EL ESPAÑOL DE AMÉRICA

Llamamos español de América al uso que hacen del castellano los hablantes de diversos países americanos, este proceso de hispanización se inicia en 1492 con el descubrimiento de América.

El español es la lengua oficial de dieciocho repúblicas hispanoamericanas. También se habla en Puerto Rico, Antillas y algunas zonas de EE.UU., pero en todos estos sitios convive con el inglés. Fuera de América se habla en Filipinas, en territorios españoles de África, Balcanes y Próximo Oriente –colonias sefardíes-.

Los rasgos fónicos más característicos del español de América son el seseo (confusión entre los fonemas /s/ y /c/ (“sapato” por “zapato”); el yeísmo (no diferenciación entre /l/ y /y/, que se neutralizan: llave y yate); la debilitación de la –s final de sílaba o palabra (se aspira o desaparece como en Cuba, Santo domingo o Panamá, por ejemplo); la confusión entre /r/ y /l/ en zonas insulares y costeras como Cuba o Puerto Rico (“amol” por “amor”).

Los rasgos morfosintácticos que destacan son el voseo (uso de la forma “vos” para el tratamiento familiar en lugar de “tú”; en algunos lugares con la forma apocopada del verbo: “vos tenés”); tendencia a construir el femenino analógico (mayordoma, tigra); la adverbialización del adjetivo (caminaba lento, habla bonito); tendencia al uso del diminutivo incluso en el adjetivo y el adverbio (ahorita, todito); el uso del perfecto simple y casi desaparición del perfecto compuesto.

Los rasgos léxicos más destacables son el predominio de arcaísmos (platicar, prieto); presencia de indigenismos (canoa, chocolate); adopción de extranjerismos (“rentar” por “alquilar”, “computadora” por “ordenador”); creación de neologismos (“sesionar”, celebrar sesiones; “adición”, cuenta).