Primero una pitón bastante optimista literalmente explotó luego de comer un cocodrilo en 2005, en Everglade.
Tras esto, una camarada de Idaho tragó una manta eléctrica queen-size. Para ser superada por una malaya que comió una poco digerible oveja preñada.
Ahora es el turno de esta pitón australiana, que muy a lo Tiger Woods, le fascinan las pelotas de golf, excepto que en lugar de golpearlas con un palo, las come, como puede verse en la placa de rayos X y la fotografía.
Una pareja de New South Wales colocó las pelotas de golf en el gallinero para alentar a su gallina a empollar en ese lugar, en lo que constituye práctica usual. Al encontrar a la indigesta pitón en el lugar donde habían dejado las pelotas de golf, procedieron a llevarla a un hospital de animales.
El veterinario Michael Pyne las extrajo quirúrgicamente del intestino del reptil, salvando su vida.
Muy comunes en diversos habitats australianos, las pitones son mayormente nocturnas, y habitualmente comen ratas, murciélagos y pájaros. Su método de caza no es a través del veneno, como habitualmente se cree, sino envolviendo a la presa y comprimiéndola.
Pueden dislocar la mandíbula para comer presas de gran tamaño.