Hace unos días conversando con unos amigos que pertenecen a una coral surgió el tema acerca de "la correcta pronunciación del latín". Todas las personas que cultivan el canto seguramente muchas veces se han visto en la situación de tener que interpretar piezas religiosas como el "Ave Maria", "Adeste, fideles", "Panis angelicum", etc., y a todos ellos seguramente alguna vez les ha asaltado la duda: ¿estaré pronunciando correctamente esto? Acudir a grabaciones no suele resolvernos la duda sino constatar que existe una diversidad que desorienta, con lo cual esto siempre queda como una espinita clavada para aquéllos que quieren hacerlo bien.
Ante todo tengamos en cuenta que existen dos grandes corrientes respecto a la pronunciación del latín:
1) La llamada pronunciación "eclesiástica" o "moderna", que se apoya principalmente en la tradición oral conservada ininterrumpidamente en la praxis de la iglesia católica, aunque, al nunca haber intentado normalizarse científicamente, ha sido influida por el italiano y el castellano.
2) La llamada pronunciación "restituta" o "clásica", que es fruto de una larga investigación filológica (sus inicios arrancan desde el Renacimiento), fundamentalmente impulsada por estudiosos alemanes e ingleses, que han tratado de descubrir la pronunciación de la llamada "edad de oro" latina (que suele situarse entre el s. I a.C. y el s. I d.C.: es la época de Lucrecio, Cicerón, Julio César, etc). Esa búsqueda fue impulsada en parte para combatir las evidentes deformaciones que se habían introducido en la escritura y pronunciación del latín durante la Edad Media.
Una tabla mostrando todas las diferencias entre ambas pronunciaciones puede consultarse en mi curso de latín:
"Annunciazione" de Fra Angelico (1395-1455), Museo del Prado, Madrid.
Dejando aparte el debate sobre la solidez de los argumentos filológicos en los que se apoya la pronunciación "clásica", mi opinión es que en la lectura de textos litúrgicos como el "Ave Maria", se debe usar la pronunciación "eclesiástica", pues en ese contexto se han originado y así se han transmitido, por lo cual sería artificial aplicarles la pronunciación "clásica".
Aunque los problemas con la pronunciación de estas oraciones son puntuales, copiaré en la primera columna el texto latino, en el segundo la pronunciación, dividido en sílabas. Recordemos que las palabras de dos sílabas siempre llevan el acento en la penúltima. En las palabras de más de 2 sílabas o dudosas indico la acentuación en negrita. En la tercera columna pongo una traducción que no pretende suplantar la oficial, sino simplemente ayudar al lector a entender el sentido.
Ave Maria
Pater Noster
NOTAS:
La expresión latina “gratia plena” traduce el participio pasivo griego “kejaritomene” que en este caso funciona como un adjetivo. En el contexto bíblico esa gracia se entiende que es la divina.
El adjetivo latino “cotidianum” (mejor que “quotidianum”) es la traducción habitual del griego “epiousion”, que también puede significar: lo necesario para vivir, o lo más esencial, en cuyo caso se traduce en latín como “supersubstantialem”.
El verbo latino “inducas” traduce de modo pobre el griego “eisenegkes” que significa “permitir entrar en”, “dejar sucumbir a”, “dejar caer en”.