Lo más importante es aprender a coevaluarse
RESUMEN.
Los fundamentos teóricos de la evaluación formadora se deducen principalmente de la “teoría de la actividad” de Leontiev y discípulos, pero también incorpora otras muchas fuentes. El marco que ofrece no s´lo permite dar sentido a instituciones y prácticas de algunos profesores, sino también, generar otras nuevas. Como es normal, cuando se aplica se generan nuevos e interesantes problemas didácticos que dan lugar a nuevos retos e investigaciones. Por ejemplo, los relacionados con cómo organizar y gestionar el aula de manera que se pueda poner en práctica este tipo de evaluación de forma efectiva, y con el diseño de unidades didácticas para que sus contenidos y actividades ayuden al desarrollo de las capacidades de los aprenden para autorregularse. O los relacionados con el desarrollo de habilidades cognitivo-lingüísticas en el marco de todas las disciplinas, ya que si los alumnos no saben expresar sus ideas de forma que otros las entiendan, es imposible que se pueda coevaluar (Jorba y otros, 2000).
La evaluación formadora postula que para que los estudiantes desarrollen su capacidad de autorregularse es necesario que lleguen apropiarse de los objetivos y de los criterios de evaluación del profesorado, y a tener un buen dominio de las capacidades de anticipación y planificación de la acción, lo que implica incorporar estos aspectos como objetivos prioritarios del aprendizaje. Desde este punto, el proceso de ENSEÑAR-APRENDER-EVALUAR se convierte en un acto de comunicación social con todas sus exigencias y posibilidades, y la evaluación se revela como un elemento primordial en el proceso de auto-socio construcción del conocimiento. Ello exige al profesorado y al alumnado una nueva cultura de la evaluación.