LOS PIONEROS
BONET
El primero en construir un automóvil en nuestro país fue D. Francisco Bonet Dalmau, nacido en 1840 en Tarragona, era Ingeniero y atento a todos los nuevos inventos que iban apareciendo. Tenía una industria textil en Barcelona, y su tiempo libre lo dedicaba a su gran pasión: la ópera.
En 1889 asiste a la Exposición Universal de París, donde queda fascinado por los nuevos motores allí presentados. En el stand de Panhard & Levassor adquiere un motor monocilíndrico Daimler que desarrolla 1 HP. Después de este motor compra otros dos de 2 HP, uno de ellos lo aplica a un chasis de tres ruedas de su construcción. El 12 de diciembre de 1889 solicitó al Estado Español, que se le concediera una patente de invención para un vehículo propulsado por un motor de explosión, montado sobre un chasis de cuatro ruedas. A la hora de fabricarlo realizó un chasis con tres ruedas, se supone que por desconocimiento del concepto del diferencial, con la rueda posterior como motriz. Una correa unía una polea cruzada en "8" fijada a dicha rueda con el volante del motor, y la dirección funcionaba mediante un conjunto de barras paralelas y bieletas.
Por fin, en el transcurso de 1890, el Bonet se hizo realidad. En él, su constructor pasearía orgulloso por las calles barcelonesas ante las miradas atónitas de los viandantes. Desgraciadamente éste es el único ejemplar que construyó, no se sabe si por problemas técnicos o financieros.
Del Bonet se realizaron dos réplicas en 1992 por Salvador Claret, asesorado por Demetrio Gómez Planche y financiado por la Dirección General de Tráfico, a partir de una fotografía y de planos publicados en periódicos de la época. La primera se encuentra en el Museu de l'Automòbil Col.lecció d'Automòbils Salvador Claret en Sils (Girona); la segunda réplica se encuentra en el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca.
LA CUADRA
En 1899 se registra la primera empresa en España que se dedica a construir automóviles para su venta, La "Cía General de Coches-Automóviles E. La Cuadra S. en comandita". Fue fundada por el Capitán de Artillería D. Emilio de La Cuadra y Albiol.
Nacido en 1859 en Sueca (Valencia), Emilio de La Cuadra poseía una central eléctrica que él mismo había instalado, situada en Lérida.
Tras visitar la Exposición Universal de París decide liquidar su central eléctrica para irse a Barcelona y fundar una empresa para la construcción de automóviles, ómnibus y camiones propulsados por motor eléctrico.
Emilio de La Cuadra con la ayuda de Domingo Tamaró diseña algunos vehículos para aplicarles los motores eléctricos creados por Carlos Vellino.
El primer pedido fue la construcción de un ómnibus para la ciudad de Barcelona, Carlos Vellino lo equipó con un nuevo equipo de acumuladores ligeros, con cubas compuestas de madera contrachapada, y una protección del interior mediante una capa de plomo, que prometía un gran avance. Disponía de 20 plazas con una longitud de 5 m y estaba equipado con dos motores eléctricos.
Se pretendía crear un vehículo para el transporte colectivo de personas. Un día del mes de agosto se hizo la presentación del vehículo al público y a la prensa, sus motores eléctricos sólo pernitieron que andara unos pocos metros, a pesar de que los tres técnicos suizos que trabajaban con de La Cuadra dieron todo de sí: Velino de conductor, Bouvier encrgado de los motores eléctricos y el joven Birkigt en los frenos.
La construcción de motores eléctricos cesa en 1900, año en que Velino abandona la empresa. A partir de entonces Birkigt se encarga del diseño de los nuevos motores de gasolina.
A finales de 1899, se construyó el automóvil de la fotografía, el cual aún se encuentra en orden de marcha, propiedad de la familia Mateu, y es el único ejemplar que se conserva de esta marca. Se trata de un La Cuadra de 4,5 HP con una cilindrada de 1100 cc. y dos cilindros con válvula automática de admisión. Fue matriculado en Soria en el año 1900.
Se tiene constancia de que fueron unos cinco ejemplares los que construyó la empresa "La Cuadra" en total. Una famosa huelga organizada a finales de 1901, que continuó hasta el año siguiente, hizo que los recusos del empresario se terminaran, teniendo que ceder a sus acreedores las instalaciones de la empresa como pago de sus deudas. La Cuadra, tras finalizar sus relaciones comerciales, reingresó en el ejercito como comandante.
CASTRO
Uno de los principales acreedores del fallido negocio de automóviles del Sr. de La Cuadra fue el Sr. Castro. Este, junto con el ingniero Marc Birkigt, desde ese momento socio industrial, continuan con la fabricación de automóviles, ahora con la razón social de "J. Castro, S. en C, Fábrica Hispano-Suiza de Automóviles" utilizando no sólo la maquinaria de la extinguida "Compañía General de Coches-Automóviles Emilio de La Cuadra" sino también el personal técnico y los obreros especializados.
Entre los años 1902 y 1903 se construyeron ocho coches de la marca Castro, en varios modelos, desde el liviano "Toneau" con motor bicilíndrico de 10 CV hasta un modelo de cuatro cilindros de 14 CV. Todos dotados de transmisión por cardan, siendo de las primeras marcas en adoptar este sistema, contrariamente a otras en toda Europa que siguieron con las cadenas por bastantes años.
Por desgracia, debido a problemas financieros el día 11 de Diciembre de 1903 se cierran definitivamente los talleres donde se fabricaron estos automóviles.