La finalidad principal de la evaluación es la regulación tanto de la enseñanza como del aprendizaje
RESUMEN.
La evaluación no consiste en una actuación más o menos puntual en unos pocos momentos del proceso de enseñanza y aprendizaje, sino que debe constituir un proceso constante a lo largo del proceso de aprendizaje, que es preciso planificar adecuadamente. Cuando su finalidad es formativa, debe proporcionar información que posibilite no sólo identificar dificultades y errores, sino también, y muy especialmente comprender sus causas. Sin esta comprensión será muy difícil generar propuestas que ayuden a los estudiantes a superar dichas dificultades.
Esta evaluación empieza con el inicio de la secuencia de aprendizaje, diagnosticando el punto de partida (comprendiéndolo), y continúa con cada actividad que se propone para el aprendizaje, utilizando en cada caso los instrumentos que puedan ser más adecuados.
La evaluación está íntimamente relacionada con el resto de los elementos del currículo: objetivos, contenidos, actividades, de forma que la decisiones tomadas respecto a los tres influyen en el planteamiento de la evaluación y, recíprocamente, el planteamiento de la evaluación debe influir en el resto del currículo. En consecuencia, todos ellos deben diseñarse simultáneamente.
Para que la evaluación así entendida sea útil se deberán cambiar muchas de las “reglas de juego” que alumnos y profesores han construido a lo largo de los años de la escolaridad. Por ejemplo, es necesario que la evaluación promueva la expresión de las ideas y formas de hacer propias de cada alumno, ya que en caso contrario no se podrá ayudar a regularlas. Muchas veces los estudiantes responden más pensando en lo que creen que el enseñante espera de ellos, que expresando sus propias ideas. También tienden a ocultar sus errores y lo que no entienden, mediante estrategias de copia o repetición; pero si no expresan sus errores no se podrá detectar la razón de sus dificultades.
Se deben revisar las formas de compartir con los alumnos la información recogida al evaluar. Las notas numéricas no dan información útil para regular aprendizajes, ya que dos números similares pueden ser indicadores de problemas muy distintos. Y evaluar sin compartir significados no tiene sentido, es una pérdida de tiempo para el que enseña y para el que aprende.