Cadáver exquisito-- Apocalipsis de Algodón.


-Booom, ruuuuuum, plas, ri, cla, pin

tatatatatatata- decía el popâ

necesito tiempo y acordarme esta tarde

de algodones que se mecen entre nubes de nieve.


El cerebro, un almacén de palabras,

la oreja, una papelera de sonidos.

Sin embargo, quiero agua y tengo sed

-ratatatata- decía la metralleta del presidente Gonzalo


Como las aguas del mar, como las estrellas en el espacio,

pim, pum, el calvo danza por la sala,

la nada es de color lila y está compuesta por un sinfín de enanitos

pero las ovejas son amarillas y los camellos blancos.


Avísale y cuéntale las nubes,

grandes como los sentimientos que crecen y crecen;

las croquetas son el deseo más primario del ser humano en la noche

mientras Vietnam explotaba en la hora del apocalipsis