Diseccionar
Entre 1507 y 1513, Leonardo da Vinci, diseccionó más de 30 cadáveres, llenó cientos de páginas de sus cuadernos con documentación y observaciones sobre órganos, vasos sanguíneos, huesos y músculos y los dibujó como nunca antes se habían representado. A su muerte en 1519, la obra —entre papeles privados— no se había publicado y permaneció en un limbo durante cientos de años. Si hubiera sido divulgado en su día, el trabajo hubiera sido decisivo para el desarrollo científico. La ilustración anatómica de la época se encontraba todavía en una fase muy elemental.
Salvando las astronómicas distancias con el personaje florentino, en esta página también se disecciona para ver el interior y entender el funcionamiento de las máquinas.