De capitulo II

FAMILIA ROMANA

Uxor si vinum bibit, si cum alieno viro probri quid fecit, condemnatur.

In adulterio uxorem tuam si reprehendisses, sine iudicio impune necares; illa te, si adulterares, sive tu adulterarere, digito non auderet contingere, neque ius est.

M. Porcius Cato

De libro eiusque historia post hominum memoriam

Iohannes Orbergius sua ipsius voce secundum capitulum narrat

Grammatica

Tabula prīmae dēclīnātiōnis

  • Praeteritum imperfectum: -ba- (amābant)

  • Imperātīvus: -∅/-te (amā/amāte)

Praepositiōnēs

  • ex (ē) + ablātīvō.

  • ab (ā) + ablātīvō.

  • + ablātīvō.

  • in + accūsātīvō.

Tempora verbī

Prononem interrogativum

Tabula secundae dēclīnātiōnis

I. FAMILIA, MATRIMONIO, NACIMIENTO, SITUACIÓN DE LA MUJER

PENSA LATINA

Tanto en Grecia como en Roma, la familia constituía la base fundamental de la sociedad y del Estado. Estaba formada por el padre, la madre, las hijas, los hijos, las esposas de los hijos y los esclavos. La gens romana era, además, un grupo político y religioso. El padre podía abandonar al recién nacido que no quisiera reconocer como hijo suyo, ejercía como sacerdote en el culto a los dioses del hogar, pero no podía tener el control sobre sus hijas una vez casadas. En definitiva, tenía la patria potestad, el poder sobre el resto de los miembros de la familia.

P. ¿Cómo se llamaba la persona que estaba al frente de una familia romana?

R.

En los primeros tiempos, el matrimonio se realizaba mediante una compra, pero ya en época homérica se efectuaba un intercambio de bienes entre esposo y esposa. En la época clásica el matrimonio es siempre concertado, por lo que la dote adquiere una importancia capital. En primer lugar se llevaba a cabo la ceremonia de la promesa en la que, siempre ante testigos, se fijaba la cuantía de la dote.

P. ¿Por qué motivo era importante esta ceremonia?

R.

Con el matrimonio la mujer ateniense pasaba de la tutela de su padre o tutor a la de su marido. Existía la posibilidad de disolución del vínculo matrimonial, sobre todo si era el hombre quien pedía el divorcio. Para la mujer era mucho más complicado, pues tenía que denunciar al marido ante el arconte y documentar su denuncia: en ocasiones, sólo los malos tratos podían hacer prosperar la demanda de divorcio.

¿Qué sucedía en caso de que prosperase la demanda y se disolviese el matrimonio?

R.

En Roma, los ritos de la boda eran importantes. La mujer y sus bienes pasaban a depender jurídica y económicamente de la familia de su esposo (matrimonio cum manu), o no (sine manu). El primero tenía varias modalidades: confarreatio (se compartía ritualmente una torta de pan), coemptio (compra simbólica) y usus (costumbre). Pero ya en época clásica era más frecuente el segundo. Poco a poco se fue imponiendo en Roma un tipo de matrimonio más parecido al actual: en la ceremonia la esposa expresaba el “Sí, quiero” (Ubi tu Caius, ego Caia), se entregaban anillos, había regalos para los recién casados...

¿Sabes qué nombre recibía este tipo de matrimonio?

R.

Entre las atribuciones del padre estaba la de poder exponer o abandonar al hijo. Las causas del abandono eran varias: dificultades económicas, dudas sobre la paternidad, defecto físico, sexo del bebé, edad avanzada de los progenitores… Pero, si a los cinco días del nacimiento se celebraba la fiesta de las anfidromias (ajmfiv, “alrededor”, drovmo", “acción de correr”), en la que se llevaba al recién nacido corriendo alrededor del hogar,

¿qué sucedía con el niño?

R.

En Roma, cuando nacían los niños el padre podía reconocerlos o no. En este último caso, eran abandonados a su suerte: había un lugar específico, al que se denominaba la columna lactaria. En este caso, si antes no morían, la gente podía cogerlos para lo que quisiera: la mayoría de las veces estaban destinados a la esclavitud.

