El amor en las redes

EL AMOR EN LAS REDES

¡La metafísica vuelve a estar de moda! Son ya 2300 años los que nos separan de filósofos tan importantes como Platón que se lanzaron a explicar la realidad y a buscarle un sentido. Hoy, cientos de años después, no sabemos distinguir dónde empieza la caverna y dónde acaba, la tecnología nos atrofia los sentidos y sentimientos y el amor no es menos.

En estos últimos años hemos podido apreciar el ascenso en internet de distintas páginas web que ayudaban a sus usuarios a encontrar pareja como “Meeting” o “Tinder”. Parece que buscar a nuestra o nuestro pretendiente en el mundo aparentemente real no nos basta y, en consecuencia, necesitamos una herramienta virtual que nos ayude a seleccionar. Se nos ha olvidado que el amor es humano, un sentimiento y no se deja guiar por algoritmos o números en la nube.

Otro ejemplo del daño que están ocasionando las nuevas tecnologías a nuestra concepción del mundo real lo encontramos en Japón, donde cientos de hombres se conforman con cohabitar junto a una muñeca de plástico de la cual dicen sentirse muy enamorados. En este caso no hablamos de robots, sino de figuras frías e inertes figuradamente humanas. No niego que en el pasado algunas personas también desarrollaran manías o filias por objetos extraños, pero el caso de Japón, el país más desarrollado tecnológicamente hablando de todo el mundo, resulta alarmante puesto que el número de “enamorados del plástico” o “ciegos de la pasión” está en aumento.

En España, de momento, son sólo las redes sociales aquellas que distorsionan la realidad que engañan a nuestro corazón, pero no tardarán en llegar las nuevas tendencias de Oriente. Para ese momento hemos de estar prevenidos, educar a los jóvenes a realizar algo tan común para nosotros como es distinguir lo concreto de lo aparente; hemos de recuperar los planteamientos de la ciencia más allá de la física (metafísica) y apaciguar nuestra imaginación, sólo así podremos seguir habitando en la Tierra sin hacernos daño.

Jaume Arques López, 2ºBach B