En el entorno general se analiza todos los factores económicos, sociales, culturales, tecnológicos, político-legales y medioambientales que pueden afectar a la idea inicial de negocio. En cada factor del entorno general aparecen una serie de variables que afectan a la idea de negocio.
FACTORES DEL ENTORNO
Las fuerzas económicas abarcan aspectos como el crecimiento económico, las tasas de interés, el nivel de inflación, el desempleo y el poder adquisitivo de los consumidores. Estas fuerzas determinan la capacidad de los consumidores para gastar y afectan los precios y la rentabilidad de los productos y servicios. En un entorno económico favorable, las personas tienden a gastar más, lo que beneficia a las empresas; en cambio, en tiempos de recesión, las empresas pueden enfrentar caídas en las ventas y beneficios.
Las fuerzas demográficas se refieren a las características de la población, como la edad, el género, el nivel educativo, el tamaño de la familia, la distribución geográfica y la tasa de crecimiento poblacional. Estos factores son importantes porque afectan la demanda de productos y servicios. Por ejemplo, una población envejecida podría aumentar la demanda de servicios de salud, mientras que un crecimiento en la tasa de natalidad podría incrementar la demanda de productos para bebés.
Las fuerzas sociales incluyen los cambios en la estructura y valores de la sociedad, tales como los roles familiares, las tendencias en estilo de vida, el bienestar social y las expectativas de vida. Estos factores influyen en el comportamiento de consumo y en la demanda de ciertos productos y servicios. Por ejemplo, un cambio hacia estilos de vida más saludables ha incrementado la demanda de alimentos orgánicos y gimnasios.
Las fuerzas culturales están relacionadas con las creencias, valores, normas y tradiciones de una sociedad. Afectan la forma en que las personas ven el mundo, toman decisiones y se comportan. Por ejemplo, en una cultura que valora la sostenibilidad, las empresas que practican políticas amigables con el medio ambiente son mejor valoradas, mientras que en culturas con valores conservadores, puede haber resistencia a productos o servicios considerados innovadores o disruptivos.
Las fuerzas tecnológicas implican los avances en tecnología y ciencia, como la digitalización, el desarrollo de nuevas herramientas y plataformas, la automatización y la inteligencia artificial. Estas fuerzas crean nuevas oportunidades y retos para las empresas, impulsando la innovación y mejorando la eficiencia, pero también generando competencia y riesgo de obsolescencia para aquellas empresas que no se adaptan. Por ejemplo, el comercio electrónico ha revolucionado la forma en que los consumidores compran, obligando a las tiendas tradicionales a evolucionar.
Las fuerzas político-legales están relacionadas con el marco legal y las políticas gubernamentales que regulan el mercado, como las leyes laborales, los impuestos, las normativas ambientales, la estabilidad política y los tratados comerciales. Estas fuerzas determinan en gran medida el entorno operativo de las empresas y pueden ofrecer tanto barreras como ventajas. Por ejemplo, cambios en la política comercial pueden abrir o cerrar mercados internacionales para ciertos productos.
Las fuerzas medioambientales se refieren a factores como el clima, los recursos naturales, la sostenibilidad y las regulaciones ecológicas. En un contexto donde el cambio climático y la conciencia ambiental son temas relevantes, estas fuerzas afectan la forma en que las empresas producen, empaquetan y distribuyen sus productos. Por ejemplo, los consumidores están cada vez más inclinados a elegir productos de empresas que tienen prácticas sostenibles, como la reducción de plástico o el uso de energías renovables.