¿Sabes cómo se realizaba el reconocimiento de un hijo en el mundo romano?

R.

A los diez días de las anfidromias se celebraba la fiesta del décimo día, a la que se invitaba a los parientes y amigos para proceder a la imposición del nombre al recién nacido. En Atenas, en época clásica, tras el nombre específico, los griegos no llevaban apellidos, sino el nombre de su padre en genitivo (Sócrates, el hijo de Sofronisco); a esto solía añadirse el nombre de su lugar de origen o el demos en que la persona estaba inscrita (Diodoro de Sicilia).

¿De qué pariente solía recibir el nombre el primer hijo?

R.

Cuando el padre reconocía al niño, a los pocos días se celebraba la ceremonia de la purificación: se le colgaba al cuello un medallón (bulla), que llevaba hasta el día en que tomaba la toga viril; y se le imponía el nombre, que tenía tres partes: el nombre propio, el nombre de la familia y el sobrenombre con el que era conocida la familia. Las mujeres, por su parte, sólo recibían el nombre de la familia feminizado.

¿Sabes cómo se llamaban los tres nombres que tenían los romanos?

R.

Mujerromana1 from Ivan Oseguera Gonzale

De feminis maximae notae apud Romanos nonnullis

LINGVA GRAECA

El rapto de las sabinas

Los orígenes de Roma

Para poblar la ciudad recién creada, Rómulo aceptó todo tipo de prófugos, refugiados y desarraigados de las ciudades vecinas, de procedencia latina. La colonia estaba formada íntegramente por varones, pero para construir una ciudad se necesitaban también mujeres. Pusieron entonces sus ojos en las hijas de lossabinos, que habitaban la vecina colina del Quirinal.

Para hacerse con ellas, los latinos organizaron una gran fiesta, con carreras de carros y banquetes, y cuando los sabinos se encontraban vencidos por los vapores del vino, raptaron a sus mujeres. Al regresar a sus casas y descubrir el engaño, los sabinos declararon de inmediato la guerra a los latinos.

La traición de Tarpeya

Antes de partir al campo de batalla, Rómulo encomendó la custodia de la ciudad a la joven Tarpeya, pero ésta, enamorada en secreto del rey de los sabinos, o anhelando una recompensa, prometió al monarca enemigo que le mostraría una vía oculta que conducía al Capitolio (donde estaba la fortaleza latina), a cambio de lo que él llevaba en el brazo izquierdo, en alusión a un brazalete de oro del rey. En efecto, los sabinos alcanzaron la ciudad gracias a las indicaciones de Tarpeya, pero en vez de entregarle su pulsera, el rey sabino ordenó a sus hombres que aplastaran a la traidora con sus escudos, que llevaban, precisamente, en el brazo izquierdo.

Otra versión de la leyenda cuenta que los romanos descubrieron su traición, y que la arrojaron al vacío por un precipicio, que pasó a llamarse la roca Tarpeya, inaugurando así la costumbre de castigar a los traidores a la patria lanzándolos desde ese punto.

Intervención de las sabinas

La ayuda de Tarpeya no evitó que sabinos y latinos se enfrentaran en el campo de batalla. En un momento del combate, en una célebre escena, múltiples veces representada en el arte, las sabinas se interpusieron entre los contendientes, abrazándose al cuello de sus maridos y familiares, para suplicarles que detuvieran la pelea. Pues si vencían los sabinos, ellas perderían a sus maridos, y si vencían los latinos tendrían que llorar la muerte de padres y hermanos. De modo que los contrincantes depusieron las armas y firmaron la paz.

Con esta leyenda ilustraban los romanos que su ciudad había nacido de la unión de dos pueblos: latinos y sabinos, a los que pronto se sumó un tercer elemento: losetruscos, un pueblo muy avanzado, que poblaba la actual Toscana y que poseía importantes intereses comerciales en la región del Lacio.