El error es útil para regular el aprendizaje
RESUMEN.
La condición necesaria para que los alumnos aprendan a regular sus ideas y prácticas es el cambio en el estatus del error. De ser algo que se tiene que esconder, debe pasar a ser algo totalmente normal y positivo en cualquier proceso de aprendizaje. Se aprende porque nuestras ideas, procedimientos y actitudes pueden evolucionar.
El error es un buen indicador de los procesos intelectuales con los que el alumno afronta la realización de una actividad. Cuando se percibe su vertiente positiva en el aprendizaje, se convierte en algo creativo en vez de destructivo.
Ocultar las propias concepciones y prácticas o copiar las de otros es lo que más impide aprender, porque es imposible recibir ayuda para facilitar la autorregulalación. De la misma forma, penalizar los errores sólo conduce al desánimo de los que aprenden (y también del docente). Para que los alumnos pierdan el miedo a expresarlos deben producirse cambios muy importantes en la gestión del aula y en la finalidad que se otorga a la evaluación.
Se podría pensar que, con el tiempo y los medios de que dispone un docente, es imposible detectar, comprender y ayudar a superar los errores de cada estudiante; pero, en realidad, la mayoría de los errores importante son comunes a muchos alumnos, por lo que su regulación es un problema de organización del aula. Conviene tener en cuenta que sólo quien ha cometido los errores puede corregirlos, por lo que la función del docente es proponer acciones que ayuden a los alumnos a autorregularse.
Por otro lado, los alumnos, incluso aquellos que no han cometido errores, pueden aprender de los compañeros. No equivocarse en la realización de una tarea ni quiere decir que esté bien comprendida o interiorizada. Muchas veces, un alumno, al confrontarse con las producciones no tan exitosas de otros, comprende por qué lo ha hecho bien y da más sentido a ideas prácticas que sólo había intuido.
Nos encontramos, pues, ante una manera distinta de concebir el aula y, en consecuencia, de organizarla. Se trata de gestionarla como un sistema en el que los actores pueden intercambiar papeles que normalmente están asignados de forma diferenciada: los alumnos pueden actuar como profesores, los que tienen éxito pueden aprender de los que no lo tienen, y el docente puede aprender de sus alumnos lógicas de razonamiento erróneas y estrategias para superarlas, estrategias que proponen y aplican los que están aprendiendo.