Tanto a nivel individual como colectivo los seres humanos se plantean cómo deberían actuar en determinadas situaciones. Para dirigir esas actuaciones se basan en normas morales de actuación que se fundamentan en aquellos valores que se consideran justos o buenos.

Pero a veces nos encontramos en situaciones en las que no sabemos cómo actuar, pues nos encontramos ante una dicotomía, es decir, se presenta más de una posible opción a seguir. Cada actuación se basa en unos determinados valores éticos, e incluso es posible que estos valores puedan entrar en conflicto: estamos ante una situación que nos enfrenta a un dilema ético. Así pues, los dilemas éticos son situaciones que pueden generar una pugna entre varios valores y creencias, teniendo dos soluciones posibles, ambas con repercusiones positivas y negativas a la vez. Hay que decir que, no existe una opción que sea la correcta y otras que sea la equivocada.

Se entiende por dilema ético a toda aquella situación en la que se dé un conflicto entre los diferentes valores de la persona y las opciones de actuación disponibles. Este tipo de dilemas requieren de una reflexión más o menos profunda sobre las alternativas de las que disponemos, así como del valor otorgado a los valores morales con los que nos regimos. A menudo nos tocará priorizar uno u otro valor, entrando ambos en conflicto de cara a tomar una decisión. Asimismo, permiten ver que las cosas no son o blancas o negras, así como entender a personas que toman decisiones distintas a las propias.