CRUZ AMABLE Y REDENTORA,
ÁRBOL NOBLE, ESPLÉNDIDO.
NINGÚN ÁRBOL FUE TAN RICO,
NI EN SUS FRUTOS NI EN SU FLOR.
DULCE LEÑO, DULCES CLAVOS.
DULCE EL FRUTO QUE NOS DIO.
1. Canta, oh lengua júbilosa,
el combate singular
en que el Salvador del mundo,
inmolado en una cruz,
con su sangre redentora
a los hombres rescató.
2. Cruz amable y redentora,
árbol noble, espléndido.
Ningún árbol fue tan rico,
ni en sus frutos ni en su flor.
1. Cuando Adán, movido a engaño
comió el fruto del Edén,
el Creador, compadecido,
desde entonces decretó
que un árbol nos devolviera
lo que un árbol nos quitó.
2. Dulce leño, dulces clavos,
dulce el fruto que nos dio.
1. Quiso, con sus propias armas,
vencer Dios al seductor,
la sabiduría a la astucia
fiero duelo le aceptó,
para hacer surgir la vida
donde la muerte brotó.
2. Cruz amable y redentora,
árbol noble, espléndido.
Ningún árbol fue tan rico,
ni en sus frutos ni en su flor.
1. Criando el tiempo hubo llegado,
el Eterno nos envió
a su Hijo desde el cielo,
Dios eterno como él,
que en el seno de una Virgen
carne humana revistió.
2. Dulce leño, dulces clavos,
dulce el fruto que nos dio.
1. Hecho un niño está llorando,
de un pesebre en la estrechez.
En Belén, la Virgen madre
en pan ales lo envolvió.
He allí al Dios potente,
pobre, débil, párvulo.
2. Cruz amable y redentora,
árbol noble, espléndido.
Ningún árbol fue tan rico,
ni en sus frutos ni en su flor.
1. Cuando el cuerpo
del Dios-Hombre
alcanzó su plenitud,
al tormento, libremente,
cual cordero, se entregó,
pues a ello vino al mundo
a morir en una cruz.
2. Dulce leño, dulces clavos,
dulce el fruto que nos dio.
1. Ya se enfrenta a las injurias,
a los golpes y al rencor,
ya la sangre está brotando
de la fuente de salud.
En qué rio tan divino
se ha lavado la creación.
2. Cruz amable y redentora,
árbol noble, espléndido.
Ningún árbol fue tan rico,
ni en sus frutos ni en su flor.
1. Árbol santo, cruz excelsa,
tu dureza ablanda ya,
que tus ramas se dobleguen
al morir el Redentor
y en tu tronco suavizado,
lo sostenga con piedad.
2 Dulce leño, dulces clavos,
dulce el fruto que nos dio.
1. Feliz puerto preparaste
para el mundo naufrago
y el rescate presentaste
para nuestra redención,
pues la Sangre del Cordero
en tus brazos se ofrendó.