Caballos españoles

El caballo de pura raza española es un caballo de orígenes muy antiguos, principalmente andaluces. Por esta razón, el segundo nombre de esta raza equina es “Andaluz”. También se les conocen como “caballos andaluces”.

Estos caballos han sido utilizados como caballos de prestigio en numerosas cortes europeas a lo largo de la historia. Actualmente, los caballos andaluces o españoles destacan en adiestramiento de alta escuela y también en adiestramiento de competición. También son caballos muy utilizados en el mundo del cine, por su elegante trote y su buen temperamento.

La presencia en España de esta raza de caballos está atestiguada desde la prehistoria, ya que vemos muestras en pinturas rupestres. Los vendedores fenicios y los pueblos celtas favorecieron una mezcla de las razas, con la aportación de caballos de Oriente Medio y de Egipto.

En la antigüedad, la ligereza y la manejabilidad de este caballo hicieron de ellos una montura de guerra apreciada. En cambio, ya en la Edad media, debido al desarrollo de armaduras más pesadas, se cambiaron este tipo de caballos por razas más macizas. En el siglo XV, con el desarrollo de las armas de fuego, los caballos españoles volvieron a ser parte fundamental en el ejercito.

Durante el Renacimiento, el caballo andaluz está considerado un caballo de prestigio, utilizado en alta escuela. En nuestros días, el caballo español es utilizado en adiestramiento clásico y en doma de competición y taurina. También es apreciado como caballo de espectáculo.

Los pelajes más comunes en el caballo español son el gris. Aunque en una época el alazán estaba considerado como un defecto, actualmente los pelajes grises y alazanes son los colores dominantes.