En el aula todos evalúan y regulan
RESUMEN.
Habitualmente los profesores decimos que “corregimos” los trabajos que realizan los alumnos. Sin embargo, sólo el que ha cometido un error puede corregirlo, por lo que , en todo caso, los docentes solamente detectan errores y, si comprenden sus causas, pueden seguir estrategias .para superarlos. No obstante, muchas veces es difícil para una persona adulta, que recuerda poco las dificultades que tuvo cuando aprendió, encontrar las ayudas y las expresiones que realmente conecten con las necesidades de los que están aprendiendo. Tendemos a comunicarnos a partir de la lógica del conocimiento experto y no de la del alternativo.
Por otro lado, al que ha cometido un error también le cuesta trabajo reconocerlo. Se tiende a evitar emociones negativas, por lo que buscamos en justificar lo que hemos hecho que pensar en opciones alternativas. Además, aprender requiere un coste de energía y tiempo, y tendemos a minimizar al máximo estos costes evitando afrontar las dificultades. Esperamos que otros nos digan qué tenemos que hacer, para repetirlo aunque no se entienda el porqué.
En cambio, la corregulación es una de las estrategias que más ayudan a la autorregulación, especialmente si se han empezado a construir conjuntamente criterios de evaluación. Cuando analizamos trabajo de otros somos más críticos y, tal como dice el dicho, vemos más “la paja en el ojo ajeno que la viga en el nuestro”. Además, muchas de las dificultades las detectamos al comparar formas de pensar y de hacer distintas. También al reconocer errores en los otros, e llega a percibir los propios como algo normal y se preserva mejor la autoestima. Y el hecho de que el alumno o alumna “corrector” no sepa valorar adecuadamente la producción del compañero tampoco supone ningún problema, ya que el estudiante evaluado puede manifestar su desacuerdo. Con ello refuerza sus ideas y procedimientos y, con su crítica, favorece aún más la autoevalución del evaluador, que es el objetivo de la coevaluación.
La estrategia para que esta estrategia reguladora funcione es que en el aula se institucionalicen “reglas de juego” propias del trabajo cooperativo, desbancando las de tipo competitivo. Los alumnos se lo tienen que pasar bien ayudándose y deben poder constatar que a través de este tipo de trabajo todos aprenden, ya que en caso contrario no tendría sentido aplicarlo.
En este sentido el papel del profesorado es clave, ya que debe asumir como propios los valores asociados a la cooperación. La primera condición para que los alumnos aprendan a coevaluarse y autoevaluarse es que los que enseñamos creamos que ello es posible. No hay duda de que es difícil y en algunos casos no se consigue, pero la investigación demuestra que cuando se consigue, los resultados son mucho mejores.