Sanando con el

El amor es la mejor medicina



Cierra los ojos, imagina el ser que más amas en el universo, ahora...

Sé para todos el médico que quieres para tu ser más amado"


Juan Pablo Restrepo





El Programa

En el camino de nuestra vida la enfermedad generalmente tiene una causa física, pero muchas veces revela una ruptura en el equilibrio entre el cuerpo y el espíritu, entre la materia y el alma. Por eso el afecto, la alegría, el amor y el arte son elementos poderosos en el proceso del reencuentro con la salud.


Nuestra razón de ser como servidores de la salud y como seres humanos es el servicio, servir a nuestros pacientes y a nuestra comunidad, con una atención de alta calidad, en donde la humanización es el pilar fundamental.


El objetivo de El amor es la mejor medicina, es ayudar a mejorar la salud de los niños hospitalizados, su bienestar y el de sus familias, a través del reconocimiento de ellos como seres humanos apoyados en la lúdica, el arte, la cultura, el juego y una atención más humana. El programa se desarrolla en el Hospital Universitario del Valle Evaristo García.

Los niños y las familias


En el área de pediatría del Hospital Universitario son atendidos los niños de todo el suroccidente colombiano: Chocó, Valle del Cauca, Cauca, Nariño y de otros departamentos como Putumayo y el eje cafetero, las 24 horas del día.


Los niños y sus familias en su mayoría son de escasos recursos económicos, con múltiples dificultades sociales y personales de base, la mayoría del régimen de salud subsidiado y vinculados (sin seguridad social). Presentan además patologías médicas de alta complejidad que requieren una atención multidisciplinaria y lleva a hospitalizaciones prolongadas.


Niños y familias de todas las razas, religiones, partidos políticos, culturas y estrato socioeconómico; a quienes el hospital y el área de pediatría siempre han recibido y continuará recibiéndolos con los brazos abiertos sin discriminación alguna.



El hospitalismo


En los niños hospitalizados encontramos un silencioso pero real enemigo muy dañino, escondido en la rutina, y su mayor peligro es que no lo vemos.


Fue descrito por el psiquiatra y psicoanalista austriaco Rene Spitz hacia los años 60, el cual lo describió como el conjunto de alteraciones físicas y psicológicas que aparecen como consecuencia de una prolongada hospitalización. Nuestros niños presentan por sus patologías complejas y los retos administrativos de un hospital público, hospitalizaciones prolongadas con un alto riesgo de hospitalismo.


Los niños al entrar a nuestro hospital siguen siendo niños, creen en los super héroes, la magia y la fantasía, en el poder de la imaginación y los sueños, nos iluminan con su inocencia y nos inspiran con su sonrisa aún en momentos de adversidad, por eso su bienestar es nuestro principal objetivo.

El cuidado de lo invisible


Los niños durante la hospitalización, ademas de enfrentar su problema físico, enfrentan algo intangible, invisible, subjetivo, pero fundamental para entender: tienen miedo, se sienten vulnerables, invadidos en su intimidad y a veces solos.


Su dolor físico se controla la mayoría de veces fácilmente con analgésicos pero en muchas ocasiones el alma también les duele, y es ahí en su angustia, su tristeza, su incertidumbre, donde debemos y queremos intervenir.


Cuidar lo invisible, esto que no vemos, pero que es tan importante para su salud resulta crucial para construir el ambiente necesario en donde no sean los medicamentos los elementos principales de la atención; sino un ambiente donde se sienta querido y protegido. Que el niño sienta que vamos a cuidarlo además de curarlo.

El amor es la mejor medicina


La enfermedad es quizás el momento donde más se necesite el amor, la compañía, el arte, la lúdica y la risa. La ciencia, a través de muchos estudios demuestra como el afecto, el bienestar y la alegría producen cambios fisiológicos en el cuerpo, elevación de endorfinas, dopamina, noradrenalina, serotonina, inmunoglobulinas, disminución del cortisol, aumentando el bienestar fisiológico del cuerpo y el alma, mejorando el sistema inmune, la tolerancia al dolor, permitiendo una recuperación más rápida y una estancia hospitalaria menor.



Los subprogramas

El programa El amor es la mejor medicina tiene dentro de su estructura subprogramas con diferentes objetivos de impacto en el niño hospitalizado y sus familias, donde atraves de estos elementos ayudaremos en su sanación y calidad de vida: