: elegir a los magistrados inferiores (ediles, cuestores y funcionarios subalternos). A partir de 287 a.C., fueron el gran organismo legislativo de Roma, ya que decidieron sobre todas las leyes constitucionales.

[3] El Senado fue el más grande órgano administrativo de la República, y a él correspondió el supremo control de toda la vida del Estado. Integrado, con carácter vitalicio, por miembros pertenecientes, en su mayoría, a la aristocracia romana, sus competencias eran: Administración del tesoro y de los bienes públicos y acuñación de moneda, control del orden y de la paz interior, aprobación de los proyectos de ley antes de su presentación a los comicios y ratificación de las decisiones de las asambleas; envío y recepción de embajadas; vigilancia del culto público…

[4] Los griegos denominaron fenicios (en griego, phoinoi = rojos) al pueblo que rivalizó con ellos en el comercio del Mediterráneo, ya que elaboraban la púrpura con la tintura roja extraída del molusco murex, que pescaban en las costas de la isla de Creta o Chipre. Dicho apelativo trascrito al latín dio poeni > puni, y, como Cartago fue una colonia fundada por los fenicios, de ahí el nombre de Guerras púnicas.