Ciego. Imagen de Peggy y Marco Lachmann
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Cojo. Imagen de Peggy y Marco Lachmann
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Cuenta una vieja historia sufí que un ciego vagaba perdido por el bosque, andando a tientas, sin encontrar salida. Mientras caminaba sin rumbo, tropezó y cayó encima de un paralítico, que se encontraba tirado en el suelo del bosque y que, por su propia invalidez, era incapaz de levantarse y de salir de allí.
Ciego y paralítico empezaron a conversar sobre la mejor manera de escapar de aquella cárcel. De pronto, el paralítico, entusiasmado, exclamó:
-Ya sé lo que vamos a hacer. Tú me sostendrás sobre tus fuertes hombros mientras yo seré tus ojos y te guiaré hacia la salida sin tropezar. Juntos, ayudándonos los dos, encontraremos el modo de salir de este espeso y enmarañado bosque.
MORALEJA: El ciego representa el uso de la lógica y la razón mientras que el tullido simboliza la intuición.
Si no queremos seguir perdidos y pretendemos salir del espeso bosque del conocimiento, todas las disciplinas (las de ciencias y las de letras) deberían colaborar -como lo hicieron el ciego y el paralítico- integrándose en un simbólico abrazo, es decir, en una sola visión transdisciplinar. Este es el camino.